martes, 11 de febrero de 2014

DIVERSOS RELATOS QUE MANIFIESTAN LA FORMA DE LA CRUZ EN QUE MURIO JESUCRISTO


Es imposible saber a ciencia cierta cual fue la forma de la cruz en que murió Cristo debido al escueto relato que nos brindan los evangelios. Además, las palabras originales usadas en la Biblia para referirse a este instrumento de muerte podían emplearse para referirse a una amplia gama de cruces que fueron utilizadas por los romanos en la antigüedad clásica
La teoría más aceptada es la de la más temprana tradición eclesiástica, que consiste en la típica cruz immissa (con el travesaño abajado). El Evangelio de Mateo dice que el ‘‘titulus’’ fue puesto “por encima y arriba” de la cabeza de Jesús.[(Gr.: ‘‘Epanó’’, de la preposición “épi”: “Encima”, y “ana”: “Por sobre”. Si a Jesús se le hubiese fijado en otro tipo de cruz, el ‘‘titilus’’ se habría puesto sobre sus manos o a una altura que le habría dificultado incorporarse para respirar.
 El profesor J. H. Bernard indica que ésta declaración en Mateo “sugiere que la cruz era de la forma llamada crux immissa, con un travesaño para los brazos, como los pintores generalmente han representado que es. La "International Standard Bible Encyclopedia" hace la misma observación: “La forma que normalmente se ven en las pinturas, la crux immissa (Cruz Latina “t”), es aquella donde el poste derecho se proyecta con un travesaño más corto. Por la mención de la inscripción clavada sobre la cabeza de Jesús, puede seguramente inferirse que ésta era la forma de la cruz en que Él murió.”

Crux Commissa La otra posibilidad, es que Cristo habría muerto en una cruz patibular commissa o de “San Antonio”. La base de esta afirmación es que, según las fuentes griegas y latinas, esta es la forma más común y acostumbrada de crucifixión en el imperio romano, y que no sería necesario abajar el travesaño para colocar el titulus, pues aumentar el ángulo de los brazos dejaría un espacio suficiente sobre la cabeza.
El uso de las crux commissa fue tan común en el imperio romano que con el tiempo se consideró popularmente como la forma más natural de la cruz, llegando a asimilarse esta forma con la palabra misma. Por ejemplo,Luciano de Samosata, escritor sirio/griego del s. II d. C., en su obra “El Juicio de las Vocales”, constató la popularidad de este tipo de cruz
Otra forma de imaginar la cruz de Cristo es la de una crux simplex o poste vertical sin travesaño, con las manos directamente sobre la cabeza, sostenida por unos pocos eruditos de finales del s. XIX e inicios del XX, por ejemplo, el pastor Herman Fulda escribió en el siglo XIX: “No había árboles disponibles en todo lugar que se escogía para una ejecución pública. Por eso, se hundía en el terreno una simple viga. A esta, con las manos levantadas hacia arriba, y frecuentemente también con los pies, se ataba o clavaba a los forajidos. Jesús murió en un simple madero de ejecución”.
También sostienen esta hipótesis los Testigos de Jehová. La principal objeción a esta tesis es la descripción de los propios evangelios, donde se da a entender una pluralidad indeterminada de clavos usados en las manos de Cristo. Sin embargo algunos estudiosos como Hermann Fulda han tratado de resolver eso con la idéa de que las manos se podían clavar de modo independiente sin recurrir a un travesaño.
Esta situación permite a Fulda especular también que el letrero del cargo podía ir fijado sobre el espacio que quedaría sobre la cabeza, entre los dos brazos.La otra objeción es que, como se ha visto, la tradición cristiana antigua testifica una cruz patibular para el caso de Cristo sin que se haya encontrado excepción alguna entre las fuentes patrísticas que avalen esta teoría.
También se ha cuestionado que la ausencia de un travesaño haría que la víctima muriera rápidamente de asfixia. Según el doctor Zugibe, este estilo de crucifixión precipitaría la asfixia en poco tiempo, desde minutos a horas, dependiendo de si se tuviese algún apoyo en los pies para poder incorporarse y respirar. Esto ha sido corroborado por el testimonio de sobrevivientes del campo de concentración de Dachau, durante la Segunda Guerra Mundial, que informan de reos que sobrevivían hasta tres horas al ser colgados de postes de manera similar, sin embargo estas personas tenían sus pies colgando en el vacío, por lo que, con un soporte base, podrían haber resistido mucho más. Eso explicaría la incorporación romana del travesaño, con el fin de prolongar la agonía, en un progresivo refinamiento histórico de esta técnica de ejecución.Pero esta objeción pierde algo de fuerza en vista de la urgencia por apresurar la muerte de los reos, por la víspera de la Pascua Judía (la "Parasceve") que el evangelio nos refiere
Lignum Infelix Joe Zias propone que Cristo podría haber muerto en un árbol.En efecto, la madera de calidad para grandes construcciones debía ser importada del Líbano, principalmente cedro y pino; pero también había escasez de madera para otros usos pues los únicos árboles en Judea eran frutales muy valiosos como para cortarlos sin una razón de peso; sólo el olivo era abundante, pero de baja estatura y muy nudoso, pero por su fruto seguía siendo más valioso que un criminal o un esclavo que fuera a ser ejecutado. "Eso hace difícil entender que los romanos ocuparan más madera de la necesaria en las ejecuciones". Esta es la tesis planteada por el mismo profesor Josef Zias, de que los romanos podrían usar como cruces árboles de olivo aún vivos, lo que representaría un ahorro de madera aún más significativo, ya que tan solo se usaría una pequeña viga como travesaño. De hecho, en algunas piezas de la literatura cristiana apócrifa se habla de la cruz de cristo como un árbol
COLLAGE DE JESUS MURIENDO EN LA CRUZ
COLLAGE DE PERSONAJES QUE REPRESENTAN A JESUS MURIENDO EN LA CRUZ

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