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viernes, 22 de febrero de 2013

Rezar El Angelus





V/. El ángel del Señor anunció a María,
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...


V/. Y el Verbo se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...


V/. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.


Oremos: Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que, los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos por los méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(tres veces)

Se acostumbra agregar una intención por los difuntos al terminar el rezo del Angelus:

V/. A todos los fieles difuntos
dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.

V/. Descansen en paz.
R/. Amén.


V/. El ángel del Señor anunció a María,
R/. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia, el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



V/. He aquí la esclava del Señor.
R/. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...


V/. Y el Verbo se hizo carne.
R/. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...


V/. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.


Oremos: Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, para que, los que hemos conocido, por el anuncio del Ángel, la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, lleguemos por los méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
(tres veces)

Se acostumbra agregar una intención por los difuntos al terminar el rezo del Angelus:

V/. A todos los fieles difuntos
dales, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.

V/. Descansen en paz.
R/. Amén.

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