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viernes, 27 de marzo de 2015

LECTIO DIVINA DOMINGO DE RAMOS CICLO B: !VERDADERAMENTE ÉSTE ES EL HIJO DE DIOS¡



Lectio Divina Domingo de Ramos Ciclo B: ¡Verdaderamente éste es el hijo de Dios!
Guía para estudiar, conversar y orar el evangelio del domingo utilizando el método de la Lectio Divina





Lectio Divina Dominical de Ramos Ciclo B: ¡Verdaderamente éste es el hijo de Dios!

PRIMERA LECTURA: Isaías 50, 4-7
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 21
SEGUNDA LECTURA: Filipenses 2, 6-11
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
 Amén
TEXTO BIBLICO: Marcos 14,1 – 15,47
 Versión breve:
14,17: Al atardecer llegó con los Doce. 14,18: Se pusieron a la mesa y, mientras comían, dijo Jesús: —Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que come conmigo….
14,22: Mientras cenaban, tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.   14,23: Y tomando la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y bebieron todos de ella.   14,24: Les dijo:   —Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. 14,25: Les aseguro que no volveré a beber el fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.   14,26: Cantaron los salmos y salieron hacia el monte de los Olivos…
14,32: Llegados al lugar llamado Getsemaní, dijo a sus discípulos:
—Siéntense aquí mientras yo voy a orar.
14,33: Llevó con él a Pedro, Santiago y Juan y empezó a sentir tristeza y angustia.
14,34: Entonces les dijo:    —Siento una tristeza de muerte; quédense aquí y permanezcan despiertos. 14,35: Se adelantó un poco, se postró en tierra y oraba que, si era posible, se alejase de él aquella hora. 14,36: Decía:    —Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
14,43: Todavía estaba hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente armada de espadas y palos, enviada por los sumos sacerdotes, los letrados y los ancianos.14,44: El traidor les había dado una contraseña: Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenlo con cuidado. 14,45: Enseguida, acercándose a Jesús, le dijo:
—¡Maestro!    Y le dio un beso…
15,1: Ni bien amaneció, el Consejo en pleno, sumos sacerdotes, ancianos y letrados se pusieron a deliberar. Ataron a Jesús, lo condujeron y se lo entregaron a Pilato.
15,2: Pilato lo interrogó:    —¿Eres tú el rey de los judíos?
Jesús contestó:    —Tú lo dices.
15,3: Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas.
15,4: Pilato lo interrogó de nuevo:
—¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.
15,5: Pero Jesús no le contestó, con gran admiración de Pilato…
15,9: Pilato les respondió a la multitud:
—¿Quieren que les suelte al rey de los judíos? 15,10: Porque comprendía que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia.   15,11: Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran más bien la libertad de Barrabás.
15,12: Pilato respondió otra vez:
—¿Y qué hago con el que llaman rey de los judíos?
15,13: Gritaron:     —¡Crucifícalo!
15,14: Pero Pilato dijo:     —Pero, ¿qué mal ha hecho?
Ellos gritaban más fuerte:     —¡Crucifícalo!
15,15: Pilato, decidido a dejar contenta a la gente, les soltó a Barrabás y a Jesús lo entregó para que lo azotaran y lo crucificaran…
15,20: Terminada la burla, le quitaron la púrpura, lo vistieron con su ropa y lo sacaron para crucificarlo….
15,22: Lo condujeron al Gólgota, que significa Lugar de la Calavera. 15,23: Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo tomó. 15,24: Lo crucificaron y se repartieron su ropa, echando a suertes lo que le tocara a cada uno….
15,25: Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
15,26: La inscripción que indicaba la causa de la condena decía: El rey de los judíos…

    15,33: Al mediodía se oscureció todo el territorio hasta media tarde. 15,34: A esa hora Jesús gritó con voz potente:  —Eloi, eloi, lema sabactani, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?…  15,37: Pero Jesús, lanzando un grito, expiró.
15,39: El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo expiró, dijo:
—Realmente este hombre era Hijo de Dios.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
En este domingo que llamamos “de Ramos”, que nos recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la liturgia pone dos lecturas durante la Eucaristía. Al inicio en la puerta se lee el texto cuando Jesús montado en un burrito, entra a Jerusalén y la gente lo aclama. En el momento del Evangelio se lee toda la Pasión de Cristo que para este domingo ocupa los capítulos 14 y 15 de Marcos. El texto puesto en el ejercicio es la versión más resumida.
Un dato curioso que se quiere presentar en este domingo, con el que inicia la Semana Santa, es que el pueblo lo recibe a Jesús como un rey y también es el pueblo quien decide que muera de la manera más vil y cruenta crucificado en la cruz.
Es parte del relato unido a la Pasión Salvadora de Jesús, unir la Última Cena, con la Institución de la Eucaristía, la Oración de Jesús, La traición por parte de uno de sus Apóstoles, el falso juicio contra Él, la Pasión, la Crucifixión y Muerte de Jesús.
En la primera parte, es bueno remarcar que su Cuerpo se entrega y su Sangre se derrama a favor de todos. El verdadero cordero de Dios. El que ofrecerá el único sacrificio agradable al Padre. Ya no se necesitará otro sacrificio. Sólo éste realizado por Jesús es el único y auténtico.
Ante el momento que viene, Jesús se dedica a orar. “Padre Que se cumpla tu Voluntad y no la mía”. Inmediatamente el traidor llegó con la gente en la noche. Y es importante destacar que es en la hora de las tinieblas donde la gente que no procede bajo la inspiración de la luz de Dios actúa.
El juicio lleno de mentiras contra Jesús, nos recuerda las envidias que se producen cuando a alguien le va mal y quieren poner las culpas en los demás. La Escritura se está cumpliendo, la humillación sobre el cordero de Dios como dice Isaías: “50,6: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que me arrancaban la barba; no me tapé el rostro ante ultrajes y salivazos. 50,7: El Señor me ayuda, por eso no me acobardaba; por eso endurecí el rostro como piedra, sabiendo que no quedaría defraudado.”
En la cruenta tortura, llevan a Jesús afuera de la ciudad. El texto aclara que el lugar es el “Gólgota” que significa lugar de la Calavera. Es importante este dato, pues allí en ese cerro, los judíos veneraban la “tumba de Adán”. Por eso el nombre. En verdad, es el lugar donde todos los seres humanos van a parar: la tumba. Es muy sugestivo que Jesús fuera crucificado sobre la tumba del hombre viejo, en el que todos morimos. Por esa razón, cuando recitamos el Credo donde dice: “descendió a los infiernos”, se está refiriendo que Jesús vino a rescatar a todos los que en “Adán” morimos. Sólo imaginarse el monte, la cruz encima, Jesús ha muerto y desciende, a la tumba de la humanidad, a donde están los huesos secos, a liberar a los justos de la atadura de la muerte eternal.
El texto debe ser leído en el contexto bíblico completo para no hacer pretextos. Jesús es el Hijo de Dios, que se hizo hombre por nosotros y por nuestra salvación asumió en todo, menos en el pecado, la naturaleza humana. Hasta dar su vida para salvar a la humanidad que había caído en la trampa del pecado y su consecuencia la muerte.
Antes de morir Jesús exclama: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”Mucho se ha debatido sobre estas palabras, donde Jesús al parecer sentía un abandono de Dios, sin embargo Él representa a todo el pueblo que en tantas oportunidades siente este abandono. Por esa razón, está recitando un Salmo, el 21 (22). Donde comienza con el abandono pero culmina con la Victoria. Jesús está diciendo que aunque los ojos humanos vean la derrota en la cruz, Dios lo liberará y si oramos con el Salmo veremos que él nos escucha siempre.
Un dato muy curioso es que en el relato, quien reconoce que Jesús “verdaderamente es el hijo de Dios” es un pagano, el centurion romano. Algo más que refuerza que la salvación es universal y para todos.
Reconstruimos el texto:
  1. ¿Cómo comienza este relato?
  2. ¿Cómo fue la bendición que Jesús pronunció sobre el pan y el vino?
  3. ¿Dónde fueron después de la cena?
  4. ¿Quién fue el que entregó a Jesús?
  5. ¿Qué le preguntó Pilato a Jesús?
  6. ¿Qué le respondió Jesús?
  7. ¿A quién le preguntó Pilato sobre lo que debía hacer con Jesús?
  8. ¿Qué respondió la multitud cuando Pilato preguntó y quiénes incitaban a esto?
  9. ¿Dónde llevaron a crucificar a Jesús?
  10. ¿Cuál es el significado de este lugar?
  11. ¿Cuál es la antífona del Salmo que recita Jesús antes de morir? ¿Qué significa haber recordado este Salmo?
2.- MEDITACION: ¿Qué me o nos dice el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
  1. Ante este relato, lo primero que debemos hacer es un silencio profundo. Recordar, poner en el corazón nuevamente esta Palabra del Señor. ¿Cómo lo hago?
  2. ¿Reconozco la Eucaristía como el memorial vivo de la presencia de Jesús entre nosotros?
  3. ¿Cómo es mi vida de oración? Mucha gente ora para que Dios le cumpla sus deseos. Sin embargo Jesús pide que no se cumpla su voluntad sino la del Padre. ¿Así también es mi oración?
  4. ¿Busco conocer la Voluntad de Dios? ¿Cómo lo hago? Analiza tu oración, ¿con qué frecuencia te apartas para orar, para meditar, para contemplar?
  5. ¿Puede haber algo en mi vida que soy como ese pueblo que un día recibió a Jesús con alegría y luego por conveniencia pide que lo crucifiquen? ¿Cambio mis opiniones con frecuencia?
  6. Ante el misterio de la Pasión, Crucifixión y Muerte del Señor, para darme vida ¿Cuál es mi actitud? ¿En qué manifiesto mi sentir, mi gratitud, mi esperanza?
  7. ¿Siento que alguna vez el Señor me ha abandonado? ¿Está bien esta actitud?
  8. ¿Cuál es mi relación y mi sentir ante la muerte personal y la de mis seres cercanos? ¿Es cristiana esta actitud?
3.- ORACION: ¿Qué le digo o decimos a Dios?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.
Vamos a tomar el Salmo 21 (22) que nos pone las palabras de Jesús en la cruz y termina con el triunfo.
22,2: ¡Dios mío, Dios mío!,
¿por qué me has abandonado?,
¿por qué estás ajeno a mi grito,
al rugido de mis palabras?
22,3: Dios mío, te llamo de día y no respondes,
de noche y no hallo descanso;
22,4: aunque tú habitas en el santuario,
gloria de Israel.
22,5: En ti confiaban nuestros padres,
confiaban y los ponías a salvo;
22,6: a ti clamaban y quedaban libres,
en ti confiaban y no los defraudaste.
22,7: Pero yo soy un gusano, no un hombre:
vergüenza de la humanidad, asco del pueblo;
22,8: al verme se burlan de mí,
hacen muecas, menean la cabeza:
22,9: Acudió al Señor, que lo ponga a salvo,
que lo libre si tanto lo ama.
22,10: Fuiste tú quien me sacó del vientre,
me confiaste a los pechos de mi madre;
22,11: desde el seno me encomendaron a ti
desde el vientre materno tú eres mi Dios.
22,12: No te quedes lejos,
que el peligro se acerca y nadie me socorre.
22,13: Me acorrala un tropel de novillos,
toros de Basán me cercan;
22,14: abren contra mí sus fauces:
leones que descuartizan y rugen.
22,15: Me derramo como agua,
se me descoyuntan los huesos;
mi corazón, como cera,
se derrite en mi interior;
22,16: mi garganta está seca como una teja,
la lengua pegada al paladar.
¡Me hundes en el polvo de la muerte!
22,17: Unos perros me acorralan,
me cerca una banda de malvados.
Me inmovilizan las manos y los pies,
22,18: puedo contar todos mis huesos.
Ellos me miran triunfantes:
22,19: se reparten mis vestidos,
se sortean mi túnica.
22,20: Pero tú, Señor, no te quedes lejos,
Fuerza mía, ven pronto a socorrerme;
22,21: libra mi vida de la espada,
mi única vida, de las garras del mastín;
22,22: sálvame de las fauces del león,
defiéndeme de los cuernos del búfalo.
22,23: Contaré tu fama a mis hermanos,
te alabaré en medio de la asamblea:
22,24: Fieles del Señor, alábenlo,
descendientes de Jacob, glorifíquenlo,
témanlo, descendientes de Israel,
22,25: porque no ha desdeñado ni despreciado
la desgracia del desgraciado,
no le ha escondido su rostro;
cuando pidió auxilio, lo escuchó.
22,26: Te alabaré sin cesar en la gran asamblea:
cumpliré mis votos ante los fieles.
22,27: Comerán los pobres hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
¡No pierdan nunca el ánimo!
22,28: Lo recordarán y se volverán al Señor
todos los confines de la tierra,
se postrarán en su presencia
todas las familias de los pueblos;
22,29: porque el Señor es Rey, él gobierna a los pueblos.
22,30: Ante él se postrarán los que duermen en la tierra,
en su presencia se encorvarán los que bajan al polvo.
Mi vida la conservará.
22,31: Mi descendencia le servirá,
hablará de mi Dueño a la generación venidera
22,32: contará su justicia al pueblo por nacer:
Así actuó el Señor.
Amén
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy podemos hacerlo ante una imagen de Cristo crucificado o un Cristo sufriente, para pedirle poder imitarlo.  Añadimos nuestras intenciones de oración.
4.- CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo  del  Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
Repetimos varias veces esta frase del Evangelio para que vaya entrando a nuestro corazón:
«Verdaderamente éste es el Hijo de Dios»
(Versículo 39)
Y así, pidiéndole al Señor ser testigos de la luz para que otros crean, asumimos esta actitud.
5.- ACCION: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, vuelvo a leer detenidamente las lecturas. Es importante tomar una actitud de asumir el texto sagrado. Debo preguntarme muy seriamente cuál es la actitud que tomaré para mostrar mi cambio. Jesús murió por mi salvación. Voy a realizar alguna actividad en que pueda ser testigo y misionero anunciando este misterio salvador. Voy a buscar a alguien, para dialogar y compartir con ardor y entusiasmo la salvación que Jesús nos ofrece. Gastar el tiempo con alguien que lo necesite de verdad.
En el grupo, aprovechando la Semana Santa, haremos alguna misión. Iremos a algún lugar donde viva gente necesitada, para hablar de Cristo con nuestras actitudes de servicio. Que los demás crean viéndonos serviciales, alegres y felices en el compartir.

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