lunes, 23 de diciembre de 2013

FAMILIA: El plan de Dios sobre la familia


Queridos amigos y hermanos del Blog, alguna vez se han preguntado ¿Cuál es el plan de Dios sobre la familia?, bueno, juntos trataremos de conocerlo.
La Iglesia es consciente que el matrimonio y la familia constituyen uno de los bienes más preciados de la humanidad, y por eso hace sentir su voz y ofrece su ayuda a todo aquel que, conociendo ya el valor de éstos, trata de vivirlo fielmente; como así también a aquel que en medio de la incertidumbre o la ansiedad, busca la verdad, sin dejar de lado a aquel que se ve injustamente impedido para vivir el propio proyecto familiar.
Solo con la aceptación del Evangelio se realiza de manera plena toda la esperanza puesta legítimamente en el matrimonio y la familia, y solo así se puede descubrir el primigenio plan de Dios sobre ella: Dios estableció el matrimonio y la familia al crear al hombre “desde el principio”.
Pero por el pecado original estas instituciones, como el hombre mismo, quedaron profundamente dañadas y tienen necesidad de la gracia de Cristo para curarse de las heridas producidas por el pecado.
Ahora, la familia restablecida por la gracia de Cristo a su estado primitivo, proclama a todos el designio de Dios, asegura su plena vitalidad, así como su promoción humana y cristiana, contribuyendo de este modo a la renovación de la sociedad y del mismo pueblo de Dios, que es la Iglesia.
Por tanto, tenemos que, como fundamento firme e inconmovible, el matrimonio no fue instituido ni restaurado por obra de los hombres, sino por obra divina; que no fue protegido, confirmado ni elevado con leyes humanas, sino leyes del mismo Dios, autor de la naturaleza humana, y que, por tanto, sus leyes no pueden estar sujetas al arbitrio de ningún hombre, ni siquiera al acuerdo contrario de los mismos cónyuges.
Esta es la doctrina de la Sagrada Escritura, ésta es la constante tradición de la Iglesia Universal, ésta es la definición solemne del santo Concilio de Trento, asumida y confirmada por el Concilio Vaticano II.
Tenemos en Dios el sentido más profundo del matrimonio y la familia, Él tiene un plan divino de santificación y salvación para ella.
De nuestra parte está el buscar en el Evangelio la luz para comprender y apreciar la grandeza del matrimonio y la familia, fundamento de una sociedad sana, transparente y vigorosa.

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