VATICANO, 21 Oct. 16 / 06:16 am (ACI).- “Paz a vosotros”, saludó el Papa Francisco a los asistentes a la Misa en la Casa Santa Marta. Mediante este saludo, el Pontífice hizo un llamado a la unidad de la Iglesia, a través de la “humildad, la mansedumbre y la paciencia”.
El Santo Padre dijo que este saludo del Señor “crea un vínculo” de paz, pues “nos une para hacer realidad la unidad del espíritu”.
“Si no tenemos paz, si no somos capaces de darnos la bienvenida en el sentido más amplio de la palabra, si no tenemos un corazón abierto al espíritu de la paz, la unidad nunca será posible”.
El Obispo de Roma explicó que “esto es válido tanto para la unidad en el mundo, como para la unidad en la ciudad, la unidad en el barrio y la unidad en la familia”.
Por el contrario, advirtió, “el espíritu del mal siempre siembra guerra. Los celos, las envidias, los pleitos, los chismes, son cosas que menoscaban la paz y que, por lo tanto, no llevan a la unidad”.
Francisco se preguntó: “¿cómo debe comportarse un cristiano para lograr la unidad, para encontrar la unidad? Pablo lo dice claramente: ‘Comportaos de manera digna, con humildad, mansedumbre y paciencia’, Estas son las tres actitudes”.
El Papa aseguró que “no se puede alcanzar la paz sin humildad. Donde hay soberbia, hay siempre guerra, hay siempre el deseo de derrotar a otros, de creernos superiores. Sin humildad no hay paz, y sin paz no hay unidad”.
El Santo Padre alentó además la “mansedumbre con la que convivir unos con otros”. Y en tercer lugar la paciencia, que “implica tener un corazón grande con capacidad para acoger a todos, que no condene, que no se centre en menudencias”.
Esta actitud nos hace tener “un vínculo con la paz. Ese es el modo correcto de actuar para fortalecer el vínculo de la paz creador de la unidad”.
“Esta –subrayó– es la manera digna de afrontar la vocación del misterio al que hemos sido llamados, el misterio de la Iglesia”.
El Papa recordó que “el misterio de la Iglesia es el misterio del Cuerpo de Cristo: ‘una sola fe, un solo Bautismo’, ‘un solo Dios Padre de todos, que habita sobre todos, por todos y en todos’”.
“Esa es la unidad que Jesús pidió al Padre para nosotros, y que nosotros debemos a hacer realidad mediante el vínculo de la paz”, concluyó.
Lectura comentada por el Papa:
Efesios 4:1-6
1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
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