Los cinco minutos de María
María vivió el Evangelio en su más puro y elevado espíritu en la interioridad de su Corazón.
El cristiano de nuestros días que pretenda acomodar su vida a las exigencias del Evangelio no tiene más que penetrar con sumo respeto en el sagrado templo del Corazón de la Madre de Dios y ver y aprender cómo ella vivió la Palabra de Dios.
Virgen orante, que perseveremos siempre en la oración.
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