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martes, 9 de septiembre de 2014

Consagración al Inmaculado Corazón de María de los 33 días. Día 2. Os preparo para el triunfo



Madre-de-amor

Pasos para cada día:
1. Rezo del santo Rosario, meditado y con letanías de la Virgen
2. Meditación del día y una virtud.
3. Coronilla de protección.
4. Letanías al Inmaculado Corazón de María.
5. Oración final
6. Consagración (para el día de la festividad o al terminar los 33 días.



1er. Rezo del Santo Rosario
Gozosos: lunes y Sábados
Dolorosos: martes y miércoles.
Luminosos: jueves
Gloriosos miércoles y domingos.



Jaculatorias para rezar en cada decena del Santo Rosario:

Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, , líbranos del fuego del infierno y llevad al cielo todas las almas, especialmente  las más necesitadas de vuestra misericordia.

Dios mío yo creo, adoro, espero y os amo, os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y espíritu Santo, os adoro profundamente, os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo presente en todos los Tabernáculo del mundo, en reparación de los ultrajes, de los sacrilegios y de las indiferencias con los cuales es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María os pido por la conversión de los pobres pecadores.



Día 2. Os preparo para el triunfo

Hijos míos: Satanás os quiere destruir, os quiere arrebatar bruscamente de las manos de Dios; estáis viviendo tiempos terribles de confusión: tiempos en lo que a lo malo se le llama bueno y a lo bueno, malo; los demonios han sido soltados de las profundidades del infierno para engañar, seducir.

Son muchas las almas que han caído en sus mentiras.
Son muchas las almas que han roto su amistad con Dios, son muchas almas que han perdido el asombro por los Misterios del Cielo.
Son muchas las almas que acomodan los mandatos del Señor de acuerdo con sus intereses mezquinos.
Son muchas las almas que desprecian las manifestaciones del espíritu Santo. Espíritu santo que es encapsulado, atrapado, impidiéndole actuar.
Son muchas las almas que serán sorprendidas por Jesús en su segunda venida.
Son muchas las almas que han cerrado sus oídos y su corazón a los lamentos Divinos del final de los tiempos; lamentos que llaman a la humanidad a la conversión. Lamentos que os anuncian signos y señales que os precederán en este tiempo final.
Lamentos que os alertan del gran castigo que sobrevendrá al mundo entero.
Lamentos que os llaman a la reparación, a la mortificación, a la penitencia.
Lamentos que os avisan de una lluvia de fuego que purificará la tierra; tierra que tendrá que volver al orden primero de su creación.
Lamentos salidos del Cielo para ver si la humanidad entera vuelve sus ojos al Señor.


Hijos carísimos: María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os convoca a su escuela maternal para que recibáis en ella sus lecciones de Amor Santo, para que os hagáis pupilos aventajados en santidad, para que toméis conciencia de la urgencia de la consagración a mi Inmaculado Corazón, porque este es un auxilio celestial que formará en vuestro ser una coraza que iluminará vuestra alma de una luz sobrenatural, luz que cegará al pérfido demonio.

María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, os preparará para el triunfo de mi Inmaculado Corazón. Triunfo que vendrá acompañado de tres signos:

El mundo se volverá Eucaristico porque la Eucaristía es aire puro que oxigena la Iglesia. La Eucaristía es la máxima de las manifestaciones de la presencia de Jesús en la tierra. La Eucaristía os hace semejantes a los santos Ángeles. La Eucaristía es el alimento perdurable que os une al Señor. La Eucaristia evidencia a Jesús, real en la Hostia Consagrada. La Eucaristía os da fuerzas para resistir los días aciagos que sobrevendrán a la humanidad.

La Eucaristía se lleva vuestros miedos, dándoos coraje para soportar el tiempo que estáis viviendo: tiempo de la tribulación y de la justicia. La Eucaristía os da temple, fuerza para salir airosos en los tres años y medio de dura prueba (donde el usurpador tomará el trono que no le corresponde, tro de Pedro que muy pronto se encontrará vacío) Eucaristía que será suspendida “cesarán las hostias y los sacrificios; y estará en el tiempo la abominación de la desolación”(Daniel 9,27)
Todos me amarán, el mundo nuevo me reconocerá como el molde perfecto del Altisimo. El mundo nuevo me acogerá como la madre del Salvador y Madre de todos los hombres. El mundo nuevo se sentirá sobrecogido ante mi presencia.

El mundo nuevo aceptará que a través de mi les vino su salvación. El mundo nuevo se dejará guiar por mis enseñanzas. El mundo nuevo comprenderá que soy el camino seguro de encuentro con Jesús. El mundo nuevo crecerá en santidad a una velocidad vertiginosa porque imitarán mis virtudes. El mundo nuevo sabrá que María, Maestra de los Apóstoles de los últimos tiempos, congregó a la Iglesia Remanente, al resto fiel en su Inmaculado Corazón a través de la consagración.

Se vivirá al estilo de las primeras comunidades cristianas; comunidades cristianas que: todo lo compartían, lo ponían en común, exentas de egoísmos, envidias, rivalidades; comunidades orantes cuyo eje es Dios; comunidades asistidas por la luz directa del Espíritu Santo; comunidades que tienen como fin dar gloria al Santo Nombre del Señor; comunidades renovadas, totalmente transformadas por las manos prodigiosas del Hacedor.




Virtud de la Esperanza

Siembro la rosa de la esperanza, rosa que será abono y alimento de excelente calidad para hacer que germine el rosal de diversas y finas especies. Esta rosa perfumará el jardín de vuestros corazones, haciendo que de vuestro corazón exhaléis suspiros de amor para Jesús.
La rosa de la esperanza que he sembrado en vuestros corazones es vestida de vivos colores. Colores que alegran vuestro espíritu; colores que os dan hermosura a vuestra alma; colores que os hacer virtuosos para el cielo, pero marchitos para el mundo.
No dejéis morir en vuestro jardín la rosa de la Esperanza, porque si ella muere moriréis vosotros junto con ella. Cultivad esta virtud con la oración, oración que penetrará en su raíz para ser convertida en savia espiritual que dará vida a esta virtud. No dejéis que la rosa de la Esperanza sea arrancada de vuestro corazón porque faltando ella os faltará el aire, os faltará el oxigeno, os faltará el agua, os faltará el germen de vida, os faltará el germen de eternidad, os faltará el germen de la trascendencia, os faltará el germen de la alegría, os faltará el germen de la voz del consuelo, para daros voz de aliento a corazones compungidos y agobiados.


3. Coronilla de Protección
(Se reza en un rosario común)


En cada Padre Nuestro:
Ave María Purísima, sin pecado concebida, hija de San Joaquín y santa Ana, María Santísima.


En cada Ave María (diez veces)
V. ¿Quién como Dios?
R. Nadie como Dios.


En cada Gloria:
V. Huid poderes malignos
R. venció Cristo el Señor.


Al final del Rosario:
V. Corazones Triunfantes de Jesús y de María.
R. Reinad en mi vida y en mi corazón. Amén.

Letanías al inmaculado Corazón de María

V/ Señor, ten piedad.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, ten piedad.
R/Cristo ten piedad de nosotros.
V/Señor, ten piedad.
R/Señor, ten piedad de nosotros.
V/Cristo, óyenos.
R/Cristo óyenos.
V/Cristo, escúchanos.
R/Cristo, escúchanos.
V/Dios, Padre celestial.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Hijo Redentor del mundo.
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/Dios, Espíritu Santo
R/Ten Misericordia de nosotros.
V/ Trinidad Santa, un solo Dios.
R/ Ten Misericordia de nosotros.
Santa María, Corazón Inmaculado de María. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lleno de gracia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vaso de amor más puro. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consagrado integro a Dios. Ruega por nosotros.
Corazón de María, preservado de todo pecado. Ruega por nosotros.
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación. Ruega por nosotros.
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención. Ruega por nosotros.
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, medianero de todas las gracias. Ruega por nosotros.
Corazón de María, latiendo al unisonó con el Corazón de Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatifica. Ruega por nosotros.
Corazón de María, holocausto del amor divino. Ruega por nosotros.
Corazón de María, abogado ante la justicia divina. Ruega por nosotros.
Corazón de María, traspasado de una espada. Ruega por nosotros.
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados. Ruega por nosotros.
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús. Ruega por nosotros.
Corazón de María, fortaleza de los cristianos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, refugio de los perseguidos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, esperanza de los pecadores. Ruega por nosotros.
Corazón de María, consuelo de los moribundos. Ruega por nosotros.
Corazón de María, alivio de los que sufren. Ruega por nosotros.
Corazón de María, lazo de unión con Cristo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, camino seguro al cielo. Ruega por nosotros.
Corazón de María, prenda de paz y santidad. Ruega por nosotros.
Corazón de María, vencedora de las herejías. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Reina de Cielos y tierra. Ruega por nosotros.
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia. Ruega por nosotros.
Corazón de María, que por fin triunfarás. Ruega por nosotros.


Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten misericordia de nosotros.


V/ Ruega santa Madre de Dios
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos:

Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conforme a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.



5. Oración final.

Santísima Virgen María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, preparadme con vuestras lecciones de amor al segundo advenimiento de vuestro Hijo Jesús.

Avivad mis sentidos para que guarde en mi corazón vuestras enseñanzas, enseñanzas que son doctrina segura que me adentran al cielo. Despertad en mí: celo insaciable por la salvación de mi alma. Desapego al mundo y anhelos de santidad.


Instruidme en la ciencia de la cruz para que acepte con beneplácito el sufrimiento y me haga heredero de uno de los aposentos de vuestro Inmaculado Corazón.


Arropad todo mi ser con vuestros rayos de luz para que seáis mi Maestra y yo vuestro, discípulo que imite vuestras adorables virtudes para ser bien visto ante los ojos de vuestro Hijo. Fortalecedme en este tiempo de la tribulación, cercenad mi corazón con vuestra espada de doble filo y heridlo de amor, para que vuestra presencia siempre me acompañe hasta el día del retorno de Nuestro Señor Jesucristo.


Madre celestial, Maestra del apóstoles de los últimos tiempos, preservad nuestra Iglesia frente a toda apostasía, herejía y cisma.


Conservadnos fieles a la Tradición de la Iglesia e instruidnos con vuestra Sabiduría Divina para que la luz del Espíritu Santo acreciente nuestra fe, nos muestre el camino de salvación y lleve nuestro corazón a la santidad.


Madre celestial, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, guardad al resto santo en vuestro Inmaculado Corazón hasta el día de la segunda llegada de vuestro Amadísimo Hijo Jesús.
Amén.

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