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Juan Eudes, Santo |
Presbítero y Fundador
Martirologio Romano: San Juan Eudes, presbítero, que durante
muchos años se dedicó a la predicación en las parroquias
y después fundó la Congregación de Jesús y María, para
la formación de los sacerdotes en los seminarios, y otra
de religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, para fortalecer
en la vida cristiana a las mujeres arrepentidas. Fomentó de
una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de
Jesús y de María, hasta que en Caen, de la
región de Normandía, en Francia, descansó piadosamente en el Señor
(1680).
Fecha de canonización: Fue canonizado en 1925 y su fiesta
fue incluida en el calendario de la Iglesia de occidente
en 1928.
Etimología Juan = Dios es misericordia. Viene de
la lengua hebrea.
En la segunda
mitad del siglo XVI, vivía en Ri, Normandía (Francia), un
granjero llamado Isaac Eudes, casado con Marta Corbin. Como no
tuviesen hijos al cabo de dos años de matrimonio, ambos
esposos fueron en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora.
Nueve meses después tuvieron un hijo, al que siguieron otros
cinco. El mayor recibió el nombre de Juan y, desde
niño, dio muestras de gran inclinación al amor de Dios.
Se cuenta que, cuando tenía nueve años, un compañero de
juegos le abofeteó; en vez de responder en la misma
forma, Juan siguió el consejo evangélico y le presentó la
otra mejilla.
A los catorce años, Juan ingresó en el
colegio de los jesuitas de Caén. Sus padres deseaban que
se casara y siguiera trabajando la granja de la familia.
Pero Juan, que había hecho voto de virginidad, recibió las
órdenes menores en 1621 y estudió la teología en Caén
con la intención de consagrarse a los ministerios parroquiales. Sin
embargo, poco después determinó ingresar en la congregación del oratorio,
que había sido fundada en 1611 por el futuro cardenal
Pedro de Bérulle. Tras de recabar con gran dificultad el
permiso paterno, fue recibido en París por el superior general
en 1623. Juan había sido hasta entonces un joven ejemplar:
su conducta en la congregación no lo fue menos, de
suerte que el P. Bérulle le dio permiso de predicar,
aunque sólo había recibido las órdenes menores. Al cabo de
un año en París, Juan fue enviado a Aubervilliers a
estudiar bajo la dirección del P. Carlos de Condren, el
cual, según la expresión de Santa Juana Francisca de Chantal,
"estaba hecho para educar ángeles". El fin de la congregación
del oratorio consistía en promover la perfección sacerdotal y Juan
Eudes tuvo la suerte de ser introducido en ella por
dos hombres de la talla de Condren y Bérulle.
Al servicio
de los enfermos Dos años más tarde, se desató en Normandía
una violenta epidemia de peste, y Juan se ofreció para
asistir a sus compatriotas. Bérulle le envió al obispo de
Séez con una carta de presentación, en la que decía:
"La caridad exige que emplee sus grandes dones al servicio
de la provincia en la que recibió la vida, la
gracia y las órdenes sagradas, y que su diócesis sea
la primera en gozar de los frutos que se pueden
esperar de su habilidad, bondad, prudencia, energía y vida". El
P. Eudes pasó dos meses en la asistencia a los
enfermos en lo espiritual y en lo material. Después fue
enviado al oratorio de Caén, donde permaneció hasta que una
nueva epidemia se desató en esa ciudad, en 1631. Para
evitar el peligro de contagiar a sus hermanos, Juan se
apartó de ellos y vivió en el campo, donde recibía
la comida del convento.
Predicador ungido Pasó los diez años siguientes
en la prédica de misiones al pueblo, preparándose así para
la tarea a la que Dios le tenía destinado. En
aquella época empezaron a organizarse las misiones populares en su
forma actual. San Juan Eudes se distinguió entre todos los
misioneros. En cuanto acababa de predicar, se sentaba a oír
confesiones, ya que, según él, "el predicador agita las ramas,
pero el confesor es el que caza los pájaros". Mons.
Le Camus, amigo de San Francisco de Sales, dijo refiriéndose
al P. Eudes: "Yo he oído a los mejores predicadores
de Italia y Francia y os aseguro que ninguno de
ellos mueve tanto a las gentes como este buen padre".
San Juan Eudes predicó en su vida unas ciento diez
misiones.
Confesor: Las gentes decían de él: "En la predicación es
un león, y en la confesión un cordero".
Las mujeres atrapadas
en mala vida Una de las experiencias que adquirió durante sus
años de misionero, fue que las mujeres de mala vida
que intentaban convertirse, se encontraban en una situación particularmente difícil.
Durante algún tiempo, trató de resolver la dificultad alojándolas provisionalmente
en las casas de las familias piadosas, pero cayó en
la cuenta de que el remedio no era del todo
adecuado. Magdalena Lamy, una mujer de humilde origen, que había
dado albergue a varias convertidas, dijo un día al santo:
"Ahora os vais tranquilamente a una iglesia a rezar con
devoción ante las imágenes y con ello creéis cumplir con
vuestro deber. No os engañéis, vuestro deber es alojar decentemente
a estas pobres mujeres que se pierden porque nadie les
tiende la mano".
Estas palabras produjeron profunda impresión en San Juan
Eudes, quien alquiló en 1671, una casa para las mujeres
arrepentidas; en la que podían albergarse en tanto que encontraban
un empleo decente. Viendo que la obra necesitaba la atención
de religiosas, el santo la ofreció a las visitandinas, quienes
se apresuraron a aceptarla.
Formación del clero San Juan Eudes se dio
cuenta de que para que el pueblo sea ferviente y
llevarlo a la santidad era necesario proveerlo de muy buenos
y santos sacerdotes y que para formarlos se necesitaban seminarios
donde los jóvenes recibieran muy esmerada preparación. Por eso se
propuso fundar seminarios en los cuales los futuros sacerdotes fueran
esmeradamente preparados para su sagrado ministerio. Después de mucho orar,
reflexionar y consultar, San Juan Eudes abandonó la congregación del
oratorio en 1643. La experiencia le enseñó que el clero
necesitaba reformarse antes que los fieles y que la congregación
sólo podría conseguir su fin mediante la fundación de seminarios.
El P. Condren, que había sido nombrado superior general, estaba
de acuerdo con el santo; pero su su- cesor, el P.
Bourgoing, se negó a aprobar el proyecto de la fundación
de un seminario en Caén.
Entonces el P. Eudes decidió formar
una asociación de sacerdotes diocesanos, cuyo fin principal sería la
creación de seminarios con miras a la formación de un
clero parroquial celoso. La nueva asociación quedó fundada el día
de la Anunciación de 1643, en Caén, con el nombre
de "Congregación de Jesús y María". Sus miembros, como los
del oratorio, eran sacerdotes diocesanos y no estaban obligados por
ningún voto. San Juan Eudes y sus cinco primeros compañeros
se consagraron a "la Santísima Trinidad, que es el primer
principio y el último fin de la santidad del sacerdocio".
El distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús,
en el que estaba incluido místicamente el de María; como
símbolo del amor eterno de Jesús por los hombres.
La congregación
encontró gran oposición, sobre todo por parte de los jansenistas
y de los padres del oratorio. En 1646, el P.
Eudes envió a Roma al P. Manoury para que recabase
la aprobación pontificia para la congregación, pero la oposición era
tan fuerte, que la empresa fracasó.
En 1650, el obispo de
Coutances pidió a San Juan que fundase un seminario en
dicha ciudad. El año siguiente, M. Oliver, que consideraba al
santo como "la maravilla de su época", Ie invitó a
predicar una misión de diez semanas en la iglesia de,
San Sulpicio de París. Mientras se hallaba en esa misión,
el P. Eudes recibió la noticia de que el obispo
de Bayeux acababa de aprobar la congregación de las Hermanas
de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, formada por
las religiosas que atendían a las mujeres arrepentidas de Caén.
En 1653, San Juan fundó en Lisieux un seminario, al
que siguió otro en Rouen en 1659. ¡En seguida, el
santo se dirigió a Roma a tratar de conseguir la
aprobación pontificia para su congregación; pero los santos no siempre
tienen éxito, y San Juan Eudes fracasó en Roma.
Un
año después, una bula de Alejandro VII aprobó la Congregación
de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del
Refugio. Ese fue el coronamiento de la obra que el
P. Eudes y Magdalena Larny habían emprendido treinta años antes
en favor de las pecadoras arrepentidas. San Juan siguió predicando
misiones con gran éxito; en 1666, fundó un seminario en
Evreux y, en 1670, otro en Rennes.
Al afro siguiente, publicó
un libro titulado "La Devoción al Adorable Corazón de Jesús".
Ya antes, el santo había instituido en su congregación una
fiesta del Santísimo Corazón de María. En su libro incluyó
el propio de una misa y un oficio del Sagrado
Corazón de Jesús. El 31 de agosto de 1670, se
celebró por primera vez dicha fiesta en la capilla del
seminario de Rennes y pronto se extendió a otras diócesis.
Así pues, aunque San Juan Eudes no haya sido el
primer apóstol de la devoción al Sagrado Corazón en su
forma actual, fue sin embargo él "quien introdujo el culto
del Sagrado Corazón de Jesús y del Santo Corazón de
María"´, como lo dijo León XIII en 1903. El decreto
de beatificación añadía: "El fue el primero que, por divina
inspiración les tributó un culto litúrgico."
Clemente X publicó seis breves
por los que concedía indulgencias a las cofradías de los
Sagrados Corazones de Jesús y María, instituidas en los seminarios
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Juan Eudes, Santo |
de San Juan Eudes.
Durante los últimos años de su vida,
el santo escribió su tratado sobre "el Admirable Corazón de
la Santísima Madre de Dios"; trabajó en la obra mucho
tiempo y la terminó un mes antes de morir. Su
última misión fue la que predicó en Sain-Lö, en 1675,
en plena plaza pública, con un frío glacial. La misión
duró nueve semanas. El esfuerzo enorme acabó con su salud
y a partir de entonces se retiró prácticamente de la
vida activa.
Su muerte ocurrió el 19 de agosto de
1680.
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