¿Cuáles son los sufrimientos que experimenta Cristo en la Eucaristía? | |
¿Cuáles son los sufrimientos que experimenta Cristo en la eucaristía? ¡Lo que no ha sufrido Jesús a lo largo de estos veintiún siglos! ¡Cómo le gustaría a Él salir, airearse, gritar que nos ama! Y sin embargo está encerrado, en silencio, como el eterno prisionero. ¿Cómo sufre Jesús estos atropellos? Con paciencia y en silencio, al igual que cuando Judas en la pasión llegó y lo besó con beso traicionero y los enemigos lo atacaron, lo escupieron, lo golpearon. Él nada dijo, calló y sufrió en silencio. Así también ahora en la eucaristía sufre todas estas ofensas con gran paciencia, esperando que algún día valoremos y respetemos en su justa medida este Sacramento del Altar. Sufre también con amor. Quiere ganarnos a base de amor, atrayéndonos con lazos de amistad. Este amor es un amor de entrega, de sacrificio. Y con dolor. Sufre una vez más su pasión y muerte. ¿Por qué y para qué sufrir? El problema está en sufrir sin sentido. Y es este sufrimiento sin sentido el que escuece y levanta las rebeldías, a veces hasta las alturas de la exageración. Y hay quienes se cierran a cal y canto, y reaccionan ciegamente en medio de un resentimiento total y estéril en que acaban por quemarse por completo. ¿Qué hacemos con el dolor? Está la actitud de quienes lo quieren eliminar. De hecho, la medicina busca este objetivo. El sufrimiento físico que se pueda eliminar, no está mal. Asimilarlo. Para participar con Cristo en la redención. “Sufro en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia”. Como Job, que después de todas las luchas, ya no formula preguntas, ni defiende su inocencia, sino que queda en silencio, dobla las rodillas y se postra en el suelo hasta tocar su frente con el polvo, y adora: “Sé que eres poderoso, he hablado como un hombre ignorante. Por eso retracto mis palabras, me arrepiento en el polvo y la ceniza” (Job 42, 1-6). Está claro: adorando, todo se entiende. Cuando las rodillas se doblan, el corazón se inclina, la mente se calla ante enigmas que nos sobrepasan definitivamente, entonces las rebeldías se las lleva el viento, las angustias se evaporan y la paz llena todos los espacios de nuestra alma. |
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
jueves, 14 de noviembre de 2013
Eucaristía y sufrimiento
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