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Santiago Capocci de Viterbo, Beato |
Descendiente, quizás, de la noble familia Capocci, nació en Viterbo
(Italia) en torno a 1255, pero no se tienen noticias
de sus años jóvenes.
Abrazada bien pronto la vida religiosa,
entró en los Ermitaños de san Agustín en el 1272,
vistiendo el hábito en el convento viterbés de la Santísima
Trinidad. Antes de 1275 fue enviado a París para cursar
la teología en el estudio de su Orden, dónde frecuentó
las lecciones de Egidio Romano, quien lo tuvo siempre en
gran consideración. De regreso a su patria en el 1281-82,
desempeñó en un primer momento el cargo de definidor de
la Provincia romana en 1283, de visitador en 1284 y
luego nuevamente de definidor en 1285, ejerciendo mientras tanto también,
con toda probabilidad, las funciones de lector en conventos de
la misma Provincia.
En 1286 volvió a París para continuar los
estudios teológicos, consiguiendo el bachillerato en 1288 y, al final
del prescrito aprendizaje, el doctorado en la pascua de 1293.
Por designación de Egidio Romano, electo Prior general de la
Orden, fue nombrado en el mismo año maestro regente del
estudio parisiense, permaneciendo en este cargo hasta 1299. De nuevo
en Italia en 1300, enseñó durante dos años en el
estudio de Nápoles, ocupación que tuvo que dejar al ser
nombrado arzobispo de Benevento por Bonifacio VIII el 3 de
setiembre de 1302. El 6 o el 12 de diciembre
siguiente fue trasladado a la sede de Nápoles, donde, pastor
verdaderamente celoso, supo ganarse la estima y el afecto del
rey Carlos II de Anjou y de su hijo Roberto,
duque de Calabria, quien le ayudó en la construcción de
la nueva catedral.
El 13 de mayo de 1306 comenzó a
interesarse por la causa de canonización del santo pontífice Celestino
V, encargo que le fue confiado expresamente por Clemente V,
y en la que puso el máximo empeño, yendo personalmente
a recoger testimonios en aquellos lugares dónde el ermitaño Pedro
de Morrone había llevado su vida penitente; y en esta
actividad continuó hasta la muerte, en olor de santidad, ocurrida
en Nápoles a finales de 1307 o primeros de 1308.
La
memoria del siervo de Dios fue rodeada enseguida de veneración,
convirtiéndose pronto en objeto de culto público, confirmado oficialmente en
1911.
Considerado uno de los mayores teólogos escolásticos, por la agudeza
de su ingenio mereció el título honorífico de doctor speculativus.
La única obra de Santiago de Viterbo publicada íntegramente, es
el De regimine christiano, compuesta en 1303 con ocasión de
la lucha entre Bonifacio VIII y Felipe el Hermoso, escrito
que puede considerarse como el primer tratado sistemático sobre la
Iglesia.
Los agustinos lo festejan 12 de Junio, en algunos otros
santorales se lo recuerda el 14 de marzo
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