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sábado, 27 de julio de 2013

Ficha de Plantas Medicinales XVIII





Hiedra terrestre (Glechoma hederacea)
Hierba perteneciente a la familia de las labiadas.
Como su mismo nombre indica, su crecimiento es rastrero, desparramado sobre el suelo.
Curiosamente, las ramas que van a echar flor se empinan y crecen hasta un palmo de altura.
Las hojas están enfrentadas, 2 en cada nudo.
Las flores nacen en las axilas de las hojas, dos o tres en cada nudo, y todas echadas hacia un lado.
Esta hiedra se cría en bosques de especies frondosas -sobre todo en los de hoja caediza- por toda la cordillera pirenaica y alrededores.
También se da en la cordillera cantábrica.
La floración de la hiedra terrestre se da a partir del mes de marzo, durante toda la primavera.
De la recolección interesa toda la planta florida.
Para proceder se cortan los vástagos jóvenes y se limpian cuidadosamente, eliminando cualquier rastrojo y posibles parásitos que pudiera albergar.
Rápidamente se pone a secar en capas finas, a la sombra o en secadero a temperatura no superior a la del cuerpo humano, es decir, unos 36ºC.
Encontramos un principio amargo, la marrubiina, además de pequeñas cantidades de esencia (no es una planta muy olorosa).
También contiene taninos, colina y determinados ácidos fenólicos como el cafeico y el clorogénico.
La marrubiina es la responsable de la acción fluidificante de las secreciones mucosas; al hacer más líquidas estas secreciones, son más fácilmente eliminables, y por tanto ejerce una acción expectorante.
El tanino le da una actividad astringente y vulneraria.
Esta virtud de sanar llagas y heridas (vulnerario), está reconocida por los franceses y así lo reflejan en su “codex”.
Por último, los ácidos fenólicos ejercen una función antiséptica.
Está indicada en catarros, faringitis, bronquitis, colitis, asma, heridas y forúnculos.
Además, se ha empleado popularmente como sedante, antidiarreico y contra las infecciones urinarias.
En la actualidad, el uso de esta hierba ha quedado relegado a la medicina casera, pero en la era medieval era ampliamente utilizada en toda Europa.
No es una planta que tenga efectos secundarios indeseables, por lo menos en las dosis habituales; lo que ocurre es que en nuestros días disponemos de mejores remedios para tratar las afecciones del aparato respiratorio.
Esta es la razón de que esta planta y otras muchas hayan caído un poco en el olvido.
.- Infusión. Se vierten 20 gr. de la planta en 1 litro de agua hirviendo; al cabo de 10 minutos se filtra el líquido y se bebe edulcorado con un poco de miel.
.- Zumo exprimido. Se recoge un puñado de hojas frescas y jóvenes, se lavan con agua corriente, se secan al aire durante unos minutos y después se machacan en mortero para extraer el líquido.
Para recuperar todo el zumo posible, se recogen las hojas sobre un pedazo de tela y se escurren al máximo.
El líquido obtenido se administra en dosis de 30 gr. al día.
.- Extracto fluido. Entre 15-25 gotas, 2 veces al día.
.- Alcoholatura. Con 500 gr. de la planta fresca recién cogida y 600 gr. de alcohol de 90ºC.
Se deja en maceración una semana.
Posteriormente se cuela el alcohol y se exprime fuertemente el residuo.
Se administra a razón de 2 cucharadas de café diarias en las bronquitis crónicas.
Expectorante. Antiséptico. Astringente
Hierba callera (Sedum telephium)
La hierba callera es una planta perteneciente a la familia de las crasuláceas.
Esta familia se llama así por la crasitud de sus hojas, es decir, porque son verdaderos reservorios de agua, lo que permite a estas plantas resistir prolongados períodos de sequedad en el suelo y en el aire.
La hierba que nos ocupa tiene una cepa engrosada de la cual arrancan en primavera los vástagos nuevos que crecen empinados y tiesos.
Las flores son pequeñitas y muy numerosas, de un color blanquecino algo rosado.
Se cría en peñascales, casi siempre en rocas sin cal, en la mayor parte de los Pirineos.
También se cultivan en jardines y macetas.
La hierba callera florece en la época de máximo calor, en pleno verano.
De la recolección interesan las hojas, que se emplean en estado fresco, colectadas durante la floración.
En algunos casos las hojas se conservan sumergidas en aceite, con objeto de utilizarlas fuera de tiempo -cuando se necesiten- aunque lo mejor es usarlas recién cogidas.
En las hojas de esta planta encontramos un glucósido que se descompone en un azúcar y una esencia de olor parecido al del geraniol.
También es rica en sales cálcicas y contiene pequeñas cantidades de magnesio y hierro.
La principal virtud de esta planta es la vulneraria, es decir, que sana llagas y heridas.
También se le atribuyen otras virtudes como son el actuar como cicatrizante y callicida.
La manera de proceder con las hojas de esta hierba es muy fácil: una vez que se han recogido las hojas con cuidado, se separa la finísima piel que recubre la cara superior de las mismas, que se separa fácilmente de su molla y se aplica directamente sobre quemaduras, cortes, llagas y heridas en general.
Procediendo de esta manera se activa la cicatrización y encoramiento de todas estas agresiones dérmicas.
Asimismo está demostrado que la aplicación de la hoja sobre callos consigue hacer que estos se ablanden.
.- Uso externo. La hoja se aplica directamente, procediendo como hemos explicado en las aplicaciones.
Si partimos de la hoja conservada en aceite, se procede de la misma manera; dependiendo de cómo se hayan guardado, tendrán mayor o menor actividad.
No se conocen aplicaciones de esta planta por vía oral.
Vulnerario. Cicatrizante. Callicida
Hierba carmín (Phytolacca americana)
Es una planta vivaz que suele medir un metro de altura, aunque en buena tierra y con abundante agua puede llegar a alcanzar los dos metros.
Carece de vello en todas sus partes y está repleta de hojas que se encuentran distribuidas por toda la planta; éstas son bastante grandes y su forma es más bien ovalada, aunque acaban en forma de lanza y se encuentran unidas al tallo por medio de un rabillo.
El tallo es bastante grueso en la base y ramificado en los extremos.
La hierba carmín es originaria de América del norte y puede encontrarse en las comarcas marítimas de toda la Península.
Se cría en setos y cerca de lugares húmedos, principalmente en lugares sombríos y frescos.
Esta planta florece durante los meses de verano.
Sus flores son blancas, están formadas por cinco pétalos con forma redondeada.
Se pueden encontrar ramos con un gran número de florecillas distribuidos por toda la planta.
Los frutos maduran durante el otoño, tienen forma de discos y están formados por diez gajitos.
Antes de madurar son de color verdoso y después se oscurecen hasta convertirse en negros.
Son muy jugosos.
Las partes más utilizadas de esta planta son las raíces y los frutos, y por lo tanto las únicas que se recolectan.
El fruto se recoge cuando está bien maduro, lo que suele coincidir con el final del verano y el principio del otoño.
Contiene, entre otras sustancias, glucósido saponínico, ácido fórmico y acético.
Esta planta -que en dosis pequeñas no produce problemas- puede convertirse en muy tóxica si las dosis son elevadas; por lo tanto, no es recomendable su uso casero sin las recomendaciones de un médico.
Los frutos de la hierba carmín se utilizan como purgantes o vomitivos, dependiendo de la cantidad que se administre.
La manera más común de usar esta planta -y a su vez la única recomendable- es externamente.
Normalmente se aplica en forma de pomada contra las erupciones cutáneas, sarpullidos y similares.
El zumo que se obtiene del fruto se utilizaba antiguamente para teñir prendas de vestir por el color rojizo que desprendía, del que procede además su nombre.
En muchos lugares de España se utilizan como plantas decorativas por su gran belleza.
Esta planta no puede utilizarse como preparado casero debido a su toxicidad en cantidades algo elevadas, por lo que la única forma de administración aconsejable es externamente.
.- Pomada. Se toman 200 gramos de la raíz, que es la parte más activa, y se reducen a polvo.
Se prepara con ello una pomada que puede aplicarse en erupciones cutáneas tres veces al día.
.- Tinte. Se obtiene el zumo del fruto bien maduro y se utiliza para teñir.
Purgante. Emético. Tóxico
Hierba de la esquinancia (Asperula cynanchica)
La hierba de la esquinancia es una planta pequeña que no suele alcanzar más de dos palmos de altura.
La cepa perdura durante mucho tiempo; sin embargo, las ramas y las hojas se renuevan todos los años.
Dichas ramas son muy finas y carecen de vello.
Las hojas son puntiagudas y nacen agrupadas en grupos de cuatro o cinco en los diferentes nudos.
Podemos encontrarla por toda la Península Ibérica y también en las islas Baleares.
Se cría en lugares secos y calcáreos, especialmente en los bastante pedregosos y arenosos a cualquier altitud, ya sea a nivel del mar como en montañas cercanas a los 2.000 m.
La hierba de la esquinancia comienza a florecer durante el mes de mayo y continúa floreciendo durante todo el verano, para finalizar en otoño.
Las flores son muy pequeñas, de color rosado y con el cáliz en forma de embudo.
Los frutos también son muy pequeños y carecen de vello como el resto de la planta.
Se recolectan las parte aéreas de la planta, especialmente en la época de floración que es cuando tienen sus principios más activos.
Si se quieren conservar durante mucho tiempo es conveniente ponerlas a secar al sol y guardarlas después en tarros de cristal herméticamente cerrados y en lugar sin humedad.
Esta planta es conocida por sus grandes propiedades diuréticas.
También se la ha considerado durante mucho tiempo como buen remedio para disolver piedras en la vejiga, aunque esta creencia viene propiciada porque se puede encontrar en lugares arenosos y pedregosos.
Es buena para curar todo tipo de afecciones de garganta y anginas.
Fue más utilizada en la antigüedad que hoy en día.
Hace unos cuantos años estaba muy bien considerada (especialmente por la zona de Aragón) en medicina facultativa.
En estos momentos se usa más como remedio casero que por los médicos, pero todavía esta extendida por todo el país ya que se puede encontrar en todas las provincias.
.- Infusión. Se pone medio litro de agua a hervir y después se añaden 30 gr. de la planta.
Se toma como diurético y para diluir los cálculos 3 veces al día después de las comidas.
.- Cocimiento. Se pone 1 litro de agua a calentar junto con 50 gr. de la planta.
Se hacen gárgaras después de colar el preparado para combatir las anginas.
.- Cataplasma. Se machaca la planta y se coloca sobre un trapo de algodón.
Se aplica sobre la garganta para curar infecciones.
Diurético. Antiséptico. Antiinflamatorio
Hierba de la perlesía (Stachys recta)
La hierba de la perlesía es una planta cuya cepa leñosa dura bastantes años.
Las ramas y las hojas se renuevan todos los años y suelen alcanzar de 10 a 40 cm de altura.
El tallo suele estar muy ramificado y repleto de hojas; estas son de forma lanceolada y se encuentran unidas a la rama correspondiente por medio de un rabillo no muy corto.
La hierba de la perlesía se encuentra en la zona norte de la Península Ibérica, por los Pirineos, cordillera cantábrica, etc.
Es muy difícil hallarla por el sur.
Se cría entre matorrales en terrenos áridos y con piedras de zonas montañosas.
La época de floración dura todo el verano.
Las flores son de color amarillo y se agrupan en ramilletes con forma de espiga que contienen de cinco a seis flores cada uno.
La corola es bilabiada, el cáliz tiene forma tubular y está dividido en el extremo.
Se recolecta la planta entera, preferiblemente en verano que es cuando se encuentran más activos sus componentes.
Puede usarse verde o seca, por lo que solo se pone a secar una parte de lo recolectado; después se almacena en un lugar sin humedad y se guarda en frascos de cristal herméticamente cerrados.
La raíz de esta planta está compuesta de una sustancia denominada estaquiosa.
En alguna ocasión se ha utilizado como laxante, pero su efecto es muy leve y existen otras muchas plantas más eficaces que ella para combatir este problema.
Se conocía por lo que se creían propiedades casi milagrosas, ya que antiguamente se tenía la certeza de que podía curar zonas afectadas por alguna parálisis con solo darse unos cuantos baños con un cocimiento de la planta en la parte afectada.
Esta teoría tuvo su arraigo en el norte de España, donde hubo médicos que corroboraron estas teorías en algún informe; incluso cuentan casos de gente que se curó con baños en un cocimiento de esta planta.
Hoy en día no se puede afirmar que esto sea cierto; aunque tal vez sea algo beneficiosa, milagros no hace.
.- Cocimiento. Se ponen 4 litros de agua a calentar y se añaden 60 gr. de la hierba de la perlesía; se cuelan los restos de la planta y se deja enfriar un poco hasta que el agua esté tibia.
Este preparado se utilizaba para tomar baños en la parte afectada de dolor o de cierta parálisis.
También se han utilizado estos preparados para beberlos, y no sólo en baños.
Laxante. Movilidad de parálisis
Hierba de las piedras (Silene saxifraga)
La hierba de las piedras es una hierba muy pequeña que mide como máximo un palmo y medio de altura.
Ahora bien, su altura varía según la tierra en que se encuentre, el clima y otra serie de elementos que influyen en su crecimiento.
Es una hierba muy ramosa, con ramas que crecen anualmente, nudosas y de color oscuro.
Los tallos que nacen de estos ramillos son largos, finos y verdes.
Las hojas son muy numerosas y nacen enfrentadas en los nudillos; son puntiagudas y tienen unas pestañas en los bordes muy difíciles de observar debido a su reducido tamaño.
Esta planta se cría en las zonas montañosas de la mitad norte de España, fundamentalmente en los Pirineos.
Es muy difícil verla en zonas no rocosas.
La floración de la hierba de las piedras comienza en el mes de mayo y abarca toda la primavera y el verano.
Las flores aparecen sostenidas por los cabillos y nacen en los tallos nuevos.
El cáliz es estrecho en la parte inferior y bastante ancho en la parte superior; tiene cinco pétalos divididos en dos lóbulos con forma de estrella.
Cada pétalo a su vez forma apéndices de tamaño reducido.
El fruto está sostenido por un soporte tan grande como él; es de forma ovalada y puede alcanzar los 8 mm de tamaño.
Se recolecta la planta entera, normalmente cuando es joven, aunque tampoco importa hacerlo cuando ya es adulta.
Se desconoce la composición de la hierba de las piedras.
Algunos especialistas dicen que puede tener saponina, como en otras plantas del mismo género.
Aunque en el siglo pasado se decía que esta planta había caído ya en desuso, esto no era del todo cierto, ya que por ejemplo en la actualidad se emplea en Cataluña corrientemente para sanar problemas de riñón, y más concretamente los derivados de cálculos renales.
Tomando infusiones de esta planta se destruyen los cálculos, que son expulsados por la orina.
También se pensaba por aquel entonces que, dado que esta planta resquebraja las piedras para que penetre su raíz, debía servir igualmente para romper las piedras de la vejiga.
Antiguamente se utilizaba el vino en el que se cocía la planta y se usaba -además de para combatir problemas de vejiga- para sanar calenturas.
.- Infusión. En un litro de agua se cuece una onza de la planta.
Si la hierba es joven, adquiere un color verde.
Se recomienda endulzarla con azúcar y tomar una taza de esta infusión en ayunas, aunque se puede beber en cualquier momento.
Diurético. Piedras del riñón
Hierba de las siete sangrías (Lithospermun fruticosum)
La hierba de las siete sangrías forma una extensa mata de color verde ceniciento y de tacto bastante áspero.
Se compone de muchas ramas y ramitas leñosas y de jóvenes brotes muy tiernos, que son los que traen las flores.
Las hojas son estrechas, sin rabo, parecidas a las del romero, solo que un poco más cortas y cubiertas de pequeños pelos cortos, que son los que comunican la aspereza a la planta.
El fruto se compone de tres o cuatro granitos lisos, blanquecinos, que se alojan en el fondo del cáliz.
Esta hierba se cría en los terrenos calcáreos de tierra baja, por casi toda la Península, aunque también se ha encontrado a casi 2000 m. de altura.
En algunas zonas florece a partir del mes de marzo, continuando durante todo el mes de abril; pero en tierras altas se han visto flores en pleno mes de junio.
De la recolección nos quedamos con los brotes de hojas y flores, los cuales se recogen cuando la planta está en su época de máxima floración.
Una vez recogidos, se ponen a secar a la sombra o en secadero, a temperaturas no demasiado elevadas, para que la hierba conserve sus propiedades medicinales.
De la composición de la hierba de las siete sangrías poco se puede decir, ya que apenas se ha estudiado.
Es posible que contenga ácido litospérmico, como otras plantas pertenecientes a la misma familia.
Popularmente, esta hierba ha sido considerada como hipotensora, hipocolesteremiante, hemostática, antiséptica y anticatarral.
Por tanto, está indicada en problemas de hipertensión moderada, gripe, catarros, heridas y ulceraciones dérmicas.
Parece ser que algunos de sus componentes tienen propiedades parasiticidas, aunque esto está todavía por demostrar.
En la mayor parte de la Península esta hierba goza de mucho prestigio en lo que se conoce como “rebajar la sangre”.
Incluso existen incipientes estudios que avalan este empleo.
Por último, hemos de comentar también que entre los pastores de algunas regiones la hierba se considera vulneraria, es decir, que cura llagas y heridas.
Como la mayoría de las hierbas de empleo medio, la mejor manera de consumirla es en forma de infusión.
La proporción que se recomienda es de tres partes de la hierba por cien de agua.
Esta infusión se toma dos o tres veces al día, después de las comidas.
Asimismo, se puede usar externamente, en forma de lavados.
Febrífugo. Parasiticida. Vulnerario
Hierba de los anteojos (Biscutella auriculata)
La hierba de los anteojos es una planta anual perteneciente a la familia de las crucíferas.
No suele alcanzar mucha altura, sobre todo si el año en curso no ha sido de muchas lluvias.
El tallo lo tiene derecho, con las hojas amontonadas en la base, como si fuera una roseta y unas pocas repartidas a lo largo del tallo.
Estas hojas son de figura alargada, con los bordes formando ondulaciones y algunos pelillos repartidos en el haz y el envés.
Las flores se recogen en un ramillete terminal y cada flor está sostenida por un cabillo.
El fruto es grande y ancho, con figura de anteojos.
Se cría entre las mieses, en los viñedos, olivares, barbechos, etc., repartida principalmente por la mitad meridional de la Península.
La hierba de los anteojos florece cuando llega la primavera, a partir del mes de abril.
De la recolección con fines terapéuticos interesa toda la planta, que se debe recolectar cuando está a punto de florecer o a más tardar recién florida, ya que cuando la planta echa el fruto pierde todas sus virtudes.
Estos pequeños trucos de recolección son muy importantes, pues una planta con excelentes virtudes puede convertirse en algo carente de valor si no se siguen unas determinadas reglas.
Una vez recolectada se debe poner a secar a la sombra o en secadero, a ser posible a temperaturas inferiores a los 30 ºC.
Finalmente se guarda en frascos bien secos y alejados de la luz.
La composición de esta hierba es totalmente desconocida.
La razón de que nuestros antepasados se fijaran en ella fue la curiosa forma de sus frutos, que se parecen a unos anteojos vistos de frente.
Posteriormente se descubrió que la tisana hecha a base de la hierba tenía ciertas propiedades diuréticas.
Se comprobó asimismo que poseía propiedades antiedematosas, relacionadas sin duda alguna con su virtud diurética.
No se le conoce ninguna otra propiedad, ni se sabe a ciencia cierta si se sigue utilizando.
Las hojas tienen cierto sabor herbáceo, al igual que el tallo, este último quizá algo amargo.
.- Infusión. Se prepara a partir de la planta entera, previamente desecada y troceada.
Como se trata de una planta atóxica, las dosis a utilizar se pueden calcular a ojo.
Se añade un puñado de la hierba a un litro de agua hirviendo y se deja enfriar un poco.
Posteriormente se puede edulcorar a gusto de cada cual.
Diurético
AntiedematosoHierba de San Antonio                               (Epilobium hirsutum)
La hierba de San Antonio pertenece a la familia de las enoteráceas, grupo de plantas poco conocidas desde el punto de vista médico, de las cuales solo interesan dos especies: la presente y la llamada “castaña de agua”, que veremos en otra ficha.
La hierba que nos ocupa ahora es una planta vivaz que echa unos tallos rollizos, derechos, que pueden alcanzar hasta un metro de altura e incluso más, y que aparecen cubiertos por un fino y suave vello, al igual que las hojas.
Las flores nacen solitarias en los encuentros con las hojas superiores.
Se cría profusamente a orillas de ríos, arroyos, acequias y arroyuelos, y se encuentra repartida por casi toda la Península.
La hierba de San Antonio florece a partir del mes de junio.
Las flores abiertas tienen unos 2 cm. de ancho y un color que varía entre el rosado y el púrpura.
Estas flores se componen básicamente de cuatro sépalos y cuatro pétalos cruzados, con una pequeña escotadura en su extremo.
En realidad, no es la flor la que interesa desde el punto de vista médico, sino el tallo y las hojas.
Para la recolección se prefieren los tallos tiernos, que se arrancan con las hojas incluidas.
Es mejor esperar a que la planta esté a punto de florecer.
Las hojas se disponen de distinta manera en las zonas superiores e inferiores; en las partes bajas del tallo se encuentran enfrentadas, pero luego, al ir ascendiendo, nacen desparejadas.
La composición de esta hierba no es muy conocida.
Parece que en las hojas se ha hallado algo de ácido málico, pero tampoco existen estudios serios al respecto.
En realidad esta planta no ha sido muy usada.
En algún manual antiguo se cita su administración en tratamientos más o menos prolongados, y llegaba a normalizar la menstruación en algunas mujeres.
Pero su empleo no se popularizó en ninguna parte, aunque por tratarse de una especie totalmente inocua no revestía peligro tomarla en grandes dosis.
Las gentes de campo -que siempre gustan de experimentar con todo lo que les rodea- sí la empleaban.
Existe una vieja receta que aconseja tomar este remedio como a continuación describimos: se toman unos 60 g. de hojas y tallos y se ponen a cocer en un litro de agua hasta que el líquido se reduzca a la mitad; posteriormente se cuela el cocimiento y se guarda hasta el momento que se vaya a emplear.
Se puede tomar cuanto se quiera.
Emenagogo. Astringente. Cicatrizante
Hierba de San Cristóbal (Actaea spicata)
La hierba de San Cristóbal es una planta vivaz.
Es bastante grande y alcanza con facilidad el metro de altura.
Su cepa es gruesa y oscura; de ella parte el tallo, que tiene muy pocas hojas pero muy grandes.
Estas están divididas en tres segmentos que a su vez se subdividen formando un conjunto de gajos desiguales.
Los bordes son aserrados y tanto por el derecho como por el reservo carecen de vello.
Es fácil encontrarla en la zona norte de la Península, especialmente en zonas montañosas de gran altitud como los Pirineos y la cordillera cantábrica.
También se halla en Valencia y por el centro del país, aunque es muy raro verla en el sur.
Se cría en zonas sombrías y húmedas, en barrancos y bosques.
Las flores se encuentran en el extremo del tallo.
Suelen nacer en grupos y es muy raro encontrarlas aisladas; son bastante pequeñas y de color blanco; su fruto tiene forma elíptica y contiene muchas semillas.
Es de color bastante oscuro, prácticamente negro y con mucho brillo.
La época de floración comienza en el mes de mayo, que en ocasiones se prolonga hasta junio e incluso julio, dependiendo de la zona en la que se encuentre.
La única parte que se recolecta es el rizoma.
El rizoma está compuesto por un complejo glucosídico hidrosoluble que es el que proporciona la acción cardiotónica de esta planta.
Es necesario tener mucho cuidado con la hierba de San Cristóbal, ya que puede resultar muy tóxica.
No se debe utilizar nunca como remedio casero y solo debe formar parte de algún preparado que realicen los facultativos.
Sus virtudes médicas se restringen al corazón, sobre el que actúa como tonificante.
Externamente se ha utilizado muchas veces como insecticida, aplicándose sobre todo tipo de ganado.
Los primeros restos de esta planta se fechan en la época medieval.
No se sabe con exactitud cuál es su origen, pero existen indicios de ella en los jardines de castillos feudales.
Los restos se encontraron en terrenos no muy aptos para que se criara sola, por lo que se cree que ya en esa época se empezó a cultivar y cuidar.
Su uso no es recomendable como remedio casero ya que puede ser muy tóxico; si no es en manos de un experto, puede convertirse en un veneno mortal.
.- Insecticida. Antiguamente se mezclaba con manteca de cerdo y se utilizaba para matar insectos; asimismo, en algunas ocasiones se aplicaba -siempre externamente- para curar la sarna.
También se utilizó como alimento para el ganado.
Tóxico. Insecticida. Cardiotónico
Hierba de San Pedro (Primula officinalis)
La hierba de San Pedro es una planta herbácea anual o bienal perteneciente a la familia de las primuláceas, dotada de un tallo velloso, ramificado, en el cual se insertan hojas alternas; sus flores se elevan en parejas, gracias a la presencia de largos pedúnculos.
La característica más notable de esta hierba es el desagradable olor que desprende cuando se estruja cualquier parte de la planta.
Existen dos variedades de esta planta, ambas con igual uso medicinal.
Se cría por todo el Pirineo, especialmente por extensos prados.
La hierba florece a partir del mes de abril, e incluso antes en determinadas zonas geográficas.
De la recolección interesan tanto el rizoma y la raíz como las flores y las hojas.
Para recolectarla se aconseja esperar al momento de máxima floración.
Es importante proveerse de unos guantes ya que el jugo de la planta es vesicante.
Una vez recolectada, se deja a la sombra, en lugar bien ventilado, o en secadero, a una temperatura máxima de 35 ºC.
Posteriormente se guarda en frascos herméticos.
La hierba de San Pedro contiene taninos en elevada concentración, hasta un 38%.
Además encontramos un aceite esencial, un principio amargo y unos cuantos ácidos orgánicos como el ácido málico o el cítrico.
Sin embargo, esta composición está por confirmar, ya que los datos de que se disponen no son muy fiables.
Los taninos confieren a la planta una acción astringente, hemostática, diurética y antirreumática.
De estas propiedades se beneficia sobre todo la medicina de la infancia, ya que no es irritante ni tiene sabor desagradable.
Por su efecto balsámico tiene aplicaciones en tratamientos relacionados con las vías respiratorias.
En dosis moderadas tiene cierto efecto analgésico.
Por último, es importante señalar que la esencia de esta planta, igual que cualquier otra esencia, no se debe emplear en dosis elevadas, pues puede producir trastornos nerviosos o fenómenos alérgicos.
.- Decocción. Para inflamación de boca y garganta.
Se hierven 60 g. de hojas de hierba en 1 l. de agua; se filtra el líquido y se edulcora a gusto de cada uno.
Con la mezcla se hacen gargarismos 3 ó 4 veces al día.
.- Té de hierba. Para gargarismos o para aplicar directamente sobre heridas.
Para ello se vierte 1/4 l. de agua hirviendo sobre 2 cucharadas de hierba; se deja enfriar, se cuela y se bebe una taza 2 veces al día.
En farmacia se pueden encontrar presentaciones simples de la hierba, tanto el aceite esencial como el extracto fluido.
También existe alguna presentación compuesta.
Balsámico. Analgésico. Antirreumático
Hierba de San Roberto (Geranium Robertianum)
La hierba de San Roberto es una planta herbácea anual o bienal, dotada de un tallo velloso, ramificado, en el cual se insertan hojas alternas; sus flores se elevan en parejas, gracias a la presencia de largos pedúnculos.
La característica más notable de esta hierba es el desagradable olor que desprende cuando se estruja cualquier parte de la planta.
Según unos, huele a macho cabrío, aunque la mayoría opina que huele a la orina de alguien que ha comido espárragos.
Es una planta que se cría en cualquier rincón del país, con tal de que se trate de un lugar sombrío y húmedo.
Así, es fácil encontrarla entre las rocas, en los barrancos y al pie de los peñascos.
La hierba florece a partir del mes de abril, e incluso antes en determinadas zonas geográficas del sur.
De la recolección nos interesan las hojas y el tallo.
Para ello, se aconseja esperar al momento de máxima floración.
Es importante proveerse de unos guantes ya que el jugo de la planta es vesicante, es decir, que puede producir ampollas.
Una vez recolectada, se deja a la sombra, en lugar bien ventilado, o en secadero, a una temperatura máxima de 35 ºC.
Los tallos y las hojas de esta planta contienen taninos en elevada concentración, hasta un 35%.
Además encontramos un aceite esencial, el geraniol; un principio amargo, la geraniina, y unos cuantos ácidos orgánicos como el ácido málico o el ácido cítrico.
El nauseabundo olor de la planta se debe a una esencia que se volatiliza y se pierde cuando se procede al secado.
Los taninos confieren a la planta una acción astringente, hemostática, diurética y tónica general.
De estas propiedades se beneficia sobre todo la medicina de la infancia, ya que no es irritante ni tiene sabor desagradable.
Por su efecto diurético tiene aplicaciones en tratamientos de cálculos urinarios y renales.
Es importante señalar que la esencia de esta planta, igual que cualquier otra esencia, no se debe emplear en dosis elevadas, pues puede producir trastornos nerviosos o fenómenos alérgicos.
.- Decocción. Para inflamación de boca y garganta.
Se hierven 60 g. de hojas de hierba en 1 l. de agua; se filtra el líquido y se edulcora a gusto de cada uno.
Con la mezcla se hacen gargarismos 3 ó 4 veces al día.
.- Cataplasma. Para la curación de llagas y úlceras.
Se aplican directamente las hojas frescas, lavadas y machacadas.
Se venda con gasas y se renuevan las hojas 2 veces al día.
.- Esencia. De 2 a 5 gotas, 3 veces al día, aplicadas sobre un terrón de azúcar, en solución alcohólica u oleosa.
.- Té de hierba. Para gargarismos o para aplicar directamente sobre heridas.
Para ello se vierte 1/4 l. de agua hirviendo sobre 2 cucharadas de hierba; se deja enfriar, se cuela y se bebe una taza 2 veces al día.
En farmacia se pueden encontrar presentaciones simples de la hierba, tanto el aceite esencial como el extracto fluido.
También existe alguna presentación compuesta.
Diurético. Astringente. Cicatrizante
Hierba de Santa María (Tanacetum balsamita)
La hierba de Santa María es una planta vivaz, de las que echan nuevos vástagos en primavera.
Posee una cepa recia, ramificada horizontalmente, con numerosas raíces que surgen del rizoma.
El tallo es anguloso, con algunos surcos, y las hojas están sostenidas por un largo rabillo.
Las hojas superiores muestran pequeños apéndices en la base del rabillo y las más jóvenes se hallan totalmente recubiertas de un vello corto y raso, que van perdiendo a medida que se hacen adultas.
Se cría en huertas y jardines, asilvestrada y en cualquier suelo no muy seco.
Es originaria de Asia Menor.
Es una hierba que se deja ver en verano.
Al llegar esta época florece y se hace adulta, permaneciendo toda la estación florida.
Luego, con la llegada del otoño, se recoge hasta la primavera siguiente.
De la recolección con fines medicinales interesa la sumidad florida.
Una vez recogida, debe secarse y guardarse herméticamente para evitar que se pierdan sus principios activos.
La hierba de Santa María contiene un aceite esencial en concentraciones no superiores al 1%.
Este aceite esencial está poco estudiado, aunque se sospecha la presencia de carvona.
Entre las acciones farmacológicas más destacables a nivel popular, la que más fama tiene es la que ejerce sobre los gusanos intestinales.
Según se cuenta, esta hierba, administrada convenientemente, consigue paralizar la actividad vital de los gusanos y -aunque no llega a acabar con su vida- facilita enormemente su expulsión si se emplea junto con algún purgante.
Otra de las acciones que se le atribuyen es la de descargar el hígado, es decir, que actúa como colerético.
Por último, también facilita la menstruación cuando esta se retrasa demasiado.
Sin embargo, estas acciones no están todo lo estudiadas que debieran, por lo que conviene manejarla con cuidado.
Así, se sabe que puede producir trastornos nerviosos y gastrointestinales, e incluso resultar abortiva.
Con esto es suficiente para que su empleo se deje en manos de profesionales, pues en la actualidad existen remedios mejores, sobre todo para expulsar lombrices intestinales.
.- Polvo. Se emplean de 2 a 4 g. de la hierba debidamente micronizada.
Esta dosis se debe repetir, según criterio facultativo, los días que sean necesarios y debe ir seguida de la administración de un purgante.
.- Infusión. Basta con una cucharada de postre por taza de agua hirviendo.
Se toma a razón de una taza al día, preferentemente en ayunas.
Vermífugo. Colerético. Emenagogo
Hierba de Santiago (Senecio jacobaea)
La hierba de Santiago es una planta herbácea, conocida desde
hace tiempo por sus propiedades tóxicas, sobre todo entre el ganado.
Tiene una cepa corta y gruesa, de la cual arrancan numerosas raíces blancas poco profundas.
Los tallos son rollizos y casi leñosos en la base.
Las hojas son de figura alargada y tienen gajos muy profundos que casi llegan a la vena principal.
En la sumidad de la planta se alzan los ramilletes de cabezuelas, cada una con su botón central.
Es una planta vistosa.
Se cría en los prados y lugares herbosos de casi todo el Pirineo y montañas próximas, dándose muchas variedades de ella que sin embargo aún no están bien definidas.
Florece en la época de máximo calor.
De la recolección interesa la planta entera, aunque como hemos mencionado anteriormente se trata de una planta especialmente tóxica, por lo que su recolección debe dejarse en manos expertas.
Además, es una especie de la cual se han identificado muchas variedades, aunque todavía no muy bien estudiadas, por lo que no se puede descartar que algunas de ellas sean incluso más peligrosas.
En la composición de la hierba de Santiago se han encontrado flavonoides, taninos, un principio amargo y diversos alcaloides esteroídicos, responsables de su acción tóxica.
Las acciones farmacológicas más importantes de esta planta se refieren a sus efectos como venotónico, emenagogo y antidismenorreico.
Estas tres palabras tan complicadas se simplifican diciendo que la planta está indicada en problemas circulatorios, (como en varices), que además acelera la aparición de la menstruación y que por último combate las molestias ocasionadas por el ciclo menstrual.
Pero no debemos olvidar que la planta es tóxica: así, se sabe que en el ganado produce importantes lesiones hepáticas y que asimismo estas afecciones las puede provocar en el hombre.
Por tanto, esta hierba debe dejarse en manos expertas y cuando la prescriba un médico habrá de hacerlo durante períodos cortos o curas discontinuas.
Siempre hay que recordar que su uso debe estar supeditado a personal especializado; por tanto, debemos olvidarnos de los posibles usos domésticos de que nos hablen.
.- Infusión. Una cucharada de postre por taza de agua hirviendo.
Se recomienda no tomar más de tres tazas al día.
.- Extracto fluido. De 10 a 25 gotas, repartidas en tres tomas.
Tóxico. Venotónico. Emenagogo
Hierba del mal gra (Ranunculus parnassifolius)
Esta planta puede alcanzar como máximo 10 cm de altura.
Está formada por un tubérculo del que parten numerosas raíces que pueden llegar a medir entre 15 y 20 cm de longitud.
Normalmente se puede encontrar debajo de él el tubérculo del año anterior con las raíces mucho más delgadas.
El tallo también nace del tubérculo; de él parten las hojas, que tienen forma ovalada, son carnosas y de bordes lisos.
Se puede encontrar en la zona norte de la Península, normalmente en altitudes por encima de los 2.000 m; en montañas como la cordillera cantábrica y especialmente en el Pirineo.
Se cría en laderas pedregosas, en zonas donde no hay tierras de labor ni regadíos.
Las flores se crían en el extremo superior del tallo y están formadas por cinco pétalos blancos y muchos estambres.
La hierba del mal gra empieza a florecer a principios de junio, aunque según la zona en que se encuentre puede florecer más tarde.
Los frutos de esta planta son bastante pequeños, tienen forma ovalada y se encuentran todos juntos y apiñados.
Se recolecta la planta entera para su posterior uso.
Normalmente se utiliza seca, por lo que es conveniente almacenarla en lugar sombrío para que pueda secarse del todo.
Su composición es desconocida, pues prácticamente no se utiliza en medicina y por ello no se han investigado mucho sus componentes.
Es una planta que se emplea como remedio casero, especialmente entre los pastores de la zona de los Pirineos; antiguamente la utilizaban para combatir lo que ellos llamaban “el mal gra”, es decir, tumores difíciles de curar o que la medicina tradicional consideraba incurables.
Nos referimos a los tumores cancerosos.
Al igual que otras especies de la familia de las ranunculáceas, la hierba del mal gra es una planta cáustica y vesicante, es decir, que el contacto de esta planta con las manos u otra parte del cuerpo puede provocar ampollas y quemaduras en la piel, por lo que es conveniente cogerla con guantes.
De todas formas, la hierba del mal gra no se utiliza en ninguna zona fuera de los Pirineos, a pesar de que también se halla en los Alpes o en zonas montañosas cercanas.
.- Cataplasmas. Se desmenuza bien la planta y después se tritura formando un emplasto.
Se aplica sobre la zona afectada para curar tumores.
Esta planta se utiliza siempre de forma externa para evitar posibles complicaciones.
Es necesario tener precaución con ella, ya que es bastante desconocida y nunca ha sido utilizada en medicina tradicional.
Cáustica. Vesicante
Hierba del pastor (Dorycnium hirsutum)
La hierba del pastor es una planta herbácea de cepa leñosa y ramas herbáceas, que puede alcanzar más de medio metro de altura.
Es una planta vivaz que echa unos tallos rollizos, derechos, cubiertos de un fino y suave vello, al igual que las hojas.
Las flores nacen solitarias en los encuentros con las hojas superiores.
Se cría profusamente entre la maleza, en matorrales y bosques no demasiado espesos, generalmente con la encina y con mayor frecuencia en las provincias del litoral mediterráneo.
La hierba del pastor florece a partir del mes de mayo.
Las flores abiertas tienen unos 2 cm. de ancho y un color que varía entre el rosado y el púrpura.
Estas flores se componen básicamente de cuatro sépalos y cuatro pétalos cruzados, con una pequeña escotadura en su extremo.
En realidad, no es la flor la que interesa desde el punto de vista médico sino el fruto.
Para la recolección se prefieren los frutos maduros.
Las hojas se disponen de distinta manera en las zonas superiores e inferiores; en las partes bajas del tallo se encuentran enfrentadas, pero luego al ir ascendiendo nacen desparejadas.
Esto es importante ya que en algunos pueblos se usan las hojas enfrentadas, desechándose las hojas desparejadas.
La composición de la hierba en cuestión no es muy conocida.
Parece que en las hojas se ha hallado algo de ácido málico, pero tampoco existen estudios serios al respecto.
En realidad esta planta no ha sido muy usada.
En algún manual antiguo se cita su administración en tratamientos más o menos prolongados, en los que llegaba a mejorar considerablemente los molestos síntomas producidos por las hemorroides.
No obstante, su empleo no llegó a popularizarse en ningún sitio, aunque al ser una especie totalmente inocua no revestía peligro el tomar grandes dosis.
Así, las gentes de campo -que siempre gustan de experimentar con todo lo que les rodea- la han empleado.
El hombre ha soñado desde siempre con tener algún remedio eficaz para las dolencias más comunes, entre las que se encuentran las hemorroides.
Incluso este mal -que existe desde que apareció la raza humana- en nuestros días se ve acrecentado, sin duda por la mala alimentación que tenemos repleta de alimentos refinados.
Pero los remedios caseros tan solo amortiguan ligeramente el dolor y las molestias, sin llegar a sanar.
Por ello, el mejor remedio es acudir al médico, pues tras la pertinente revisión podrá determinar cuál es el mejor remedio a emplear.
Un buen puñado de las sumidades fructíferas de esta planta se hierve en una olla grande con agua, y luego -lo más caliente que se pueda resistir- se toma un baño de asiento con esta agua.
Se trata tan solo de un remedio casero, pero en algunas ocasiones puede sacar de apuros.
Antihemorroidal. Antiinflamatorio
Hierba mora (Solanum nigrum)
La hierba mora -tal y como la entienden las gentes de campo- comprende un conjunto de diversas estirpes emparentadas entre sí que se diferencian por varios caracteres que las modifican ligeramente.
En general son hierbas anuales, de tallo lampiño más o menos velloso.
Las hojas se disponen de manera esparcida a lo largo del tallo y de las ramas; su figura es aovada, con bordes sinuosos o con anchos dientes, son lampiñas y aparecen sostenidas por un rabillo bastante largo.
Las flores nacen de un cabillo común que arranca de en medio de un entrenudo.
Los frutos son bayas del tamaño de un guisante, generalmente de color negro.
Se cría en huertas y otras tierras de labor.
Florece en primavera, prolongándose la floración hasta bien entrado el otoño.
De la recolección con fines medicinales interesan los tallos, las hojas y los frutos.
Una vez recolectados se ponen a secar a la sombra o en secadero, a temperaturas no demasiado elevadas, ya que se podría alterar la composición en principios activos.
Como principio activo de la hierba mora se ha hallado un glucoalcaloide llamado solanina, contenido en proporciones similares tanto en el tallo como en el fruto y las hojas, aunque parece ser que en el fruto maduro no existen restos de este alcaloide.
Al contrario que otros parecidos, carece de toxicidad en dosis relativamente bajas, pero puede resultar peligroso en dosis altas -sobre todo si se administran por vía interna.
En cuanto a sus propiedades, parece probado que tiene una importante actividad analgésica y sedante; al parecer estas acciones las ejerce sobre las placas motoras sensitivas terminales, siendo de gran valor en la práctica clínica.
También actúa de manera eficaz en los procesos dolorosos estomacales, con una eficacia igual o superior a otros medicamentos conocidos.
El contenido de la hierba mora en solanina no es muy alto y además tras la desecación pierde parte de sus propiedades; pero en el jugo de la planta se pueden encontrar cantidades suficientes para producir los efectos sedantes antes descritos.
.- Jugo de la planta. El jugo de la planta llegada a su completa madurez se toma directamente.
No conviene sobrepasar la cantidad de 30 g. por día.
.- Uso externo. De forma externa se usa el cocimiento de las hojas contra el prurito vulvar y hemorroidal, en aplicaciones sobre abscesos, artritis y contusiones.
Analgésico. Sedante. Antipruriginoso
Hierbabuena, Sándalo (Mentha sativa)
Las mentas, en general, son un conjunto de plantas similares
entre sí, caracterizadas sobre todo por haber sido empleadas profusamente como especies medicinales.
No existe un huerto sin alguna variedad de menta.
Una vez plantada, ella sola se conserva, propaga y busca acomodo donde mejor le place.
Toda casta de hierbabuena suele tener las hojas con el rabillo más corto que las de la menta piperita; también se diferencia de ella en que su olor no es tan penetrante.
Se cría en huertas y a veces cimarrona, en tierras sin cultivo y en general en zonas más o menos húmedas.
Como todas las mentas, florece en verano.
De la recolección con fines medicinales interesan las hojas y los tallos.
Las hojas deben recolectarse con tiempo cálido y soleado; se ponen a secar en una corriente de aire (que puede ser artificial) a una temperatura máxima de 25º C.
No deben recogerse las plantas dañadas por la roya.
El principal componente de las mentas es la esencia, que puede variar en función de la raza de la que se trate, la edad de la planta y las circunstancias en que se haya criado.
Las hojas frescas suelen rendir un porcentaje alto de esencia, más que cualquier otra parte de la planta.
Esta esencia se compone de mentol principalmente, pero contiene además mentona, cineol, piperitona y otros terpenos.
Los principales países productores de esencia son: Inglaterra, Alemania, Rusia, Hungría e Italia, en Europa y los Estados Unidos de América; la esencia más apreciada, no obstante, es la de Inglaterra.
La menta es tónica, estimulante, estomacal, aromatizante y carminativa.
Todas sus propiedades se atribuyen directamente al mentol.
Esta sustancia es capaz de actuar directamente sobre los nervios que transmiten la sensación dolorosa, amortiguando así tal sensación.
También actúa sobre la vesícula biliar ya que activa la producción de bilis.
Todas estas acciones las comparten las mentas en general, aunque lógicamente unas más que otras, en función siempre de su contenido en esencia.
Cuando se necesita menta para uso casero y no se dispone de ella (”Mentha piperita”), se puede echar mano de la hierbabuena para preparar alguna infusión, cocimiento o cualquier otra forma.
Además, la hierbabuena es muy utilizada para aromatizar un sinfín de platos de la cocina tradicional española.
Los árabes preparan una conocida tisana a base de té y hierbabuena, a la que añaden grandes cantidades de azúcar.
Aromatizante. Refrescante. Digestivo
Higuera (Ficus carica)
La higuera es un árbol frutal de la familia de las moráceas.
Se trata de un árbol no muy alto pero de anchura bastante considerable, ramificado, con corteza de matiz gris claro.
Las hojas son grandes, de forma palmada o acorazonada y ásperas al tacto, verdinegras en el haz y más pálidas en el envés.
Las flores son muy pequeñas y apenas visibles, tanto, que antiguamente se pensaba que este árbol no florecía jamás.
Lo que generalmente se conoce como fruto, el higo, es en realidad un receptáculo carnoso cuyo verdadero nombre es sicono.
Al ser un árbol frutal se cría en las huertas.
Las mejores higueras se dan en tierras profundas y con mucha agua subterránea, pero con aire seco y soleado.
Florece desde la primavera hasta el otoño, según la zona donde se encuentre.
De la recolección interesa el fruto.
Contrariamente a lo que se piensa, el fruto no es el sicono o higo, sino que cada sicono encierra en sí una cantidad de pequeñísimas drupas, más bien duras, que en realidad son los verdaderos frutos.
Existen gran número de variedades de higuera común que se distinguen sobre todo por la figura, el color y las dimensiones de sus higos.
Dependiendo de la variedad de que se trate, la recolección se realizará en distintas épocas, aunque los higos corrientes se suelen recoger en otoño.
Los higos contienen abundantes azúcares -principalmente glucosa y fructosa- también sales de hierro, calcio, manganeso, bromo y numerosas vitaminas.
Las hojas y siconos verdes poseen un látex blanquecino; éste contiene una mezcla de enzimas proteolíticas, con acciones que luego veremos.
Las hojas poseen unos compuestos llamados furocumarinas.
En la antigüedad, a la higuera y al higo se le atribuían numerosas virtudes, de las cuales todavía se mantienen algunas.
En principio se considera un alimento altamente energético por su rica composición en vitaminas y minerales.
Además es un buen laxante, propiedad que ya descubrieron los egipcios hace más de tres mil años.
Otra virtud ampliamente aceptada en medicina popular se refiere a que es balsámico y pectoral, sobre todo para ablandar la tos.
La ficina, una de las enzimas que se encuentran en el látex, le proporciona propiedades antiinflamatorias y digestivas.
Es un remedio indicado en estreñimiento, catarros, faringitis, irritaciones gastrointestinales e inflamaciones locales como gingivitis, faringitis, abscesos, furúnculos y quemaduras.
Hay que tener cuidado con las hojas, ya que pueden producir dermatitis por contacto.
.- Colutorio. Se hierven durante 20 minutos unos 25 g. de higos secos, previamente cortados en pedacitos.
Añadimos una cucharada de miel, filtramos y se realiza el enjuague con el líquido caliente.
.- Fruto seco. Los higos, una vez desecados, se pueden tomar en compota o confitura para beneficiarse de sus efectos laxantes.
.- Látex. El látex de las hojas se ha utilizado mucho para combatir verrugas, pero hay que untarlas todos los días y tener mucha paciencia.
Además conviene proteger las zonas circundantes con vaselina.
Laxante. Balsámico. Emoliente
Higueruela (Psoralea bituminosa)
La higueruela es una planta de cepa perenne, con tallos que pueden llegar a alcanzar en ocasiones hasta un metro de altura.
En primavera estos tallos se renuevan y endurecen; cuentan con pocas hojas, a menudo manchadas de oscuro y pequeños pelos blancos, casi siempre dirigidos hacia arriba.
Las hojas se sostienen por un pezón tan largo como ellas.
Las flores son de color azul violáceo y se aglomeran en el extremo de un cabillo estriado, velloso como el tallo y mucho más largo que la hoja.
Se cría en los ribazos y terrenos incultos de todo el país, sobre todo en tierras bajas, aunque puede remontarse hasta los 1000 m. de altura.
La higueruela empieza a florecer en abril, prosiguiendo su floración durante toda la primavera y parte del verano.
De la recolección con fines medicinales interesan sobre todo las hojas, las cuales se deben arrancar con sumo cuidado para no dañar el tallo.
Estas hojas tienen un sabor que recuerda al de las judías tiernas, ligeramente amargo y desagradable al gusto.
Se deben poner a secar rápidamente para, una vez secas, guardarlas en frascos herméticos.
La higueruela contiene esencia de psoraleno, que cuenta con la peculiaridad de permanecer en estado casi sólido a temperatura ordinaria.
También contiene otras sustancias, pero de menor interés médico.
En cuanto a sus virtudes, cabe decir que antiguamente se le atribuyeron muchas, demasiadas para las que en realidad tiene.
En cambio, actualmente parece haber caído en el olvido a juzgar por las pocas aplicaciones que se le reconocen.
Se emplea generalmente como vulnerario, es decir, que sana llagas y heridas.
También se ha utilizado como astringente en heridas y llagas.
Pero en el mercado se pueden encontrar muchas otras especies con virtudes semejantes y de mayor actividad, por lo que tampoco merece la pena centrarse mucho en ella.
En la misma familia de las leguminosas existen múltiples especies con efectos vulnerarios y cicatrizantes mucho más marcados.
.- Cocimiento. La mejor manera de extraer las virtudes de esta planta es preparar un cocimiento a partir de las hojas.
Para ello, se añade un buen puñado de hojas a 1/2 l. de agua hirviendo y se deja cocer durante un buen rato.
Posteriormente se deja enfriar un poco y se aplica en forma de compresas sobre la parte afectada.
Este remedio también se ha usado para amortiguar dolores en picaduras de serpientes.
Vulnerario. Cicatrizante. Astringente


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