Señor, acompáñame en mi enfermedad. Enséñame a tener serenidad,
no me dejes caer en el aturdimiento, en la pereza, no dejes que pierda las
ansias de superación y mejora. Dame fortaleza y paz para aceptar lo que
puedo cambiar.
Dame coraje para hacer todo lo que puede ayudarme a mejorar mi salud
y estado de ánimo.
Dame inteligencia para descubrir en cada momento lo que es más
provechoso para mí y para los que me rodean.
Señor, enséñame a tener serenidad, para saber disfrutar de los
buenos momentos, para sentir el gozo de estar con los de casa y
con los que me visitan, para recibir los momentos dolorosos y difíciles
con paz de espíritu, para no dejarme abatir ni desesperar, para sacar
buen fruto de mi situación.
Amén.
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