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miércoles, 24 de abril de 2013

Liturgia de las Horas. Jueves IV Semana de Pascua. Ciclo C. 25 de abril, 2013.

 
Jueves IV de Pascua
Propio
SAN MARCOS
evangelista



Fiesta Era primo de Bernabé, acompañó al apóstol Pablo en su primer viaje y después en Roma. Fue discípulo de Pedro e intérprete del mismo en su evangelio. Se le atribuye la fundación de la Iglesia de Alejandría.
INVITATORIO
Si Laudes es la primera celebración del día:
    V.
Señor, abre mis labios.    R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

   
A continuación se dice el salmo Invitatorio, con la antífona:
   
Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio. Aleluya.
 Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
+ entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses,
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso

Si antes de Laudes se ha celebrado el Oficio de lectura:

    V.
Dios mío, ven en mi auxilio.
   
R. Señor, date prisa en socorrerme.
        Gloria.
(T. P. Aleluya.)
Al final de cada Salmo y cantico, se reza el Gloria



 
oficio de lectura
HIMNO

Mensajeros de Dios
dadnos la Nueva;
mensajeros de paz,
sea paz nuestra.

Mensajeros de luz,
sea luz nuestra;
mensajeros de fe,
sea fe nuestra.

Mensajeros del Rey,
sea rey nuestro;
mensajeros de amor,
sea amor nuestro. Amén.
SALMODIA

Ant. 1:
A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. (T. P. Aleluya.)

Salmo 18 A


El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Ant. 1:A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. (T. P. Aleluya.)


Ant. 2:
Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones. (T. P. Aleluya.)

Salmo 63


Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento,
protege mi vida del terrible enemigo;
escóndeme de la conjura de los perversos
y del motín de los malhechores:

afilan sus lenguas como espadas
y disparan como flechas palabras venenosas,
para herir a escondidas al inocente,
para herido por sorpresa y sin riesgo.

Se animan al delito,
calculan cómo esconder trampas,
y dicen: «¿Quién lo descubrirá?»
Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
porque su mente y su corazón no tienen fondo.

Pero Dios los acribilla a flechazos,
por sorpresa los cubre de heridas;
su misma lengua los lleva a la ruina,
y los que lo ven menean la cabeza.

Todo el mundo se atemoriza,
proclama la obra de Dios
y medita sus acciones.

El justo se alegra con el Señor,
se refugia en él,
y se felicitan los rectos de corazón.
Ant. 2:Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones. (T. P. Aleluya.)


Ant.3:
Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria. (T. P. Aleluya.)

Salmo 96


El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.

Delante de él avanza fuego
abrasando en tomo a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.

Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.

Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;

porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.

El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.

Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.

Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Ant. 3:Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria. (T. P. Aleluya.)

V.
El Señor pronuncia un oráculo. Aleluya.R. Millares pregonan la alegre noticia. Aleluya.
PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios    
4, 1, 1-6

DIVERSIDAD DE DONES EN UN MISMO CUERPO


    Hermanos: Yo, el prisionero por Cristo, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
    A cada uno de nosotros le ha sido concedida la gracia a la medida del don de Cristo. Por eso dice: «Subiendo a la altura, llevó cautivos y dio dones a los hombres.» ¿Qué quiere decir «subió» sino que antes bajó a las regiones inferiores de la tierra? Éste que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos, para llenado todo.
    Él mismo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren y actuando a la medida de cada parte, se procura su propio crecimiento para construcción de sí mismo en el amor.
Responsorio     2Pe 1, 21; Pr 2, 6

R.
Nunca fue proferida profecía alguna por voluntad humana, sino que, * llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios. Aleluya.V. El Señor es quien da sabiduría, de su boca procede la prudencia.R. Llevados del Espíritu Santo, hablaron los hombres de parte de Dios. Aleluya.
SEGUNDA LECTURA

Del Tratado de san Ireneo, obispo; Contra las herejías
(Libro 1, 10, 1-3: PG 7, 550.554)

LA PREDICACIÓN DE LA VERDAD


    La Iglesia, esparcida por el orbe hasta los confines de la tierra, ha recibido de los apóstoles y de los discípulos de los mismos aquella fe cuyo objeto es: un solo Dios, Padre todopoderoso, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; y un solo Hijo de Dios, Jesucristo, que por nuestra salvación se hizo hombre; y el Espíritu Santo, que, por boca de los profetas, anunció de antemano los designios de Dios; y la venida al mundo, la encarnación en el seno de María, la pasión y resurrección de entre los muertos, la ascensión corporal del amado Jesucristo, Señor nuestro, así como su futura venido desde el cielo, en la gloria del Padre, para recapitular  todas las cosas y resucitar corporalmente a todo el género humano, para que, según ha dispuesto el Padre invisible, ante Cristo Jesús, nuestro Señor y Dios, salvador y rey, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo y toda lengua lo proclame, y él juzgue a todos con justicia.
    La Iglesia, habiendo recibido, como hemos dicho, esta predicación y esta fe, aunque esparcida por todo el mundo, la guarda con diligencia, como si todos sus hijos habitaran en una misma casa; y toda ella cree estas mismas verdades, como quien tiene una sola alma y un solo corazón, y, en consecuencia, las predica, las enseña y las transmite, como quien tiene una sola boca. Porque, si bien en el mundo hay diversidad de lenguajes, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos.
    Y lo mismo creen y transmiten las Iglesias fundadas en Germania, así como las de los iberos, las de los celtas, las del Oriente, las de Egipto, las de Libia y las que se hallan en el centro del mundo; pues, del mismo modo que el sol, creatura de Dios, es uno e idéntico en todo el mundo, así también la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los hombres que quieren llegar al conocimiento de la verdad.
    Y ni el que posee dotes oratorias, entre los que presiden las Iglesias, enseñará algo diverso a lo que hemos dicho (ya que nadie está por encima de su maestro), ni el que está privado de estas dotes aminorará por ello el contenido de la tradición. En efecto, siendo la fe única e idéntica para todos, ni la amplía el que es capaz de hablar mucho sobre ella, ni la aminora el que no es capaz de tanto.
Responsorio     1Co 1, 17 18. 11

R.
Cristo me envió a evangelizar, y no con sabiduría de palabras, a fin de no quitar eficacia a la cruz de Cristo. * Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación es fuerza de Dios. Aleluya.V. Como en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes.R. Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación es fuerza de Dios. Aleluya.
Después del segundo responsorio, se dice el himno Señor, Dios eterno.


La oración conclusiva como en las Laudes.


CONCLUSIÓN

Después de la oración conclusiva, por lo menos en la celebración comunitaria, se añade:

V.
Bendigamos al Señor.R. Demos gracias a Dios.



Laudes
HIMNO

Con el gozo pascual
el sol de nuevo brilla
cuando ven los apóstoles
que Jesús resucita.

En la carne de Cristo
ven claras las heridas
y paladinamente
que está vivo predican.

Cristo, rey clementísimo,
nuestras almas habita
para que te celebremos
por siempre en nuestra vida.

Sé, Jesús, de las almas
la pascual alegría,
que, en gracia renacidos,
tu triunfo nos anima.

A ti, Jesús, la gloria,
que, la muerte vencida,
abres por los apóstoles
nuevas sendas de vida. Amén.
SALMODIA

Ant. 1:
Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus predecesores y, con sus escritos, confirmaron las explicaciones de los profetas. Aleluya.Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1: Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus predecesores y, con sus escritos, confirmaron las explicaciones de los profetas. Aleluya.
Ant. 2: Dios nos convocó por medio del mensaje de la salud, para darnos la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.Cántico Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.Ant. 2: Dios nos convocó por medio del mensaje de la salud, para darnos la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.
Ant. 3: Muchos alabarán su inteligencia, su fama vivirá por generaciones. Aleluya.Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3: Muchos alabarán su inteligencia, su fama vivirá por generaciones. Aleluya.
LECTURA BREVE     1Co 15, 1-2a. 3-4

Hermanos, os quiero traer a la memoria el mensaje evangélico que os prediqué; el que abrazasteis, el mismo en que os mantenéis firmes todavía y por el que estáis en camino de salvación. En primer lugar os comuniqué el mensaje que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron también las Escrituras.
RESPONSORIO BREVE

V.
Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya.R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya.V. Y las maravillas que realizó.R. Aleluya, aleluya.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.:
La gracia de Cristo ha constituido, a unos, evangelistas y, a otros, doctores, y los ha enviado al pueblo creyente como ministros de la fe. Aleluya.Cántico de Zacarías     Lc 1, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Ant.: La gracia de Cristo ha constituido, a unos, evangelistas y, a otros, doctores, y los ha enviado al pueblo creyente como ministros de la fe. Aleluya.
PRECES

Glorifiquemos a Cristo, luz del mundo por el Evangelio, y, poniendo en sus manos nuestras vidas, digámosle:

    Guía, Señor a tu Iglesia con la fuerza del Evangelio.

Tú que has mostrado familiarmente tu divinidad en medio de los hombres,
    no dejes de resplandecer hoy en tu Iglesia con múltiples signos de tu gloria.

Tú que te acercas a nosotros por las palabras vivas de los evangelistas,
    danos durante este día el gozo de tu presencia.

Tú que por la cruz y la resurrección has manifestado la soberanía del amor del Padre,
    acoge el trabajo y el dolor de los hombres y transfórmalos en ofrenda de salvación.

Tú que en la naciente Iglesia escogiste a Marcos como evangelizador y evangelista,
    haz que nosotros seamos hoy con nuestras palabras y ejemplos testigos del Evangelio.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Digamos llenos de confianza la oración que Jesús enseñó a los apóstoles.
Oración

Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anunciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Jesucristo. Que vive y reina contigo.
CONCLUSIÓN

V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.



hora intermedia
V. Dios mío, ven en mi auxilio.R. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria. Aleluya.
HIMNO

Tercia


Al Señor confesamos, ¡aleluya!
en la hora de tercia a la mañana
se llenaron los suyos de esperanza,
y lejos de la noche y de la duda
salieron con la llama y la palabra.

Al Señor adoramos, ¡aleluya!
Han marcado sus pies nuestros caminos,
marcó su nombre el nombre de los siglos,
y en la tierra su voz cual voz ninguna
convoca seguidores y testigos.

Al Señor esperamos, ¡aleluya!
y ahora celebramos al Viviente,
a Jesús victorioso de la muerte;
acéptanos, oh Cristo, cual liturgia
de gloria que ganaste ya ti vuelve. Amén.
O bien:

Espíritu de Dios, la tierra llenas,
las mentes de los hombres las bañas en tu luz,
tú que eres Luz de Dios, divino fuego,
infunde en todo hombre la fuerza de la cruz.

Sé luz resplandeciente en las tinieblas
de quienes el pecado sumió en la obscuridad,
reúne en la asamblea de los hijos
los justos que te amaron, los muertos por la paz.

Acaba en plenitud al Cristo vivo,
confirma en el creyente la gracia y el perdón,
reúnelos a todos en la Iglesia,
testigos jubilosos de la resurrección. Amén.
Sexta

Verbo de Dios, el sol de mediodía,
amable mensajero de tu rostro,
fecunda nuestra tierra y la hermosea
como fuente de luz, de vida y gozo.

Más hermoso tu cuerpo, que es pleroma
del infinito amor jamás gastado;
y de ese mar sin fondo ni ribera
la Iglesia es tu pleroma continuado.

Verbo de Dios, que reinas sin fatiga,
que emerges victorioso del trabajo,
reina dichoso tú que nos esperas
mientras nosotros vamos caminando. Amén.
O bien:

Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida

Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.

Ven ya, Señor Jesús, Salvador. nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.

Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.
Nona

Reina el Señor allí donde ninguno
ciñe corona que haya alado el mundo;
reina el Señor allí donde la vida
sin lágrimas es río de delicias.

Reina el Señor, el compasivo siervo,
que en sus hombros cargó nuestro madero;
vive el muerto en la cruz, sepultado
y con hierro sellado y custodiado.

Cruzó el oscuro valle de la muerte
hasta bajar a tumba de rebeldes;
fingía que era suya nuestra pena,
y en silencio escuchó nuestra sentencia.

Pero reina el Señor, la tierra goza,
y ya se escuchan los cánticos de boda.
¡Gloria al Señor Jesús resucitado,
nuestra esperanza y triunfo deseado! Amén.
O bien:

Salvador del mundo,
Señor de los ángeles:
por tu cruz gloriosa
la muerte venciste.

Oh Señor, consérvanos
los dones amables
que, con sufrimientos,
tú nos mereciste.

Y a quienes a precio
de dolor salvaste,
llévalos al cielo
para que te alaben.

Llévalos a todos,
Señor, suplicámoste,
pues que nos hiciste
reino de tu Padre. Amén.
SALMODIA
Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.Salmo 118, 153-160

Mira mi abatimiento y líbrame,
porque no olvido tu voluntad;
defiende mi causa y rescátame,
con tu promesa dame vida;
la justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes.

Grande es tu ternura, Señor,
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados sentía indignación,
porque no guardan tus mandatos.

Mira cómo amo tus decretos, Señor,
por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos.
Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.Salmo 127
PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO

«Que el Señor te bendiga desde Sión», es decir, desde su Iglesia. (Arnobio)
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!

Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;

tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.Salmo 128
ESPERANZA DE UN PUEBLO OPRIMIDO

La Iglesia habla de los sufrimientos que tiene que tolerar. (S. Agustín)
¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
-que lo diga Israel-,
cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo!

Sobre mis espaldas metieron el arado
y alargaron los surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió las coyundas de los malvados.

Retrocedan, avergonzados,
los que odian a Sión;
sean como la hierba del tejado,
que se seca y nadie la siega;

que no llena la mano del segador
ni la brazada del que agavilla;
ni le dicen los que pasan:
«Que el Señor te bendiga.»

Os bendecimos en el nombre del Señor.
Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE

Tercia     Rm 1, 16-17


No me avergüenzo del Evangelio; es, en verdad, poder de Dios para salvación de todo el que crea, primero de los judíos y luego de los gentiles. Pues la justicia de Dios se revela en él de fe a fe, según está escrito: "El justo vivirá por la fe."
V. A toda la tierra alcanza su pregón. Aleluya.R. Y hasta los límites del orbe su lenguaje. Aleluya.La oración conclusiva como en las Laudes.
Sexta     1Ts 2, 2b-4

Confiados en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas. Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza ni del engaño, sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para confiaros el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres, sino a Dios.
V. Guardaron los preceptos del Señor. Aleluya.R. Las normas y mandatos que les ordenó. Aleluya.La oración conclusiva como en las Laudes.

Nona     2Tm 1, 8b-9


Comparte valientemente conmigo los sufrimientos por la causa del Evangelio, apoyado en el poder de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con santa llamada, no según nuestras obras, sino según su propio propósito y su gracia, que nos dio con Cristo Jesús.
V. Estad alegres, dice el Señor. Aleluya.R. Porque vuestros nombres están inscritos en el cielo. Aleluya.La oración conclusiva como en las Laudes.


CONCLUSIÓN

Después de la oración, por lo menos en la celebración comunitaria, se añade:

V.
Bendigamos al Señor.R. Demos gracias a Dios.



Vísperas
INVOCACIÓN INICIAL.

V.
Dios mío ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria. Aleluya.
HIMNO

Tristes estaban los apóstoles
tras sepultar a Cristo
que a muerte despiadada,
lo sentenciaron los impíos.

Con dulces palabras, un ángel
a las mujeres dijo
que en Galilea el Señor
habría muy pronto de ser visto.

Mientras corrían presurosas
a hablar  a los discípulos,
lo ven, besan sus pies,
pues se les aparece vivo.

Cuando lo saben los apóstoles
acuden velocísimos
a ver en Galilea
el rostro agradable de Cristo.

Sé, Jesús, de las almas júbilo
y pascual regocijo,
a sus triunfos asócianos,
que en la gracia hemos renacido.

Tribútese, oh Jesús, la gloria
a ti, que, ya vencido
el reino de la muerte,
nos abre lúcido el camino. Amén.
SALMODIA

Ant. 1:
Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado. Aleluya.Salmo 115

Tenía fe, aun cuando dije:
“¡Qué desgraciado soy!”
Yo decía en mi apuro:
“Los hombres son unos mentirosos.”

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Ant. 1: Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado. Aleluya.
Ant. 2: Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo. Aleluya.Salmo 125
DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Ant. 2: Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo. Aleluya.
Ant. 3: Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo. Aleluya.Cántico     Ef 1, 3-10
PLAN DIVINO DE LA SALVACIÓN


Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3: Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables riquezas de Cristo. Aleluya.
LECTURA BREVE     Col 1, 3b-6a

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE

V.
Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.V. Sus maravillas a todas las naciones.R. Aleluya, aleluya.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.:
La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros. Aleluya.A continuación se dice el Cántico de la Santísima Virgen María


PRECES


Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio de su Hijo nos ha llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo, diciendo:

    Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las ovejas,
    haz que nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.

Tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,
    haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
    haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
    haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
    concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Oración.

Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anunciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Jesucristo. Que vive y reina contigo.
CONCLUSIÓN

V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.



Completas
INVOCACIÓN INICIAL

V.
Dios mío, ven en mi auxilio.R. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA

    Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa.


HIMNO


El corazón se dilata
sin noche en tu santo cuerpo,
oh morada iluminada,
mansión de todo consuelo.

Por tu muerte sin pecado,
por tu descanso y tu premio,
en ti, Jesús, confiamos,
y te miramos sin miedo.

Como vigilia de amor
te ofrecemos nuestro sueño;
tú que eres el paraíso,
danos un puesto en tu reino. Amén.
O bien:

En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.

En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.

Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos. Amén.
SALMODIA

Ant.:
Aleluya, aleluya, aleluya.Salmo 15
CRISTO Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN

Dios resucitó a Jesús, rompiendo las ataduras de la muerte. (Hch 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: “Tú eres mi bien.”
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen.

Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE     1Ts 5, 23

Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.V. Tú, el Dios leal, nos librarás.R.  Aleluya, aleluya.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.Cántico de Simeón     Lc 2, 29-32

CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL


Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Oración

Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestra fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor.
CONCLUSIÓN

Bendición

V.
El Señor todopoderoso nos conceda un noche tranquila y una santa muerte.R. Amén.
ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque Cristo,
a quien llevaste en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Fuente: Liturgia de las Horas (Tomo II)

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