LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Amar es decidirse a servir, porque servir es la exigencia imperiosa de la dinámica del amor; por eso es fácil descubrir, sin temor a engañarnos, si amamos de veras o si somos falsos en nuestras declaraciones de amor.
Cuando uno se cansa de servir es porque se ha cansado de amar; cuando uno deja de amar, es porque previamente ha dejado de servir. ¿Quieres seguir amando, aumentando tu amor? No cejes en tu actitud de servicio; pero ten presente que debes amar a todos, porque ése es el primer concepto de la ley; quiere decir que has de estar en disposición de servir a todos, a todos sin excepción, porque a todos debes amar, a todos estás obligado a amar.
No te decepcione el amor; si te decepciona, examina con detención y sinceridad si primero tú no decepcionaste en el servicio de tu prójimo.
“Amen con sinceridad… ámense cordialmente con amor fraterno; estimando a los otros como más dignos, con solicitud incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza… compartan las necesidades de los santos, practiquen generosamente la hospitalidad” (Rom 12,9-13)
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