De corazón, Señor, a Ti he clamado
Y clamo en mi dolor;
No mires mi bajeza, iniquidades
Y torpe ingratitud.
¿Quién si pones la vista en sus maldades alcanzara el perdón?
Más mira de tu amor el océano,
Y tus promesas ve
De salvación tesoro soberano,
Apoyo de mi fe.
Recuerda tu Palabra inquebrantable
De gracia y redención;
Por ella con aliento infatigable
Yo espero tu perdón.
Esperen, si con dulce confianza
Los hijos de Israel,
Y días y noches afirmen la esperanza
En su Palabra fiel:
Que es el Señor abismo no cerrado
De bondad y virtud,
Y su pueblo deshará el pecado
Y larga esclavitud.
Oh Jesús siempre justo en la sentencia,
Por las almas benditas yo te ofrezco todo ayuno, vigilia o abstinencia, y cualquier obra en que merezco. Todo el rezo, el trabajo, la indulgencia, los trabajos que sufro y que padezco, y ofrezco por alivio en sus quebrantos los méritos en Cristo y de sus santos.
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