Marianita era una niña de 12 años que había cogido la costumbre de hablar mal de la gente y contar muchos chismes. Siempre que tenía un nuevo chisme corría con su mama:
- ¡¡Mamá mamá!! ¿Ya sabes lo que le ha pasado a fulano? ¿Sabes lo que le ha pasado a mengano?
Y así se pasaba hablando mal de la gente y criticando a todos, aunque a ella no le constaran esas cosas que decía, a veces terribles, a veces destructivas.
Su mamá ya no sabía qué hacer; era terrible que una niña de tan corta edad tuviese ya esos malos hábitos. La mamá de Marianita recordó lo que le dijo su abuelo una vez y recordó los tres tamices. Así que un día, como de costumbre llegó Marianita.
- ¡Mamá! ¡Mamá! ¿Qué crees que le pasó a Marcos? Fíjate que al muy tonto...
Su mamá la interrumpió y le dijo:
- Espera Marianita, esta vez tu historia tendrá que pasar por los tres tamices.
Marianita anonadada aceptó, y su mamá continuó:
- Primer tamiz, el tamiz de la verdad, ¿es verdad lo que me vas a decir?
- Pues no sé, pero me dijo Carla que...
- ¡Entonces no sabes si es verdad! Segundo tamiz, la benevolencia, ¿es bueno lo que me vas a decir de Marcos?
- Pues no mucho mamá, pero...
- ¡Entonces no es benévolo! Y tercer tamiz, la necesidad, ¿es necesario que me lo digas?
- Pues la verdad no, mamá. Así que pensándolo bien, no tengo nada que decirte mami.
*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
miércoles, 12 de octubre de 2011
Los tres tamices
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario