martes, 5 de noviembre de 2013

BELLAS REFLEXIONES V

ABRA LA PUERTA

Abra la puerta
 


Si abres una puerta, puedes o no entrar a una sala.
Puedes o no, entrar y quedarte observando la vida .
Pero si vences la duda, el miedo, y entrás, das un gran paso:
En esta sala se vive.
También hay un precio... son innumerables puertas las que descubres.
El gran secreto es saber cuándo y cuál puerta debemos abrir.
La vida no es rigurosa, ella propicia errores y aciertos.
Los errores pueden ser transformados en aciertos cuando con ellos se aprende.
No hay seguridad en el error eterno.
La vida es generosa. En cada sala que uno entra, descubre tantas otras
puertas.
La vida enriquece y ennoblece a la persona que se arriesga a abrir nuevas puertas, a mirar nuevos horizontes.
La vida privilegia a quien descubre sus secretos.
Pero la vida también puede ser dura y severa.
Si no traspasas la puerta, tendrás siempre la misma puerta delante.
Es la repetición ante la creación, es la monotonía monocromática ante la
multiplicidad de los colores, el estancamiento de la vida ...
Para la vida, las puertas no son obstáculos sino , diferentes pasajes.
Es importante el poder atreverse a pasar por la puerta de lo desconocido, no
sabremos que nos traerá, pero seguro será bueno y mejor...

 

FÁBULA DEL ROSARIO


Fábula del rosario


Paseaba un día el apóstol Santo Tomás por los jardines del cielo, cuando vió pasar un alma que no resplandecía tanto como las demás... y luego vió otra... y una más... De inmediato fue a reclamarle a San Pedro...

“Oye, Pedro, ¿por qué andan por ahí algunas almas que luego  se ve que no tienen tantas cualidades y virtudes como las demás?”
Pedro le contestó un tanto nervioso, ya que Tomás era capaz de armarle un escándalo que hasta el puesto le podía costar.
“¿Dónde, tú?” “Por todos lados” indicó el quejoso.
“Vamos a ver” dijo Pedro, y saliendo de la portería se dirigieron a los jardines...
en efecto por doquier se veían almas que no resplandecían tanto, sin embargo se veían felices de estar ahí.

“Pues mira, esos no han pasado por la puerta.
Yo no los hubiera dejado entrar...” puntualizó Pedro.
“Pues entonces aquí está pasando algo raro, y más nos vale que investiguemos.”
Dijó con determinación Tomás, el cual necesitaba ver el origen de la situación.
Decidieron recorrer las bardas del Paraíso, y para su sorpresa encontraron un gran agujero en un de las bardas, la que quedaba más cerca de la Tierra.

“¡Ándale, por aquí se están colando¡” dijo con aire triunfal Tomás.
“El que hizo esto lo va a pagar caro con nuestro Dios, que aunque bueno, es muy justo...” sentenció Pedro.

Se acercaron ambos al agujero, y con sorpresa descubrieron que había atado de ahí un inmenso rosario que llegaba hasta la Tierra, y muchas almas por ahí venían subiendo.

apóstoles se voltearon a ver con cara de sorpresa y consternación... tras un silencio, Pedro dijo: “Ay, María no ha cambiado nadita... desde que la conocí en Caná supe que era de esa gente que no deja de estar ayudando...” (Jn 2, 1-11)
Tomás resignado dijo: “Si ni su Hijo se le escapa, ¿te acuerdas que no quería hacer aquel milagro, y con una sola mirada de Ella se dobló?”
Pedro concluyó diciendo: “Mira, Tomás, tú y yo no hemos visto nada...” .

“¿Ustedes también?” resonó una voz que los sobresaltó...
Con cara de asustados voltearon hacia el Trono de la Majestad de Dios...
pero lo que percibieron fue una gran sonrisa...
 

LA AMISTAD...


La amistad...

Una amistad se forja, 
se construye,
no se nos da ya hecha, 
sino que debemos trabajarla y profundizarla 
en la medida en que, cada uno por nuestro lado, 
vamos compartiendo y desviviéndonos por el otro.

No es jamás un regalo que nos llueve del cielo. 

Los amigos se hacen recíprocamente, 
con dedicación y perseverancia. 

No es una "suerte", sino una aventura. 

No una lotería, sino un galardón 
ganado honradamente 
con el sudor de la frente.
 

AMOR FRATERNAL


Amor fraternal


La historia cuenta que había dos hermanos que se querían con toda el alma.Ambos eran agricultores. Uno se casó y el otro permaneció soltero.

Decidieron seguir repartiendo toda su cosecha a medias.

Una noche el soltero soñó: ¡No es justo! Mi hermano tiene mujer e hijos y recibe la misma proporción de cosecha que yo que estoy solo. Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que él sé de cuenta.

A su vez el hermano casado soñó también una noche: ¡No es justo! Yo tengo mujer e hijos y mi futuro estará con ellos asegurado. A mi hermano, que está solo, ¿quién lo ayudará? Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que sé de cuenta.

Así lo hicieron ambos hermanos. Y ¡oh, sorpresa!, Ambos se encontraron en el camino, una misma noche, portando sacos una para el otro.

Se miraron, comprendieron lo que pasaba y se abrazaron con un abrazo de hermano, aún más fuerte, y para siempre.

A veces, es necesario hacer un alto en nuestra vida y revalorizar las bendiciones que tenemos al contar con un hermano, es esencial, como cristianos, amarnos y procurarnos como tales.

No podemos dar testimonio de Vida, si no amamos a los que están más cerca de nosotros. El Señor nos pide caridad y entrega.

Hoy es un buen día para empezar.
 

OLVIDA EL PASADO


Olvida el pasado
 

                                     
      
Desenterrar los muertos del pasado no aporta ningún beneficio al presente.

¿Por qué mirar hacia atrás si estamos caminando hacia adelante?

El pasado es el cimiento del presente, así como los muros del primer piso construido hoy, son la sustentación de la azotea del mañana.

Quien está en el primer piso busca subir a la azotea, y no escarbar los cimientos.

Sube a contemplar las estrellas que te llaman desde tu futuro camino.

No escarbes en el pasado que ya se fue y no volverá jamás.

Lo que pasó, acabó. La vida pasada trae experiencia y aprendizaje, aprovechémosla.
 

CALOR DEL CORAZÓN


Calor en el corazón
 

Era una mañana de intenso frío en Denver. El tiempo, imprevisible. 

Primero, una ola más cálida dio a la nieve oportunidad de fundirse y correr, para desaparecer en las bocas de tormenta o escurrirse en silencio junto a las aceras, a través de los patios y bajo los cercos, hasta completar su desaparición en las zonas bajas. Después volvió el frío, multiplicado, trayendo una nueva capa de blanca precipitación que congeló cuanto  restaba del previo ataque invernal, y lo escondió hasta convertirlo en una trampa helada para los transeúntes.

Era un día ideal para quedarse en casa, estar resfriado y esperar que mamá nos trajera un tazón de sopa. Para escuchar las noticias en la radio e imaginarse bloqueado por la nieve sin demasiados inconvenientes. Así habría debido ser.

Yo tenia que hablar en el Centro de Congresos de Denver, ante unas doscientas personas que, como yo, habrían querido estar en casa. En cambio estábamos allí, reunidos en el Centro de Congresos, sin poder hacer nada por el clima salvo hablar de él.

Necesitaba una pila para mi micrófono portátil. Mal momento para caer en la pereza: no había traído repuesto. Como no tenia alternativa, decidí afrontar al viento, con la cabeza baja, levantando el cuello y chapaleando con mis zapatos de vestir, demasiado delgados.

A la vuelta de la esquina descubrí un anuncio indicando que a corta distancia había un quiosco. Si apuraba el paso a trancos más largos, tal vez habría podido llegar hasta la puerta y refugiarme del viento sin inhalar mucho ese aire que quemaba los pulmones. A los habitantes de Denver les gusta bromear con los de afuera diciéndoles que, en su ciudad, el frió del invierno es agradable.

En el interior del almacén había solo dos personas; una detrás del mostrador, con un distintivo que decía Roberta. A juzgar por su aspecto, ésta habría preferido estar en su casa, llevando a su hijito sopa caliente y palabras reconfortantes, en vez de malgastar el día atendiendo una avanzada comercial en el centro de Denver, casi desierto.

Debía ser una especie de faro, un refugio para los pocos necios que se arriesgaban a salir con ese frío.

El otro refugiado era un caballero alto, ya entrado en años, que parecía cómodo en ese ambiente. No aparentaba tener prisa por volver a cruzar el umbral y encontrarse de nuevo a merced del viento en esas aceras cubiertas de hielo. No pude menos que preguntarme si el anciano habría perdido el camino o el seso.

Había que estar chiflado para salir a revolver la mercadería de un supermercado un día como ese. 

Pero no tenia tiempo para ocuparme de un viejo que había perdido el juicio.

Necesitaba una batería: dos centenares de personas importantes, que tenían otras cosas que hacer en la vida, esperaban mi regreso al Centro de Convenciones. Nosotros teníamos un propósito.

De alguna manera el viejo se las arregló para llegar al mostrador antes que yo. Roberta sonrió. Él no dijo una palabra. Ella tomó los escasos artículos de la compra e ingresó los importes en la registradora. El viejo se había arrastrado por las calles de Denver por un miserable panecillo y una banana
¡Craso error!

Un hombre en sus cabales habría postergado el panecillo y la banana hasta la primavera, para disfrutar la ocasión de vagar por las calles vueltas a la normalidad. Pero ese tipo no. Él había lanzado su viejo esqueleto al frío como si no hubiera un mañana.

Y tal vez no había un mañana. Después de todo era bastante anciano.

Cuando Roberta hubo calculado el total, una vieja mano cansada se hundió en el bolsillo del gabán.
- Vamos- pensé- ¡Tú tendrás todo el día, pero yo tengo que hacer!.
Como un garfio, la mano rescató un monedero tan vetusto como su dueño. 
Unas pocas monedas y un billete arrugado cayeron sobre el mostrador. Roberta  lo manejó como si se tratara de un tesoro.

Ya depositada la escasa compra en una bolsa de plástico, sucedió algo extraordinario. Aunque su dueño no había dicho palabra, una vieja mano cansada se alargó lentamente sobre el mostrador, tembló por un momento antes
de aquietarse.

Roberta abrió las asas de plástico de la bolsa y las deslizó suavemente por las muñecas del hombre. Los dedos pendían en el aire, torcidos y moteados con manchas de la vejez.

Roberta ensanchó su sonrisa. Recogió la otra mano fatigada y las sostuvo a ambas junto a su cara morena. Las calentó. Por encima y por debajo. Luego, por ambos lados.

Después alargó la mano para tironear de la bufanda, que se estaba descolgando de los hombros anchos, aunque encorvados, y la ciñó al cuello.

Él seguía sin pronunciar palabra. Parecía querer grabar ese momento en su memoria. Tenia que durarle hasta la mañana siguiente, en que volvería arrastrar los pies por la calle helada.

Roberta abrochó un botón que había eludido las maniobras de esa manos viejas. Luego lo miró a los ojos, y sacudiendo un delgado índice, fingió un regaño:
- Bueno, señor Johnson, quiero que tenga mucho cuidado. Hizo una breve pausa para mayor énfasis y añadió con sinceridad: - Necesito verlo mañana aquí.

Las últimas palabras resonaron como una orden en los oídos del anciano.

Después de una breve duda, giró sobre sus talones y, arrastrando a duras penas un pie delante del otro, salió lentamente a la helada mañana de Denver.

Entonces me di cuenta de que no había venido en busca de una banana y un panecillo, sino de calor. Para el corazón.
- Vaya Roberta- dije-. Eso sí que es atender bien al cliente. ¿Era tu tío, tu vecino, alguien especial?
Casi la ofendió que yo pensara que ella sólo era capaz de brindar tan maravilloso servicio a personas especiales. Por lo visto, para Roberta todo el mundo es especial.
 

REFLEJO



Reflejo
Autor: Dr. Rafael E. Vicens


Mira a tu alrededor. ¿Qué ves? Mucho es un reflejo de tus propias creencias y expectativas. Todo lo que experimentas pasa primero por el filtro de tu actitud ante la vida. Es por eso que una persona puede ver belleza y oportunidades en la misma situación en la que otra sólo ve desesperación y falta de posibilidades.

Los defectos que ves en los demás son, de alguna manera, también tuyos. Si así no fuera, no podríasreconocerlos o comprenderlos. La belleza que ves en los demás también está dentro de ti. Porque la belleza no está únicamente en la persona u objeto que se percibe, sino también en quien la percibe.

El mundo que te rodea es un espejo y, cuando pones tu mejor cara frente a un espejo, lo que ves te agrada. Ten la firme expectativa de vivir en un mundo de belleza, bienestar y oportunidades y allí es exactamente donde estarás.
 

¡NECESITO UN DESCANSO!


¡Necesito un descanso!


"Necesito un descanso" es una frase que ha alcanzado mucha popularidad en la cultura  norteamericana por más de dos décadas. Y lo cierto es que hoy, como nunca antes, necesitamos un descanso! 
A menudo, nuestro día no se desarrolla de acuerdo a los planeado. De repente surgen problemas que demandan una solución, preguntas que requieren una respuesta. Se presentan conflictos, y debemos resolverlos. 
Las situaciones cambian, y debemos hacer ajustes. Enfrentamos nuevas oportunidades, y debemos tomar decisiones difíciles. Muy pocos son los días que se desenvuelven como quisiéramos!. 

En medio del caos, podemos tomar un descanso momentáneo. No importa cuan frenético esté nuestro horario, o cuan desesperada sea nuestra situación, podemos acudir a la Palabra de Dios en busca de la fortaleza y sabiduría. 

Es algo sencillo; no hay descanso Mejor que aquel que nos aleja de los problemas y nos acerca a la Respuesta, al Senor Jesucristo. 

Sólo Él nos ofrece la verdad, la valentía para permanecer firmes en nuestras prioridades, y regresar al camino si es que hemos fallado, 
la paz que sobrepasa todo entendimiento y la perspectiva que lleva la marca de la fe, la esperanza y el amor. 

Nadie excepto el Señor, 
puede ofrecernos palabras poderosas que lleguen al corazón, y nos ayuden a enfrentar cualquier situación. 
Hoy día, nadie puede ofrecerte un descanso. 

Tú puedes obsequiarte uno. 
En medio del día, regálate un Merendar con Dios!
 

NADA NI NADIE


Nada ni nadie
 


Nadie estuvo más solo que tus manos
perdidas entre el hierro y la madera;
mas cuando el Pan se convirtió en hoguera
nadie estuvo más lleno que tus manos.

Nadie estuvo más muerto que tus manos
cuando, llorando, las besó María;
mas cuando el Vino ensangrentado ardía
nada estuvo más vivo que tus manos.

Nada estuvo más ciego que mis ojos
cuando creí mi corazón perdido
en un ancho desierto sin hermanos.

Nadie estaba más ciego que mis ojos.
Grité, Señor, porque te habías ido.
Y Tú estabas latiendo entre mis manos.
 

REFLEJO DE TUS ACCIONES


Reflejo de tus acciones

Conducía camino a mi casa durante una noche lluviosa; delante de mi iba otro automóvil que constantemente me deslumbraba con una luz proveniente de la parte de  atrás del automóvil.

Me molesté pues a demás de la lluvia y el estado de la  carretera tenía que lidiar con el destello que aquel automóvil me reflejaba. Pensé que algún niño travieso llevaba algún artefacto luminoso e iba jugando por la carretera.

Más adelante llegamos a un semáforo donde un poco molesto me coloqué al lado de  aquel automóvil, cuando se abrió la ventana del otro auto y el conductor me  dijo:

 - "Disculpe, pero su luz izquierda está desprendida Debería repararla o puede tener algún accidente". Me dí cuenta entonces que el reflejo era producto de mi luz averiada.

Esto me hizo reflexionar mucho sobre lo que pensamos de los demás. A veces una  actitud negativa o mala de otras personas, puede no ser mas que el reflejo de  nuestras acciones en aquella persona.

Comprendí entonces las palabras de Jesús  de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, y servir como si fuéramos  los últimos para así ser los primeros.

Mantén la paz con tus amigos y compañeros, y antes de criticar o juzgar, mira tu  corazón y piensa si aquello no es el resultado de tus acciones para con aquella persona Y recuerda no juzgar pues con la misma medida serás juzgado, deja el juicio y a Dios, que ES MISERICORDIOSO, lento para enojarse y generoso para perdonar.
 

EL AMOR


El amor
 


Dios es amor, Dios es perdón. Él nos mandó amar y perdonar: “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc 10, 27).
San Juan recoge muy bien el mandato del amor y este mandato lo repetía machaconamente una y mil veces, como lo único importante en la vida. Ese mandato es único. Es un gran tronco con tres ramas: amor a Dios, al otro y a uno mismo, o mejor, al otro como a uno mismo. Nosotros los humanos estamos muy acostumbrados a dividir, a separar. Y nos cuesta comprender que no puede existir el amor a Dios sin el del prójimo, y que éste es la concretización del otro. Es necesario amar a Dios, amar al otro y amarse a sí mismo. El amor es vida, es fuerza. Al amar nos asemejamos a Dios, recogemos toda su fuerza y poder, y todo lo que tocamos, aunque sea de barro, le damos vida con nuestra presencia y nuestro aliento. Quien ama tiene vida, engendra vida y deja vivir. Quien odia, está dominado por la muerte. 

Necesitamos el amor y el cariño para poder desarrollarnos y crecer como seres humanos. Sin amor se marchita la flor, se muere el animal y desaparece todo el género humano. Cuando amamos –decía Chesterton– no sólo ofrecemos flores a la persona amada, sino que las flores de todos los parques y jardines nos lo recuerdan.
Jesús fue maestro en el amor. Y amó a todos y hasta el final, pero especialmente a los más pobres e indefensos. Jesús amó y perdonó. Amó a los enemigos y perdonó a aquellos mismos que acabaron con su vida, porque no sabían lo que hacían. Quien no ama y no perdona es porque no ha conocido a Dios (1 Jn 4, 9).

El ser humano vive en la medida que ama. La vida nos ofrece la oportunidad de hacerlo a plenitud o a medias, de vivir en libertad o dentro de los muros de la prisión. Toda la vida debiera ser una historia de amor. 
El amor es una respuesta aprendida en la infancia y a lo largo de la vida. Para que el niño pueda amar y perdonar necesita crecer en un ambiente de amor y respeto, pues nadie puede dar lo que no ha recibido. Quizá, por eso, es importante caer en la cuenta de la fuerza transformadora del amor, abrirse a él, optar por él y tenerlo como lo único importante de nuestra vida, ya que en eso seremos juzgados (Mt 25,31-46). 

Amor que sonríe, sirve, cura y engendra fuerzas. Amor que es bondad, perdón, compasión y ternura. Amor que se expresa en un saludo, en una sonrisa, en una comida. Amor que libera del odio, que acaba con la envidia, que siempre siembra vida por donde pasa y anida.
 

EL DELICIOSO PASTEL


EL DELICIOSO PASTEL 

A veces me pregunto: ¿qué hice para padecer esto?, ¿por qué Dios lo permitió? ¡Aquí hay una explicación maravillosa!

Una hija le comentaba a su madre cómo todo le iba mal. Había suspendido álgebra, su novio cortó con ella y su mejor amiga se esta mudando de ciudad.

Mientras charlaban, su mamá estaba preparando un pastel y le preguntó a su hija:

- ¿Quieres comer algo ?

Y la hija le respondió: - Claro mamá, ¿me das un pedazo de tu pastel?

La mamá le contestó: -Ten , tómate este aceite.

- ¡Venga ya!, respondió la hija.

- ¿Qué tal un par de huevos crudos?, preguntó la madre.

- ¡Que asco, mamá!, respondió la hija.

- Entonces, ¿quieres algo de harina? ¿O qué tal bicarbonato?, insistió la madre.

- Mamá, ¡todo eso es asqueroso!, respondió la hija.

A lo cual la madre responde : - Sí, todas esas cosas parecen malas por sí solas. Pero cuando las unes de la manera adecuada, hacen un pastel delicioso.

Así trabaja Dios. Muchas veces nos preguntamos por qué nos permite pasar por tiempos tan malos y difíciles. Pero Dios sabe que cuando pone todas estas cosas en orden, siempre serán para nuestro bien.

Sólo tenemos que confiar en Él y, tarde o temprano, ¡estas cosas harán algo maravilloso!
 

LAS CAJAS DE DIOS


LAS CAJAS DE DIOS

Tengo en mis manos dos cajas que Dios me dio a guardar.
Me dijo: Pon tus tristezas en la negra, y todas tus alegrías en la dorada.
Seguí estas palabras y en ambas cajas tristezas y alegrías guardé respectivamente.

A pesar de que la dorada se hacía más pesada día con día, la negra era tan ligera como antes...

Lleno de curiosidad, abrí la caja negra para ver lo que ocurría, y vi en el fondo de la caja un agujero por donde mis tristezas habían desaparecido.

Se la mostré a Dios y le dije:
Me pregunto ¿dónde están mis tristezas?
Y con una tierna sonrisa me respondió:
"Hijo mío, todas ellas están aquí conmigo".

Le pregunté: Dios mío, ¿por qué me diste las cajas?
¿Por qué la dorada, y la negra con agujero?

Y él me respondió: "Hijo mío, la dorada es para que tomes en cuenta todas tus bendiciones, la negra es para que puedas olvidar".
 

GUSANITO


GUSANITO

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un saltamontes.
Hacia dónde te diriges? le preguntó. Sin dejar de caminar, la oruga contestó:
Tuve un sueño anoche: soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo. Sorprendido, el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba; debes estar loco!, cómo podrás llegar hasta aquel
lugar?, Tul una simple oruga!

Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó, su diminuto cuerpo no dejó de moverse.
De pronto se oyó la voz de un escarabajo: Hacia dónde te diriges con tanto empeño? Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante:  Tuve un
sueño y deseo realizarlo, subir a esa montaña y desde ahí contemplar todo nuestro mundo.

El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: Ni yo, con patas tan grandes, intentaría realizar algo tan ambicioso y se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor le aconsejaron a nuestro amigo a desistir, No lo lograrás jamás! Le dijeron, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin
fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo y murió.

Todos los animales del valle fueron a mirar sus restos, ahí estaba el animal más loco del pueblo, había construido como su tumba un monumento a la insensatez, ahí estaba un duro refugio, digno de
uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.  De pronto quedaron atónitos, aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta, poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron
saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa, no hubo  nada que decir, todos sabían lo que pasaría, se iría volando hasta la gran montaña y realizaría su sueño, el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir, todos se  había equivocado.

 Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por el, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos.

EL ÉXITO EN LA VIDA NO SE MIDE POR LO QUE HAS LOGRADO, SINO  POR LOS OBSTÁCULOS QUE HAS TENIDO QUE ENFRENTAR EN EL CAMINO.



 

¡MANOS UNIDAS¡


¡Manos Unidas!
Autor: Ángel Luis Martín
 
 
Manos que oran,
pidiendo a Dios las bendiga.
Manos que tienen ojos,
para ver a los pobres,
manos que tienen oídos,
para oír el llanto
del hermano que sufre.
Manos que perdonan,
todas las ofensas.
Manos con perfume,
que huele a humildad,
para levantar de la cuneta,
a los marginados de la historia.
Manos doloridas,
de tanto curar heridas.
Manos Unidas,
llenas de semillas,
de amor y de vida.
 

OCÉANO


Océano

¡Siente el viento, como suavemente acaricia tu piel...! 

¡Percibe el olor que brota de estas aguas profundas!

Escucha el cantar de las sirenas, el aleteo de los peces;
recoge tus pensamientos y échalos todos al mar; 
el agua los purificará 
y los devolverá a ti con más claridad...

¡Recuerda que, eres el protagonista de esta historia...!

Siente las olas como chocan con tu cuerpo, 
humedeciendo tu piel palmo a palmo.

¡Recibe esa paz que el paisaje te ofrece 
y deja que tus problemas se sumerjan, 
hasta hundirse en el fondo, sin poder flotar...!

¡Las aguas te invitan a sumergirte! 
Tu cuerpo te lo pide sin cesar.

En tus manos está la decisión.
Penetra en este misterioso mundo 
y solamente déjate llevar...

¡Echa tus problemas al mar!

A veces es necesario llorar.
Las lágrimas purifican el alma 
y tu ser liberarás de esas ataduras.

¡Desde ahora te llenarás de paz, 
y con amor, todo lo enfrentarás!

Sumérgete en su profundidad; 
permite que tus heridas sanen.

¡Despéjate de los pensamientos negativos: 
todos tus resentimientos, tus corajes, 
tus penas, tus dudas, tu cansancio...!

¡Llénate de cosas positivas; 
piensa que cada día es uno nuevo; 
que mañana serás una nueva persona...!

¡Mímate, eres un ser humano único!

¡Deja que el agua purifique tu mente; 
echa tu alma a volar y sueña...!

¿QUÉ HORA ES?


¿QUÉ HORA ES?

Una vez ví un bonito reloj y me aproximé para verlo más de cerca. Debajo del reloj, había una pregunta curiosa que decía ¿Qué hora es?

Estas tres palabras unidas forman una gran pregunta para nuestras vidas. Luego de leer esta pregunta, vinieron a mi mente muchas respuestas para cada persona, como por ejemplo:

Es Hora de Perdonar, es la respuesta de las personas que a lo largo de los años han vivido odiando a alguien.

Es Hora de Arrepentirse puede ser la respuesta de los pecadores

Es Hora de Olvidar, responderá alguien que vive de recuerdos, pensando en el pasado, amarrado al pasado, atrapado en el pasado.

Es Hora de Dar, tendría que responder una persona que ha sido mezquina, que ha sido egoísta y se ha olvidado del prójimo

Es hora de ser Humilde, seria la respuesta de las personas orgullosas

Es hora de estar alegres, por la esperanza que tenemos (Romanos 12,12) seria la respuestas de miles que viven tristes y sin esperanza.

Es hora de buscar la Paz, Es hora de buscar la Armonía, tendrían que responder los que viven en guerra, buscando la violencia.

Es hora de ser Valientes y Trabajadores, tendrían que responder los perezosos y flojos.

Es hora de seguir el Camino La Verdad y La vida, dirían los que están perdidos

Es hora de seguir al Buen Pastor, dirían las ovejas descarriadas

Es hora de buscar la Luz, exclamarían los que viven en la oscuridad

Es hora de Ayunar, Es hora de la Penitencia, Es hora de la Limosna, dirían los feligreses en Cuaresma.

Es hora de Buscar a Dios, dirán también muchos

Para la pregunta "¿Qué hora es?" existen muchas y diversas respuestas. Hay diferentes maneras de contestar, pero de manera particular la respuesta que yo daría, mi respuesta preferida, la que mas me emociona es:

ES HORA de: "AMAR A DIOS con todo nuestro CORAZON, con toda nuestra ALMA, y con toda nuestra MENTE y con todas nuestras FUERZAS (Mc 12,29)"

Por gracia de Dios, nosotros tenemos aún un Reloj, el reloj de nuestra vida. Aún nos queda el tiempo necesario para responder adecuadamente a la pregunta: ¿Qué hora es? 

Responde con tu vida a esta pregunta, con tus acciones; responde con buenas obras.

Un consejo: Durante el resto de tu vida, prepara la repuesta que salvará tu vida.

Si aprovechas el reloj de la vida y aprendes a responder a esta pregunta, cuando mueras y te encuentres ante el tribunal de Cristo, a ti te corresponderá hacer esta pregunta. Sí, en efecto, probablemente cuando llegues asombrado por el cambio de estado, preguntaras: ¿Qué hora es Señor? 

Y si en la vida terrenal aprendiste a responder a esta pregunta, Jesucristo seguro te responderá:

Es hora de la ETERNIDAD, Es hora de la VIDA ETERNA. 

¿HAY CRISTIANISMO SIN CONTRASTES?


¿Hay cristianismo sin contrastes?
No existe cristianismo sin contrastes porque No existe cristianismo sin cruz, sin sacrificio, sin verdades que penetran más que una espada.
 
¿Hay cristianismo sin contrastes?


Nunca ha sido fácil predicar el Evangelio. No lo fue para el mismo Cristo. No lo fue para los primeros cristianos. No lo fue para tantos y tantos anunciadores del pasado. No lo es tampoco en nuestro tiempo.

Existe, sin embargo, el peligro de una predicación apagada, tranquila, hecha más para tranquilizar a los oyentes que para ayudar a un encuentro auténtico con Jesucristo.

Ese peligro se produce cuando permitimos que la mentalidad del mundo nos domine. Entonces dejamos de sentir el fuego del Evangelio en nuestras almas y nos preocupamos en evitar críticas o reacciones negativas, en no incomodar a los oyentes.

Así, resulta fácil encontrar homilías donde no se habla del pecado. O constatar que hay sacerdotes y laicos que tienen miedo a denunciar la injusticia terrible que se comete en cada aborto. O leer textos de grupos más o menos competentes en catequesis que han eliminado conceptos como los de infierno, culpa, avaricia, tibieza, lujuria y parecidos.

Hay quienes piensan que de este modo atraerán a la gente a la Iglesia católica. Pero, ¿atrae la sal cuando se vuelve sosa? ¿Estimula una luz que no alumbra? ¿Es seguidor de Cristo quien deja de lado por completo la idea de la cruz y la necesidad de abnegarse cada día, quien olvida los deberes de caridad hacia los pobres, los enfermos, los más necesitados?

Un cristianismo descafeinado, anonido, tibio, no es cristianismo. Será, quizá, un espejismo más o menos engañoso, pero no la fe en todo lo que realizó y predicó el Hijo de Dios que vino al mundo para rescatar al hombre del pecado.

No existe cristianismo sin contrastes porque no existe cristianismo sin cruz, sin sacrificio, sin verdades que penetran más que una espada de doble filo (cf. Hb 4,12).

Sólo a través del mensaje auténtico, genuino, puro, que viene de Cristo, el cristianismo llega a ser lo que quiso su Fundador: el encuentro con el Camino que lleva a la Verdad y a la Vida, que nos saca de nosotros mismos para invitarnos a acoger el Amor y a amar a Dios y a los hermanos.



 

FRASES SOBRE DIOS


FRASES SOBRE DIOS

Dios Dios mira las manos limpias, no las llenas.
(Publio Siro)

Dios no habla, pero todo habla de Dios. 
(Julien Green)

¡Dios nos conduce por caminos tan imprevistos...! (Charles de  Foucauld)

Dios no nos arrastra; nos atrae. 
(C.H. Mackintosh)

Dios nunca te cerrará una puerta …, sin abrirte otra.

Quien busca la verdad, busca a Dios, aunque no lo sepa.

(Edith Stein)

El que no escucha primero a Dios, no tiene nada que decir al mundo.
(Hans Urs Baltasar)


El Señor implica, complica y simplifica... (Carlos Clemente)

El Señor sabe quién soy: esto me basta. (Juan XXIII)

El silencio es el único rumor que hace Dios cuando pasa por el mundo. 
(Víctor M. Arbeloa)

En Cristo, mensaje y mensajero son una misma cosa.

No debemos usar a Dios como se usa una muleta para caminar. (Remo Cantoni)

Dios nos dio los recuerdos para que pudiéramos tener rosas en diciembre.
(James Barrie)

La sombra no existe. Lo que tú llamas sombra es la luz que no ves. 
(Henri Barbusse)

LA SOPA DE PIEDRA


LA SOPA DE PIEDRA

Cierto día, llegó a un pueblo un hombre y pidió por las casas para comer, pero la gente le decía que no tenían nada para darle. Al ver que no conseguía su objetivo, cambió de estrategia. Llamó a la casa de una mujer para que le diese algo de comer. 

- "Buenas tardes, Señora. ¿Me da algo para comer, por favor?"

- "Lo siento, pero en este momento no tengo nada en casa", dijo ella.

- "No se preocupe - dijo amablemente el extraño -, tengo una piedra en mi mochila con la que podría hacer una sopa. Si Ud. me permitiera ponerla en una olla de agua hirviendo, yo haría la mejor sopa del mundo.

- ¿Con una piedra va a hacer Ud. una sopa? ¡Me está tomando el pelo!

- En absoluto, Señora, se lo prometo. Deme un puchero muy grande, por favor, y se lo demostraré”

La mujer buscó la olla más grande y la colocó en mitad de la plaza. El extraño preparó el fuego y colacaron la olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir ya estaba todo el vecindario en torno a aquel extraño que, tras dejar caer la piedra en el agua, probó una cucharada exclamando: 
- ¡Deliciosa! Lo único que necesita son unas patatas". 

Una mujer se ofreció de inmediato para traerlas de su casa. El hombre probó de nuevo la sopa, que ya sabía mucho mejor, pero echó en falta un poco de carne. 

Otra mujer voluntaria corrió a su casa a buscarla. Y con el mismo entusiasmo y curiosidad se repitió la escena al pedir unas verduras y sal. Por fin pidió: "¡Platos para todo el mundo!". 

La gente fue a sus casas a buscarlos y hasta trajeron pan y frutas. Luego se sentaron todos a disfrutar de la espléndida comida, sintiéndose extrañamente felices de compartir, por primera vez, su comida. 

Y aquel hombre extraño desapareció dejándoles la milagrosa piedra, que podrían usar siempre que quisieran hacer la más deliciosa sopa del mundo.

Moraleja: Con la cooperación se alcanzan resultados notables, aun cuando se parta de contribuciones pequeñas, o incluso insignificantes. Esta es la fuerza milagrosa que tiene el COMPARTIR. Cada uno podemos poner alguna de nuestras virtudes al servicio de los demás y el resultado puede ser espectacular.

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