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miércoles, 26 de septiembre de 2012

No toméis nada para el camino


Lucas 9, 1-6. Tiempo Ordinario. Poner toda mi confianza en Dios y no en mis propios recursos.
 
No toméis nada para el camino
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí. En cuanto a los que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes.

Oración introductoria

Señor, quiero ponerme en camino para predicar tu Reino con mi testimonio de vida. Inicio poniendo en tus manos mi intención y te pido, en esta oración, que me concedas un corazón generoso y seguro de su misión, para la cual sólo necesito de tu gracia.

Petición

Jesús, dame tu gracia para ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor.

Meditación del Papa

Jesús no solamente envió a sus discípulos a curar a los enfermos, sino que instituyó también para ellos un sacramento específico: la Unción de los enfermos. La Carta de Santiago atestigua ya la existencia de este gesto sacramental en la primera comunidad cristiana. Si la Eucaristía muestra cómo los sufrimientos y la muerte de Cristo se han transformado en amor, la Unción de los enfermos, por su parte, asocia al que sufre al ofrecimiento que Cristo ha hecho de sí para la salvación de todos, de tal manera que él también pueda, en el misterio de la comunión de los santos, participar en la redención del mundo. La relación entre estos sacramentos se manifiesta, además, en el momento en que se agrava la enfermedad: "A los que van a dejar esta vida, la Iglesia ofrece, además de la Unción de los enfermos, la Eucaristía como viático". En el momento de pasar al Padre, la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo se manifiesta como semilla de vida eterna y potencia de resurrección: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día". Puesto que el santo Viático abre al enfermo la plenitud del misterio pascual, es necesario asegurarle su recepción. Benedicto XVI, Exhortación apostólica post sinodal Sacramentum caritatis, n. 22.

Reflexión

¿Qué se necesita para predicar el Evangelio? Conocerlo. Nada más.

Vamos, pues, a descubrir dos lecciones que se esconden en este pasaje de san Lucas.

La primera es la profunda fe que debe tener el enviado a proclamar el Reino de Dios. Debe poner toda su confianza en Dios y no en sus propios recursos, sabiduría, medios técnicos, etc. Y esa fe exige también el desapego de las comodidades y la esperanza de que Dios proveerá todo aquello que necesite el apóstol para cumplir con su labor.

La segunda enseñanza va dirigida a los fieles que acogen al misionero, sacerdote o religiosa que viene de parte de Dios. Porque si ellos han entregado su vida, su tiempo y su esfuerzo para darnos a conocer lo más importante, ¿cómo vamos a despedirles sin darles ni siquiera de comer?

Jesús nos invita a atender las necesidades materiales de la Iglesia. Por ejemplo, ¿sabes cuántos seminaristas se están formando actualmente? ¿Y cómo lo harán para pagarse los estudios, la alimentación, el vestido, etc? Sería muy triste que un joven dejase casa, familia y amigos para abrazar la vocación sacerdotal y luego no tuviese medios para completar su formación.

Es buen momento para reflexionar en todo lo que nos da la Iglesia y ver qué aportamos nosotros a cambio.

Propósito

Acercar a Cristo, con mi oración y atención, a quien esté pasando por la enfermedad.

Diálogo con Cristo

Señor, el mundo necesita apóstoles santos. La persona «moderna» se caracteriza por su insensibilidad e indiferencia ante las necesidades de los demás. Por eso confío en que esta oración me ayude a pasar mi vida haciendo el bien, pensando bien, hablando bien y dando no sólo lo que tengo, sino sobre todo, lo que soy, con sencillez y generosidad.

miércoles 26 Septiembre 2012
Miércoles de la vigésima qunita semana del tiempo ordinario

San Cosme


Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : «De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza»

Lecturas

Proverbios 30,5-9.


Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él.
No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido, no me la niegues antes que muera:
aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria,
no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: "¿Quién es el Señor?", o que, siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el nombre de mi Dios.


Salmo 119(118),29.72.89.101.104.163.


Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.

Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo.
Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra.

Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira.
Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley.



Lucas 9,1-6.


Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades.
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos,
diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno.
Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir.
Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos".
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquía más tarde obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
4ª Homilía sobre 1 Corintios; PG 61, 34-36

«De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza»

La cruz ha ganado a los espíritus por medio de predicadores
ignorantes, y esto en el mundo entero. No se trata de cuestiones banales,
sino de Dios y de la verdadera fe, de la vida según el Evangelio, del
juicio futuro. La cruz ha transformado a gente sencilla e iletrada en
filósofos. Aquí se ve que «lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y
lo débil de Dios es más fuerte que los hombres» (1C 1,25). ¿Por
qué es más fuerte? Porque se ha extendido por el mundo entero, ha sometido
a los hombres a su poder y ha resistido a los innumerables adversarios que
querían hacer desaparecer el nombre del Crucificado. Y fue lo contrario,
este nombre se extendió y se propagó; sus enemigos perecieron,
desaparecieron; lo vivos que combatían con un muerto han quedado reducidos
a la impotencia... En efecto, lo que unos publicanos y pecadores, por la
gracia de Dios han conseguido realizar con éxito, los filósofos, los
oradores, los reyes, es decir, la tierra entera en toda su extensión, ni
tan sólo han sido capaces de imaginar... Es pensando en ello que el apóstol
Pablo dice: «La debilidad de Dios es más fuerte que todos los hombres». De
no ser así ¿cómo estos doce pescadores, pobres e ignorantes, hubieran
podido imaginar una empresa de tal envergadura?




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