Los cinco minutos de María
Dios toma la iniciativa y sale al encuentro del hombre para salvarlo. Pero Dios no salva al hombre sin la colaboración del hombre. “El que te creó a ti, no te va a salvar sin ti” decía San Agustín.
María vio en el ángel al enviado de Dios y sus palabras fueron escuchadas por María como palabras de Dios. Por eso su respuesta no fue dirigida tanto al ángel cuanto a Dios, a cuya disposición su puso incondicionalmente.
María, enséñanos a ponernos a disposición de Dios y a colaborar en nuestra salvación y en la de nuestros hermanos.
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