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miércoles, 31 de diciembre de 2014

MARÍA, MADRE DE DIOS - 1 DE ENERO DEL 2015



¿Cuándo festejamos a María, Madre de Dios?


Dogma Mariano. María Madre de Dios
¿Existe la festividad de María, Madre de Dios? ¿Por qué se celebra? 




El primero de enero celebramos a María como Madre de Dios.

María fue la elegida para ser Madre de Cristo y aceptó esta misión al
 decir “sí” a Dios. Festejamos el tener una Madre en el cielo que
 nos ayuda y auxilia en nuestras necesidades y nos ama.

Historia

Todo año que se inicia es “Año del Señor”. Sólo con Él se construye 
el puente que nos conduce del tiempo a la eternidad. Este día,
 como todos los demás días, debemos rezar a Dios con infinita 
confianza. Nuestra vida espiritual debe crecer cada año que pasa.
 Por esto hoy, que es el primer día del año, le pedimos a María
 Santísima que nos ayude a lograrlo.

Este día es día de precepto, hay que ir a misa. La misa está
 dedicada a honrar a María, Madre de Dios y de la Iglesia.

María Madre de Dios. María era una joven Israelita que vivía en
 Nazaret de Galilea y, como todos los Israelitas, esperaba que se
 cumpliera la promesa de Dios de mandar un Salvador al mundo. 
María no era una mujer como todas, pues desde siempre Dios
 había pensado en ella y había nacido sin pecado original.

El Papa Juan Pablo II a lo largo de su Pontificado nos ha recordado
 constantemente la grandeza de María. Nos recuerda que estamos
 bajo la protección de María que es Madre de Dios y Madre Nuestra.
 Gracias al “sí” de María, Dios se hizo hombre.

Con su respuesta, María cambió el rumbo de la historia. Dijo “sí” 
aceptando con alegría la voluntad de Dios, entregándose a sí
 misma como colaboradora de Dios y de su plan de salvación.

María fue la elegida para ser la Madre de Dios y ella respondió
 al llamado “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

La Virgen María nos ayuda a vencer la tentación, conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo.

Si elegimos vivir como hijos de María debemos adoptar varias actitudes:

Abrir nuestro corazón a su amor:

Es dejarnos querer, abandonarnos a su cuidado con total confianza.
 Ella no se desanima a pesar de nuestros caprichos y debilidades.

Mirarla como nuestra Madre:
Hablarle de nuestras alegrías y penas, contarle nuestros problemas
 y pedirle ayuda para superarlos.

Demostrarle nuestro cariño:
Hacer lo que a Ella le gustaría que hicieras, que es lo que Dios quiere de nosotros. Acudir a Ella a lo largo del día nos puede ayudar grandemente.

Confiar plenamente en ella:
Todas las gracias que Jesús nos da pasan por las manos de María, y ella mejor que nadie intercede ante su Hijo por nuestras necesidades.

Imitar sus virtudes:

Es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Debemos aprovechar esta fiesta para ofrecerle a la Virgen el año
 que comienza, para pedirle su ayuda de Madre para vencer las
 dificultades y agradecerle su presencia y cuidado maternal en cada
 momento de nuestras vidas. Al acudir a la Eucaristía, donde está
 Dios vivo, pedirle que nos ayude a permanecer cerca de María
 todo el año, porque fue Él quien nos la dio como madre 
desde el pie de la cruz.

Algunas personas dirán que María no es especial, que eso de 
que fue Virgen es cuento. Recuerda que fue Jesús mismo quien
 nos la dejó como Madre (Jn 19, 25-27).

Además, honrar a la Madre es siempre dar gusto al Hijo. A Jesús
 pues, le agrada cuando decimos cosas bonitas de María, 
como el “Ave María” del Rosario.

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