Rafael, Arcángel
Arcángel, 24 de octubre
Arcángel
Es el nombre propio de uno de los siete ángeles que están ante la presencia de Dios (Tob 12,15; Apc 21,9; 22,8). En hebreo Réja-el significa "Dios ha curado" o "medicina de Dios".
Rafael en la tradición bíblica.
En la historia de Tobías el oficio de Rafael aparece con toda su magnitud y sencillez. Da su nombre: "Yo soy el Ángel Rafael, uno de los siete que asistimos delante del Señor" (Tob 12,15; cfr. Apc 1,4; 5,6; Le 1,11; 9,8; Apc 4,5; Act 10,3). Manifiesta que su presencia en casa de Tobías ha sido por voluntad del Señor (Tob 12,18). Declara su naturaleza espiritual: "parecía a la verdad que yo comía y bebía con vosotros, pero yo me sustento con un manjar invisible y una bebida que no puede ser vista de los hombres" (Tob 12,19; cfr. Mt 4,11; lo 4,13; 6,31; Sap 16,20). Indica su oficio propio: "El Señor me envió a curarte a ti, y a liberar del demonio a Sara, esposa de tu hijo" (Tob 6,14). Se aparece a Tobías cuando éste debe viajar hasta Regues de Media y no tenía quien le acompañase ni conocía el camino: "Fuese en busca de uno, y se encontró con Rafael, que era un ángel", que le manifiesta ser "Azarías, hijo de Ananías, grande entre tus hermanos" (Tob 5,12). Azarías significa "Dios socorre", y así es en efecto, Rafael acude en ayuda de Tobías; Ananías significa "Dios da gracia". Tobías baja a bañarse al río Tigris y sale un enorme pez a devorarlo (Tob 6,2), interviene Rafael y lo salva; entonces le ordena atrapar al pez, que luego comen, indicándole que le extraiga el corazón, el hígado y la hiel para utilizarlos como medicina. Le elige a Sara, mujer bella y discreta, por esposa, siendo única heredera (Tob 6,9 ss.). Un demonio llamado Asmodeo impedía que Sara consumase su matrimonio matando a los maridos la noche de bodas. Rafael aconseja a Ragüel que no niegue la mano de su hija a Tobías (Ragüel temía que el demonio lo matase como había matado a los siete maridos), pues "Saya ha sido elegida por Dios para esposa de Tobías" (Tob 7,12 ss.). Sobre la palabra del ángel, Tobías tomó el hígado y el corazón del pez y lo puso sobre las brasas de los perfumes la noche de bodas, venciendo así al demonio (Tob 8,2). La hiel sirvió para untar los ojos de quien tuviera cataratas, cosa que de regreso al hogar hace Tobías, curando así la ceguera de su padre (Tob 11,13; cfr. Mt 20,34; lo 9,5 ss.).
En la tradición y en la liturgia.
La tradición identifica a Rafael con el ángel que el Señor enviaba periódicamente a remover las aguas de la piscina de Betseda (casa de la misericordia; cfr. lo 5,2 ss.; en el himno litúrgico del arcángel Rafael se canta una fórmula que fue extraída de la tradición y que se refiere a este mismo hecho).
La invocación a Rafael se encuentra en algunos Padres de la Iglesia: S. Ambrosio (De fide 111,20: PL 16,618), S. Beda (cfr. DACL 1,2087), etc. En la iglesia copta, donde la angeología alcanzó un gran desarrollo, Rafael fue honrado desde la antigüedad.
En Occidente se encuentran diversos testimonios del culto tributado a los tres ángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, sobre todo en inscripciones funerarias, ya que se consideraba que Dios encomendaba a los ángeles la custodia de las tumbas de los fieles. En Venecia existe una iglesia dedicada a S. Rafael que data del siglo VII. El nombre de Rafael se encuentra también en las letanías de los santos y en las preces del Itinerarium clericorum. Las primeras celebraciones litúrgicas en honor de S. Rafael comienzan a aparecer en los Sacramentarios y Martirologios de finales del siglo X o inicios del Xl; a partir de esa época, se celebra la fiesta de San Rafael con fechas muy variadas (Venecia, 22 abril; España, 7 mayo; Francia 7 ó 15 julio; etc.).
A partir del siglo XV, su fiesta entra en muchos Propios diocesanos y en el apéndice pro aliquibús locis del Misal Romano. Benedicto XV la extendió a toda la Iglesia el 26 oct. 1921 (AAS 13, 1929, 543-44), fijando la fiesta el 24 de octubre. Después de la reforma litúrgica de 1969, se celebra el 29 de septiembre, junto con S. Miguel y S. Gabriel.
Rafael ("medicina de Dios") es invocado en las enfermedades del alma y del cuerpo. Es el patrono de los farmacéuticos. Por haber sido guía de Tobías, es patrono en los viajes por tierra y mar. Ha sido también considerado protector de los jóvenes que dejan por primera vez su casa. Es patrono de la ciudad de Córdoba, donde se venera, entre otras imágenes del arcángel, una estatua dorada sobre una columna, obra del escultor francés IVI. Verdiguier (a. 1765).
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