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miércoles, 31 de diciembre de 2014

HOY ES NOCHE VIEJA



Hoy es Noche Vieja

Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar con 
el alma renovada para emprender la nueva jornada de este
 año que comienza.



Se fue un año más.

Al final del año es conveniente hacer un balance de los 365 días,
 para ver qué se hizo con ese año de vida. Conviene también 
saldar todas las deudas que se tienen con Dios y con los demás.

Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás,
 hacia ese largo camino que he recorrido durante todo el año.

Si algo puedo ver, es que cada día de ese año transcurrido estuvo
 lleno del amor de Dios. Estoy en deuda con Él; por eso mi primera
 palabra al final del año es: ¡Gracias!.

Pero, al lado de tantas bondades de ese Dios, está la triste historia 
de la ingratitud y la mediocridad para con ese gran amigo.
 Por eso la segunda palabra tiene que ser: "¡Perdóname
 todos los errores, todas las mediocridades!. ¡Yo sé que me perdonas!"

Pero hay una tercera palabra que quiero decir: "Te pido un gran año para hacer con el una gran tarea, ayúdame a que este año que empieza sea mejor, que valga la pena vivir. Conviértelo en un gran año. Que aquello de "próspero año nuevo" no se quede en una ironía, sino en una verdad.

También quiero, al final del año, saldar cuentas con mi
 prójimo, quiero sacar de mi espíritu, arrancar, tirar
 todos los rencores, odios, resentimientos hacia mis hermanos.
 Quiero terminar el año bien con todos. Quiero poder decir 
que no tengo malos sentimientos hacia ningún ser humano.

Es hora de pedir perdón a todos los que en el camino he herido,
 molestado, desairado. A los que tenían derecho a esperar una
 respuesta y no se la di, a los que necesitaban una palabra de
 aliento y me quedé con ella. A los que encontré tirados en
 el camino de la vida, desesperados, tristes, vacíos de Dios y de
 ilusión, y pasé de largo porque tenía mucha prisa.
 Quiero pedirles perdón.

Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar 
con el alma renovada para emprender la nueva jornada de
 este año que comienza.

Es importante recordar que este año será lo que cada uno haga
 con él. ¿Será el mejor o será el peor? ¿Será uno de tantos, 
ni bueno ni malo, sino todo lo contrario? De cada uno
 de nosotros depende.

Dios que te da ese año nuevo es el que más ardientemente
 te dice: ¡FELIZ AÑO!

Al Dios que me dio la vida, ¡gracias!.
Al Dios de mis días felices, ¡gracias!.
Al Amor de mis amores, ¡gracias!.
Puesto que al final de la vida me examinarán del amor,
 perdóname por no haber amado lo suficiente,
 y concédeme morir de amor.

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