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sábado, 2 de febrero de 2013

Salmo 91 en forma de Oración



Hay varias maneras de clasificar los salmos; muchas son clasificaciones según el contenido: penitenciales, mesiánicos, acción de gracias, salmos de confianza.
Durante el siglo XX surgieron nuevos estudios que han enfatizado más la forma literaria o género de cada salmo.
Podemos decir que no hay y no ha habido ninguna otra literatura que haya tenido tanto uso por un tiempo tan extendido como los salmos del AT. Desde muchos siglos antes de Cristo hasta hoy los que aman a Dios usan los salmos en su vida devocional y en su adoración.
Los salmos y su uso en el culto realmente tuvieron una influencia preponderante en Israel. La sociología nos muestra que cada sociedad va creando su propio mundo (su mundo de valores, modas y costumbres). En Israel fue el culto que iba formando su mundo de creencias y valores y los salmos eran el instrumento principal como “hacedor de su mundo”.
Dios usa los salmos precisamente en el culto, el tiempo cuando los creyentes adoran a Dios juntos.
Sin el culto, es decir, una comunidad que activamente procese las verdades de los Salmos, éstos quedan como literatura inerte. Es en el culto donde el creyente experimenta la convicción, la enseñanza y el poder de Dios en su propia vida.
Culto es un don de Dios por el cual el poder creativo de Dios está mediado. La obra de “hacer el mundo de uno” la obra dramática de adoración está autorizada y legitimada por el poder de Dios para “hacer el mundo” que es obra de Dios pero que es procesada por medio de la acción y habla humanas, obedientes, intencionales, disciplinadas. Estas acciones y habla humanas moldean y articulan el mundo.
Salmo 91 en forma de Oración.
Gracias Señor porque en tu palabra me aseguras que quién habita a tu abrigo será acogido en tu sombra.
Hoy te digo Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.»
Sólo tu puedes librarme de las trampas del cazador y de las mortíferas plagas,
pues me cubrirás con tus plumas y bajo tus alas hallaré refugio.
 ¡Tu verdad será mi escudo y mi baluarte!
 No temeré el terror de la noche, ni la flecha que vuele de día, 6 ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
Podrán caer mil a mi izquierda, y diez mil a mi derecha, pero a mi no me afectará.
No tendré más que abrir bien los ojos, para ver a los incrédulos recibir su merecido.
Te he puesto a ti Señor como mi refugio, a ti mi Dios como mi protección,
ningún mal habrá de sobrevenirme, ninguna calamidad llegará a mi hogar.
 Porque tú ordenarás que sus ángeles me cuiden en todos mis caminos.
 Con sus propias manos me levantarán para que no tropezar con piedra alguna.
 Aplastaré al león y a la víbora; ¡hollaré fieras y serpientes!
«Tú Señor me librarás, porque me has unido a ti ; Me protegerás, porque he reconocido tu nombre.
 Te Invocaré Señor, y me responderás; Tú el eterno estarás conmigo en momentos de angustia y me has prometido que me librarás y me llenarás de honores.
Me colmarás con muchos años de vida y me hará gozar de mi salvación.»
Lo creo con todo mi corazón: Amén.

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