Sacerdote y Mártir, 10 de abril | |||
Beato Antonio Neyrot, presbítero y mártir
fecha: 10 de abril
n.: c. 1423 - †: 1460 - país: África Septentrional canonización: Conf. Culto: Clemente XIII 22 feb 1767 hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Túnez, en el norte de África, beato Antonio Neyrot, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, capturado por los piratas v conducido a África, allí apostató de la fe, pero con la ayuda de la gracia divina, el día de Jueves Santo de la Cena del Señor retomó públicamente el hábito religioso, y a causa de esta decisión fue apedreado hasta morir.
Antonio Neyrot nació en Rívoli del Piamonte. Ingresó en eI convento dominicano de San Marcos en Florencia, del que san Antonino era superior. Después de hacer su profesión religiosa, fue enviado a una de las casas de la orden en Sicilia. Los piratas se apoderaron de la nave, entre Nápoles y Sicilia, y el beato fue vendido como esclavo en Túnez. Logró finalmente que le libertasen, pero cayó en una esclavitud todavía peor, pues el estudio del Corán le hizo perder la fe y abrazar la religión de Mahoma. Algunos meses después, comprendió súbitamente su error, gracias, según se cuenta, a una aparición de san Antonino. Lleno de contrición, repudió a su esposa, hizo penitencia y volvió a rezar diariamente el oficio divino. Más tarde, vestido con su hábito de fraile, se presentó ante el gobernador de Túnez y, en presencia de una gran multitud, abjuró de la herejía y proclamó que el cristianismo era la única religión verdadera. Las razones, las promesas y las amenazas no le hicieron mella alguna. Entonces el juez le condenó a muerte. El beato fue apedreado y descuartizado por la espada; murió arrodillado en oración, con las manos levantadas al cielo. Su cadáver fue quemado; unos mercaderes genoveses llevaron a Italia las pocas reliquias que pudieron recoger. El culto al Beato Antonio fue aprobado en 1767. En Acta Sanctorum, agosto, vol. IV, hay dos relatos del martirio del beato Antonio. En Analecta Bollandiana, vol. XXIV (1905), pp. 357-374, se encontrará una fuente todavía más valiosa: se trata de una carta que Pedro Ranzano, provincial de los dominicos de Sicilia, escribió en 1461 al Papa Pío II. Ver también Procter, Dominican Saints, pp. 87.90.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
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