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martes, 4 de febrero de 2014

Promesas y votos



 


PROMESASPromesa es un compromiso de hacer o abstenerse de hacer algo. La verdad requiere conformidad entre las palabras y los hechos. Romper una promesa es mentir, un pecado contra el Octavo Mandamiento
Las Promesas en Nombre de Dios Comprometen el Honor Divino porque se toma a Dios por testigo de lo que se afirma. Romper una promesa hecha ante Dios es un grave pecado contra el Segundo Mandamiento
VOTOSVotos son promesas hechas a Dios. Se refiere generalmente a los votos hechos por los miembros de institutos de vida religiosa.  Estos son reconocidos como "votos públicos" por la ley eclesiástica. Son regulados por la ley de la comunidad religiosa en que se hacen y, por encima de esta, por la ley canónica de la Iglesia.   Dicha ley impone ciertos requisitos en cuanto a la edad, condición y preparación de quién los hace, y en cuanto a la autoridad de aquellos que reconocen los votos y los reciben en nombre de la comunidad religiosa y de la Iglesia.
Los votos generalmente incluyen pobreza, castidad consagrada y obediencia. Algunas órdenes religiosas tienen además otros, conocido como "cuarto voto", que manifiesta un elemento específico de su carisma, por ejemplo fidelidad al magisterio, servicio a los mas pobres, etc.  El significado de estos votos se gobierna por la ley canónica y por los documentos legislativos de la comunidad en que se hacen. Según la ley eclesiástica, los votos se hacen por un tiempo de prueba antes de hacerse perpetuos.
Los sacerdotes diocesanos prometen obediencia a su obispo y permanecer célibes, pero a estas promesas no se les llama votos. La diferencia es sutil. Los religiosos hacen sus votos como una donación mas allá de toda exigencia del ministerio.  Los sacerdotes diocesanos, en cambio, con su promesa, aceptan un requisito eclesiástico para todo sacerdote.
Todo cristiano, en virtud del bautismo, debe buscar la santidad, lo cual implica la generosa administración de sus bienes a la luz de las necesidades de los pobres y de la Iglesia, obediencia a Dios y al magisterio de la Iglesia, castidad según su estado de vida.
Votos privados
Votos que no tienen la jurisdicción pública de los votos públicos. Pueden ser tanto promesas hechas a Dios privadamente o promesas hechas en el contexto de una comunidad. Estos últimos no se consideran públicos porque no son reconocidos como tales por la Ley Canónica.
Votos públicos
Son promesas hechas a Dios reconocidas como públicas por la Iglesia y que por ello están bajo la supervisión de ella. La supervisión de la Iglesia está explicada arriba.   Ver: Votos Bautismales

Los votos son promesas más potentes, porque se hacen a Dios. Cuando se rompe una promesa la decisión es más fácil de tomar, ya que cuando se trata de votos se puede sentir la deslealtad, la traición a Dios y a las deidades.
Los votos más comunes son los pronunciados en general por los curas cuando su ordenación: castidad, pobreza, obediencia, celibato, silencio.
El voto de castidad parte de la convicción de que vivir la sexualidad es algo reñido con Dios, con la espiritualidad. El haber pronunciado este voto puede ser causa de algunos trastornos como disfunción sexual, ya sea impotencia o frigidez, ausencia de deseo sexual, represión de la sexualidad hasta llegar a negarla o esconderla. A veces pienso que la obesidad denominada estómago en delantal tiene que ver con esconder los genitales, para no usarlos. Los problemas sexuales en la intimidad de la pareja pueden deberse a que alguno de los dos ha pronunciado los votos de castidad, ya sea como monja o fraile en alguna vida anterior.
El voto de pobreza tiene su origen en que el dinero es considerado profundamente “malo” por algunas organizaciones religiosas, ya que no es espiritual sino mundano, y por añadidura sucio. En la práctica de la TVP se puede ver que personas altamente creativas, con gran visión y perseverancia levantan empresas y pequeños imperios económicos, los cuales pierden con facilidad, para volverse a levantar tan exitosos o más que con antes en otra o la misma actividad. Ellas tienen vigente el voto de pobreza de alguna organización filosófica o religiosa. Es posible que alguna persona con el voto vigente pueda presentar problemas financieros continuos en esta vida.
El voto de obediencia es muy fuerte, porque implica una sumisión completa de la voluntad y el impedimento de la reflexión. Solamente se obedece. Ello puede llevar a haberse convertido en asesino torturador de la inquisición, por ejemplo, o cruzado matador de moros infieles, asuntos hechos bajo votos de obediencia. Esta situación, o alguna otra parecida, en que en otra vida se obedeció ciegamente, causando daño irreparable a otro u otros seres humanos, pueden desencadenar en esta vida un conflicto permanente con la autoridad, ya sea política, laboral o familiar, desafiándola continuamente. Puede causar también problemas serios en cuanto a victimizarse por haber cometido atrocidades en otra vida.
El voto de celibato es también una fuente de conflicto  poderosa, ya que lleva aparejado que uno se casa con Dios, y entonces se niega a ejercer la sexualidad en la vida. La manifestación de la existencia de voto de celibato hecho en vida anterior o vidas anteriores está dada cuando se presenta un miedo a adquirir un compromiso amoroso formal, o cuando se rompen muy de continuo relaciones que parecen estables.
El voto de silencio es también poderoso y puede afectar la expresión de las personas, impidiéndoles manifestarse como son en la realidad. Los votos de silencio se pronuncian en órdenes religiosas extremistas, en que se considera que la palabra es una arma del diablo para cautivar a los humanos. Una persona con voto de silencio sin romper puede presentar problemas para expresar sus ideas ante algunas personas o para hablar en público.
Los votos y las promesas se pueden romper, y en la TVP se utilizan técnicas para el efecto. Esta técnicas parten por la voluntad de la persona para liberarse para siempre de lo que lo atormenta.
Imaginar lo poderoso que puede resultar un voto que además sea acompañado de las palabras “por toda la eternidad” o “por o para siempre”.
Por eso, piense antes de expresar una promesa o un voto, porque su felicidad futura puede depender de ello.
 

Votos monásticos

   
 
Profesión solemne de los votos monásticos.
 
Corona para la profesión solemne (orfebrería de la zona del lago Constanza, hacia 1760).
Votos monásticos, votos religiosos o votos canónicos son los votos o promesas que distinguen a un religioso de un seglar dentro de la iglesia católica.[1] Mediante ellos se pretende acceder a una vía espiritual a la salvación a través de la renuncia de placeres terrenales. Los votos son tres: pobreza, obediencia y castidad. Imitan, en el religioso, la vida de Jesucristo, según los consejos evangélicos.
Obligarse a cumplir los votos es profesar (profesión religiosa),[2] y el que lo hace deja de ser novicio para ser profeso.[3] Existen varios grados en esa profesión de votos: hay una profesión simple o temporal ("votos simples") y una profesión solemne o perpetua ("votos solemnes").
La expresión concreta de los votos difiere según las órdenes religiosas. Entre los benedictinos y cartujos los votos se consideran comprendidos en la conversio morum o conversatione morum ("conversión de costumbres", o "vida monástica": promittat de stabilitate sua et conversatione morum suorum et oboedientia -"su estabilidad, vida monástica y obediencia"-, capítulo 58 de la Regla de San Benito De disciplina suscipiendorum fratrum, que se titula en la versión castellana "El modo de recibir a los hermanos").[4] Los dominicos los consideran comprendidos en el voto de obediencia, que es el único que pronuncian explícitamente al profesar.[5] Algunas órdenes añadieron un cuarto voto: los hospitalarios el de atención a los enfermos, los mercedarios el de redención de cautivos; los jesuitas el de obediencia especial al Papa;[6] los salesianos el de apostolado en los jóvenes, las misioneras de la caridad el de servicio a los pobres, etc. Otras prácticas piadosas o penitenciales, como el denominado voto de silencio, no son en realidad votos monásticos exigidos en ninguna regla. En esa forma (de forma privada), como todo tipo de promesas hechas con cualquier propósito (habitualmente propiciatorias con la esperanza de recibir de Dios una gracia particular), pueden ser ofrecidos incluso por los seglares (peregrinaciones, ayunos, mortificaciones u ofrendas -algunas de ellas denominadas ex-voto-). Los votos emitidos de forma pública están restringidos por las regulaciones del Derecho canónico, por lo que se denominan "votos canónicos".
Históricamente los votos monásticos tuvieron una marcada función: implicar extraordinariamente al monje en la sociedad feudal y del Antiguo Régimen, y proporcionar claros valores a esa sociedad.[7] La identificación entre clero y nobleza como privilegiados, y el papel clave de los votos, era evidente en el momento de su supresión durante la Revolución Francesa, y se explicitó en los debates de la Asamblea (decreto del 13 de febrero de 1790).[8] Lo mismo ocurrió en los casos español e hispanoamericano.[9] La reforma protestante proclamó la inutilidad de los votos para la salvación (de hecho, de cualquier mérito de las obras más allá de la justificación por la fe) y en los países donde se impuso se suprimieron, con las órdenes religiosas, desde el siglo XVI. El efecto de este cambio religioso sobre el cambio social y económico hacia el capitalismo y la sociedad industrial ha sido objeto de debate intelectual.[10]
 
Francisco de Asís pide limosna mezclado con los pobres, de Josep Benlliure.
 
Natividad con San Francisco y San Lorenzo, de Caravaggio. La escena de la Natividad, que transcurre en un pesebre, indica la pobreza en que nació Cristo. El que fueran los pastores, pobres ellos mismos, los primeros en recibir el mensaje evangélico y en acudir a adorarle (antes que los reyes) ha sido tradicionalmente interpretado en el mismo sentido. La obra de Caravaggio no representa la escena evangélica, sino una sacra conversazione (lo que justifica la presencia de dos santos posteriores a ese momento) con San Francisco de Asís y San Lorenzo, muy vinculados al tema de la pobreza (durante las persecuciones, a Lorenzo, diácono, las autoridades romanas le demandaron presentar las riquezas de la iglesia, y llevó a un grupo de pobres, diciendo que ésas eran).
 
Una mujer perfuma los pies de Cristo con sus cabellos, en un relieve románico de Saint-Gilles-du-Gard. Sea María de Betania, María Magdalena o una pecadora anónima, los evangelios reservan a estas mujeres la capacidad de acercarse a Cristo mediante la ofrenda de bienes temporales. La condición femenina de estas y otras santas posteriores (especialmente Santa María Egipcíaca) ha suscitado interpretaciones encontradas.[11]

 


Pobreza

Μακάριοι οἱ πτωχοὶ τῷ πνεύματι ὅτι αὐτῶν ἐστιν ἡ βασιλεία τῶν οὐρανῶν. [Texto griego]
Beati pauperes spiritu, quoniam ipsorum est regnum caelorum. [Vulgata]
Bienaventurados los pobres de espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. [Traducción tradicional]
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. [Traducción actual]
El religioso es pobre, igual que Jesús nació y vivió pobre, lo que implica que el monje no posee nada, ni el el hábito que viste, ni la comida que come (nec proprii corporis potestatem se habiturum scit -"no ha de tener dominio ni siquiera sobre su propio cuerpo"-);[13] lo que no impedía que de hecho vista o coma, ni que la institución a la que pertenece (el monasterio) colectivamente acumulara tierras, obras de arte y todo tipo de propiedades. El monje vivía en el monasterio, y el grado de disfrute de sus riquezas dependía de la mayor o menor observancia o relajamiento de su regla. Lo que sí se impedía muy eficazmente era que el monje disputara a sus hermanos o familiares la parte de la herencia que le hubiera podido corresponder de no haber hecho los votos. La rígida sociedad estamental concentraba en el primogénito de una familia noble las propiedades familiares y la continuidad del título (mayorazgo), destinando a los hermanos segundones a la Iglesia.
La interpretación divergente del concepto cristiano de pobreza o pobreza evangélica[14] suscitó en la Edad Media movimientos sociales expresados teológicamente, tomados muy en serio por la jerarquía eclesiástica, que los definió como herejías, los procuró encauzar con las predicaciones y la institucionalización de las órdenes mendicantes (dominicos y franciscanos), los reprimió mediante la Inquisición y los combatió militarmente cuando adquirían poder local (cátaros o albigenses, valdenses, fraticelli, dulcinistas, hussitas, etc.) Para argumentar en ambos sentidos tuvieron posibilidad de elegir entre las palabras directamente atribuidas a Cristo: Pauperes enim semper habetis vobiscum, me autem non semper habetis ("Porque á los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas á mí no siempre me tenéis." -Juan, 12:8-),[15] Quam difficile, qui pecunias habent, in regnum Dei introibunt ("­Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas" -Marcos, 10:23-),[16] Si vis perfectus esse, vade, vende, quae habes, et da pauperibus, et habebis thesaurum in caelo; et veni, sequere me ("Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y da lo á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme" -Mateo 19:21),[17] Nemo servus potest duobus dominis servire: aut enim unum odiet et alterum diliget, aut uni adhaerebit et alterum contemnet. Non potestis Deo servire et mammonae ("Ningún siervo puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir á Dios y á las riquezas" -Lucas 16:13-);[18] así como en otros textos bíblicos: scitis enim gratiam Domini nostri Iesu Christi, quoniam propter vos egenus factus est, cum esset dives, ut illius inopia vos divites essetis ("porque ya sabéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico; para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos" -2 Corintios 8:9-)[19]
[20]
La escena evangélica de la multiplicación de los panes y los peces suele interpretarse como una prefiguración de la eucaristía y de la necesidad de compartir, expresada a sus discípulos como una orden, que justifica la existencia de las instituciones religiosas que administran la caridad: Non habent necesse ire; date illis vos manducare ("No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos" -Mateo, 14:16-).[21]
[22]
 
Las tentaciones de San Antonio, de Paul Cézanne. Entre las múltiples tentaciones a que se vio sometido San Antonio abad, la tentación de la carne es habitualmente representada por una mujer desnuda. Existen múltiples versiones de esta escena en la historia del arte, desde las imaginativas de El Bosco hasta la provocativa del decadentista Felicien Rops y la surrealista de Dalí. * Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Las tentaciones de San Antonio abadCommons.

Castidad

εἰσὶ γὰρ εὐνοῦχοι οἵτινες ἐκ κοιλίας μητρὸς ἐγεννήθησαν οὕτω· καὶ εἰσὶν εὐνοῦχοι οἵτινες εὐνουχίσθησαν ὑπὸ τῶν ἀνθρώπων, καὶ εἰσὶν εὐνοῦχοι οἵτινες εὐνούχισαν ἑαυτοὺς διὰ τὴν βασιλείαν τῶν οὐρανῶν. ὁ δυνάμενος χωρεῖν χωρείτω. [Texto griego]
Sunt enim eunuchi, qui de matris utero sic nati sunt; et sunt eunuchi, qui facti sunt ab hominibus; et sunt eunuchi, qui seipsos castraverunt propter regnum caelorum. Qui potest capere, capiat. [Vulgata]
Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre; y hay eunucos, que son hechos eunucos por los hombres; y hay eunucos que se hicieron á sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; el que pueda ser capaz de eso, séalo. [Traducción tradicional (Reina Valera)]
En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda! [Traducción actual (Vaticano)]
Mateo, 19:12[23]
La imitación de Cristo, que vivió castamente, y que enigmáticamente vinculó el celibato al reino de los cielos, implica que el monje no puede contraer matrimonio ni, por tanto, mantener relaciones sexuales (al igual que cualquier otro cristiano no casado).
La imposibilidad de tener descendencia legítima (de tenerla, necesariamente es fruto de una relación extramatrimonial, por tanto se trata de hijos bastardos o ilegítimos) les separa aún más de la competencia por la herencia de sus hermanos. Los patrimonios nobiliarios de esa forma tendían a concentración y vinculación, tanto en la parte que quedaba en la casa noble administrada por los primogénitos (mayorazgo), como en la parte que recibían las instituciones eclesiásticas donde ingresaban los hermanos segundones y que recibía la denominación de bienes de "manos muertas" (puesto que no podían ser ejajenados, sino sólo disponer de sus rentas). A esa condición de bienes de la iglesia o patrimonio eclesiástico se accedía de muy diversas formas: donaciones efectuadas en la fundación de un monasterio o una capilla, mandas testamentarias donde se solía indicar hasta el número de misas que habían de ofrecerse por la salvación eterna de sus almas y la de sus sucesores (la legislación preveía incluso la reserva para ese propósito de una parte de los bienes abintestatos), dotes que se otorgan a la entrada de monjes y monjas (utilizando la misma expresión que la que se usa para los pagos ligados a los contratos matrimoniales), etc.
Entre santa y santo, pared de cal y canto
Refrán[24]
 
Ecce Ancilla Domini!, de Dante Gabriel Rossetti.

Obediencia

πάτερ, εἰ βούλει παρένεγκε τοῦτο τὸ ποτήριον ἀπ’ ἐμοῦ· πλὴν μὴ τὸ θέλημα μου ἀλλὰ τὸ σὸν γινέσθω. [Texto griego]
Pater, si vis, transfer calicem istum a me; verumtamen non mea voluntas sed tua fiat. [Vulgata]
Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. [Traducción tradicional]
Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya. [Traducción actual]
Lucas, 22:42[25]
El religioso debe obedecer a su superior, quien representa a Cristo en la comunidad. La subordinación a la autoridad eclesiástica es imitación a Jesucristo, el Hijo, que fue obediente a Dios Padre y se subordinó explícitamente a su voluntad.
ἰδοὺ ἡ δούλη κυρίου· γένοιτο μοι κατὰ τὸ ῥῆμα σου [Texto griego]
Ecce ancilla Domini; fiat mihi secundum verbum tuum [Vulgata]
He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra [Traducción tradicional]
Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho [Traducción actual]
Lucas 1:38[26]
El ejemplo de la Virgen María en la escena de la Anunciación es particularmente aplicado a las órdenes femeninas.
El establecimiento de una estructura jerárquica con sucesivas instancias colegiadas y personales, tanto en las instituciones del clero regular (hermanos legos, monjes o frailes, abades o priores, "padres" superiores, provinciales o generales) como en las del clero secular (párrocos, arciprestes, canónigos, obispos, arzobispos, papa), ambas fuertemente interpenetradas (abades mitrados, monjes o frailes ordenados sacerdotes y que siguen la carrera eclesiástica), reproducía en el ámbito eclesiástico una red piramidal similar a la pirámide del vasallaje feudal. En realidad, los clérigos pertenecían también a las redes civiles del vasallaje, dado que sus instituciones (monasterios, obispados) funcionaban como señores de vasallos y como vasallos a su vez de otros señores (altos nobles, reyes o el Emperador -príncipes obispos en los estados episcopales alemanes-). Las órdenes militares añadían la disciplina militar a la monástica.
En el siglo XVI la Compañía de Jesús añadió el llamado cuarto voto de obediencia especial al Papa, en un momento en que su autoridad era cuestionada por la reforma protestante y limitada por el regalismo de las poderosas monarquía católica de España y cristianísima de Francia. El defensor fidei (defensor de la fe), Enrique VIII de Inglaterra, optó por el cisma anglicano. La posición de los jesuitas ante los despotismos ilustrados católicos se hizo insostenible, llevando a su expulsión de cada uno de esos reinos, e incluso a su disolución por el Papa en 1773 (paradójicamente, sí se mantuvo la presencia de la Compañía en las monarquías no católicas -Prusia y Rusia-).

Notas

  1. Ir a Acepciones 5 a 10 (sólo la 9 y la 10 vienen marcadas específicamente como de ámbito religioso) «voto», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001, http://lema.rae.es/drae/?val=voto :
    • Ruego o deprecación con que se pide a Dios una gracia.
    • Juramento o execración en demostración de ira.
    • Ofrenda dedicada a Dios o a un santo por un beneficio recibido.
    • Deseo.
    • Promesa que se hace a la divinidad o a las personas santas, ya sea por devoción o para obtener determinada gracia.
    • Cada uno de los prometimientos que constituyen el estado religioso y tiene admitidos la Iglesia, como son la pobreza, la castidad y la obediencia.
  2. Ir a fr:Profession religieuse
  3. Ir a «profesar», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001, http://lema.rae.es/drae/?val=profesar «profesión», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001, http://lema.rae.es/drae/?val=profesi%C3%B3n «profeso», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001, http://lema.rae.es/drae/?val=profeso  Casa profesa es la de religiosos que viven en comunidad«casa», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001, http://lema.rae.es/drae/?val=casa .
  4. Ir a Texto latino:
    12 Et post sex mensuum circuitum legatur ei regula, ut sciat ad quod ingreditur. 13 Et si adhuc stat, post quattuor menses iterum relegatur ei eadem regula. 14 Et si habita secum deliberatione promiserit se omnia custodire et cuncta sibi imperata servare, tunc suscipiatur in congregatione, 15 sciens et lege regulae constitutum quod ei ex illa die non liceat egredi de monasterio, 16 nec collum excutere de sub iugo regulae quem sub tam morosam deliberationem licuit aut excusare aut suscipere.
    17 Suscipiendus autem in oratorio coram omnibus promittat de stabilitate sua et conversatione morum suorum et oboedientia, 18 coram Deo et sanctis eius, ut si aliquando aliter fecerit, ab eo se damnandum sciat quem irridit. 19 De qua promissione sua faciat petitionem ad nomen sanctorum quorum reliquiae ibi sunt et abbatis praesentis. 20 Quam petitionem manu sua scribat, aut certe, si non scit litteras, alter ab eo rogatus scribat et ille novicius signum faciat et manu sua eam super altare ponat. 21 Quam dum inpo suerit, incipiat ipse novicius mox hunc versum: Suscipe me, Domine, secundum eloquium tuum et vivam, et ne confundas me ab exspectatione mea. 22 Quem versum omnis congregatio tertio respondeat, adiungentes gloria Patri. 23 Tunc ille frater novicius prosternatur singulorum pedibus ut orent pro eo, et iam ex illa die in congregatione reputetur.
    24 Res, si quas habet, aut eroget prius pauperibus aut facta sollemniter donatione conferat monasterio, nihil sibi reservans ex omnibus, 25 quippe qui ex illo die nec proprii corporis potestatem se habiturum scit.
    26 Mox ergo in oratorio exuatur rebus propriis quibus vestitus est et induatur rebus monasterii. 27 Illa autem vestimenta quibus exutus est reponantur in vestiario conservanda, 28 ut si aliquando suadenti diabolo consenserit ut egrediatur de monasterio quod absit tunc exutus rebus monasterii proiciatur. 29 Illam tamen petitionem eius, quam desuper altare abbas tulit, non recipiat, sed in monasterio reservetur.
    Traducción castellana:
    12 Al cabo de seis meses, léasele la Regla para que sepa a qué entra. 13 Y si sigue firme, después de cuatro meses reléasele de nuevo la misma Regla.
    14 Y si después de haberlo deliberado consigo, promete guardar todos sus puntos, y cumplir cuanto se le mande, sea recibido en la comunidad, 15 sabiendo que, según lo establecido por la ley de la Regla, desde aquel día no le será lícito irse del monasterio, 16 ni sacudir el cuello del yugo de la Regla, que después de tan morosa deliberación pudo rehusar o aceptar.
    17 El que va a ser recibido, prometa en el oratorio, en presencia de todos, su estabilidad, vida monástica y obediencia, 18 delante de Dios y de sus santos, para que sepa que si alguna vez obra de otro modo, va a ser condenado por Aquel de quien se burla.
    19 De esta promesa suya hará una petición a nombre de los santos cuyas reliquias están allí, y del abad presente. 20 Escriba esta petición con su mano, pero si no sabe hacerlo, escríbala otro a ruego suyo, y el novicio trace en ella una señal y deposítela sobre el altar con sus propias manos. 21 Una vez que la haya depositado, empiece enseguida el mismo novicio este verso: "Recíbeme, Señor, según tu palabra, y viviré; y no me confundas en mi esperanza". 22.Toda la comunidad responda tres veces a este verso, agregando "Gloria al Padre".
    23 Entonces el hermano novicio se postrará a los pies de cada uno para que oren por él, y desde aquel día sea considerado como uno de la comunidad.
    24 Si tiene bienes, distribúyalos antes a los pobres, o bien cédalos al monasterio por una donación solemne. Y no guarde nada de todos esos bienes para sí, 25 ya que sabe que desde aquel día no ha de tener dominio ni siquiera sobre su propio cuerpo.
    26 Después, en el oratorio, sáquenle las ropas suyas que tiene puestas, y vístanlo con las del monasterio. 27 La ropa que le sacaron, guárdese en la ropería, donde se debe conservar, 28 pues si alguna vez, aceptando la sugerencia del diablo, se va del monasterio, lo que Dios no permita, sea entonces despojado de la ropa del monasterio y despídaselo.
    29 Pero aquella petición suya que el abad tomó de sobre el altar, no se le devuelva, sino guárdese en el monasterio.
  5. Ir a Javier Carballo, La liberación de la obediencia, en dominicos.org (2011): El voto de obediencia es el único que pronunciamos en la fórmula de profesión de nuestra Orden. ¡Esto no quiere decir que no hagamos los votos de pobreza y castidad! El voto de obediencia supone asumir los demás consejos evangélicos, incluidos en la obediencia del discípulo a lo que Jesús le propone. De este modo, se nos ha repetido muchas veces, siguiendo la doctrina de Santo Tomás de Aquino, que el voto de obediencia es el más importante de los tres.
  6. Ir a fr:Quatrième vœu (jésuite)
  7. Ir a Georges Minois, Historia de los infiernos, Paidós, 2005, ISBN 8449318076, pg. 231: La trilogía orgullo-codicia-impureza domina el palmarés medieval de los pecados graves, en un orden variable según los lugares y las épocas. Son los tres pecados que proporcionan el mayor contingente de condenados, como es normal en una sociedad cuyos valores quedan establecidos por el clero. ¿No son estos tres pecados la antítesis de los tres votos monásticos de obediencia, castidad y pobreza? El ideal del clero queda así erigido en ideal social para toda la cristiandad. Para salvarse hay que ser humilde, pobre y puro.
  8. Ir a Comentados en De la convocación a la revolución. La Constitución francesa de 1791 de Chantal López y Omar Cortés.
  9. Ir a
  10. Ir a Max Weber La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1905).
  11. Ir a Georges Duby Leonor de Aquitania y María Magdalena, Alianza, 1996.
  12. Ir a biblos.com Nova Vulgata vatican.va Enciclopedia Católica Traducción argentina vatican.va
  13. Ir a Regla de San Benito, op. cit., 58:24
  14. Ir a A. Vermeersch, The moral doctrine of poverty, voz Poverty, de The Catholic Encyclopedia, New York: Robert Appleton Company, 1911. Consultado el 3 de junio de 2012 en New Advent.
  15. Ir a Nova Vulgata vatican.va Bible Gateway RVA
  16. Ir a Nova Vulgata vatican.va, Bible Gateway RVA
  17. Ir a Nova Vulgata vatican.va Bible Gateway RVA
  18. Ir a Nova Vulgata vatican.va Bible Gateway RVA
  19. Ir a Nova Vulgata vatican.va Bible Gateway RVA
  20. Ir a Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla (4 de Junio de 2012), CUARTA PARTE: IGLESIA MISIONERA AL SERVICIO DE LA EVANGELIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA, Capítulo I: OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES.
  21. Ir a Nova Vulgata vatican.va Traducción argentina vatican.va
  22. Ir a * Luis Carandell Pan y huevo La Ronda del pan y el huevo estuvo a cargo de la Hermandad del Refugio -Iglesia de San Antonio de los Alemanes-.
  23. Ir a myriobiblos.gr Nova Vulgata vatican.va Reina Valera biblegateway.com Traducción argentina vatican.va Véase también Eunucos por el reino de los cielos
  24. Ir a Centro Virtual Cervantes
  25. Ir a biblos.com Nova Vulgata vatican.va Via Crucis vatican.va Traducción argentina vatican.va
  26. Ir a study.interlinearbible.orgNova Vulgata vatican.vamariologia.org Traducción argentina vatican.va
 
Catecismo de la Iglesia Católica:
 
Promesas y votos
 
2101 En varias circunstancias, el cristiano es llamado a hacer promesas a Dios. El Bautismo y la Confirmación, el Matrimonio y la Ordenación las exigen siempre. Por devoción personal, el cristiano puede también prometer a Dios un acto, una oración, una limosna, una peregrinación, etc. La fidelidad a las promesas hechas a Dios es una manifestación de respeto a la Majestad divina y de amor hacia el Dios fiel.
2102 “El voto, es decir, la promesa deliberada y libre hecha a Dios acerca de un bien posible y mejor, debe cumplirse por la virtud de la religión” (CIC can. 1191, § 1). El voto es un acto de devoción en el que el cristiano se consagra a Dios o le promete una obra buena. Por tanto, mediante el cumplimiento de sus votos entrega a Dios lo que le ha prometido y consagrado. Los Hechos de los Apóstoles nos muestran a san Pablo cumpliendo los votos que había hecho (cf Hch 18, 18; 21, 23-24).
2103 La Iglesia reconoce un valor ejemplar a los votos de practicar los consejos evangélicos (cf CIC can. 654).
«La santa madre Iglesia se alegra de que haya en su seno muchos hombres y mujeres que siguen más de cerca y muestran más claramente el anonadamiento de Cristo, escogiendo la pobreza con la libertad de los hijos de Dios y renunciando a su voluntad propia. Estos, pues, se someten a los hombres por Dios en la búsqueda de la perfección más allá de lo que está mandado, para parecerse más a Cristo obediente» (LG 42).
En algunos casos, la Iglesia puede, por razones proporcionadas, dispensar de los votos y las promesas (CIC can. 692; 1196- 1197).
 
 
“Ahora pagaré mis votos a Jehová, delante de todo su pueblo” Salmo 116:14
Votos o promesas todos los hacen, en cualquier lugar y en cualquier tiempo.  Unos las cumplen y otros no. Se que es fácil hacer votos y promesas y después se hace duro cumplirlos.  Igual es con Dios, muy fácil hacer promesas y luego encontrar que es difícil cumplirlas.
La Biblia habla de un hombre que estuvo muy cerca de la muerte, hizo promesa a Dios basado en la condición de que Dios lo sanara, Dios lo sanó y entonces el salmista dijo: Ahora pagaré mis votos a Jehová… en la presencia de todo el pueblo.  Hoy quiero mantener esa actitud, si alguna vez me atreví a hacer votos delante de Dios y hoy los recuerdo… Me propongo cumplirlos.
El más grande voto que hoy puedo hacer delante de Dios es ofrecerle toda mi vida.  Dios tratará ese voto con la mayor seriedad posible y muy pronto Dios me probará para ver hasta que punto le he ofrecido mi vida.  Si yo le prometo al Señor ir con él a través del Jardín en muy poco tiempo Dios me llevará a través del Getsemaní y cuando atraviese el Getsemaní mi promesa a Dios necesitará estar muy firme.
En el Getsemaní mis ambiciones son rápidamente sometidas a fuego y allí yo mismo me enteraré si yo realmente estoy muerto al mundo o si todavía guardo ambiciones secretas.  Fácilmente puedo engañar a la gente o aún a mi mismo con promesas y votos que esconden otras intenciones, pero a Dios no lo podré engañar, porque él siempre prueba toda promesa o
 voto. 


No hay experiencia más hermosa que cumplir una promesa que se ha hecho a alguien. No hay experiencia más hermosa que cumplir una promesa a Dios.  Y la mejor promesa que podemos hacer al Señor, no es dar dinero para su obra, es ofrecerle nuestro corazón y entregarle nuestra vida.
Hoy quiero ofrecerle al Señor toda mi existencia y caminar día a día en la bondad de su amor y en la oscuridad de las noches que prueban mis promesas.  Las promesas que se cumplen producen realización en la vida y satisfacción en el espíritu y además nos capacitan para lanzarnos por los senderos de las nuevas experiencias en Jesús.
Señor,  Gracias por dar tu vida por mi en el Calvario. Cada vez que pienso en eso, mi corazón tiembla de agradecimiento ante tu altar. Que puedo yo prometer que haga vibrar tu corazón, Señor?  No es el dinero, no es darte mi familia, ni entregarte mi futuro, es ofrecerte mi vida como una ofrenda de olor grato y dulce para amarte y servirte con todo mi corazón. Hoy quiero ofrecerte mi vida y no quiero Señor que se una simple promesa que luego se olvida, sino que se cumple allí en el Getsemani, lugar donde pruebas todas las promesas que llegan ante ti. Amén.
 
 
De la cualidad de la promesa necesaria para voto
P. ¿Cón qué ánimo ha de hacerse la promesa para que constituya verdadero voto? R. Que el vovente puede haberse de tres maneras en la promesa. La primera, si sólo promete de palabra, sin ánimo de prometer. La segunda, teniendo ánimo de prometer, mas no de cumplir lo prometido. La tercera, prometiendo con ánimo de prometer, pero sin ánimo de obligarse. Esto supuesto:
El que vota de la primera manera no hace voto alguno o juramento; porque promete con la boca, y no con el corazón. Esto es verdad, ya sea que profiera las palabras forzado, ya espontáneamente. El que hace el voto de la segunda manera, esto es; con ánimo de prometer, mas sin ánimo de cumplir, hace voto válido, y queda obligado a él; porque la esencia del voto consiste en la promesa hecha a Dios con ánimo de obligarse, y esta promesa y ánimo se halla en el modo dicho de votar. El que promete de la tercera manera, esto es; con ánimo de prometer, y sin ánimo de obligarse, es más verdadero, queda obligado; porque supuesto el ánimo de prometer, no puede el que así promete excluir la obligación. Si no tiene ánimo serio de prometer, coincide con el que promete con solas las palabras, el cual es cierto no hace voto, como ya queda dicho.
P. ¿Qué pecado comete el que sin ánimo de hacer [303] voto, lo hace de una cosa buena con las palabras? R. Que regularmente sólo comete pecado venial, por el desorden de no conformar las palabras con la mente. Exceptúanse los votos que se hacen en la profesión religiosa, o al recibir los Sagrados Órdenes; porque en ellos se pretendería engañar a la Religión o a la Iglesia en cosa grave. El que hace voto de una cosa buena sin ánimo de cumplirlo, pecará según fuere la materia, si grave, gravemente, y si leve, sólo levemente.
P. ¿Pueden hacerse los votos no solamente a Dios, sino también a los Santos? R. Que pueden también hacerse a los Santos: in quantum scilicet homo vovet Deo, se impleturum, quod Sanctis, et Praelatis promitit. De manera, que siendo el voto acto de latría, sólo puede hacerse inmediatamente a Dios, pero esto no quita se hagan en honor de los Santos, en quienes singularmente resplandece su bondad, prometiendo a Dios cumplir lo que en culto de los Santos se le ha prometido. De esta misma manera se hacen los votos a los Prelados, que representan a Dios. S. Tomás 2. 2. q. 88. art. 5. ad. 3.
 
Que Dios nos bendiga a todos.




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