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jueves, 19 de diciembre de 2013

*SAN BERNARDO y SAN NORBERTO liberan a la Iglesia de las garras del Judaísmo*


En esta ocasión, la Divina Providencia acudió. Como lo tiene prometido, para salvar a su Iglesia, valiéndose como acostumbra siempre, del surgimiento de hombres capaces y resueltos a sacrificarlo todo para lograr la salvación de la Catolicidad.
 
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
  
CAUDILLOS QUE UN  MOMENTO DADO, por inspiración de Dios, saben estimar en toda su magnitud el desastre ocurrido o la catástrofe que se avecina y que se lanzan en cuerpo y alma con desinterés, con mística superior y empuje arrollador, a la lucha contra la Sinagoga y sus secuaces.
Así surgió SAN IRENEO, cuando el gnosticismo judaico amenazó desintegrar a la Cristiandad, de igual manera apareció SAN ATANASIO, el gran caudillo antijudío, cuando la herejía del hebreo ARRIO estuvo a punto de desquiciar a la Iglesia y así surgieron después, en situaciones parecidas, SAN JUAN CRISÓSTOMO, SAN AMBROSIO DE MILÁN, SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA, SAN ISIDORO de SEVILLA, SAN FÉLIX y los Arzobispos SAN AGOBARDO, AMOLÓN y muchos otros, todos luchando implacables, iluminados por la Gracia divina, tanto en contra de los judíos, enemigos seculares de la Santa Iglesia, como de su quinta columna, de sus herejías y de sus movimientos subversivos. 
Ahora que la Iglesia sufría quizá la más grave crisis desde su nacimiento, ¿quién surgiría?, ¿quién o quiénes serían los caudillos anti-judíos, instrumentos de CRISTO en esta ocasión para salvar a la Santa Iglesia?
Como de costumbre, la asistencia de Dios se manifestó a través de la aparición de dos grandes luchadores: SAN BERNARDO, (1091-1153, Borgoña) Doctor de la Iglesia y Abad de Clairvaux, Doctor Melifluo, Abad y Doctor y SAN NORBERTO (1080-1134, Colonia), Obispo y Confesor,
fundador de la Orden Norbertina y Arzobispo de Magdeburgo, emparentados con la familia imperial de Alemania.
Cuando SAN BERNARDO tuvo noticia de los infaustos acontecimientos en Roma, tomó una resolución que muchos se resisten a tomar, o sea, la de dejar la vida apacible y tranquila del Convento, para lanzarse a una lucha dura, llena de incomodidades, sufrimientos y peligros, que además a todos se antojaba perdida, ya que el supuesto Papa cripto-judío dominaba por completo la situación, con su oro y con el apoyo que seguía recibiendo, mientras que INOCENCIO II, abandonado y fugitivo, excomulgado por ANACLETO, parecía tenerlo todo perdido, debilitando todavía más sus pretensiones una elección que, según el decir de teólogos e historiadores eclesiásticos de peso, no era muy canónica. Sin embargo, SAN BERNARDO tomó en sus manos la causa ya casi liquidada,  sólo porque tenía la convicción de que era la buena, de que la Santa Iglesia no podía en tal forma caer en las garras de su peor enemigo: El Judaísmo.
 Prescindiendo del problema de que la mayoría de los 23 Cardenales habían votado por ANACLETO en contra de INOCENCIO y habiendo caso omiso de la forma en que había sido electo éste, consideró la cuestión desde el punto de vista en que debía considerarse. En carta al Emperador LOTARIO de Alemania, decía entre otras casos: “QUE ERA UNA AFRENTA PARA CRISTO QUE UN VÁSTAGO JUDÍO OCUPARA EL TRONO DE SAN PEDRO”. Con ello ponía el Santo Doctor de la Iglesia el dedo en la llaga y podía ser posible en realidad, que un judío, enemigo de la Santa Iglesia, fuera Papa. Decía también en dicha carta al Emperador que: “La reputación de ANACLETO era baja incluso entre sus amigos, mientras que INOCENCIO estaba al abrigo de toda sospecha”.
El Abad ERNOLD, biógrafo contemporáneo de SAN BERNARDO, informa que PIERLEONI, como Legado y como Cardenal había amasado inmensas fortunas y “que después había robado a las Iglesias despojándoles de sus valores. Y que cuando incluso los malos cristianos que lo seguían se habían negado a destruir los cálices y crucifijos de oro para fundirlos. ANACLETO utilizó judíos con este propósito y ellos celosamente destrozaron los vasos sagrados y los grabados, y con el dinero obtenido de la venta de estos objetos, ANACLETO según se tenían informes, estaba en posibilidad de perseguir a los partidarios de INOCENCIO II.  
El Obispo HUMBERTO de LUCCA, el Dux Veneciano ANDREAS DANDOLO, ANSELMO Abad de Grembloux y otros cronistas e historiadores presentan estas y otras gravísimas acusaciones contra el Antipapa Judaico.
(Obispo HUMBERTO de Lucca. Crónica en Codex Udalrici, Nº 246. página 425. Rabino LOUIS ISRAEL NEWMAN. “Jewish Influencie on Christiam Reform Movements”. Libro II. p. 251. VACANDARD. “La Vie de SAINT BERNARD”. Art. Contra ANACLETO).
El punto clave en esta lucha radicaba principalmente en la persona del Emperador de Alemania y también en el rey de Francia, representando ambos las fuerzas políticas entonces más potentes en la Catolicidad. SAN BERNARDO, con la ayuda de su gran amigo SAN NORBERTO, dirigió todo su empeño a convencer a ambos monarcas que se encontraban que se encontraban indecisos, para que prestaran  todo su apoyo a INOCENCIO, con cuyo objeto les envió cartas y realizó ante ellos toda clase de gestiones.
LUIS VII de Francia no se resolvió al fin y pidió que se reuniera un Concilio, congregado de acuerdo con su deseo en Etampes, (No nos ha sido posible localizar las sectas y cánones del Concilio de Etampes, del cual sólo hemos podido encontrar relaciones incompletas; por lo que nos tememos que, por motivos que el fácil de comprender, se hayan perdido) al que acudió SAN BERNARDO, quien con su elocuencia y ardor logró que los padres del Sínodo se
Declaraban a favor de INOCENCIO, aduciendo entre otras razones, además de las ya apuntadas, la de haber sido electo primero y la de que, aunque ANACLETO había tenido después el voto de una mayoría abrumadora de Cardenales, la elección primera seguiría siendo válida mientras no fuera jurídicamente anulada. Se argüía además, que INOCENCIO había recibido su Consagración Pontifical de manos del funcionario competente para realizarla, es decir, del Cardenal Obispo de Ostia.
De mucho sirvió la audacia y energía del heroico CARDENAL AIMEIRICO, que en forma precitada y secreta mandó enterrar al Papa difunto en cuanto falleció, procediendo rápidamente, aunque en una forma un tanto irregular, a la elección de INOCENCIO. La Santa Iglesia, la Cristiandad y en general la Humanidad entera deben estar agradecidos y honrar la memoria de este audaz y activo Cardenal, que al iniciar con su golpe de mano la por la salvación de la Santa Iglesia, contribuyó a la salvación de todo el mundo, pues si los judíos hubieron logrado hace ocho siglos el dominio de la Cristiandad, la catástrofe que ahora amenaza en forma aterradora el orbe el orbe, hubiera ocurrido quizá varios siglos antes; en una época en la cual el Islam también se encontraba seriamente amenazado por una red de organizaciones secretas  revolucionarios cripto-judías, que como los BATINIS y los ASESINOS, amenazaban con desintegrarlo y dominarlo. (*) El historiador CARDENAL HERGENRÖTHER nos ilustra sobre este tema, “II. Lucha de los Papas con los Republicanos y la Nobleza. HONORIO II. Durante la pasada contienda entre el Pontificado y el Imperio había acrecentando su poderío algunas familias romanas, particularmente la de los FRANGIPANI y la de PEDRO LEONE (PIERLEONI)”. Luego, El cisma de PEDRO LEONE. SAN BERNARDO y varios Sínodos se declaran por INOCENCIO II.  Era éste - se refiere a Pietro Pierleoni – (+1128) oriundo de una rica familia judía…p. 31 a 37. veáse “Compendio de la Historia de la Iglesia”, traducido por D. Francisco DIAZ CARMONA, Tomo II, Madrid, s/fecha. Seguramente de fines del s. XIX. Páginas 747.
¿1890? INOCENCIO II, que había llegado a Francia recientemente, fugitivo de Italia, con el apoyo del Santo Concilio de Etampes vio resurgir su causa al parecer ya perdida. El reconocimiento y respaldo conciliar fue seguido por el muy valioso, en el orden temporal, del Rey de Francia, que a partir de se momento se constituyó en uno de los principales sostenes de INOCENCIO, en contra de su rival, declarado entonces anti-papa por el citado Sínodo. Siguiendo el monarca francés la pauta observada por SAN BERNARDO, no discutió ya cuál de los Papas electos era el legítimo, sino cuál de ellos era mas DIGNO, según lo dejó consignado el célebre SUGERIO, Abad de Saint Denis. Fracaso, pues, ante la arrolladora actividad de SAN BERNARDO, la habilísima diplomacia de ANACLETO, que hacía alardes de piadoso cristianismo empleando todos los medios a su alcance para ganarse el apoyo del Rey de Francia. Fingía aparatosa piedad y disfrazaba sus proyectos reformistas, con la idea de pugnar por devolver a la Iglesia la pureza de sus primeros tiempos, bandera siempre  muy popular por el loable y noble. Había empezado por adoptar el nombre del primer  sucesor de SAN PEDRO, es decir, del Papa ANACLETO PRIMERO.
Nos encontramos, pues, al parecer, delante de una de las primeras manifiestas de esa bestia apocalíptica, cubierta con las apariencias del Cordero, es decir, de CRISTO NUESTRO SEÑOR, pero éste actúa como dragón. Por algo fue común en esa época entre Santos, Obispos, clérigos y seglares, considerar a ANACLETO como ANTICRISTO, o en el más benévolo de los casos, como precursor del Anticristo.
La actitud que asumiera LOTARIO, Emperador de Alemania, iba a ser decisiva en esta lucha. Con gran acierto, indicó que este asunto era de la competencia de la misma Iglesia y, al efecto, fue convocado otro Concilio en Wurzburgo, en el que intervino SAN NORBERTO en forma decisiva, inclinando al Episcopado alemán a brindar todo su respaldo a INOCENCIO. Sin embargo, una batalla casi decisiva iba a realizarse en el Santo Concilio  de REIMS, celebrado a fines del año 1131, que fue una derrota completa para PEDRO PIERLEONI (= PEDRO LEONE), ya que en tal Sínodo los Obispos de Inglaterra, Castilla, y Aragón, reconocieron a INOCENCIO como Papa legítimo, uniéndose en tal sentido a los Episcopados francés y alemán que ya lo habían reconocido. En dicho Sínodo fue también excomulgado PIERLEONI. Justo es reconocer que en esta lucha fueron también un elemento vital las órdenes religiosas, que conscientes en esos tiempos del peligro que representaba el Judaísmo para la Iglesia, venían en ANACLETO el mayor mal que había enfrentado hasta ese momento la Cristiandad; y con dinamismo y pasión volcaron la actividad de sus Conventos, empeñados en salvar a la Santa Iglesia de la amenaza mortal.
Desgraciadamente en nuestros tiempos en que la Santa Iglesia está tan amenazada por el comunismo y la quinta columna judaica introducida en el clero, no se ven indicios de que la gigantesca fuerza de las Ordenes Religiosas que podría quizá salvar la situación, se apreste a la lucha. 
Después del Concilio de Reims, ya no quedaba a PERLEONI sino el apoyo de Italia (en su mayoría), y principalmente de su cuñado, el DUQUE ROGERIO II de SICILIA, que prácticamente dominaba la situación en la Península. De algo había servido el matrimonio de la judía conversa PIERLEONI, hermana del Antipapa, con el citado Duque. El estratégico matrimonio estaba rindiendo sus frutos.
Para logar el triunfo definitivo contra el judío que usurpaba en Roma el trono de San Pedro era preciso una invasión militar, una especie de Cruzada; y fueron SAN BERNARDO y SAN NORBERTO los que convencieron a LOTARIO, Emperador, para que la realizara. Éste, con un modesto ejército, se reunió con INOCECIO II en el norte de Italia y avanzó desde ahí hasta tomar Roma sin resistencia, pues muchos nobles italianos traicionaron a ANACLETO II a última hora. LOTARIO instaló en Letrán a INOCENCIO II, mientras que PEDRO PIERLEONI se refugiaba en Sant Angelo controlando SAN PEDRO, razón por la cual. El Emperador fue coronado por INOCENCIO II en Letrán. Pero como ROGERIO de SICILIA avanzase entonces al frente de un poderoso ejército, LOTARIO tuvo que retirarse, por lo cual no pudo sostenerse en Roma Su Santidad el Papa, que tuvo que volver a huir, dejando de allí de nuevo al Antipapa judío dueño de la situación. Retirado INOCENCIO a Pisa, reunió en esta ciudad un magno Concilio, al que asistieron Obispos de casi toda la Cristiandad y de gran cantidad de Priores de Conventos, que desempeñaron un papel muy importaron en esta lucha. Entre en ellos se encontraba acaudillando siempre la pelea, SAN BERNARDO.
 Al año siguiente, LOTARIO volvió a invadir a Italia para instalar en Roma al Papa legítimo y arrojar de ella al judío usurpador. La conducta del Emperador de Alemania es muy digna de tomarse en cuenta, ya que en esos momentos críticos para la Iglesia y para el mundo cristiano, supo hacer un lado sus intereses personales y los resentimientos del Imperio a causa de la dura lucha de las Investiduras, para entregarse en cuerpo y alma a la tarea de salvar a la Cristiandad.
¡Ojalá que en la actual crisis mundial abunden los jerarcas que imiten una tan noble conducta y que sepan posponer sus intereses particulares a las necesidades generales, olvidando rencores, muchas veces justificados, en aras de la unión de todos los pueblos en la lucha de liberación universal que debe sostenerse en contra del Imperialismo Judaico y de sus dictaduras masónicas o comunistas!
Con muy justa razón S. S. el Papa INOCENCIO II, en el fragor de la terrible lucha, escribía al Emperador LOTARIO diciéndole: “LA IGLESIA, CON DIVINA INSPIRACIÓN, TE HA ESCOGIDO Y ELEGIDO A TI EN CALIDAD DE LEGISLADOR COMO A UN SEGUNDO JUSTINIANO, Y COMO A UN SEGUNDO CONSTANTINO, para combatir la herética impiedad de los JUDÍOS”.  La campaña victoriosa llevó a LOTARIO hasta derrotar a ROGERIO y replegarlo hasta Sicilia, pero no tuvo tomar Roma, en donde siguió instalado, para escándalo de toda la Cristiandad, el antipapa judío. Al retirarse de Italia LOTARIO y sus ejércitos, ROGERIO DE SICILIA la reconquistó casi por ejemplo, con lo que la causa de PIERLEONI parecía resurgir en forma peligrosa.
La alarma en la Cristiandad fue cada vez mayor, ya que surgía de nuevo amenazadora la potencia del Anticristo, a quien ARNULFO Obispo de Liseaux, MANFREDO Obispo de Mantua y otros distinguidos Prelados, llamaban a secas “JUDÍO”. El Arzobispo WALTER DE RAVENA denunciaba el CISMA DE ANACLETO como “herejía de la perfidia judía”, y el propio Rabino LOUIS ISRAEL NEWMAN afirma que el partido de INOCENCIO decía que ANACLETO era el “Anti-Cristo”, opiniones que fueron confirmadas al Emperador LOTARIO por los Cardenales que apoyaron al Papa ortodoxo. El propio INOCENCIO II convirtió en grito de batalla la afirmación de que la usurpación de ANACLETO era “una insensata perfidia judía”. El estudioso Rabino citado, termina su narración de esta lucha con el siguiente comentario: “La posición del “Pontífice Judío” fue mantenida con éxito hasta su muerte en el Enero 25 de 1138”. Este dirigente israelita, más honrado como historiador que otros, no tiene pues reticencias ni temores y afirma con toda claridad que PIERLEONI fue un hebreo, llamándolo además expresamente: “Pontífice Judío”; mientras llega su osadía al grado de llamar Anti-Papa a INOCENCIO II. (Rabino LOUIS ISRAEL NEWMAN. “Jewish Influence on Christian Reform Movemenst”. Libro II. Págs. 248 a 253. “Codex Udalrici”. Nº 240 a 261. Duchesne. “Liber Pontificalis”, Edic. Paris, 1955. Tomo II. J. M. WATTERICH, “Vitae Romanorum Pontificium ab exeunte  saeculo IX usque finem saeculi XII”. Leipzig, 1892; Volgelstein und Rieger, “Geschichte der Juden Rom”. 1896. Tomo I, pág. 221). 
Muerto en Roma el judío usurpador con todos los honores papales, su Cuerpo Cardenalicio, que según se decía estaba inundado por purpurados que practicaban en SECRETO el Judaísmo, procedió a designar un nuevo Papa, o mejor dicho Anti-Papa, nombramiento que recayó en la persona del Cardenal GREGORIO, designado con la aprobación y el apoyo de ROGERIO DE SICILIA.
El nuevo Papa tomó el nombre de VÍCTOR IV, mientras la incansable predicación de SAN BERNARDO, junto con la presión de los ejércitos alemanes, había logrado ir conquistando para el Papa legítimo la adhesión de los principales baluartes de PIERLEONI, como Milán y otras ciudades italianas, terminando al fin con la misma Roma, conquistada por la santidad y elocuencia de SAN BERNARDO. El Anti-Papa judío tuvo que refugiarse en  esta ciudad en los últimos días, otra vez en SAN PEDRO, ocupando también el poderoso castillo de Sant Angelo. Sin embargo, el partido de los PIERLEONI  DECRECÍA y SE HUNDÍA paulatinamente, hasta que el nuevo Anti-Papa, VICTOR IV,  se encontró ante una situación prácticamente insostenible. LA ELOCUENCIA DE SAN BERNARDO acabó por convencerlo a CAPITULAR.
En este episodio, vemos de nuevo surgir la táctica  que en Judaísmo sigue desempeñando un papel decisivo a través de sus luchas políticas: CONSISTE EN QUE, CUANDO UNA FACCIÓN JUDAICA O DOMINADA POR EL JUDAÍSMO SE VE PERDIDA, trata de impedir que la derrota inminente se convierta en su destrucción y en catástrofe, fingiendo a tiempo rendirse a su enemigo, implorando misericordia o negociando el permiso para conservar las mayores posiciones posibles, a cambio de prometer sumisión y fidelidad. Al salvarse esa fuerza judaica de la destrucción, conserva a menudo algunas  posiciones valiosas en el nuevo régimen del vencedor, que lejos de agradecer, utiliza en las sombras para CONSPIRAR, para ir REORGANIZANDO en secreto sus fuerzas, para irlas ACRECENTANDO con el tiempo más y más y para dar, en el momento oportuno, el golpe traidor que aniquilará al enemigo confiado y generoso, que en vez de destruir al ingrato adversario cuando pudo hacerlo, le dio la posibilidad de RESURGIR y dar de nuevo el zarpazo. ESTA HA SIDO LA HISTORIA DE LAS LUCHAS ENTRE CRISTIANOS Y JUDÍOS DURANTE MÁS DE MIL AÑOS Y HA SIDO TAMBIÉN UNA DE LAS CAUSAS PRINCIPALES DE LOS RESURGIMIENTO DE LA SINAGOGA, tras de sus especulaciones y derrotas. Desgraciadamente ya llegó el tiempo en que se cambiaron los papeles. 
Tanto GIORDANO como los demás hermanos de PEDRO PIERLEONI fingieron arrepentimiento, pidieron perdón, abjuraron de toda HEREJÍA, y se reconciliaron con la legítima autoridad Pontificia; con sus actitudes hipócritas conmovieron al Papa INOCENCIO II y a SAN BERNARDO, quienes generosamente les perdonaron. En vez de destruir su fuerza, Su Santidad les conservó sus grados y su posición en la Corte Pontificia; y después, hasta los honró con homenajes y cargos, con el ánimo de lograr la unificación firme y duradera de la Santa Iglesia, TRATANDO DE CONQUISTAR CON BONDAD EXTREMA A ESOS CRIPTO-JUDÍOS, que quizás conmovidos por tanta generosidad, tendrían al fin un sincero arrepentimiento.
En el terreno eclesiástico obró INOCENCIO II con mayor energía; habiendo reunido en 1139 un Concilio Ecuménico, que fue el segundo de LETRÁN, al mismo tiempo que se condenaban las doctrinas de ARNALDO DE BRESCIA  y de PEDRO de BRUYS, fueron anulados los actos de ANACLETO y degradados todos los Sacerdotes, Obispos y Cardenales; en una palabra todos los clérigos ordenados por PIERLEONI, y declaradas írritas todas sus ordenaciones (Concilio Segundo de LETRÁN. Canon.30. Compilación de: “Acta Conciliorum, et epistolae decretales, ac Constitutiones Summorum Pontificum” Studio P. JOANNI HARDUINI, S. J. Edic. París, 1714. Tomo VI. Parte II. Págs. 1207 y sigs.), ya que se les tenía por CISMÁTICOS, y la opinión general consideraba que abundaban entre ellos los HEREJES JUDAIZANTES, o sea los que practicaban ocultamente el Judaísmo y destruyendo de un solo golpe todas las infiltraciones hebraicas dentro del mismo, realizadas, como es fácil comprender, al amparo de Pontífice judío, como lo llama el ilustre Rabino NEWMAN.
Pero la magnanimidad que en lo político había tenido el Papa con el vencido GIORDANO PIERLEONI y con sus hermanos, iba a ser trágica para la Santa Sede. 

SAN NORBERTO, Obispo y Confesor: fue insigne defensor del dogma eucarístico contra los herejes de su tiempo. Consagrado arzobispo de Magdeburgo, ayudó eficazmente al Papa INOCENCIO II a triunfar del Anti-papa ANACLETO y fue amigo de SAN BERNARDO, del gran abad de Claraval. Se durmió en el Señor el año 1134.

SAN BERNARDO DE CLARAVAL: Abad y Doctor. ¡Melifluo Doctor, modelo de vida activa de MARTA y de contemplativa de MARÍA! Acuérdate de todos nosotros ante Dios a quien ves cara a cara, y ante su bendita Madre, a quien  contemplas ensalzada y coronada. Acuérdate especialmente de tantos hijos e hijas espirituales que profesan especialmente la misma Regla benedictina que tu profesaste, y se empeñan en copiar tus rasgos mediante la oración, el trabajo y la mortificación, de son vivo y continuo ejemplo en medio de una sociedad sensual y materializada, que no ve en la cruz, ni el Divino Crucificado, SINO UNA LOCURA Y UN LOCO.

Bibliografía:
  1. MAURICE PINAY, “Complot contra la Iglesia”, tomo II, Capítulo XXVI, p. 575-587.
  2. SANTIAGO CANTERA, “San Bernardo o El Medioevo EN SU PLENITUD”, Criterio Libros, Madrid, 2001. págs. 99-100.
  3. LUIS MARÍA SANDOVAL, “Nueve siglos de Cruzadas-Crítica y Apología”, Criterios Libros, Madrid, 2001, pág. 29.
 
DIARIO PAMPERO Cordubensis. INSTITUTO EREMITA URBANUS.
Córdoba de la Nueva Andalucía, 13 de mayo del Año del Señor de 2010.
Fiesta de SAN ROBERTO BELARDINO, Obispo, Confesor y Doctor, “martillo de herejes” (Benedicto XIV).
Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA!
Gratias agamus Domino Deo Nostro! gspp. *

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