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María Eutimia (Emma) Üffing, Beata |
Religiosa
Martirologio Romano: En Münster, en Alemania, beata María Eutimia
(Emma) Üffing, virgen, de la Congregación de las Hermanas de
la Compasión, que pasó su vida sirviendo a los enfermos,
mostrando su eximia piedad, su benignidad y su olvido de
sí misma (1855).
Fecha de beatificación: Fue beatificada el 7 de
Octubre de 2001 por el Papa Juan Pablo II.
Sor María Eutimia (en el mundo:
Emma Üffing) nació el 8 de abril de 1914 en
Halverde, Alemania. Ella era la hija de Augusto Üffing y
María Schnitt, y creció junto a 10 hermanos y hermanas
en el ambiente de una pequeña ciudad. Su gran
y religiosa familia y la vida de la parroquia caracterizaron
su niñez y juventud. Contando con apenas 18 meses de
edad fue atacada por una forma de raquitismo que terminó
afectando su salud para el resto de su vida, provocando
también una disminución en la velocidad de su desarrollo físico.
A pesar de esto, ella nunca se quejó dedicándose a
ayudar en la granja, no se indignaba cuando era víctima
de alguna injusticia y, siempre que podía, evitaba a sus
hermanos y hermanas cualquier trabajo desagradable.
El 27 de
abril de 1924 Emma hizo su Primera Comunión y el
3 de septiembre de 1924 recibió el Sacramento de Confirmación.
A la edad de 14 años, Emma expresó su deseo
de hacerse religiosa. El 1 de noviembre de 1931, ella
comenzó su formación como aprendiz de economía doméstica en el
cercano hospital de santa Ana en Hopsten, misma que completó
en mayo de 1933. Fue aquí donde conoció a las
Hermanas de la Compasión de Münster, la Madre Superiora
de la casa, Sor Eutimia Linnenkämper, valoraba la constante y
siempre disponible actitud de servicio que caracterizaba a Emma.
Regreso a casa para atender a su padre enfermo, quien
falleció en 1932. En 1934, con el consentimiento de su
madre, Emma envió una carta a la la Casa Matriz
en Münster solicitando ser admitida en la Congregación de las
Hermanas de la Compasión. Después de un titubeo inicial de
las Superioras de la Orden, motivado por la delicada constitución
física de Emma, las Superioras aceptaron su solicitud. El 23
de julio, Emma Üffing entró en la Congregación de las
Hermanas de la Compasión en Münster como una de las
47 postulantes. Ella tomó el nombre de "Eutimia", en memoria
de la Madre Superiora en Hopsten, Eutimia Linnenkämper.
Durante
su formación, ella se preparó intensa y concienzudamente para realizar
su gran deseo de estar al servicio de Dios y
de la humanidad, esta etapa fue completada el 11 de
octubre de 1936 cuando ella hizo sus votos simples. En
una carta a su madre ella feliz escribió, " encontré
al amado de mi alma; quiero sostenerlo y nunca dejarle
ir " (cf. Cantar de los Cantares 3,4).
En
octubre de 1936 Sor María Eutimia fue asignada al Hospital
de san Vicente en Dinslaken. El 3 de septiembre de
1939, después de aprobar con distinción sus exámenes, ella recibió
su diploma como enfermera profesional. Un año más tarde, el
15 de septiembre de 1940, Sor María Eutimia hizo su
profesión final.
Durante el período de la guerra la
pobreza agravó el trabajo de asistencia a los enfermos. En
1943, Sor María Eutimia fue asignada a cuidar a los
prisioneros de guerra y trabajadores extranjeros enfermos, sobre todo aquellos
de nacionalidad británica, francesa, rusa, polaca y ucraniana que tenía
enfermedades infecciosas. Ella se dedicó a ellos con infatigable atención
y cordialidad. El sacerdote francés, fray Emilio Esche, que vivió
durante varios años como prisionero de guerra en el hospital
en Dinslaken, brinda un extraordinario testimonio: Cuando atendía a un
enfermo (Sor María Eutimia) estaba llena de una caridad y
bondad que brotaban de su corazón, nada era demasiado para
ella. Ella sabía que los prisioneros enfermos no tenían
tan sólo que enfrentarse tan sólo a los sufrimientos físicos,
a través de su ardiente compasión y cercanía ella les
brindaba un sentimiento de estar seguros y en casa. Ella
rezó con el enfermo y se aseguraba de que ellos
pudieran recibir los Sagrados Sacramentos Santos.... "La vida de Sor
Eutimia era un cántico de esperanza en medio de la
guerra", expreso fray Emilio Esche.
Después de la guerra,
Sor María Eutimia, quien antes había trabajado con tal dedicación
ayudando al enfermo, fue asignada al cuarto de lavandería en
Dinslaken y, tres años más tarde, a la gran lavandería
de la Casa de Matriz y de la Clínica
San Rafael en Münster. Aunque ella hubiera preferido seguir
ayudando al enfermo, ella se adaptó a esta nueva tarea
sin dificultad. "Todo es para Dios Todopoderoso", era su respuesta.
Incluso aunque tuviera una enorme y demandante cantidad de
trabajo, ella siempre era una monjita simpática y disponible, quien
tenía siempre una risa amistosa y una palabra amable, siempre
presta para ayudar a quien se lo pidiera. Ella vivió
su vida diaria de un modo extraordinario. Todo su tiempo
libre, que por lo general era muy poco, ella lo
pasó rezando ante el tabernáculo. Muchos que la conocían, le
pedían que interceda por ellos en sus oraciones. Una forma
seria de cáncer llevó a Sor María Eutimia a una
muerte prematura, luego de largas semanas de enfermedad. Murió
durante la mañana del 9 de septiembre de 1955.
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