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lunes, 5 de septiembre de 2011

San Lino



San Lino: Tuscany; 67-76. De Volterra, elegido en 67. Murió el 23-9-76. Enterrado cerca de san Pedro. Creó los primeros quince Obispos. Ordenó a las mujeres de entrar a la Iglesia con la cabeza cubierta. Durante su pontificado fueron martirizados los evangelistas Marco y Lucas.
Legado de San Lino:
Nombró los primeros 15 obispos en la historia de los Papas
.

Etimológicamente significa "ungido". Viene de la lengua griega y latina.

Mateo nos dice: "Amaos, con un corazón limpio, los unos a los otros.

Te encuentras hoy ante la figura de san Lino. Fue el primer Papa después de Pedro. Un digno sucesor.

Tuvo la carga y la felicidad de la Iglesia después del martirio de san Pedro.

San Pablo habla de él en su carta a Timoteo. Nació en Volterra, Toscana.

Su adhesión al cristianismo fue tan fuerte e intensa que abandonó a su familia para entregarse enteramente a los pobres.

Los quería con un corazón limpio y transparente. Cuando se planteó hacerse creyente en Cristo, lo hizo con toda la radicalidad que entraña el seguimiento del Evangelio.

Una vez que recibió la consagración episcopal, le enviaron a Francia y, en concreto, a la diócesis de Beçanson.

Era una ciudad en la que existía una mayoría de cristianos, pero todavía quedaban muchos paganos.

Lino, sin miedo a nadie sino en el amor en su corazón, comenzó a a hablar contra los dioses falsos o ídolos.

Los paganos, que tenían el poder, lo cogieron y lo echaron fuera.

Lino, sin resentimiento alguno, partió para Roma y estar, de esta manera, con san Pedro como estrecho colaborador suyo.

Al nombrarlo Papa, curó a la hija del procurador. Le agradeció su gesto, pero – como tenía que ser obediente a las leyes imperiales – lo denunció.

Tras el somero juicio, lo condenaron a muerte. Lo sepultaron en el Vaticano, cerca de la tumba de san Pedro, posiblemente en el año 78.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

"Es a menudo más conveniente disimular una injuria que vengarla" (Séneca).


El nombre de Lino nos ha llegado a través de una lista que San Ireneo presenta en su tratado Contra todas las herejías, escrito alrededor del año 180. En esta lista San Ireneo presenta los nombres de los doce obispos de Roma que sucedieron a San Pedro después de su muerte, desde Lino hasta Eleuterio que era obispo de Roma en el tiempo que la obra fue publicada. También se cita en el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, de composición antiquísima y paulatina cuya forma actual quedó fijada a finales del siglo VI y que se utiliza en la misa de la Iglesia Católica según el rito latino.

Las fechas del pontificado de estos primeros papas es aproximada y muchos de los historiadores presentan diferencias en las fechas del comienzo o fin de los primeros pontificados. Según la tradición todos los papas anteriores al edicto de Milán del emperador Constantino murieron mártires de la fe. De ahí que todos estos papas de los primeros años del cristianismo estén incluidos en el santoral de la Iglesia. Ahora bien, el martirio de muchos de ellos no ha podido ser comprobado históricamente. En el caso del papa San Lino no es seguro que haya muerto mártir.

Es interesante notar que la Iglesia primitiva no era latina sino griega ya que el griego era el idioma común hablado por el pueblo especialmente en las zonas urbanas. El cambio del griego al latín ocurrió a finales del siglo IV, entre los años 360 y 380.

Del papa San Lino no tenemos casi noticias. Algunas fuentes indican que era natural de la región Toscana. Por un tiempo se pensó que se había descubierto un fragmento de la lápida de su tumba, pero estudios arqueológicos posteriores no han podido encontrar evidencias que sustenten dicha afirmación.




Lino, Santo
II Papa y Mártir, 23 de septiembre
Lino, Santo
Lino, Santo

II Papa de la Iglesia
y Mártir

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de san Lino, papa, a quien, según testimonio de san Ireneo, los santos apóstoles le encomendaron el episcopado de la Iglesia fundada en la Urbe. Pablo apóstol lo recuerda como compañero (s. I).

Después de la persecución de Nerón, durante la cual sufrieron el martirio los apóstoles Pedro y Pablo, la historia de la Iglesia romana, por más de un siglo, se nos presenta envuelta en una densa oscuridad, rota por uno que otro rayo de luz. En el último cuarto del siglo II encontramos testimonios atendibles sobre los primeros doce obispos que ocuparon sin interrupción la sede apostólica. San Ireneo, obispo de Lyon, que seguramente estuvo alguna vez en Roma, es quien nos presenta esta lista en su Adversus haereses: "Después de haber fundado y establecido la Iglesia (de Roma), los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, confiaron la administración a Lino, de quien habla San Pablo en la carta a Timoteo. Le sucedió Anacleto...".

La lista de Ireneo no es la única. Hacia el 160, Egesipo, originario de Palestina, visitó las Iglesias más importantes con el noble propósito de controlar allí la segura tradición de la predicación apostólica. Después de su visita a Roma, escribe: "Elaboré el orden de sucesión hasta Aniceto". Lino fue Papa durante doce años, aproximadamente del 64 al 76, o del 67 al 76, si se coloca al martirio de San Pedro en el 67, al final y no al principio de la persecución de Nerón. Estas cifras no tienen valor absoluto, porque en las dos listas presentadas prevalece el interés doctrinal, y sólo a comienzos del siglo III, con Julio Africano e Hipólito, se empezó a tener en cuenta la cronología.

A más del dato cronológico, tenemos de los sucesores inmediatos de los apóstoles y por tanto de San Lino, otra nota interesante, que nos presenta San Clemente en la Carta de la Iglesia romana a la Iglesia de Corinto. En ella San Clemente insiste en la unión que reina en la Iglesia romana y que contrasta tan fuertemente con el cisma que aflige a la comunidad de Corinto. Al recordar los orígenes de la jerarquía eclesiástica, subraya: "Los apóstoles probaron en el espíritu sus primicias y
Lino, Santo
Lino, Santo
los instituyeron como obispos y como diáconos de los futuros creyentes. Más tarde impusieron esta regla: que después de su muerte hombres probados deberían sucederlos en el ministerio".

San Lino, originario de Tuscia, probablemente de Volterra, es, pues, "el hombre probado" que, por santidad de vida y capacidad de gobierno, fue elegido por el mismo San Pedro para que le sucediera. Por tanto, fue un directo colaborador suyo y la estimación de que gozó en la comunidad romana fue muy grande si fue nombrado para regir la suerte de la Iglesia en un momento tan difícil.


Oración
Pastor eterno,
considerad con benevolencia a vuestro rebaño,
y guardadlo con protección constante
por vuestro bienaventurado mártir y Soberano pontífice Lino,
a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia.
Por Jesucristo Nuestro Señor
Amén.






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