Un tema transversal a la teología moderna católica, protestante y ortodoxa es el de la kénosis. La palabra parece encontrarse en el himno de la carta de San Pablo a los Filipenses.
"El que era de condición divina,
no consideró esta igualdad con Dios
como algo que debía guardar celosamente:
al contrario se anonadó a si mismo, 
tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres". (Flp 
2,6-7).
El texto es de la traducción de "El libro del 
Pueblo de Dios". La supuesta palabra kénosis es traducida como se anonadó. Para 
algunos teólogos anonadarse es "hacerse nada". Cristo al encarnarse se vació de 
su divinidad y de esta manera se alejó verdaderamente del Padre. 
Lejos de ser inofensiva, esta concepción tiene 
consecuencias formidables (consecuencias que por otro lado han ido apareciendo 
en distintos autores). En primer lugar se pone en entredicho la inmutabilidad 
divina. El Dios - Ser pasa a ser una inserción griega totalmente alejada de la 
teología bíblica. El Dios de San Pablo, en cambio, tiene la capacidad de 
despojarse de su condición divina. El cambio se produce al interno de la 
Trinidad. ¿Por que como esta no iba a ser afectada después de la Encarnación y 
Muerte de la Segunda Persona? 
La segunda consecuencia es que la Segunda 
Persona de la Trinidad, al encarnase, dejó de ser Dios para ser solo hombre. 
Cristo experimenta su naturaleza humana como un hombre que se entiende con Dios. 
"Al restringirse Dios en su visión nos dilata a nosotros los hombres con nuestra 
fe" dirá un teólogo contemporáneo. Resultado: nada hay de la visión beatífica en 
Cristo de la que hablaba Santo Tomás. 
Este alejamiento y abandono de la Segunda 
Persona tuvo su momento culminante en la cruz, cuando Jesús dirá "Dios mio, Dios 
mio, porque me has abandonado", y en el descenso a los infiernos. El cual, no 
será para proclamar la victoria de Dios, como siempre lo ha dicho la tradición 
sino para sufrir el castigo de los condenados. 
Pero volvamos al principio. ¿Que quiere decir 
kénosis? 
La respuesta nos la da el biblista español 
Jordi Sánchez Bosch, uno de los mayores especialistas en la teología 
paulina.
Dice el teólogo catalán:
El verbo κενόω, significa "vaciar" y ἑαυτὸν ἐκένωσεν literalmente significa "se vació a sí mismo", sólo falta saber de qué. Alguno en la antigüedad entendió que se había vaciado realmente de su divinidad (es decir: que era un Dios "de quita y pon"). Otros más modernos no creen en la divinidad de Cristo, pero igualmente insisten en que se vació de ella (lo cual es más difícil). De todos modos, resulta que κενόω ἑαυτὸν en griego es una frase hecha y no implica "vaciado" de sustancia, sino simplemente la idea de "inhibirse", "no hacerse valer", "renunciars a los honores". (...) Por eso la traducción más correcta sería "se despojo de su grandeza".
 
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