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martes, 28 de agosto de 2012

Tomás Kempis, Beato

Sacerdote y Escritor, 30 de agosto
 
Tomás Kempis, Beato
Tomás Kempis, Beato

Sacerdote
Autor de La Imitación de Cristo

La fama mundial de Tomás de Kempis se debe a que él escribió La Imitación de Cristo: el libro que más ediciones ha tenido, después de la Biblia. Este precioso librito es llamado "el consentido de los libros" porque se ha sacado en las ediciones de bolsillo más hermosas y lujosas, ha tenido ya más de 3,100 ediciones en los más diversos idiomas del mundo. Su primera edición salió en 1472, 20 años antes del descubrimiento de América (un año después de la muerte del autor), y durante más de 500 años ha tenido unas 6 ediciones cada año. Caso raro y excepcional.

Tomás nació en Kempis, cerca de Colonia, en Alemania, en el año 1380. Era un hombre sumamente humilde, que pasó su larga vida (90 años) entre el estudio, la oración y las obras de caridad, dedicando gran parte de su tiempo a la dirección espiritual de personas que necesitaban de sus consejos.

Empezar por uno mismo.
En ese tiempo muchísimas personas deseaban que la Iglesia Católica se reformara y se volviera más fervorosa y más santa, pero pocos se dedicaron a reformase ellos mismos y a volverse mejores. Tomás de Kempis se dió cuenta de que el primer paso que hay que dar para obtener que la Iglesia se vuelva más santa, es esforzarse uno mismo por volverse mejor. Y que si cada uno se reforma a sí mismo, toda la Iglesia se va reformando poco a poco.

Una asociación muy útil.
Kempis se reunió con un grupo de amigos en una asociación piadosa llamada "Hermanos de la Vida Común", y allí se dedicaron a practicar un modo de vivir que llamaban "Devoción moderna" y que consistía en emplear largos ratos de oración, la meditación, la lectura de libros piadosos y en recibir y dar dirección espiritual, y dedicarse cada uno después con la mayor exactitud que le fuera posible a cumplir cada día los deberes de su propia profesión. Los que pertenecían a esta asociación hacían progresos muy notorios y rápidos en santidad y la gente los admiraba y los quería.

Un ascenso difícil.
Tomás tiene muchos deseos de ser sacerdote, pero en sus primeros 30 años no lo logra porque sus tentaciones son muy fuertes y frecuentes y teme que después no logre ser fiel a su voto de castidad. Pero al fin entra a una asociación de canónigos (en Windesheim) y allí en la tranquilidad de la vida retirada del mundo logra la paz de su espíritu y es ordenado sacerdote en el año 1414. Desde entonces se dedica por completo a dar dirección espiritual, a leer libros piadosos y a consolar almas atribuladas y desconsoladas. Es muy incomprendido muchas veces y sufre la desilusión de constatar que muchas amistades fallan en la vida (menos la amistad de Cristo) y va ascendiendo poco a poco, aunque con mucha dificultad, a una gran santidad.

Oficios delicados.
Dos veces fue superior de la comunidad de canónigos en su ciudad. Bastante tiempo estuvo encargado de la formación de los novicios. Después lo nombraron ecónomo pero al poco tiempo lo destituyeron porque su inclinación a la vida espiritual muy elevada no lo hacía nada apto para dedicarse a comerciar y a administrar dineros y posesiones. Su alma va pasando por períodos de mucha paz y de angustias y tristezas espirituales, y todo esto lo irá narrando después en su libro portentoso.

El libro que lo hizo famoso.
En sus ratos libres, Tomás de Kempis fue escribiendo un libro que lo iba a hacer célebre en todo el mundo: La Imitación de Cristo. De esta obra dijo un autor: "Es el más hermoso libro salido de la mano de un hombre" (Dicen que Kempis pidió a Dios permanecer ignorado y no conocido. Por eso la publicación de su libro sólo se hizo al año siguiente de su muerte). No lo escribió todo de una vez, sino poco a poco, durante muchos años, a medida que su espíritu se iba volviendo más sabio y su santidad y su experiencia iban aumentando. Lo distribuyó en cuatro pequeños libritos. Entre la redacción de un libro y la siguiente pasaron unos cuantos años.

El libro Primero de la Imitación de Cristo narra cómo es la lucha activa que hay que librar para convertirse y reformarse y los obstáculos que se le presentan a quiénes desean ser santos, entre los cuales está como principal: ser "la sirena" de este mundo, o sea la atracción, el deseo de darle gusto al propio egoísmo y de obtener honores, famas, altos puestos, riquezas y gozos sensuales y vida fácil y cómoda. Este primer librito es como el retrato de lo que Tomás tuvo que sufrir hasta sus 30 años de las luchas y peligros que se le presentaron.

El libro segundo. Fue escrito por Kempis después de haber sufrido muchas tribulaciones, contradicciones, humillaciones y desengaños, especialmente en el orden afectivo. Destituido del cargo de ecónomo, abandonado por amigos que se había imaginado le iban a ser fieles; es entonces cuando descubre que hay una amistad que no defrauda nunca y es la amistad con Jesucristo, y que allí se encuentra la solución para todas las penas del alma. Este libro segundo de la Imitación enseña cómo hay que comportarse en las tribulaciones y sufrimientos. Emplea mucho el nombre de Jesús indicando el afecto muy vivo y profundo que siente hacia el Redentor y que desea sientan sus lectores también.

Cuando redacta el Libro Tercero ya ha subido mas alto en espiritualidad. Aquí ya a Cristo lo llama El Señor. Se ha dado cuenta que la santidad no depende solamente de nuestros esfuerzos sino sobre todo de la ayuda de Dios. Ha crecido en humildad y exclama: "Cayeron los que eran como cedros del Líbano, y yo miserable ¿qué podré esperar de mis solas fuerzas?". Ahora ya no piensa en la muerte como algo miedoso, sino como una liberación del alma para ir a una Patria feliz.

El libro cuarto de la Imitación está dedicado a la Eucaristía y es uno de los más bellos tratados que se han escrito acerca del Santísimo Sacramento. Millones de personas en todos los continentes han leído este librito para prepararse o dar gracias cuando comulgan.

¿Un iluminado?
Muchos autores han pensado que probablemente Tomás de Kempis recibió del cielo luces muy especiales al escribir La Imitación de Cristo. De otra manera no se podría explicar el éxito mundial que este librito ha tenido por más de cinco siglos, en todas las clases sociales.

Otro secreto de su triunfo
Puede ser el que Kempis ha logrado comprender sumamente bien la persona humana con sus miserias y sus sublimes posibilidades, con sus inquietudes y su inmensa necesidad de tener un amor que llene totalmente sus aspiraciones.

Este libro está hecho para personas que quieran sostener una lucha diaria y sin contemplaciones contra el amor propio y el deseo de sensualidad que se opone diametralmente al amor de Dios y a la paz del alma. Está redactado para quienes quieran independizarse de lo temporal y pasajero y dedicarse a conseguir lo eterno e inmortal.

San Ignacio, San Juan Bosco, Juan XXIII, el presidente mártir, García Moreno y muchísimos más, han leído una página de la Imitación cada día. ¿La leeremos también nosotros? La mejor traducción actual es la que hizo el Apostolado Bíblico Católico, muy actualizada, toda con frases de la Santa Biblia. No dejemos de conseguirla y leerla.

Autor de La Imitación de Cristo,
30 de Agosto 1471

 
Jesús es bajado de la CruzLa fama mundial de Tomás de Kempis se debe a que él escribió La Imitación de Cristo: el libro que más ediciones ha tenido, después de la Biblia. Este precioso librito es llamado "el consentido de los libros" porque se ha sacado en las ediciones de bolsillo más hermosas y lujosas, ha tenido ya más de 3,100 ediciones en los más diversos idiomas del mundo. Su primera edición salió en 1472, 20 años antes del descubrimiento de América (un año después de la muerte del autor), y durante más de 500 años ha tenido unas 6 ediciones cada año. Caso raro y excepcional.
Tomás nació en Kempis, cerca de Colonia, en Alemania, en el año 1380. Era un hombre sumamente humilde, que pasó su larga vida (90 años) entre el estudio, la oración y las obras de caridad, dedicando gran parte de su tiempo a la dirección espiritual de personas que necesitaban de sus consejos.
Empezar por uno mismo.
En ese tiempo muchísimas personas deseaban que la Iglesia Católica se reformara y se volviera más fervorosa y más santa, pero pocos se dedicaron a reformase ellos mismos y a volverse mejores. Tomás de Kempis se dió cuenta de que el primer paso que hay que dar para obtener que la Iglesia se vuelva más santa, es esforzarse uno mismo por volverse mejor. Y que si cada uno se reforma a sí mismo, toda la Iglesia se va reformando poco a poco.
Una asociación muy útil.
Kempis se reunió con un grupo de amigos en una asociación piadosa llamada "Hermanos de la Vida Común", y allí se dedicaron a practicar un modo de vivir que llamaban "Devoción moderna" y que consistía en emplear largos ratos de oración, la meditación, la lectura de libros piadosos y en recibir y dar dirección espiritual, y dedicarse cada uno después con la mayor exactitud que le fuera posible a cumplir cada día los deberes de su propia profesión. Los que pertenecían a esta asociación hacían progresos muy notorios y rápidos en santidad y la gente los admiraba y los quería.
Un ascenso difícil.
Tomás tiene muchos deseos de ser sacerdote, pero en sus primeros 30 años no lo logra porque sus tentaciones son muy fuertes y frecuentes y teme que después no logre ser fiel a su voto de castidad. Pero al fin entra a una asociación de canónigos (en Windesheim) y allí en la tranquilidad de la vida retirada del mundo logra la paz de su espíritu y es ordenado sacerdote en el año 1414. Desde entonces se dedica por completo a dar dirección espiritual, a leer libros piadosos y a consolar almas atribuladas y desconsoladas. Es muy incomprendido muchas veces y sufre la desilusión de constatar que muchas amistades fallan en la vida (menos la amistad de Cristo) y va ascendiendo poco a poco, aunque con mucha dificultad, a una gran santidad.
Oficios delicados.
Dos veces fue superior de la comunidad de canónigos en su ciudad. Bastante tiempo estuvo encargado de la formación de los novicios. Después lo nombraron ecónomo pero al poco tiempo lo destituyeron porque su inclinación a la vida espiritual muy elevada no lo hacía nada apto para dedicarse a comerciar y a administrar dineros y posesiones. Su alma va pasando por períodos de mucha paz y de angustias y tristezas espirituales, y todo esto lo irá narrando después en su libro portentoso.
El libro que lo hizo famoso.
En sus ratos libres, Tomás de Kempis fue escribiendo un libro que lo iba a hacer célebre en todo el mundo: La Imitación de Cristo. De esta obra dijo un autor: "Es el más hermoso libro salido de la mano de un hombre" (Dicen que Kempis pidió a Dios permanecer ignorado y no conocido. Por eso la publicación de su libro sólo se hizo al año siguiente de su muerte). No lo escribió todo de una vez, sino poco a poco, durante muchos años, a medida que su espíritu se iba volviendo más sabio y su santidad y su experiencia iban aumentando. Lo distribuyó en cuatro pequeños libritos. Entre la redacción de un libro y la siguiente pasaron unos cuantos años.
El libro Primero de la Imitación de Cristo narra cómo es la lucha activa que hay que librar para convertirse y reformarse y los obstáculos que se le presentan a quiénes desean ser santos, entre los cuales está como principal: ser "la sirena" de este mundo, o sea la atracción, el deseo de darle gusto al propio egoísmo y de obtener honores, famas, altos puestos, riquezas y gozos sensuales y vida fácil y cómoda. Este primer librito es como el retrato de lo que Tomás tuvo que sufrir hasta sus 30 años de las luchas y peligros que se le presentaron.
El libro segundo. Fue escrito por Kempis después de haber sufrido muchas tribulaciones, contradicciones, humillaciones y desengaños, especialmente en el orden afectivo. Destituido del cargo de ecónomo, abandonado por amigos que se había imaginado le iban a ser fieles; es entonces cuando descubre que hay una amistad que no defrauda nunca y es la amistad con Jesucristo, y que allí se encuentra la solución para todas las penas del alma. Este libro segundo de la Imitación enseña cómo hay que comportarse en las tribulaciones y sufrimientos. Emplea mucho el nombre de Jesús indicando el afecto muy vivo y profundo que siente hacia el Redentor y que desea sientan sus lectores también.
Cuando redacta el Libro Tercero ya ha subido mas alto en espiritualidad. Aquí ya a Cristo lo llama El Señor. Se ha dado cuenta que la santidad no depende solamente de nuestros esfuerzos sino sobre todo de la ayuda de Dios. Ha crecido en humildad y exclama: "Cayeron los que eran como cedros del Líbano, y yo miserable ¿qué podré esperar de mis solas fuerzas?". Ahora ya no piensa en la muerte como algo miedoso, sino como una liberación del alma para ir a una Patria feliz.
El libro cuarto de la Imitación está dedicado a la Eucaristía y es uno de los más bellos tratados que se han escrito acerca del Santísimo Sacramento. Millones de personas en todos los continentes han leído este librito para prepararse o dar gracias cuando comulgan.
¿Un iluminado?
Muchos autores han pensado que probablemente Tomás de Kempis recibió del cielo luces muy especiales al escribir La Imitación de Cristo. De otra manera no se podría explicar el éxito mundial que este librito ha tenido por más de cinco siglos, en todas las clases sociales.
Otro secreto de su triunfo
Puede ser el que Kempis ha logrado comprender sumamente bien la persona humana con sus miserias y sus sublimes posibilidades, con sus inquietudes y su inmensa necesidad de tener un amor que llene totalmente sus aspiraciones.
Este libro está hecho para personas que quieran sostener una lucha diaria y sin contemplaciones contra el amor propio y el deseo de sensualidad que se opone diametralmente al amor de Dios y a la paz del alma. Está redactado para quienes quieran independizarse de lo temporal y pasajero y dedicarse a conseguir lo eterno e inmortal.
San Ignacio, San Juan Bosco, Juan XXIII, el presidente mártir, García Moreno y muchísimos más, han leído una página de la Imitación cada día. ¿La leeremos también nosotros? La mejor traducción actual es la que hizo el Apostolado Bíblico Católico, muy actualizada, toda con frases de la Santa Biblia. No dejemos de conseguirla y leerla.

Tomás de Kempis

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Tomás de Kempis, O.S.A.
Thomas-von-Kempen.jpg
Religioso
Nombre Thomas Hemerken
Nacimiento 1380
Black St George's Cross.svg Kempen, Arzobispado de Colonia
Fallecimiento 30 de agosto de 14711
Flag of the Low Countries.svg Zwolle, Países Bajos
Venerado en Iglesia católica
Comunión anglicana
Festividad 30 de agosto
Beato Tomás de Kempis O.S.A. (Kempen, 1380 - Zwolle, 30 de agosto de 1471) fue un Fraile católico renacentista del siglo XV y el autor de la Imitación de Cristo, uno de los más conocidos libros de devoción cristiana redactado a propósito de la formación de los monjes y de los frailes, pero que ha sido valorado como la lectura espiritual católica más popular y más leida por todos los miembros de la Iglesia. Si bien su autoría fue ampliamente contestada por autores posteriores, en la actualidad se tiene como histórica su atribución. La Iglesia Católica en especial venera su nombre como "beato" y otros grandes personajes de la espiritualidad cristiana le han dado significativa importancia como Teresita de Lisieux, Bossuet, Juan Bosco, entre otros. La Iglesia anglicana lo considera santo.

Vida

Tomás, cuyo nombre era Thomas Hemerken, Thomas Hämerken o Thomas van Kempen, nació en la ciudad de Kempen, al noroeste de Colonia, Alemania en 1380 y murió en Zwolle, al noreste de Ámsterdam en 1471. Hijo de artesanos, su apellido paterno era Hemerken o Hämmerlein, que en inglés es "little hammer" y en castellano "pequeño martillo". Su hermano mayor, John, fue enviado por sus padres a estudiar a la ciudad holandesa de Deventer cuando tenía doce años. En 1395 sería su turno y el muchacho, que esperaba encontrar en Deventer a su hermano mayor, descubrió con sorpresa que John se había unido a la orden monacal de los Agustinos. Comenzó entonces sus estudios a los 13 años en un centro dirigido por una asociación conocida como los Hermanos de la Vida Común que practicaban lo que conocían como la "devoción moderna".2 Llegó a ser un experto copista, una de las profesiones de la época previas a la proliferación de la imprenta y en general del dominio de los monjes, con lo que pudo sostenerse económicamente. La convivencia con la Asociación de los Hermanos de la Vida Común, hicieron que Tomás siguiera los pasos de su hermano John hacia la vida religiosa y de esta manera pidió ingresar en el Convento Agustino de Monte Santa Inés (Agnettenberg) cerca de Zwolle. En aquel lugar su hermano era ya el prior. Aunque fue acogido por la comunidad, no se le permitió ir a Monte Santa Inés como esperaba, sino que se le pidió permanecer un tiempo más en Deventer para terminar sus estudios. Deventer era por entonces el centro más importante de espiritualidad en Holanda y, según Vincent Scully, foco y centro del revivir del fervor cristiano en los Países Bajos del siglo XIV a la manera de "los primeros cristianos de Jerusalén y Antioquía".3 Tomás estaría en dicha ciudad por siete años, tiempo en el cual terminó sus estudios de humanidades.

Vida religiosa

En Deventer, Tomás no sólo terminó sus estudios de humanidades, sino que adquirió perfil como autor de grandes obras de devoción y espiritualidad cristiana. Tras breve período en tal menester pidió a sus superiores unirse al Convento de Agnettenberg, en Windesheim, donde estaba su hermano. Dicho convento, que albergaría la rama clerical del movimiento conocido como Hermanos de la Vida Común, estaba aún a medio edificar al llegar Tomás. Al encargársele la finalización, los trabajos requirieron algunos años y, asimismo, el aplazamiento de su período de noviciado hasta 1406. Las obras del convento, ampliamente documentadas, fueron la única razón del retraso, y no como algunos sugieren --para objetar la autoría de sus obras-- que Kempis fuera hombre de poca inteligencia. Antes bien, mereció ser ordenado sacerdote en 1413 y sub-prior en 1429. El Convento experimentó un período de dificultades debido al rechazo papal de la elección de Rudolph von Diepholt como obispo de Utrecht; en tal ocasión, los monjes fueron desterrados de Agnetenberg entre 1429 y 1432.4
Pero en general la vida de Tomás transcurría plácidamente entre sus ejercicios de ascesis y sus escritos devocionales, sus lecturas y su actividad como copista. Copió la Biblia cuatro veces, una de ellas en cinco volúmenes que se conservan en Darmstadt. En su sabia enseñanza abundan las citas bíblicas y patrísticas. Su dedicación a la enseñanza de novicios y jóvenes influye en el estilo sencillo y pedagógico de su obra, por tanto siempre actual.

Obra

Los monjes copistas medioevales eran las "editoriales" de entonces. Tomás de Kempis fue uno de estos hombres que dedicó su vida a elaborar volúmenes de las obras más importantes. El sólo hizo cuatro copias de la Biblia.
Tomás pertenece a esa escuela mística que se difunde especialmente en el norte de Europa, de Suiza a Holanda. Fue un seguidor de Geert Groote y Florentius Radewijns, fundadores de los Hermanos de la Vida Común. Sus escritos son de carácter devocional e incluyen meditaciones, cartas, sermones, así como una Vida de Santa Ludvina para ejemplo de virtud en la adversidad. Escribió asimismo las biografías de Groote, Radewijns y nueve de sus compañeros. Todas sus obras, en especial la Imitatio Christi, están inspiradas por el espíritu ascético y místico que le inspira el amor a Cristo.

Pensamiento

Monumento en Monte Santa Inés en Zwolle.
He aquí algunas de las sentencias a él atribuídas:
  • "In omnibus requiem quaesivi, et nusquam inveni nisi in angulo cum libro"
(Por doquiera busqué la paz, sin hallarla más que en un rincón y con un libro).4
  • "Seguramente que el día del juicio no se nos va a preguntar qué noticias curiosas leímos, sino qué obras buenas hicimos".5
  • "Pero si en todo buscas a Jesús, de seguro hallarás a Jesús".6

Libros

  • La Imitación de Cristo.
  • Verdadera Sapienza (Vera Sapentia).
  • Sermones a los Novicios Regulares, publicado en Londres, 1907.
  • Oraciones y Meditaciones sobre la Vida de Cristo, Publicado en Londres 1904.
  • La Encarnación y Vida de Nuestro Señor Jesucristo, Publicado en Londes 1907.
  • Vida de Santa Lydwine, Virgen (Tomás fue el editor de la obra).

Causa de Beatificación

Existen suficientes testimonios históricos de la vida espiritual de Tomás de Kempis que lo pusieron siempre como candidato a ser beatificado por parte de la Iglesia Católica. La beatificación es la declaración oficial que hace el Papa sobre las virtudes cristianas excelentes de un cristiano. Sus restos fueron trasladados del Claustro de Agnettenberg, destruido durante la Reforma Protestante, a la Iglesia de San Miguel en Zwolle en donde permanecen en la actualidad. El obispo de Colonia, Maximiliano Hendriken, fue el primero en interesarse en la causa de beatificación del monje agustino, pero con el paso de los siglos la causa cayó en el silencio. En la actualidad, en la Iglesia Católica, su nombre es conocido como Beato Tomás de Kempis, escritor y su recuerdo se celebra el 30 de agosto.
El relicario con las reliquias de Tomás de Kempis en cuya iglesia hay escrito: HONORI, NON MEMORIAE THOMAE KEMPENSIS, CUJUS NOMEN PERENNIUS QUAM MONUMENTUM7
[cita requerida]

La Imitación de Cristo

Según muchas fuentes, la obra principal de Tomás de Kempis, la Imitación de Cristo, ha sido el libro católico más editado del mundo después de la Biblia.8 Fue escrito durante todo el tiempo de su vida y es muy posible que haya sido el material con el cual el autor enseñaba a sus jóvenes pupilos en Monte Santa Inés. La obra se divide en cuatro libros, así:
  • Libro I: Consejos útiles para la vida espiritual.
  • Libro II: Exhortaciones a vivir vida interior.
  • Libro III: De la consolación interior.
  • Libro IV: Del Sacramento del Altar.
Sin embargo, la autoría del libro fue discutida por siglos. Si Tomás de Kempis escribía para sus pupilos, es probable que no estuviese interesado en publicarlo. Estos serían tan solo sus "apuntes de clase". La primera publicación real del libro tuvo lugar en 1418 y apareció en forma anónima.4 Desde ese momento adquirió una gran popularidad que los siglos no menguarían. En las innumerables copias que comenzaron a hacerse, se pusieron fortuitamente autores diversos, todos personajes de gran talla espiritual, incluido su hermano.

Polémica por la autoría

Pero la obra tendría que luchar por siglos a causa de su autor. Dos siglos después de la muerte de Tomás y aunque su nombre había vencido las suposiciones autoriales de los copistas, un grupo de intelectuales puso en duda su autoría y se propusieron otros nombres de la época. Acaso un hombre de virtudes tan humildes, silencioso en su trato, desinteresado de las cosas del mundo, no podía ser concebido como el cerebro de una obra de las proporciones de la Imitación de Cristo. La obra misma lo dice: "No son los discursos profundos los que santifican a una persona, sino la vida virtuosa"9 y más adelante: "Con lo cual debe estar tan contento y alegre, que con tanto gusto quiere ser el más pequeño como otro quisiera ser el más grande, y ocupar el último lugar tan satisfecho y tranquilo como si el primero ocupase, y con tanto gusto ser despreciable y humilde, sin fama alguna ni renombre, como si fuese el más grande y famoso del mundo".10 Del autor de semejantes pensamientos no se podía entonces esperar a uno que pusiera o se preocupara de poner su nombre en letras de oro. No era todavía la edad del Derecho de Autor. La polémica atrajo estudiosos de todo tipo que trataron de resolver la incógnita sobre el misterioso autor. Las conclusiones del Siglo XX, los análisis del estilo literario y algunas pruebas, dieron como resultado que la mayor de las probabilidades apuntan a Tomás de Kempis como autor de la Imitación de Cristo. Según las observaciones de V. Scully11 en defensa de la autoría de Kempis se encuentran las siguientes pruebas:
  • Varias personalidades de la época atestiguan que el libro es suyo, especialmente frailes de su mismo Convento de Monte Santa Inés.
  • Se tiene un códice de 1441 firmado por Kempis y que se conserva en la Biblioteca Real de Bruselas.
  • La identidad de estilo, según argumenta Sir Francis Cruise.12 En este sentido, el estudioso hizo una comparación con las demás obras de Kempis y no encontró ningún elemento disonante, es decir, las obras son completamente hermanas, hijas de un mismo autor.
  • La obra corresponde auténticamente al ambiente místico del Convento de Monte Santa Inés sobre Winddesheim.
  • Las fuentes a las que recurre la Imitación de Cristo son la Biblia y los Padres de la Iglesia, fuentes preferidas por Tomás de Kempis.

Pensadores formados en la escuela de "La imitación de Cristo"

  • Teresita de Lisieux: Entre los más ilustres pensadores que se consideran alumnos de "La imitación de Cristo" se encuentra Teresita de Lisieux, "Doctora de la Iglesia" según la perspectiva católica y mística carmelita francesa. La composición literaria del monje agustino es de hecho pieza clave para comprender plenamente la figura de la monja carmelita. Fue sobre este texto medioeval que se desarrolló la primera formación de ella antes de que esta entrara en un contacto directo con la mística de Teresa de Ávila y Juan de la Cruz. Teresita era ya asidua lectora del devocionario desde su adolescencia y conocía de memoria varios pasajes del mismo.
  • Bossuet: Bossuet definía el libro como el "quinto evangelio" para indicar la importancia que el intelectual y predicador francés le daba dentro del conjunto de la literatura cristiana.
  • El mismo Voltaire, no creyente, reconocía los méritos singulares de la obra que se impuso en los siglos como una obra maestra de la literatura ascética.
  • El libro ha sido apreciado por diferentes pontífices, entre ellos el más destacado fue el Papa Juan XXIII que inspiraba sus decisiones y palabras en la asidua lectura del libro.
  • Juan Bosco: el santo de Turín estuvo bastante influenciado por el devocionario de Kempis y escribió de él:
    En mi juventud leí la "Imitación de Cristo" y me quedé admirado al darme cuenta de que este libro trae más enseñanzas en una sóla página que los libros vernáculos en varios vólumenes. A este precioso libro debo el haberle tomado gusto a la lectura de libros espirituales y el haber dejado de leer libros vernáculos13
El libro llegó a tal importancia dentro de la mística espiritual católica, que para muchos fue una especie de manual de consulta que guiaba las circunstancias que vivían.

Una respuesta al intelectualismo medioeval

En general, la obra de Kempis aparece como respuesta al espíritu intelectualista de su época y al misticismo como una opción. De esta manera, Kempis subraya la perfección evangélica y presenta a Jesucristo como el único modelo de auténtico conocimiento:
"No podemos confiarnos mucho en nosotros mismos porque frecuentemente nos faltan el buen juicio y la gracia14
El anti-intelectualismo medieval toma como modelo la figura del rey Salomón, quien habla de la "vanidad de vanidades" (hebel hebalim)15 y que presenta el conocimiento auténtico como el temor al Creador.16 Por tanto, toda ciencia que no se funde en la contemplación de lo divino es vista como vanidad, entendida ésta como en confiar en las cosas del mundo:
"Quien se apega a las criaturas se marchitará juntamente con ellas, porque la criatura es efímera y quebradiza."17 ".
Obviamente, Kempis escribió exclusivamente para monjes de vida contemplativa; es decir, dentro del contexto del monaquismo, algo que debe tener en cuenta todo análisis actual. Su postura medieval anti-intelectualista haría que los críticos del racionalismo lo acusaran de oscurantismo y apología de la ignorancia.

Enlaces externos

Notas

  1. segun EWTN.com
  2. Del prólogo a la Imitación de Cristo del Apostolado Bíblico Católico, p. 8
  3. Enciclopedia Católica, entrada "Tomás de Kempis".
  4. a b c Idem, V. Scully, EC
  5. La Imitación de Cristo, Libro I, Cap. III, No. 5b
  6. La Imitación de Cristo, Libro II, Cap. VII, No. 3b)
  7. "Al honor, no a la memoria de Tomás de Kempis, cuyo nombre es más durable que cualquier monumento", inscripción en el monumento dedicado a Kempis en la iglesia de San Miguel en Zwolle
  8. Eliecer Sálesman, Prólogo a la edición "Imitación de Cristo", p. 5
  9. Imitación de Cristo, Libro I, Cap. I, No. 3b
  10. Idem, Libro II, Cap. XXII, No. 5b
  11. En su artículo sobre T. de Kempis en la Enciclopedia Católica.
  12. Citado por V. Scully.
  13. Memoria biográficas de San Juan Bosco, Tomo I, p.36
  14. "Imitación de Cristo, Libro I, Cap. V, p. 127, No. 1
  15. Eclesiastés 1, 2.
  16. Proverbios 1, 7: "El temor del Señor es el principio de la sabiduría."
  17. Imitación de Cristo, Libro II, Cap. VII, p. 135.

Bibliografía

  • La Imitación de Cristo, Tomás de Kempis. Edición traducida y enriquecida con citas bíblicas por el P. Eliécer Sálesman, 3102a. edición. Ed. Apostolado Bíblico Católico, Bogotá DC, 1987.
  • Tomás de Kempis, artículo de Vincent Scully, transcrito por Marie Jutras, traducido por Oscar Olague. Enciclopedia Católica, Nueva York, 1999.
El Kempis fue y es, un libro de espiritualidad completamente actual, escrito lo más probablemente, por el beato Tomás Hemerken de Kempis O.S.A. Digo probablemente pues la autoría de este libro de meditación fue puesta en duda, atribuyéndosele a otros autores la titularidad de este libro. Hoy en día estas hipótesis están prácticamente desechadas y el libro se le tiene escrito, por el beato Tomás de Kempis, el cual, escribió otros libros además célebre libro “Imitación de Cristo”. Tomás Hemerken de Kempis, nació en la ciudad de Kempen ciudad situada al noroeste de Colonia (Alemania) en 1380 y falleció en Zwollen ciudad situada al noreste de Amsterdam en 1471. Tras diversas vicisitudes ingresó en la orden de San Agustín, la misma en la que años más tarde ingresaría Martin Lutero, y en los conventos de esta orden, transcurrió su vida .

El libro la “Imitación de Cristo”, que también es conocido este libro, con el nombre de “Kempis”. Es la obra principal de Tomás de Kempis, y ha sido el libro católico más editado del mundo después de la Biblia El beato Tomás de Kempis, a lo largo de su vida realizó funciones docentes, y es muy posible que el contenido de este libro, haya sido el material con el cual, el autor enseñaba a sus jóvenes pupilos en Monte Santa Inés. La primera publicación real del libro tuvo lugar en 1418 y apareció en forma anónima. Como quiera que la imprenta fuera un invento de Johannes Gutenberg que apareció, aproximadamente unos veintidós años más tarde en 1440, la primera distribución del “Kempis” fue muy escasa ya que se realizó por medio de copias.

La obra se divide en cuatro libros.
El libro I, se titula: Consejos útiles para la vida espiritual.
          El libro II, se titula: Exhortaciones a vivir vida interior.
          El libro III, se titula: De la consolación interior.
          El libro IV, se titula: Del Sacramento del Altar.

Los cuatro libros en su redacción, están estructurados en cortos párrafos que expresan un pensamiento, que nos induce a la meditación. Modernamente esta es la estructura y finalidad de otro conocido libro, titulado “Camino”, escrito por San Josemaría de Escrivá. La obra de otros autores a los que a continuación nos vamos a referir, carecen de esta estructura tan peculiar de exposición de los pensamientos espirituales del autor.

En la historia de la espiritualidad, y dentro del acervo de lectura espiritual, que existía en Europa y concretamente en España, desde el medioevo hasta, los principios de la edad moderna; indudablemente la “Imitación de Cristo”, era y sigue siendo el libro que descuella sobre todos los demás, pero existían también, otros tres importantes libros más, amén de las dos obras cumbre de la espiritualidad de aquella época, cuales son los libros de Santa Teresa de Jesús y los de San Juan de la Cruz que cronológicamente se encuentra al final de esta época de oro de la espiritualidad católica, que se cierra con el Concilio de Letrán. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz fueron, los escritores místicos más conocidos e importantes de la Iglesia católica y florecieron en el s. XIV. Pero no es aquí donde vamos a ocuparnos de ellos.

De los tres escritores a los que antes hemos mencionado, el primero por orden cronólogico fue: “Rusbroquio”, nombre españolizado de este autor flamenco, llamado Jan Van Ruusbroec que nació cerca de Bruselas en 1293 ó 94. Fue ordenado sacerdote a los veinticuatro años en 1317. El periodo más fecundo de su vida espiritual, se inicia en 1349 cuando en unión de unos discípulos forman una congregación y finaliza este periodo de fecundidad de su vida espiritual y mística con su muerte en 1381 con unos 88 años de edad. En este periodo final de su vida, su fama de santo y hombre místico se extendió por todo el norte de Europa. Después de su muerte fue beatificado tardíamente por San Pío X en 1908. Su obra se comprende en varios libros y siguiendo los planteamientos del Pseudo-Areopagita, Rusbroquio, divide el camino de la vida interior del hombre en tres escalones que los llama: Unión del corazón, que corresponde a la vida activa; unión del espíritu que corresponde a la vida espiritual y por último la vida trinitaria, que corresponde a la vida contemplativa. San Juan de la Cruz, y muchos escritores españoles de los siglos XVI y XVII se sirvieron ampliamente de este místico flamenco.

El Segundo autor espiritual, Luis de Blois, en español “Blosio”, también era flamenco, aunque en este caso también era español, pues los Países bajos pertenecían a la corona española de Carlos I de España, y V de Alemania. Nació este autor en 1506 cerca de Lieja. De familia aristocrática fue paje en la corte de Carlos I de España, antes de ingresar en la abadía benedictina de Saint Lambert. En el transcurso de su vida monástica, escribió varios libros, pero el más conocido fue su “Guía espiritual” escrita en 1551. Sus obras se extendieron por todos los países católicos, en España fueron pronto conocidas sus obras, por una traducción que realizó Gregorio de Alfaro, monje de Oña. Fray Luis de Granada las aprovechó en sus primeras obras.

El tercer autor es italiano, se llamaba Lorenzo Scupoli, nacido en Otranto (Apulia) en 1530 y con ochenta años en 1610 falleció en Nápoles. Obsérvese las vidas tan longevas, que el Señor dispuso para todos estas personas, que con su pluma sirvieron a su Creador, máxime teniendo en cuanta lo reducida que era en aquellos tiempos la esperanza de vida. Lorenzo Scupoli ingresó en la orden de los Teatinos. La obra principal de este autor se titula “Combate espiritual”, publicado por primera vez de Venecia en 1589, tuvo una rápida difusión, alcanzando esta inclusive a la Iglesia ortodoxa. El libro es un manual práctico para vivir auténticamente la vida cristiana, aconsejando la lucha continua contra los anhelos egoístas y el de reemplazarlos con sacrificio y caridad. Aquel que no hace esto, pierde el combate y sufre en el Infierno; mientras aquel que sí lo hace, confiando no en sí mismo sino en el poder de Dios, triunfa y es feliz en el Cielo.

Pero volviendo al Kempis, es este el libro por excelencia y antonomasia más conocido y leído y no ya en épocas pretéritas sino en la actualidad, pues el libro no ha perdido un ápice de lozanía. En su escritura Tomás de Kempis utiliza como fuentes recurrentes: la  Biblia y los Padres de la Iglesia, con carácter único. Tomás de Kempis no acude a otra fuente conocida alguna, su conocimiento de la Biblia debería de ser exhaustivo, si tenemos en cuenta que en uno de sus trabajos era copista, llegó a copiar la Biblia entera cuatro veces.

Son varios los santos y pensadores católicos formados en la lectura del Kempis, entre otros podemos citar a tres doctores de la Iglesia, cuales son. Santa Teresa de Jesus, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Lisieux. Además de los señalados, tenemos al conocido y famoso clérigo predicador francés Jacques Benigne Bossuet, que definía el Kempis como el “quinto evangelio”. Hoy en día también se emplea esta expresión de “quinto evangelio”, para referirse a Tierra Santa. Resulta curioso que hasta el descreído Voltaire hiciese elogios de este libro, reconociendo en él libro méritos singulares. San Juan Bosco, fundador de los Salesianos, bastante influenciado por el Kempis y escribió de él: “En mi juventud leí la "Imitación de Cristo" y me quedé admirado al darme cuenta de que este libro trae más enseñanzas en una sola página que los libros vernáculos en varios volúmenes. A este precioso libro debo el haberle tomado gusto a la lectura de libros espirituales y el haber dejado de leer libros vernáculos”. Modernamente el Kempis ha sido apreciado por los actuales pontífices. Así Juan XXIII, parece ser que se inspiraba sus palabras en la lectura del libro.

Tomás Kempis. Dominio públicoTomás Kempis
Sacerdote, escritor místico
Siglo XV
Padre Jordi Rivero
Autor de La Imitación de Cristo, libro clásico de espiritualidad repleto de sabias enseñanzas y consejos.

Nacido en Kempen, Diocesis de Colonia, Alemania, 1379 o 1380; murió el 25 de Julio de 1471 en Holanda.

Nombre de familia: Thomas Hemerken (pequeño martillo)
A la edad de 13 años Tomás fue a Deventer para entrar en la comunidad de los Hermanos de la Vida Común fundada por el Diácono Gerardo Groote, inspirado predicador que suscitó un avivamiento espiritual en los países bajos. En esta experiencia se manifestaba el fervor de los cristianos del primer siglo en Jerusalén y Antioquia. La comunidad era una fundación laica con una rama de sacerdotes. Aunque no tomaban votos, vivían en pobreza, castidad y obediencia en la medida que fuese posible según el estado de vida. Algunos vivían en sus casas y otros en comunidad. Tenían un fondo común en el que depositaban todas sus ganancias. La ambición de todos era imitar la vida y las virtudes de los primeros cristianos, especialmente en el amor a Dios y al prójimo, en sencillez, humildad y devoción.
Ya su hermano mayor era miembro de la comunidad y lo recibió con gran amor. Florentius Radewyn era el general de la comunidad. Fue maestro espiritual y gran influencia en la vida del joven Tomás.

Kempis vivió como hermano ejemplar de la comunidad por 72 años. Se dedicaba a transcribir manuscritos. Copió los manuscritos de los Padres, especialmente San Bernardo, un Misal para la comunidad y la Biblia completa en cuatro grandes volúmenes.
Ordenado sacerdote en 1413, después de haber tenido que esperar por años dado a la pobreza de su comunidad de Canónigos Regulares. El escribió las crónicas del priorato ("The Chronicle of the Canons Regular of Mount St. Agnes", London, 1906). En ellas revela la santidad y sencillez de su hermanos. El prior era su hermanos de sangre, Juan Kempis.
Además de su gran obra La Imitación de Cristo, escribió muchas otras, entre ellas: "Oratio de elevatione mentis in Deum" y la "Vida de Lydwine, Virgen" (editor).
Sus restos están en la Iglesia de San Miguel en Zwolle (Holanda), en un magnífico monumento de 1897 en el que se lee: "Honori,non memoriae Thomae Kempensis, cujus nomen perennius quam monumentum"
(Al honor, no a la memoria de Tomás Kempis, cuyo nombre es mas permanente que ningún monumento).
La Imitación de Cristo
La obra de Tomás Kempis representa el misticismo de la escuela de Windesheim, de los Hermanos de la Vida Común. Esta repleto de citas de las Sagradas Escrituras y escritos de los Padres, especialmente de San Agustín y San Bernardo. Es una de muchas obras de Kempis.
La obra fue al principio publicada anónimamente (1418) y pronto se le atribuyó a diferentes personas. En 1441 Thomas completó y firmó un codex (Biblioteca real, Bruselas, 5855-61) que contiene los cuatro libros de la Imitación de Cristo y nueve obras menores.
En el curso de la historia han surgido controversias sobre la autoría de la Imitación de Cristo. Sin embargo varios testigos contemporáneos y el mismo estilo de la obra favorecen la autoría de Tomás Kempis. 
De la Imitación de Cristo:"Abandona el excesivo deseo de conocer; en el se encuentra mucha distracción. Hay muchas cosas que conocerlas es de poco o ningún beneficio para el alma."
"No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más."



 

DEL BAJO APRECIO DE SÍ MISMO


Autor: Beato Tomás de Kempis

Todos los hombres, naturalmente, desean saber; mas ¿qué aprovecha la ciencia, sin el temor de Dios? Por cierto, mejor es el rústico humilde que a Dios sirve, que el soberbio filósofo que, dejando de conocerse, considera el curso del cielo. El que bien se conoce, tienese por vil, y no se deleita en alabanzas humanas. Si yo supiera cuanto hay en el mundo y no estubiera en caridad, ¿Que me aprovecharia delante de Dios, que me juzgará según mis obras?
No tengas deseo demasiado de saber, porque en ello se halla grande estorbo y engaño. Los letrados gustan de ser vistos y tenidos por tales. Muchas cosas hay que, el saberlas, poco o nada aprovecha al alma; y muy loco es el que en otras cosas entiende, sino en las que tocan a la salvación. Las muchas palabras no hartan el alma; mas la buena vida le da refrigerio, y la pura, conciencia causa gran confianza en Dios.
Cuanto más y mejor entiendes, tanto más gravemente serás juzgado si no vivieres santamente. Por eso no te ensalces por alguna de las artes o ciencias; mas teme del conocimiento que de ella se te ha dado. Si te parece que sabes mucho y entiendes muy bien, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras. No quieras saber cosas altas (Ron., 11, 21); mas confiesa tu ignorancia. ¿Por qué te quieres tener en más que otro, hallándose muchos más doctos y sabios en la Ley que tú? Si quieres saber y aprender algo provechosamente, desea que no te conozcan ni te estimen.
EI verdadero conocimiento y desprecio de sí mismo es altísima y doctísima lección. Gran sabiduría y perfección es sentir siempre bien y grandes cosas de otros, y tenerse y reputarse en nada. Si vieres a alguno pecar públicamente o cometer culpas graves, no te debes juzgar por mejor, porque no sabes cuánto podrás perseverar en el bien. Todos somos flacos; mas tú a nadie tengas por más flaco que a ti.
IMITACIÓN DE CRISTO
Tomás de kempis
                

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