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lunes, 23 de junio de 2014

Sácate primero la viga que tienes en el ojo

lunes 23 Junio 2014


Lunes de la duodécima semana del tiempo ordinario

San José Cafasso, San Thomas Garnet

 Leer el comentario del Evangelio por
Imitación de Cristo: “No juzguéis y no seréis juzgados”

2 Reyes 17,5-8.13-15a.18.
Salmanasar, rey de Asiria, invadió todo el país, subió contra Samaría y la sitió durante tres años.
En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaría y deportó a los israelitas a Asiria. Los estableció en Jalaj y sobre el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.
Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había hecho subir del país de Egipto, librándolos del poder del Faraón, rey de Egipto, y porque habían venerado a otros dioses.
Ellos imitaron las costumbres de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas, y las que habían introducido los reyes de Israel.
El Señor había advertido solemnemente a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes, diciendo: "Vuelvan de su mala conducta y observen mis mandamientos y mis preceptos, conforme a toda la Ley que prescribí a sus padres y que transmití por medio de mis servidores los profetas".
Pero ellos no escucharon, y se obstinaron como sus padres, que no creyeron en el Señor, su Dios.
Rechazaron sus preceptos y la alianza que el Señor había hecho con sus padres, sin tener en cuenta sus advertencias.
El Señor se irritó tanto contra Israel, que lo arrojó lejos de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Salmo 60(59),3-5.12-14.
¡Tú nos has rechazado, Señor, nos has deshecho!
Estabas irritado: ¡vuélvete a nosotros!

Hiciste temblar la tierra, la agrietaste:
repara sus grietas, porque se desmorona.
Impusiste a tu pueblo una dura prueba,
nos hiciste beber un vino embriagador.

Tú, Señor, nos has rechazado
y ya no sales con nuestro ejército.
Danos tu ayuda contra el adversario,
porque es inútil el auxilio de los hombres.
Con Dios alcanzaremos la victoria
y él aplastará a nuestros enemigos.




Mateo 7,1-5.
Jesús dijo a sus discípulos:
No juzguen, para no ser juzgados.
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Imitación de Cristo, tratado espiritual del siglo XV
Libro II, c. 3

“No juzguéis y no seréis juzgados”


Tú sabes excusar y disimular muy bien tus faltas, y no quieres oír las disculpas ajenas.

Más justo sería que te acusases a ti y excusases a tu hermano.

Sufre a los otros si quieres que te sufran.

Mira cuán lejos estás aún de la verdadera caridad y humildad, la cual no sabe desdeñar y airarse sino contra sí.

No es mucho conversar con los buenos y mansos, pues esto a todos da gusto naturalmente; y cada uno de buena gana tiene paz, y ama a los que concuerdan con él.

Pero poder vivir en paz con los duros, perversos y mal acondicionados, y con quien nos contradice, grande gracia es, y acción varonil y loable.

El que sabe mejor padecer, tendrá mayor paz. Éste es el vencedor de sí mismo y señor del mundo, amigo de Cristo y heredero del cielo.


Sácate primero la viga que tienes en el ojo
Mateo 7, 1-5. Tiempo Ordinario. Jesús no nos prohíbe corregir, siempre y cuando actuemos con un corazón amante y sencillo que busca ayudar a los demás.
 
Sácate primero la viga que tienes en el ojo
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5

No juzgues para que no seas juzgado. Porque, con el juicio que juzguen serán juzgados, y con la medida con que midas serás medido. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: Deja que te saco la brizna del ojo, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.

Oración introductoria

Señor, dame las fuerzas necesarias para dar un mayor ejemplo y testimonio de vida, tal como Tú quieres que sea. Dame humildad para reconocer mis faltas y disculpar las de mis hermanos, pero también concédeme ayudarlos a corregirse con un corazón puro que busca sólo su bien.

Petición

Dios mío, concédeme ser humilde, porque sin humildad puedo creerme mayor que los demás, olvidándome por completo de que yo también tengo mis faltas.

Meditación del Papa Francisco

Es un mensaje al cual frecuentemente nos acostumbramos, lo repetimos casi mecánicamente, pero no nos aseguramos de que tenga una real incidencia en nuestras vidas y en nuestras comunidades. ¡Qué peligroso y qué dañino es este acostumbramiento que nos lleva a perder el asombro, la cautivación, el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad y la justicia! [...]
Lo que hagamos con los demás tiene una dimensión trascendente: "Con la medida con que midáis, se os medirá"; y responde a la misericordia divina con nosotros: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará [...] Con la medida con que midáis, se os medirá". Lo que expresan estos textos es la absoluta prioridad de la "salida de sí hacia el hermano” como uno de los dos mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual en respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios. Por eso mismo "el servicio de la caridad es también una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia"» (S.S. Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 179). .

Reflexión

Para estar de acuerdo con lo que el Evangelio nos quiere transmitir, tenemos que revisar nuestro interior y ver qué es lo que no nos ayuda y sacarlo de nosotros. Dios nos permite que corrijamos a nuestros hermanos y que les dejemos algo bueno de lo que Dios nos dice por medio de su palabra.
Jesús no nos prohíbe corregir, siempre y cuando actuemos con un corazón amante y sencillo que busca ayudar a los demás. Corregir se convierte en una obra de misericordia, cuando el otro entiende por nuestros gestos y palabras, que le hacemos la observación por su propio bien, y no por demostrarle nuestra superioridad.

Propósito

Antes de corregir a alguien, reflexionaré para ver con qué intención lo estoy haciendo.

Diálogo con Cristo

Señor, dame las fuerzas necesarias para poder dar lo mejor de mí. Que todos mis actos sean para tu gloria. Concédeme ser coherente con mi misión y que con mi buen ejemplo pueda irradiarte a los a demás. Así sea.

La humildad engendra sabiduría y prudencia (Afraates, Demonstr 9, 2)

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