martes, 11 de diciembre de 2012

La oveja descarriada

Mateo 18, 12-14. Adviento. Tal vez depende de nuestra actitud el que otras ovejas regresen al redil de Cristo en este Adviento.
 
La oveja descarriada
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada?Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños.

Oración introductoria

Padre mío, sé lo importante que soy para Ti. Permite que esta meditación me ayude a darte el gozo de ser esa oveja perdida que vuelve al redil en esta Navidad. No quiero seguir ignorando tu mensaje, tu llamado a la santidad.

Petición

Jesús, que sepa proponer a los demás la alegría y la paz que da el esfuerzo por vivir en el redil de los que cumplen la voluntad de tu Padre celestial.

Meditación del Papa

Ese gesto nos recuerda al pastor que pone sobre sus hombros la oveja perdida, la cual por sí sola ya no encuentra el camino a casa, y la devuelve al redil. Los Padres de la Iglesia vieron en esta oveja la imagen de toda la humanidad, de toda la naturaleza humana, que se ha perdido y ya no encuentra el camino a casa. El Pastor que la devuelve a casa solamente puede ser el Logos, la Palabra eterna de Dios mismo. En la encarnación, él nos puso a todos -la oveja "hombre"- sobre sus hombros. Él, la Palabra eterna, el verdadero Pastor de la humanidad, nos lleva; en su humanidad, nos lleva a cada uno de nosotros sobre sus hombros. Por el camino de la cruz nos llevó a casa, nos lleva a casa. Pero también quiere tener hombres que "lleven" juntamente con él. Ser pastores en la Iglesia de Cristo significa participar en esta tarea, que el palio nos recuerda. Cuando nos revestimos con él, Cristo nos pregunta: "¿Llevas también tú, conmigo, a aquellos que me pertenecen? ¿Los llevas a mí, a Jesucristo?". Benedicto XVI, 29 de junio de 2008.

Reflexión

A los primeros a quien Cristo Jesús quiere salvar en este Adviento es a nosotros mismos. Tal vez no seremos ovejas descarriadas, pero puede ser que tampoco estemos en un momento demasiado fervoroso en nuestro seguimiento del Pastor. Todos somos débiles y a veces nos distraemos del camino recto.

Cristo nos busca y nos espera. No sólo a los grandes pecadores y a los alejados, sino a nosotros, los cristianos que le seguimos con un ritmo más intenso, pero que también necesitamos el estímulo de estas llamadas y de la gracia de su amor. Somos nosotros mismo los invitados a confiar en Dios, a celebrar su perdón, a aprovechar la gracia de la Navidad. El que está en actitud de Adviento es Dios para con nosotros. Él se alegrará inmensamente si volvemos a Él.

Pero también nos enseña el evangelio a salir al encuentro de los demás, a ayudarles a salir de su desierto del alejamiento de Dios. Tal vez depende de nuestra actitud el que otras ovejas regresen al redil de Cristo en este Adviento. No tanto por nuestros discursos, sino por nuestra cercanía y acogida.

Propósito

Transmitir mi alegría, esperanza y amor a Cristo a una persona alejada de la fe.

Diálogo con Cristo

Alabado seas Señor por darme esta experiencia en la oración. Tú eres mi buen pastor, la clave, la fuerza, el motor de mi ser y obrar. Quiero corresponder a tanto amor. No quiero terminar mi oración siendo el mismo. Dame la gracia de asemejarme más a tu santísima Madre el día de hoy. Especialmente permite que sea un buen pastor para los demás al dejar que seas Tú quien guíe toda mi vida.

martes 11 Diciembre 2012
Martes de la segunda semana de Adviento

San Daniel de Maratha
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Damasceno : "Vuestro Padre que está en los cielos no quiere que ni uno de estos pequeños se pierda"
Lecturas
Isaías 40,1-11.

¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados.
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios!
¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente, porque ha hablado la boca del Señor.
Una voz dice: "¡Proclama!". Y yo respondo: "¿Qué proclamaré?". "Toda carne es hierba y toda su consistencia, como la flor de los campos:
la hierba se seca, la flor se marchita cuando sopla sobre ella el aliento del Señor. Sí, el pueblo es la hierba.
La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre".
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!".
Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.

Salmo 96(95),1-2.3.10.11-12.13.

Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
Digan entre las naciones: "¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud".
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.
 
Mateo 18,12-14.

¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
 
Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Damasceno (c.675-749) monje, teólogo, doctor de la Iglesia
Sobre la fe ortodoxa 1; PG 95, 417- 419 (trad. breviario 04/12)
"Vuestro Padre que está en los cielos no quiere que ni uno de estos pequeños se pierda"
Tú, Señor, me sacaste de los lomos de mi padre; tú me formaste en
el vientre de mi madre; tú me diste a luz niño y desnudo, puesto que
las leyes de la naturaleza siguen tu mandatos.

Con la bendición del Espíritu Santo preparaste mi creación y mi
existencia, no por voluntad de varón, ni por deseo carnal, sino por
una gracia tuya inefable. Previniste mi nacimiento con un cuidado
superior al de las leyes naturales; pues me sacaste a la luz adoptándome
como hijo tuyo y me contaste entre los hijos de tu Iglesia santa
e inmaculada.
Me alimentaste con la leche espiritual de tus divinas enseñanzas.
Me nutriste con el vigoroso alimento del cuerpo de Cristo, nuestro
Dios, tu santo Unigénito, y me embriagaste con el cáliz divino, o sea,
con su sangre vivificante, que él derramó por la salvación de todo el
mundo.
Porque tú, Señor, nos has amado y has entregado a tu único y
amado Hijo para nuestra redención, que él aceptó voluntariamente,
sin repugnancia; más aún, puesto que él mismo se ofreció, fue destinado
al sacrificio como cordero inocente, porque, siendo Dios, se
hizo hombre y con su voluntad humana se sometió, haciéndose obediente
a ti, Dios, su Padre, hasta la muerte, y una muerte de cruz.
 
 
 

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El 12 de Diciembre celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, puedes rezar la Novena a la Virgen de Guadalupe para prepararte a la fiesta.




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