22 de septiembre
(665 d.C.)
(665 d.C.)
Cuando san Eustaquio de Luxeuil
viajaba de regreso a su monasterio desde Baviera, fue hospedado en una casa
donde había una niña llamada Salaberga, que estaba ciega. El santo tomó
aceite, lo bendijo y ungió con él los párpados de la chiquilla; después se
puso en oración y Dios devolvió la vista a la infortunada Salaberga. Con el
correr del tiempo, ésta se casó con un joven del lugar, pero el esposo murió
dos meses después de la boda, y Salaberga, interpretó aquel suceso como una señal
de que Dios la quería para su servicio en
algún monasterio. Sin embargo, los padres de la joven pensaban de distinta
manera y la casaron de nuevo con un noble caballero llamado Blandino. Con él
tuvo cinco hijos, dos de los cuales, Baudino y Anstrudio, llegaron a ser
venerados como santos. Salaberga había
dotado a un convento de Poulangey y, al cabo de varios años de feliz
matrimonio, tanto ella como su marido, de común acuerdo, decidieron retirarse
del mundo. Blandino se hizo ermitaño y se le venera como santo en la diócesis
de Meaux. Ella se retiró primero al
convento de Poulangey y, más tarde, por consejo de San Walberto, abad de
Luxeuil, fundó un nuevo monasterio en Laon, alrededor del año 650. Aquella
abadía era un establecimiento muy extenso y tenía conventos para monjes y
para monjas. Salaberga tenía un hermano casado que
se llamaba Bodo, al que convenció para que abandonase el mundo y tomara los hábitos,
al tiempo que su esposa se unió a la comunidad de Laon. Bodo llegó a ser el
obispo de Toul y fundó tres monasterios, en uno
de los cuales fue abadesa su propia hija. La fiesta de San
Bodo se celebra el día
11 de este mes. Durante los dos últimos años de su vida, Santa Salaberga sufrió
continuamente grandes dolores, que soportó con valor y paciencia. Después de
su muerte, su hija Santa Anstrudis se hizo
cargo del gobierno de la comunidad. Santa Salaberga fue sepultada en la abadía
y, posteriormente, los restos de San Bodo fueron exhumados de su sepultura en
Toul y trasladados junto a los de su hermana.
La biografía impresa originalmente en Acta
Sanctorum, sept. vol. VI, fue
editada con comentarios críticos por B. Krusch en MGH., Scriptores
Merov., vol. V, pp. 40-66, donde demuestra que el
nombre correcto de la santa es Sadalberga; pero lo importante es que
la biografía que pretendía haber sido escrita por un contemporáneo es, en
realidad, una recopilación que data del siglo IX. Son
más dignas de confianza algunas referencias que hace a Salaberga el escritor
Jonás, abad de Bobbio en su Vida de San Columbario. Para los datos sobre
Bodo (Leudin), ver el Acta Sanctorum, sept. vol. III.
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