¿DESGRACIA O BENDICIÓN?
En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo blanco con que trabajaba saltó la reja y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: ¡Qué desgracia la suya, Don Cipriano!, y él, tranquilo, contestaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".
Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: ¡Qué bendición!, a lo que Don Cipriano replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".
A los pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano; ¡Qué desgracia la suya, buen hombre!, a lo que él replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".
Días después se inició una guerra y todos los jóvenes del pueblo fueron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no lo llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le comentaba: ¡Qué bendición la suya, Don Cipriano!. Y él, con su fe inquebrantable, contestó una vez más diciendo: "Sólo Dios lo sabe, quizás sea una bendición o quizás una desgracia".
Efectivamente, sólo Dios sabe, y Él nunca se equivoca.
DOCE PROPÓSITOS QUE REGALAMOS A DIOS
DOCE PROPÓSITOS QUE REGALAMOS A DIOS
Mi Señor Jesucristo: Deseo regalarte estos 12 propósitos:
1. FE, para abandonarme plenamente en tí. "Si Dios no es tu fin, te encuentras como un hombre sin pies o como el que los tiene torcidos y no puede caminar. Si, además, ansías los bienes de este mundo, corres, sí, pero corres fuera del camino: tu marcha es más bien andar errante que caminar al fin." San Agustín. (In Ep. Io. 10, 1)
2. ESPERANZA, para nunca desfallecer en el camino. "Dirige, pues, tus aspiraciones al fin, dirígelas a Cristo; todo cuanto hagas, refiérelo a él, y cuando en él descanses, no quieras tener más anhelos. Pon en Cristo tu mirada, para que no te detengas en el camino y llegues al fin." San Agustín.
3. CARIDAD, para endulzar la vida. "La caridad es la que nos da paciencia en las aflicciones, moderación en la prosperidad, valor en las adversidades, alegría en las obras buenas; ella nos ofrece un asilo seguro en las tentaciones, da generosamente hospitalidad a los desvalidos, alegra el corazón cuando encuentra verdaderos hermanos ...." San Agustín (Serm 350, 2-3)
4. HUMILDAD y SENCILLEZ, para servirte con el corazón. "No te dejes engañar por la soberbia, al ver que es abundante en obras; ten presente que hace algunas muy semejantes o casi iguales a las inspiradas por la caridad. La caridad da de comer al hambriento, y también lo hace la soberbia; pero la caridad lo hace para que el Señor sea glorificado y la soberbia para ser ella alabada." San Agustín. ( In Ep, Io,8,9)
"Tu enemigo es tu propio deseo: eres tentado, cuando eres atraído y halagado por tu propio deseo;.." San Agustín. Serm 57, 9.
5. BONDAD, para ser como Tú eres. "Ten entrañas de misericordia, abraza la bondad, a fin de revestirte de Cristo; porque en la medida que practicas la bondad te revistes de Cristo y por la semejanza con Cristo te hace semejante a Dios." San Gregorio Niseno. (D. 1 en Gn 1, 26)
6. SERVICIO, para usar al máximo los dones que me has dado. "Entra pues, dentro de tí mismo, y en todo lo que hagas ten presente que Dios es testigo" San Agustín.
7. SERENIDAD, para tener el tesoro de la paz interior. "Tu barca se agita y amenaza naufragio, porque Cristo duerme dentro de tí. Cuando en el mar de este mundo descubres que los buenos son perseguidos y los malos triunfan, surge la tentación , se encrespan las olas. Tu alma dice: Despierta a Jesús en ti y dile de corazón: ¡Maestro, que perezco! Me aterran los peligros del mundo; ¡estoy perdido! Entonces él despertará, y volverá la fe a tu corazón" San Agustín. (In Ps 25, 4)
8. SABIDURÍA, para actuar como tú quieres. " Entra en tí mismo y deja atrás el ruido y la confusión. Mira dentro de tí. Mira a ver si hay algún delicioso lugar escondido en tu conciencia donde puedas estar libre del ruido y de la discusión. Donde no hay necesidad de continuar tu disputa y hacer proyectos para seguir adelante en tu camino. Escucha la palabra con calma para entenderla." San Agustín. (Sermones 52, 22)
9. AMOR, para sentirte a mi lado. " Donde está el amor, ¿qué puede faltar? Y si el amor no está ¿qué puede valer?" San Agustín. (In Io. 83,3)
"Quita la fe, y desaparece lo que crees; quita la caridad, y desaparece lo que haces. A la primera pertenece lo que crees; a la segunda pertenece lo que obras. Te diré, en conclusión, que la única fe purificadora es la que obra por amor" San Agustín. (Serm. 53,2)
10. PERSEVERANCIA, para cuidar los detalles que te agradan. "¿Quieres ser grande? Comienza por lo más pequeño. Cuanto más alto sea el edificio que se desea levantar tanto más profundos se cavan los cimientos. La construcción de un edificio continuamente va subiendo; en cambio, el que abre las zanjas va bajando. Por consiguiente, todo edificio, antes de alcanzar su altura, debe descender, y el remate se yergue después de haber descendido." San Agustín. (Ser. 69,2)
11.SALUD, para aprovechar la vida que me has prestado. " Tarde te amé, Belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Me has llamado y tu grito rompió mi sordera. Resplandeciste y has disipado mi ceguera. Exhalaste tu perfume, lo respiré y ahora te anhelo. Te he gustado y tengo hambre y sed de ti. Me tocaste y ardo de deseo por tu paz" . San Agustín. (Confesiones 10, 27)
12. OBEDIENCIA, para aceptar tu voluntad.
NO SE VENDEN FRUTOS
No se venden frutos.
Anoche tuve un sueño raro.
En la plaza mayor de la Ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía REGALOS DE DIOS.
Entré.
Un ángel atendía a los clientes.
¿Qué es lo que vendes, ángel del señor? Vendo cualquier don de Dios.
¿Cobras muy caro? No los dones de Dios los damos gratis.
Miré los grandes estantes, estaban llenos de ánforas de amor, frascos de
fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más.
Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas.
Cobré valor y le dije al ángel:
Dame por favor bastante amor de Dios, dame perdón de Dios, un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación.
Mucho me sorprendí cuando vi que el ángel de todo lo que yo le había
pedido, me había hecho un solo paquete y el paquete estaba ahí en el
mostrador, un paquete tan pequeño como el tamaño de mi corazón.
¿Será posible? _pregunté _ ?Esto es todo?.
El ángel me explicó:
Es todo, Dios nunca da frutos maduros El sólo da pequeñas semillas que cada quien debe cultivar.
PISTAS PARA LA ALEGRÍA
Pistas para la alegría
Hay varias cosas que pueden inundar tu vida de un gozo permanente.
¿sabes cuáles son? Te las enumero para que las pienses durante este rato de relajación.
1.Sonríe: No pares de sonreír. Cuanto más, mejor. La sonrisa alegra tu corazón. Dicen que quien mucho ríe, lleva una vida feliz y difícilmente sufre un infarto. Guarda la paz de tu alma, conserva tu buen humor, calma los nervios y embellece tu rostro. ¡Qué poema más bello es ver la alegría de tu rostro sonriente.
2.Fíjate en lo bueno de las cosas. No te olvides que por encima de las nubes negras, la vida reverbera siempre con la claridad de Dios Creador. No te lamentes de que las rosas estén rodeadas de espinas, sino más bien alégrate y regocíjate pensando que una cosa tan prosaica como las espinas merecen gozar de la compañía de algo tan delicioso como la rosa.
3.Derrama felicidad. La felicidad es un perfume que nadie puede derramar en los otros sin que caiga alguna gota sobre él.
4.Piensa en cosas agradables: Nuestra vida es lo que los pensamientos hacen de ella.
5.Escribe los beneficios recibidos. Te diría que los escribieras para conservarlos en tu memoria. Mira, amigo/a, que tienes demasiados dones y gracias recibidos de Dios para que te entretengas en tristezas y melancolías.
Ya vez que con estos cinco puntos puedes ser una persona distinta a la que eres en la actualidad.
¡Vive hoy feliz!
EN MEDIO DE LA ENFERMEDAD
He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios. | |
He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios. Tus fuerzas te abandonan y tú te abandonas ante su presencia soberana. Entonces surge Dios y dice: "No temas, Yo estoy contigo". Y todo cambia. Comprendes que hay un sentido para todo, incluso tu enfermedad. Por momentos, acostado, me trasladaba con mi mente a una capilla donde esta expuesto Jesús Sacramentado. Me detengo frente a Jesús y lo miro. Y le digo que lo quiero. "Eres mi mejor amigo, Señor". No hacemos más que eso. Pero me siento tan feliz de poder entregarle estos pequeños gestos de amor. Comprendo lo frágiles que somos los humanos y la grandeza de nuestro espíritu. Anoche, ocurrió algo significativo. Me dormí profundamente y dormido, en sueños, me puse a rezar. Entonces escuché la voz paternal de Dios que se preguntaba: "¿Qué haré contigo?" Yo, intuitivamente respondí: "Devolverme la salud". De pronto surgió una pregunta que me estremeció: "¿Y qué hiciste con la salud que te di?" Me vi entonces en un tranque vehicular gritándole al conductor de al lado... luego, molesto con una cajera que no me atendió a tiempo. Surgieron así, en cuestión de segundos, cientos de situaciones similares de las que me avergoncé. Sin dejar de amarme, Dios preguntó: "¿Amaste?" “Muy poco Señor”, reconocí, "creo que fui egoísta con el tiempo que me diste". "Está bien reconocerlo”, dijo con ternura… “Tendrás otra oportunidad. Ama y haz todo el bien que puedas". Entonces desperté. Algo pasó en ese sueño, que me llenó de esperanza. La gripe está cediendo y pronto volveré a salir. Pero esta vez seré diferente. Trataré de ver al prójimo como a mi hermano, y estaré más cerca de Dios: amando, ayudando al que pueda. |
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