Junípero Serra Ferrer (
Petra,
Mallorca,
24 de noviembre de
1713 -
Monterrey,
California,
28 de agosto de
1784), fue un fraile franciscano, doctor en
Filosofía y
Teología, evangelizador y fundador de varias misiones de la
Alta California, como
Los Ángeles,
San Francisco,
Sacramento y
San Diego.
Biografía
Estudios
El 24 de noviembre de 1713 nació en Petra (Mallorca), del matrimonio formado por Antoni Serra y Margarita Ferrer, un niño a quien se le impuso en el bautismo el nombre de Miquel Josep. Vino al mundo en el humilde hogar de una familia sencilla, de modestos labradores, honrados, devotos y de ejemplares costumbres. Tal como iba creciendo y dando los primeros pasos por las calles de su pueblo, sus padres lo iban encaminando por los senderos de la fe católica y el santo amor de Dios. Ellos eran analfabetos, pero trataron de dar a su hijo una mejor formación, llevándole a la escuela del convento franciscano de San Bernardino. Aquí en su pueblo el muchacho aprendió las primeras letras e hizo grandes progresos en su formación, por lo que pronto lo encaminaron hacia Palma para cursar estudios superiores.
A la edad de 15 años empieza a asistir a las clases de filosofía en el convento de San Francisco de Palma y, sintiéndose llamado por la vocación religiosa, al año siguiente viste el hábito franciscano en el convento de Jesús, extramuros de la ciudad. El 15 de septiembre de 1731 emite los votos religiosos, cambiando el nombre de Miguel José por el de Junípero.
Cursa con gran brillantez los estudios eclesiásticos, e inmediatamente lo encontramos dictando clases de filosofía en el convento de San Francisco, en la Cátedra ganada por oposición, con el consenso unánime de todos sus examinadores. Su tarea docente en San Francisco duró de 1740 a 1743, año este último en que pasó a ocupar la cátedra de Teología Escotista en la entonces famosa Universidad Luliana de Palma de Mallorca.
Apostolado
En 1749, junto con veinte misioneros franciscanos parte hacia el Virreinato de la
Nueva España, nombre colonial de México. El grupo llega al
Puerto de Veracruz el 7 de diciembre. Mientras sus acompañantes siguen su camino hacia la
ciudad de México a lomos de mula, fray Junípero y un acompañante deciden hacer el camino a pie. A raíz de ese viaje contrae una dolencia en una pierna que le acompañará el resto de sus días.
El primer destino de fray Junípero fue
Santiago Xalpan (Hoy Jalpan de Serra) en la
Sierra Gorda de
Querétaro, donde permanecería 9 años dedicado a convertir a los indígenas
pames de la zona, al tiempo que les enseñaba los rudimentos de la agricultura, de la ganadería de tiro y de labor, así como a hilar y tejer.
El siguiente destino de fray Junípero debería haber sido el inhóspito territorio
apache. Sin embargo, la muerte del virrey detuvo la salida del grupo misionero hacia aquellas tierras, por lo que el fraile tuvo que esperar en la
ciudad de México por espacio de varios años antes de recibir su siguiente destino misional.
En California
En 1767,
Carlos III decretó la expulsión de todos los
jesuitas que radicaban en la
Nueva España. Dicha orden afectó a los misioneros
Jesuitas que atendían la población indígena y europea de
las Californias, que fueron sustituidos por 16 misioneros de la orden de los
franciscanos encabezados por fray Junípero. La comitiva salió de la ciudad de México el
14 de julio de 1767, embarcó por el puerto de
San Blas rumbo a la península de
Baja California. Tras una corta travesía arribaron a
Loreto, sede de la
Misión de Nuestra Señora de Loreto, que es considerada la madre de las misiones de la
Alta y
Baja California.
Una vez que arribó la comitiva a la península, determinaron seguir explorando la
Alta California para llevar la "luz del Evangelio" a la población indígena que, al contrario de la población de
México, no conocían la agricultura, salvo en algunas zonas del desierto; su alimentación se limitaba a la recolección de frutas y raíces silvestres, bellotas, la cacería de venados, alces y conejos, y la pesca. No acostumbraban usar la vestimenta y para protegerse del frío cubrían sus cuerpos con pieles de
venado, plumas, capas de piel de
nutria y barro.
Fray Junípero Serra. Escultura en
The National Statuary Hall
En
1768, sale la expedición rumbo a aquellas tierras. Por mar zarpa el buque San Carlos, en tanto que por tierra sale una comitiva con ganado vacuno, porcino y equino. Se había iniciado la gesta de fray Junípero y sus acompañantes. La primera fundación española en la
Alta California fue la
Misión de San Diego de Alcalá en 1769, aunque fray Junípero llegó un poco más tarde, dado que el viajaba con la expedición terrestre.
A partir de la fundación de San Diego, en el curso de 15 años se fundan otras 9 misiones impulsadas por el misionero Serra. Junípero Serra y sus colaboradores siguieron la línea de acción establecida durante su estancia en la
Sierra Gorda de
Querétaro. Cuando llegaban a un lugar conveniente, levantaban una capilla, unas cabañas para residencia de los frailes y un pequeño fuerte protector contra posibles ataques. Acogían a los indígenas que se aproximaban movidos por la curiosidad y, una vez ganada su confianza, les invitaban a establecerse en las proximidades de la misión.
Allí, al mismo tiempo que catequizaban a los indígenas, los misioneros les enseñaban nociones de agricultura, ganadería y albañilería, les proporcionaban semillas y animales y les asesoraban en el trabajo de la tierra. Algunos de ellos aprendieron también las técnicas de la carpintería, la albañilería o la herrería, como puede verse en las ruinas de una
forja catalana que todavía existen en la
Misión de San Juan Capistrano. Las mujeres recibían adiestramiento en las labores de cocina, costura y confección de tejidos. El cambio de vida afectó asimismo a la cultura y religión indígenas dando lugar a un sincretismo que perdura hasta nuestros días.
A la muerte de fray Junípero, en la
Misión de San Carlos Borromeo (
Monterrey (California)), el 28 de agosto de 1784, quedaban establecidas nueve misiones que con el tiempo crecerían para convertirse en importantes ciudades como son;
Los Ángeles,
San Francisco,
San Diego,
Sacramento, etc.
Epílogo
Sus restos descansan en la Basílica de la Misión de San Carlos Borromeo, misión que él mismo fundó. Es el único español que tiene una estatua en
National Statuary Hall (The Old Hall of the House) situado en el
Capitolio donde reside el poder legislativo de los
Estados Unidos, y lugar donde están representados los personajes más ilustres de esa nación. No está por demás agregar que cada estado de la
Unión Americana únicamente tiene derecho a proponer dos nombres de personajes ilustres a quienes se les inmortalizará con un monumento. La estatua de Fray Junípero está en el pasillo principal, fue propuesto por el estado de California.
Tanto España como el gobierno de Estados Unidos han honrado su memoria emitiendo estampillas postales dedicadas al humilde misionero franciscano.
Sin embargo,
México, el país donde desarrolló la mayor parte de su misión de ayuda a los pueblos
indígenas, cuenta con pocos testimonios visibles u homenajes a su memoria pues éste apenas aparece en los libros de texto, y en el Museo Regional de
Querétaro, en
Santiago de Querétaro, Querétaro, así como en estatuas, destacándose la estatua que le fue erigida junto con otras más en homenaje a los Fundadores de la Ciudad de Querétaro, en la conocida "Plaza de los Fundadores" a las afueras de
Templo de la Santa Cruz en Querétaro, resaltando más que nada su labor en las diversas misiones de la Sierra Gorda y la estatua colocada por el
Club Serra en un jardín a un lado de la nueva
Basílica de Guadalupe. Incluso así, el padre Serra fue conmemorado en una biografía de la serie "Vidas mexicanas" (Cf.
Fr. Junipero Serra. Civilizador de las Californias. México: Ediciones Xochitl, 1943).
Fue además un promotor de la colonización de la
Alta California, territorio de
Nueva España (luego
México), que más tarde el gobierno
mexicano independiente perdió ante
Estados Unidos por el
Tratado de Guadalupe Hidalgo.
El
papa Juan Pablo II lo beatificó el
25 de septiembre de
1988. Su canonización halla oposición por sectores nativos de
Norteamérica, quienes aducen que, como agente del coloniaje, contribuyó con la perturbación de la cultura india y explotó a los indígenas en un sistema de misiones donde se practicaba el castigo corporal.
Véase también
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