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viernes, 1 de febrero de 2013

Raimundo de Fitero, Santo

Abad y Fundador, 1 de febrero
Raimundo de Fitero, Santo
Raimundo de Fitero, Santo

Fundador de la Orden de Calatrava

Martirologio Romano: En la villa de Ciruelos, en la región española de Castilla la Nueva, san Raimundo, abad de Fitero, que fundó la Orden de Calatrava y trabajó en favor de la cristiandad (c. 1160).

Fecha de canonización: 1719 por el Papa Clemente XI
Abad del monasterio cisterciense de Fitero en Navarra, y fundador de la Orden militar de Calatrava.

Se llamaba Raymundo Sierra o Raymond Serrat. Aunque documentalmente no puede probarse, lo más probable es que naciera en Saint Gaudens de Garona, en Francia, y que la época fue a comienzos del siglo XII. Algunos autores sitúan su nacimiento en Tarazona (Aragón), y otros afirman que fue en Barcelona.

Aparece como canónigo en Tarazona, atestiguado documentalmente por testimonio de su primer obispo, Don Miguel, monje benedictino. De aquí pasó a monje del monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Sacala Dei, en Gascuña, y de ahí fue enviado como prior a la nueva fundación que Don Bernardo determinó hacer en España.

Se asentaron los nuevos monjes en el monte que llaman Yerga, con consentimiento del rey. En 1140 Alfonso VII les donó la villa de Nienzabas que había quedado asolada por los moros; aquí fundaron el monasterio de Nienzabas del que fue abad Raymundo a la muerte de Durando, alrededor del año 1144. Lo eligieron abad por la fama que tenía de santo y taumaturgo. Con el título y oficio de abad aparece ya en la escritura del 1146, al donar el rey al monasterio los dominios de Serna de Cervera y Baños de Tudescón, actuales balnearios de Fitero.

En 1148 asistió al capítulo general de la orden del Císter, en calidad de abad; en ese concilio estuvo presente el papa Eugenio III, que también era cisterciense.

Raymundo trasladó ese mismo año el monasterio al mejor sitio de Castejón, recibió la donación real del castillo de Tulungen y, en la heredad donada por Don Pedro Tizón y su esposa Doña Toda, fundó en 1150 el de Santa María de Fitero del que será el primer abad.

Diego de Velázquez es un monje que en tiempo pasado fue soldado y amigo del rey Sancho.

Raymundo y él se encuentran en Toledo el año 1158. Diego ha escuchado al rey el gran peligro que corre la plaza de Calatrava confiada años atrás por Alfonso VII a los Templarios, pero que ahora está casi desguarnecida que es por el momento la llave estratégica de Toledo. El peligro es grande por la proximidad de los almohades. Raymundo y Diego piden al rey la defensa de la plaza y con los monjes traídos de Fitero más un ejército formado por campesinos y artesanos consiguen defender la plaza y ahuyentar a los moros. En premio, el rey Sancho III les concede el dominio de Calatrava donde Raymundo funda el mismo año la Orden mitad monjes obedientes al toque de la campana, mitad soldados obedientes al toque de la trompeta que fue aprobada posteriormente por el papa Alejandro III, por bula de 25 de setiembre de 1164, cuando ya había muerto su fundador.

Raymundo murió en 1163 en Ciruelos y allí se enterró. En 1471 se trasladaron sus restos al monasterio cisterciense de Monte León de Toledo y, desde el siglo XIX, las reliquias del santo se encuentran en la catedral de Toledo.

Si los creyentes actuales quisiéramos imponer nuestra santa fe con la violencia, ya tendríamos que empezar por gestionar quién quisiera vendernos una bomba de hidrógeno; pero ese supuesto sería irreconciliable con la dignidad de las personas y el respeto a su dignidad, seríamos calificados inmediatamente de fanáticos y fundamentalistas; habríamos ciertamente perdido el norte de la caridad que califica a los cristianos como auténticos discípulos de Cristo, y nuestro modo de hacer supondría una renuncia total a los postulados de la convivencia democrática.

Desde luego, habríamos dejado de confiar en los medios de siempre oración, mortificación y buen ejemplo para ser sembradores de paz y de alegría que es el vehículo normal de transmisión de la fe, siempre don del Espíritu Santo. Pero, aunque hoy nos pueda parecer impropio de un santo vivir con la espada en la mano por la mañana y en oración adorante por la noche, la historia es así; juzgar los hechos pasados con la mentalidad actual es caer en un anacronismo.
San Raimundo de Fitero, abad y fundador
fecha: 1 de febrero
fecha en el calendario anterior: 6 de febrero
†: c. 1160 - país: España
canonización: Conf. Culto: 1719
hagiografía: Abel Della Costa
En la villa de Ciruelos, en la región española de Castilla la Nueva, san Raimundo, abad de Fitero, fundador de la Orden de Calatrava, bajo la Regla del Cister, e insigne sostenedor del cristianismo.

Lamentablemente la vida de san Raimundo de Fitero, tan importante y original como fundador, está envuelta en algunas nieblas, como ocurre con casi todos los santos de aquellos siglos. La primer noticia concreta de él la tenemos como monje de Yerga, en La Rioja, en el año 1141, pero sabemos que antes de eso fue canónigo en Tarazona, no lejos de allí. Su año de nacimiento, familia y patria son discutidos, pero parece que su apellido de familia fue Sierra o Serra, y que en cuanto al lugar de nacimiento la opinión más razonable -sostenida vehementemente por Flórez con buenos argumentos- es que es originario de la propia Tarazona, y no de Francia como es la otra corriente de interpretación, ni menos aun de otros lugares menos defendidos (como Tarragona, que parece simple confusión con Tarazona).
Hacia 1141, como se ha dicho, es monje en Yerga, donde parece que ya antes de la fundación del monasterio vivían en el monte algunos anacoretas. En 1146 encontramos a Raimundo como abad del monasterio de Nienzabas, que quizás haya simplemente un traslado de la comunidad de Yerga.
Bajo su mando el monasterio parece haber prosperado mucho, a juzgar por la cantidad de escrituras de compraventa que se conservan, y por las dádivas reales que la fundación recibía. Fue en la década del 50 que toma el hábito cisterciense, aunque ya en el 48 había asistido al capítulo general de la Orden donde estuvo san Bernardo.
Nienzabas quedaba cerca de la ermita de Yerga, de Fitero y de Calahorra, y en los dominios del rey de Castilla, que favoreció grandemente la fundación. Hacia el 1154 el monasterio tenía las suficientes propiedades como para ofrecerse a sostener Calatrava, una plaza estratégica rescatada a los moros, donde habían sido fuertes los templarios, aunque en el momento en que Raimundo se hace cargo está prácticamente abandonada. El rey Don Sancho se la deja en heredad en 1157.
Fray Diego de Velázquez, monje de Nienzabas y antiguo militar, pensaba en unir en unas mismas personas los dos carismas: el de la lucha armada contra los infieles y el de monjes, y entusiasmó con el proyecto a Raimundo. Con mucha oposición por parte de la orden Cisterciense, nace así una orden nueva y original, la de Calatrava, de monjes-soldados, alentada también por el arzobispo de Toledo Don Rodrigo, quien publica indulgencia plenaria para quienes ayuden a la defensa de Calatrava. «Con los monjes de Fitero capaces de tomar armas, y los vasallos y colonos que le quisieron seguir, marchó San Raimundo á Calatrava, reparó sus muros, abasteció la plaza, y saliendo Velazquez al frente de los alistados, aterró á los moros circunvecinos con sus rebatos y felices algaradas», resume Flórez.
Sin embargo la fundación de la orden de Calatrava, y la actuación en la defensa de la plaza trajo a Raimundo más amargura que gloria. La Orden tomó a mal este emprendimiento, y aun se le reprochó el haber obrado imprudentemente y en desobediencia. Es difícil saber si había base jurídica para los reproches, pero lo cierto es que Raimundo murió retirado de su cargo de abad (hasta qué punto voluntariamente u obligado a ello es imposible establecerlo hoy) como monje en Ciruelos, en 1165. El cuerpo permaneció enterrado en Ciruelos hasta que en 1461 se reivindicó su obra, y se lo exhumó, trasladándose solemnemente sus reliquias al monasterio de Monte Sión de Toledo. En la actualidad se encuentran en la catedral de la misma ciudad. La Congregación de Ritos aprobó el culto para la Orden cisterciense en 1702, y para España en 1719.
Este artículo, como es notorio, sigue los lineamientos del correspondiente de Flórez en España Sagrada, tomo L, páginas 37 a 48. Hay otras lecturas del personaje que el mismo Flórez señala y discute. Hay noticia de san Raimundo en Acta Sanctorum, febrero I, págs. 252-255. También puede consultarse Catholic Encyclopedia, s.v. Calatrava. La imagen es una estatua del santo en el ayuntamiento de Fitero.

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