Queridos amigos y hermanos del blog: el Santo Padre Benedicto XVI celebró esta mañana a las 10,30 la tradicional audiencia general de los miércoles, en esta ocasión en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países.
Como es habitual cada vez que el Sucesor de Pedro regresa de una visita apostólica, el Papa se refirió a su reciente viaje a Benín, donde dejó un mensaje de esperanza para toda África y el mundo entero.
A modo de introducción, se leyó un pasaje del Evangelio según San Mateo. El Papa por su parte, comenzó destacando que aún está vivo en su recuerdo la reciente visita apostólica que realizó a Benín, donde firmó y entregó la Exhortación Apostólica postsinodal “Africae munus”, fruto de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos y donde rindió homenaje al cardenal Bernardin Gantin, hombre de Iglesia, considerado Padre de la patria, y donde llamó a todos a ser constructores de comunión, paz y solidaridad, sin olvidar su encuentro con los niños, que constituyen el futuro de África, y con quienes sufren. Este es el resumen que el Pontífice leyó en nuestro idioma:
Queridos hermanos y hermanas: hoy quiero hablarles de mi Viaje Apostólico a Benin, que como Sucesor de Pedro he realizado en la celebración de los ciento cincuenta años del inicio de la evangelización de esas tierras, donde he tenido además la ocasión de firmar y entregar a la comunidad eclesial la Exhortación Apostólica postsinodal Africae munus, fruto de la Segunda Asamblea Especial para el África del Sínodo de los Obispos. He querido por otra parte rendir homenaje y orar ante la tumba del cardenal Bernardin Gantin, hombre de Iglesia, y considerado Padre de la patria. Con la multitudinaria participación de fieles de Benin y otros países africanos, se han vivido momentos extraordinarios de oración y fiesta. Ha sido maravilloso el testimonio de cómo la fe logra unir a las generaciones y se puede responder así al reto de cada una de las etapas de la vida. He tenido igualmente ocasión de exhortar a todos a ser sembradores de esperanza en cada realidad y en cada ambiente, a ser constructores incansables de comunión, paz y solidaridad, para cooperar así en el plan de salvación de Dios para la humanidad.
En sus palabras en francés, aludiendo a las grandes y positivas emociones vividas en su Viaje Apostólico a Benín, Benedicto XVI destacó que fueron “tres días, en los que tuvo la grata oportunidad de vivir una conmovedora experiencia de fe y de encuentros, en los que pudo conmemorar el 150 aniversario de la evangelización de la nación beninesa y entregar la Exhortación Apostólica postsinodal Africae munus”.
Y reiterando que “con la ayuda de Dios, África puede hacer frente al desafío de la reconciliación, la justicia y la paz”, el Papa subrayó que por este motivo invitó “a todos los africanos a ser sembradores de esperanza -en cada situación humana y eclesial- y a tomar en sus manos las riendas de su propio futuro”.
Tras renovar su invitación “a los obispos, a los sacerdotes y a los seminaristas a una fe viva y auténtica, alimentada por la Palabra de Dios y la práctica de la virtud”, el Papa se refirió, en particular a la “inolvidable” misa multitudinaria que presidió en Cotonú, que “mostró que la fe en Cristo es capaz de unir a todas las generaciones y de responder a sus expectativas”.
El Santo Padre también afirmó que “a través de la alegría y el entusiasmo de todo un pueblo, especialmente de los niños que son el futuro, se evidencia la luminosidad del ‘sí’ a la vida y se percibe su verdadera relación con Dios”, y alentó, una vez más, a “apreciar y apoyar la riqueza de la vida y la reserva de vitalidad de este continente, sobre el que ¡la Iglesia y la humanidad pueden contar!”.
Renovando su gratitud al Presidente de la República de Benin, al Presidente de la Conferencia Episcopal Beninesa y a todo el pueblo de esta nación africana por la calurosa acogida que le brindaron, el Papa agradeció asimismo todos los esfuerzos realizados por el buen logro de su viaje.
En especial, en sus saludos, a los peregrinos francófonos presentes en esta audiencia, Benedicto XVI se dirigió a los miembros de la Hermandad de Benín en Roma; a la Asociación "San Benito Patrono de Europa” y al grupo del Carmelo de la Virgen María Misionera de Teyssières, exhortando a todos ellos a “dejarse inundar por la alegría de la fe en Cristo, para testimoniar la esperanza por doquier”.
Hablando en italiano el Obispo de Roma manifestó su satisfacción al acoger esta mañana a la delegación del Foro Católico-Ortodoxo, compuesta por numerosos Prelados a quienes dirigió su cordial saludo. Y, de modo particular a los miembros católicos, el Papa los felicitó con ocasión del 40° aniversario del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas.
También dio su calurosa bienvenida a los peregrinos italianos procedentes de las parroquias de San Elpidio a Mare y de San Juan Bautista de Nápoles Chiaiano; así como a los militares de la Asociación Nacional de Carabineros de Salerno y a los alumnos y profesores de numerosas escuelas.
Por último, su pensamiento se dirigió, como es costumbre, a los jóvenes, enfermos y recién casados presentes en esta audiencia general. A todos ellos Benedicto XVI les recordó que estamos viviendo los últimos días del Año litúrgico, “que nos invitan –dijo– a considerar con la mirada de la fe el tiempo que pasa”.
Por esta razón pidió a los queridos jóvenes que “sintonicen” su camino personal con el de la Iglesia, marcado por la Liturgia, y que se preparen a vivir el Tiempo del Adviento como tiempo de “espera interior del Mesías, nuestro Salvador”.
A los queridos enfermos el Papa les pidió que invoquen de Dios “el don de la esperanza”, ofreciendo también su sufrimientos. Mientras a los recién casados les dijo que tengan “siempre confianza en la divina Providencia, que guía y acompaña a las familias cristianas”. Al saludar a los fieles procedentes de América Latina y de España, el Papa les agradeció su presencia con las siguientes palabras:
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos de España, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a dar gracias al Señor por esta Visita Apostólica a Benin. Que María, madre de la Iglesia, acompañe toda conversión, consolide cada iniciativa de reconciliación, y dé eficacia a los esfuerzos en favor de la paz. Muchas gracias.
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