Páginas

sábado, 1 de noviembre de 2014

El Papa a la Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza: ''Buscad la unidad sin temer la diversidad''

Ciudad del Vaticano, 31 octubre 2014(VIS).-''Buscad la unidad que es obra del Espíritu Santo y no temáis la diversidad'', ha dicho el Papa saludando esta mañana en el Aula Pablo VI a un millar de miembros de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowship (Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza) que celebra en estos días su congreso dedicado al tema ''Alabanza y adoración para una nueva evangelización''.
''La unidad no es uniformidad, no es hacer todo juntos obligatoriamente... ni tampoco perder la identidad -dijo Francisco- Unidad en la diversidad es precisamente lo contrario; es reconocer y aceptar con alegría los diferentes dones que el Espíritu Santo da a cada uno y ponerlos al servicio de todos en la Iglesia. Es saber escuchar, aceptar las diferencias, tener la libertad de pensar de forma diversa y manifestarlo. Con todo el respeto por el otro, que es mi hermano. ¡No tengáis miedo de las diferencias!''.
Refiriéndose al folleto en que figuran los nombres de las comunidades de la Fraternidad y que se abre con la frase: ''Compartir con todos en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo'', el Papa recalcó que la Iglesia y todos los cristianos necesitan abrir su corazón a la acción santificadora del Espíritu que se revela en Cristo y nos lleva al encuentro personal con él. ''¿Vivís esta experiencia? -preguntó- ¡Compartidla! Y para compartirla hay que vivirla y ser testigos de ella''.
''La alabanza es la inspiración que nos da la vida, porque es la intimidad con Dios que cada día crece con la alabanza'', prosiguió Francisco explicando el ''funcionamiento'' de la vida espiritual con el ejemplo de la respiración humana. ''La respiración -afirmó- tiene dos fases: inhalar, o sea meter el aire dentro y exhalar, esto es, dejarlo salir. La vida espiritual se alimenta, se nutre con la oración, y se manifiesta en la misión: inhalación,la oración, y exhalación. Cuando respiramos, en la oración, recibimos el aire fresco del Espíritu y al exhalarlo proclamamos a Jesucristo suscitado por el mismo Espíritu. Nadie puede vivir sin respirar. Lo mismo sucede con el cristiano: sin alabanza y sin la misión no vive como un cristiano''. Y con la alabanza, la adoración... Se habla poco de adorar...¿Que hacemos al rezar? Pedimos cosas a Dios, damos gracias... Pero la adoración, adorar a Dios... Esto forma parte de la respiración: la alabanza y la adoración''.
El Papa subrayó después que fue Renovación Carismática quien recordó a la Iglesia la necesidad y la importancia de la oración en la alabanza que es ''el reconocimiento de la soberanía de Dios sobre nosotros y sobre toda la creación expresado en la danza, la música y el canto.. La oración de alabanza nos hace fecundos. Sara se puso a bailar cuando supo que era fecunda ¡a los noventa años! La fecundidad alaba al Señor... Y junto con la oración de alabanza, la de intercesión que hoy es un grito al Padre por nuestros hermanos cristianos perseguidos y asesinados, y por la paz en nuestro mundo, trastornado''.
''La Renovación Carismática es, por su naturaleza ecuménica'', señaló citando a continuación las palabras del beato Pablo VI: ''La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí por todo tipo de rupturas... El Testamento espiritual del Señor nos dice que la unidad entre sus seguidores no es sólo una prueba de que somos suyos, sino también de que él es el enviado del Padre, criterio de la credibilidad de los cristianos y del mismo Cristo. Sí, la suerte de la evangelización está ciertamente vinculada al testimonio de unidad dado por la Iglesia''.
Por lo tanto el ecumenismo espiritual, es ''orar juntos y proclamar juntos que Jesús es el Señor e intervenir juntos para ayudar a los pobres, en todas sus pobrezas. Hay que hacer esto y no olvidar que hoy en día la sangre de Jesús, derramada por muchos de sus mártires cristianos en diversas partes del mundo, nos desafía y nos empuja a la unidad. Para los perseguidores, no estamos divididos; no somos luteranos, ortodoxos, evangélicos, católicos. ¡No! Somos uno. Para los perseguidores somos cristianos. No interesa nada más. ¡Este es el ecumenismo de la sangre que vivimos hoy!''.

Papa: ¡el amor y no el apego a la ley abre la puerta de la esperanza!
(RV).- «El camino del amor a la justicia, lleva a Dios». El Papa Francisco habló en su homilía de la misa matutina, de este viernes,  en la Casa Santa Marta, sobre los cristianos tan apegados a la ley, que descuidan la justicia y los cristianos ligados al amor, que dan pleno cumplimiento a la ley.
Recordando que en el Evangelio del día, Jesús pregunta a los fariseos: «¿Está permitido curar en sábado o no?», pero ellos no responden. Y que entonces Jesús toma de la mano al enfermo y  lo cura, el Papa señaló que los fariseos puestos ante la verdad, callaban, «pero luego chismeaban a sus espaldas... buscaban la forma de que cayera». Jesús reprende a esa gente que «estaba tan apegada a la ley, que se había olvidado de la justicia», e incluso negaba la ayuda a los padres ancianos con el pretexto de haberlo dado todo como donativo para el Templo. Pero «¿quién es más importante? »- pregunta el Santo Padre - «¿el cuarto mandamiento o el Templo?»:
«Este camino de vivir apegados a la ley, los alejaba del amor y de la justicia. Cuidaban la ley y descuidaban la justicia. Cuidaban la ley y descuidaban el amor. Eran modelos, eran los modelos. Y Jesús para esta gente encuentra sólo una palabra: hipócritas. Por un lado, das la vuelta al mundo en busca de prosélitos: buscan. ¿Y después? Cierran la puerta. Hombres de cerrazón,  tan apegados a la ley, la letra de la ley, no a la ley, porque la ley es amor; sino a la letra de la ley, que siempre cerraban las puertas de la esperanza, del amor y de la salvación... Hombres que sólo sabían cerrar».
«El camino para ser fieles a la ley, sin descuidar la justicia, sin descuidar el amor es el camino contrario», destacó el Papa Francisco, citando la Carta de San Pablo a los Filipenses: «es el camino contrario: del amor a la integridad; del amor al discernimiento; del amor a la ley»:
«Éste es el camino que Jesús nos enseña, totalmente opuesto al  de los doctores de la ley. Y este camino del amor a la justicia, lleva a Dios. En cambio, el otro camino, el de estar pegados únicamente a la ley, a la letra de la ley, lleva al cierre, al egoísmo. El camino que va desde el amor al conocimiento y al discernimiento, al cumplimiento pleno, conduce a la santidad, a la salvación, al encuentro con Jesús. Mientras que, el otro camino lleva al egoísmo, a la soberbia de sentirse justos, a aquella santidad entre comillas, de las apariencias ¿no? Jesús le dice a esta gente: ‘Pero, les gusta hacerse ver como hombres de oración, de ayuno...: para mostrarse, ¿no? Y es por eso que Jesús dice a la gente: hagan lo que dicen, pero no lo que hacen».
Éstos «son los dos caminos y hay pequeños gestos de Jesús que nos hacen comprender el camino desde el amor al conocimiento y al discernimiento». Jesús nos toma de la mano y nos sana:
«Jesús se acerca: la cercanía es la prueba de que vamos por el camino verdadero. Porque es precisamente el camino que Dios ha elegido para salvarnos: la cercanía. Él se acercó a nosotros, se hizo hombre. La carne: la carne de Dios es el signo; la carne de Dios es el signo de la verdadera justicia. Dios que se hizo hombre como uno de nosotros, y nosotros que tenemos que hacernos como los otros, como los necesitados, como aquellos que necesitan nuestra ayuda».
«La carne de Jesús» - reiteró el Papa - «es el puente que nos acerca a Dios ... no la letra de la ley: ¡no! En la carne de Cristo, la ley tiene su cumplimiento pleno» y «es una carne que es capaz de sufrir, que ha dado su vida por nosotros». «Que estos ejemplos, este ejemplo de cercanía de Jesús, del amor, de la plenitud de la ley – concluyó el Papa Francisco – nos ayuden a no caer nunca en la hipocresía: nunca. Es tan feo ser un cristiano hipócrita. Tan feo. ¡Que Dios nos salve de esto!» (CdM – RV)


Papa: «el diablo no es un mito», «oración, verdad y justicia para combatirlo»
RV).- (Actualizado con video) La vida cristiana es un «combate» contra el demonio, el mundo y las pasiones de la carne, recordó el Papa Francisco, en la Misa matutina, de este jueves en la Capilla de la Casa de Santa Marta. Reflexionando sobre la Carta de San Pablo a los Efesios, reiteró que el diablo existe y «debemos luchar contra él», con la «armadura» de la verdad. Fortaleza y valentía en el Señor. El Santo Padre centró su homilía en las palabras de San Pablo que, dirigiéndose a los Efesios, «desarrolla en un lenguaje militar la vida cristiana». Y subrayando que «la vida en Dios se debe defender, se debe luchar para llevarla adelante», hizo hincapié en que se necesita fortaleza y valentía «para resistir y anunciar». Para «ir adelante en la vida espiritual se debe combatir. No es una simple lucha, sino un combate continuo», volvió a reiterar el Papa, recordando luego que «los enemigos de la vida cristiana» son tres: «el demonio, el mundo y la carne». Es decir nuestras pasiones «que son las heridas del pecado original». Por cierto, destacó también el Obispo de Roma, «la salvación que nos da Jesús es gratuita», pero estamos llamados a defenderla:
«¿De qué me tengo que defender? ¿Qué tengo que hacer? ‘Revístanse con la armadura de Dios’ nos dice Pablo. Es decir que lo que es de Dios nos defiende, para resistir a las insidias del diablo. ¿Está claro? Claro. No se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin revestirse de esta armadura de Dios, que nos da fuerza y nos defiende».
San Pablo subraya que esta lucha nuestra no es contra las cosas pequeñas, «sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal».  «Es decir, contra el diablo y los suyos», insistió el Papa Bergoglio, señalando que «sin embargo a esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios! Aunque no estamos muy convencidos de ello». Además «San Pablo dice cómo es la armadura de Dios, cuáles son las diversas armaduras, que conforman esta armadura de Dios. Y señala: «Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza». Ésta es la armadura de Dios: la verdad».
Recordando que «el diablo es mentiroso, es el padre de los mentirosos, el padre de la mentira», y reiterando con San Pablo, que hay que estar «ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza», el Santo Padre volvió a destacar que «no se puede ser cristianos, sin trabajar continuamente para ser justos. No se puede». Nos ayudaría mucho preguntarnos ¿creo o no creo? ¿creo un poco sí y un poco no? ¿soy un poco mundano y un poco creyente? «Sin fe no se puede ir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús»,insistió el Papa, haciendo hincapié en que «necesitamos el escudo de la fe, porque el diablo no nos tira flores, sino flechas encendidas, para asesinarnos». Por lo que exhortó a «tomar el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios». Y a «elevar constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu»:

«La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría que el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos somos un poco perezosos, no, en la lucha, y nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores ¡todos! Pero no se desalienten. Ánimo, valentía y fortaleza, porque el Señor está con nosotros»

No hay comentarios:

Publicar un comentario