¡ABBÁ, PADRE!
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SUMARIO O INDICE.En el discurso de despedida, Jesús nos dijo: «Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo para volver al Padre» (Jn 16,28). Jesús salió del Padre para venir a encontrarse con nosotros y mostrarnos el camino hacia el Padre: «En la casa de mi Padre hay lugar para todos...; ahora voy a prepararos ese lugar. Una vez que me haya ido y os haya preparado ese lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde voy a estar yo. Vosotros ya sabéis el camino para ir a donde yo voy... Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llagar hasta el Padre, sino por mí» (Jn 14,2-7). Toda nuestra vida es, pues, un camino hacia el Padre con y por Jesús. Iluminados por su palabra, animados por su presencia y testimonio, movidos por la fuerza de su Espíritu, nos vamos acercando a nuestra verdadera casa, la de nuestro Padre. Éste es el verdadero sentido de nuestra vida. En otras catequesis reflexionamos sobre el seguimiento de Jesús y sobre el don del Espíritu Santo; ahora nos proponemos reflexionar sobre el que es a la vez el origen y la meta de nuestro caminar, el Padre. Hablar de camino quiere decir hablar de acercamiento progresivo. No llegamos de un salto, sino a través de etapas sucesivas. Los creyentes, si seguimos de verdad a Jesús, vamos descubriendo poco a poco quién es el Padre y nos vamos convirtiendo cada vez más en hijos suyos. Y este progreso lo hacemos a golpes de vida, a través de sucesivos descubrimientos y experiencias. Ojalá estas catequesis nos sirvan para conocer mejor a nuestro Padre y abandonarnos confiadamente en sus brazos. Los ocho capítulos que presentamos ofrecen un desarrollo bastante lógico. En los dos primeros, intentamos descubrir cómo se ha ido revelando el Padre en la historia de la salvación, hasta llegar a la manifestación suprema y definitiva en Jesucristo En los dos siguientes, el tercero y el cuarto, estudiamos nuestra verdadera condición: si Dios es Padre, nosotros somos hijos; ¿en qué consiste vivir como hijos?, ¿cómo nos hemos de dirigir a nuestro Padre? Los dos siguientes, quinto y sexto, nos obligan a una «toma de tierra». En primer lugar, de nuestra cultura, que, al navegar entre la cerrazón a Dios y el ansia de encontrarle, plantea nuevos retos a nuestra fe. Y, en segundo lugar, de nuestro propio pecado, que nos exige una nueva conversión. En el capítulo séptimo nos fijamos en una estrella que brilla refulgente en el camino hacia el Padre: María, verdadero icono del amor de Dios. Y, por fin, el capítulo octavo intenta echar un poco la raya bajo la cuenta; se trata de sintetizar la concepción del hombre, del matrimonio y de la familia, que emerge de la fe en un Dios Padre. Al final de cada capítulo se ofrece el texto completo de una oración y, porque conviene reservar todos los días algún tiempo para un verdadero encuentro con Dios nuestro Padre a fin de orar siempre sin desfallecer, damos pistas para un tipo de oración personal, con la pretensión de que, sumándolos todos, se perciba el perfil original y las cualidades básicas de la oración cristiana. |
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es sacerdote de la diócesis de Valencia y Decano de su Facultad de Teología «San Vicente Ferrer». Las escribió para los Equipos de Nuestra Señora (ENS), movimiento de espiritualidad matrimonial, en los que es Consiliario del Equipo Superregional. Se publicaron en la Carta de los Equipos de Nuestra Señora, n.º 190, correspondiente a julio-agosto de 1999, como «tema de estudio» para los equipos. Aquí omitimos las indicaciones prácticas que las acompañan y que tratan de hacerlas más provechosas para los miembros de los ENS. La dirección de éstos es: Equipos de Nuestra Señora: Secretariado Internacional; 49, Rue de la Glacière; 75013 París.- Secretariado Español; C/ San Marcos, 3 - 1.º - 1.ª; Tel. 91 521 62 82; 28004 Madrid. |
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