lunes, 15 de junio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 15 DE JUNIO DEL 2015



Los reconocerán por el amor
Tiempo Ordinario

Mateo 5, 38-42. Tiempo Ordinario. Jesucristo ha venido a mostrarnos una nueva forma de ver la vida, basada en el amor por encima del odio. 




Del Santo Evangelio según San Mateo 5, 38-42 
Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pues yo os digo: no resistáis el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, da, y al que desee que le prestes algo, no le vuelvas la espalda.

Oración introductoria
Señor, no puedo quedar indiferente ante esta invitación que me haces a ser más generoso. Que vea tu ejemplo de amor por los demás y me esfuerce por imitarlo.

Petición
Señor Jesús, dame la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdame a darme cuenta de que me invitas a ser más generoso. Que acoja esta invitación de forma que me done a los demás.

Meditación del Papa Francisco
También Jesús nos habla en el Evangelio de la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante algunas antítesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios. La primera antítesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Han oído que se les dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo les digo: ...si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra”. No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho, sino que debemos de esforzarnos por hacer el bien con largueza.
La segunda antítesis se refiere a los enemigos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Yo, en cambio, os digo: “Amen a sus  enemigos y recen por los que los persiguen”. A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacios de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014).

Reflexión 
El mundo en que vivimos sería realmente diferente si creyéramos en la fuerza del amor. La experiencia nos demuestra que donde se ha sembrado el rencor, sólo se han cosechado frutos amargos. El amor es la cura para tantos males que padece el mundo. El remedio para la soledad, el abandono y la tristeza es el amor. Con la fuerza del amor nos podemos enfrentar a los retos que nos va a presentar la vida. Un amor que nos libera de nuestro egoísmo y nos ayuda a abrirnos a los demás.

Propósito
Hoy tendré un detalle con algún familiar y perdonaré al que me ofenda.

Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por haberme llamado a formar parte de tus discípulos. Dame la gracia de servir a los demás sin cálculo y sin medida, así como Tú lo hiciste. Tú has dicho: "Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida por sus amigos". Sé que hay muchas personas que esperan ser amadas, y yo estoy dispuesto. Pero este amor perderá su fuerza si Tú no lo alimentas, si Tú no lo alientas. No quiero tener límites en mi amor. Que cuando sirva a las personas con las que convivo, recuerde que te lo estoy haciendo a ti.

lunes 15 Junio 2015

Lunes de la undécima semana del tiempo ordinario
 Santa Germana Cousin.

Leer el comentario del Evangelio por
San Ireneo de Lyon : «La ley perfecta, la de la libertad» (St 1,25)

San Pablo a los Corintios 2 6,1-10.
Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios.
Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.
En cuanto a nosotros, no damos a nadie ninguna ocasión de escándalo, para que no se desprestigie nuestro ministerio.
Al contrario, siempre nos comportamos como corresponde a ministros de Dios, con una gran constancia: en las tribulaciones, en las adversidades, en las angustias,
al soportar los golpes, en la cárcel, en las revueltas, en las fatigas, en la falta de sueño, en el hambre.
Nosotros obramos con integridad, con inteligencia, con paciencia, con benignidad, con docilidad al Espíritu Santo, con un amor sincero,
con la palabra de verdad, con el poder de Dios; usando las armas ofensivas y defensivas de la justicia;
sea que nos encontremos en la gloria, o que estemos humillados; que gocemos de buena o de mala fama; que seamos considerados como impostores, cuando en realidad somos sinceros;
como desconocidos, cuando nos conocen muy bien; como moribundos, cuando estamos llenos de vida; como castigados, aunque estamos ilesos;
como tristes, aunque estamos siempre alegres; como pobres, aunque enriquecemos a muchos; como gente que no tiene nada, aunque lo poseemos todo.

Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.




Mateo 5,38-42.
Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Ireneo de Lyon (c. 130-c. 208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías, IV, 13, 3

«La ley perfecta, la de la libertad» (St 1,25)

    «Al que te quite la túnica, dice Cristo, dale también el manto; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehúyas; tratad a los demás como queréis que ellos os traten» (Mt 5,40; Lc 6,30-31). De esta manera no nos entristeceremos como aquellos que han sido desposeídos contra su voluntad, sino que, por el contrario, nos alegraremos como los que dan de todo corazón, puesto que haremos una donación gratuita al prójimo más grande que si lo damos a la fuerza. Y dice: «a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos». De esta manera no le servimos como si fuéramos esclavos sino que nos adelantamos a servirle como hombres libres que somos. En todas las cosas Cristo te invita a ser útil a tu prójimo, no teniendo en cuenta su maldad, sino poniendo tu bondad al máximo. De esta manera nos invita a hacernos semejantes a nuestro Padre «que hace salir el sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos». (Mt 5,45).


Todo esto no se debe a alguien que ha venido a abolir la Ley, sino a alguien que, por nosotros, le ha dado plenitud (Mt 5,17). El servicio de la libertad es el servicio más grande; nuestro libertador nos propone, respecto a él, una sumisión y una devoción más profundas. Porque él no nos ha liberado de las obligaciones de la Ley antigua para que le abandonemos,,, sino para que, habiendo recibido su gracia más abundantemente, le amemos cada vez más, y habiéndole amado más, recibamos de él una gloria cada vez más grande cuando estaremos para siempre en presencia de su Padre.
El amor se manifiesta mejor con hechos que con palabras. (Santo Cura de Ars, Sermón sobre Jesucristo)

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