Hoy, 17 de agosto, conmemoramos a Santa BEATRIZ de SILVA MENESES, Fundadora.
SANTA BEATRIZ DE SILVA MENESES (1424-1491) nació en Ceuta, en el noroeste de África, el enclave conquistado por Portugal (1415), de noble ascendencia portuguesa y castellana.
Beatriz de Silva fue nieta de don Pedro Meneses, conde de Viana, el primer gobernador de la ciudad conquistada, e hija de Ruy Gómez de Silva, militar distinguido en la cruzada contra los musulmanes.
Su infancia transcurrió en Campo Mayor, villa portuguesa en la frontera con España. Beatriz se distinguió no sólo por su devoción a la Inmaculada Concepción, sino también por su extraordinaria belleza.
Cuando en 1447 Juan II de Castilla casó en segundas nupcias con Isabel, infanta de Portugal, ésta solicitó a Beatriz como primera dama, instalándose la corte en Tordesillas, al oeste de Valladolid.
El éxito de Santa Beatriz entre la nobleza fue tal que tuvo varios pretendientes, a los que rechazó; pero ello despertó también la envidia y los celos de la reina, quien probablemente no estaba en pleno uso de sus facultades mentales.
El odio de la reina por su dama llegó al grado de que un día la encerró en un cofre, donde permaneció tres días sin comer ni beber.
Se cuenta que durante el encierro, la Virgen María se le apareció con hábito blanco y manto azul para decirle que en su honor debería fundar la Orden de la Purísima Concepción. Y al mismo tiempo le concedió ser liberada.
Cuando el cofre fue abierto, de él surgió Santa Beatriz de Silva Meneses con un halo de iluminación. De inmediato salió de Tordesillas, con rumbo a Toledo.
En el camino habría de encontrarse según la tradición con dos misteriosos frailes franciscanos que le vaticinaron las dificultades y el éxito de su futura misión. Estos enigmáticos personajes habrían sido una aparición de San Francisco y San Antonio.
En Toledo Beatriz ingresó al monasterio cisterciense de Santo Domingo, donde vivió piadosamente treinta años y empleó todos sus bienes en ayudar a los más pobres.
Sin embargo, cuando en 1474 Isabel I, La Católica, fue nombrada reina de Castilla, visitó Toledo, y ahí volvió a ver a Santa Beatriz, que había sido dama de su madre y la había cargado en brazos cuando niña.
Fue así que Santa Beatriz de Silva pudo fundar la Orden Concepcionista, cumpliendo la promesa hecha a la Virgen María. Isabel la Católica le donó su palacio de Galeana, en Toledo, que incluía la iglesia de Santa Fe, y el inmueble se transformó en la primera sede de las concepcionistas.
La Orden Concepcionista fue aprobada por el papa Inocencio VIII en 1489. Dos años después, el día de la primera promoción de religiosas, cuando ella misma iba a tomar los hábitos, falleció repentinamente.
Casi quinientos años después de su muerte, Santa Beatriz de Silva Meneses fue canonizada en 1976 por el papa Paulo VI. La Orden Concepcionista conserva en la actualidad numerosos conventos distribuidos por Europa y Latinoamérica.
SANTA BEATRIZ DE SILVA MENESES nos enseña el valor de soportar con resignación la envidia ajena.
SANTA BEATRIZ DE SILVA MENESES (1424-1491) nació en Ceuta, en el noroeste de África, el enclave conquistado por Portugal (1415), de noble ascendencia portuguesa y castellana.
Beatriz de Silva fue nieta de don Pedro Meneses, conde de Viana, el primer gobernador de la ciudad conquistada, e hija de Ruy Gómez de Silva, militar distinguido en la cruzada contra los musulmanes.
Su infancia transcurrió en Campo Mayor, villa portuguesa en la frontera con España. Beatriz se distinguió no sólo por su devoción a la Inmaculada Concepción, sino también por su extraordinaria belleza.
Cuando en 1447 Juan II de Castilla casó en segundas nupcias con Isabel, infanta de Portugal, ésta solicitó a Beatriz como primera dama, instalándose la corte en Tordesillas, al oeste de Valladolid.
El éxito de Santa Beatriz entre la nobleza fue tal que tuvo varios pretendientes, a los que rechazó; pero ello despertó también la envidia y los celos de la reina, quien probablemente no estaba en pleno uso de sus facultades mentales.
El odio de la reina por su dama llegó al grado de que un día la encerró en un cofre, donde permaneció tres días sin comer ni beber.
Se cuenta que durante el encierro, la Virgen María se le apareció con hábito blanco y manto azul para decirle que en su honor debería fundar la Orden de la Purísima Concepción. Y al mismo tiempo le concedió ser liberada.
Cuando el cofre fue abierto, de él surgió Santa Beatriz de Silva Meneses con un halo de iluminación. De inmediato salió de Tordesillas, con rumbo a Toledo.
En el camino habría de encontrarse según la tradición con dos misteriosos frailes franciscanos que le vaticinaron las dificultades y el éxito de su futura misión. Estos enigmáticos personajes habrían sido una aparición de San Francisco y San Antonio.
En Toledo Beatriz ingresó al monasterio cisterciense de Santo Domingo, donde vivió piadosamente treinta años y empleó todos sus bienes en ayudar a los más pobres.
Sin embargo, cuando en 1474 Isabel I, La Católica, fue nombrada reina de Castilla, visitó Toledo, y ahí volvió a ver a Santa Beatriz, que había sido dama de su madre y la había cargado en brazos cuando niña.
Fue así que Santa Beatriz de Silva pudo fundar la Orden Concepcionista, cumpliendo la promesa hecha a la Virgen María. Isabel la Católica le donó su palacio de Galeana, en Toledo, que incluía la iglesia de Santa Fe, y el inmueble se transformó en la primera sede de las concepcionistas.
La Orden Concepcionista fue aprobada por el papa Inocencio VIII en 1489. Dos años después, el día de la primera promoción de religiosas, cuando ella misma iba a tomar los hábitos, falleció repentinamente.
Casi quinientos años después de su muerte, Santa Beatriz de Silva Meneses fue canonizada en 1976 por el papa Paulo VI. La Orden Concepcionista conserva en la actualidad numerosos conventos distribuidos por Europa y Latinoamérica.
SANTA BEATRIZ DE SILVA MENESES nos enseña el valor de soportar con resignación la envidia ajena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario