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Ceferino Giménez Malla, Beato |
Mártir
Martirologio Romano: En Barbastro, en España, beato Ceferino Giménez Malla,
mártir de raza gitana. Se dedicó a promover la paz
y la concordia entre su pueblo y los pueblos vecinos.
En la persecución ya citada, al ver a un sacerdote
arrastrado por las calles por las milicias populares y salir
en su defensa, le detuvieron y, finalmente, conducido al cementerio,
fue fusilado, con el rosario en sus manos, consumando así
su peregrinación por la tierra (1936).
Un día apareció en la fachada del Vaticano el cuadro
de un Santo del todo excepcional. Nunca se había visto
uno semejante. Y el Papa lo declaraba Beato, digno de
los altares y presentado a la veneración de los fieles
como ejemplo de vida cristiana...
Todos se decían al ver
sus estampas: - Pero, ¿quién es ese tratante de ganado,
agarrado al cordel de un caballo? Y la respuesta dejaba
perplejo a cualquiera: - Pues, eso: un hombre --gitano para más
señas, llamado Ceferino Jiménez, con el sobrenombre de Pelé-- que
no tuvo otro oficio que el de tratante de ganado,
que era analfabeto, que llevó siempre una vida honesta y
piadosa, y que al fin murió mártir al derramar su
sangre por Jesucristo.
¡Quién iba a decir que un gitano iba
a subir a los altares! Y es que la fama
del pueblo gitano, desparramado por toda Europa, es la de
un pueblo segregado, malquerido, inadaptado e inaceptado en la sociedad.
Porque, ya se sabe, el gitano es nómada, con mala
fama siempre. ¡Cuidado con fiarse de un gitano!... Eso, lo
que dice la gente. Por algo con Hitler paraban todos
en las cámaras de gas...
Pero viene ahora la autoridad suprema
de la Iglesia, nos pone la imagen de Pelé ante
los ojos, y nos dice todo lo contrario:
- Este
gitano, el hombre más honesto. Este gitano, un cristiano santo.
Este gitano, un mártir glorioso. Este gitano, un modelo para
todos... Pelé, el simpático gitano Pelé, ha de ser llamado
desde ahora el Beato Ceferino Jiménez.
Ceferino es español, nacido
en Cataluña, pero pasará su vida en Barbastro, donde morirá
por Jesucristo en 1936 bajo el dominio rojo, entre la
legión de los llamados Mártires de Barbastro.
Gitano de pura
raza, sus costumbres son siempre gitanas. Cristiano, porque sus padres
se cuidaron de bautizarlo. Pero a los dieciocho años se
casa sin más, y a la gitana, con Teresa, aunque
años después se casará muy santamente por la Iglesia. Vive
nómada, como buen gitano, por todos los pueblos de la
región catalano-aragonesa. Le gustan las fiestas, el baile, la música,
y gastarse de cuando en cuando algo de sus ahorrillos
en las corridas de los toros. No va a ninguna
escuela, y será siempre analfabeto. Pero es inteligente y muy
honesto. Al no tener hijos del matrimonio, adopta una sobrina
de Teresa y a la que tendrá siempre como hija
verdadera.
Tratante de caballos, mulos y burros, se muestra un
negociante experto. Se le ofrece una compra de ganado en
la vecina Francia, le sale redonda la operación, la repite
más de una vez, y Ceferino se convierte en un
hombre acomodado, que se puede comprar una casa en plena
ciudad de Barbastro. Puede vestir elegante, y Teresa lucir las
mejores mantillas, aretes y collares. Ceferino es incapaz de hacer
una trampa en el negocio. Y, sin embargo, un día
es denunciado por ladrón y apresado. Se le procesa, pero
un abogado, que conoce su honestidad, logra sacarlo de la
cárcel, y Ceferino se granjea todos los respetos al ser
reconocida su inocencia. El juez lo despidió del tribunal diciendo
seriamente: - Éste no es un ladrón. Éste es San
Ceferino González, Patrono de los gitanos. Lo curioso es que
el juez hablaba en serio y resultó profeta... En las
riñas y peleas de los gitanos, Ceferino es el que
sabe poner siempre la paz... Cuando enviuda a los sesenta años,
Ceferino acrecienta su piedad. Cada mañana asiste a la Misa
y recibe la Comunión en la Iglesia de los Misioneros
Claretianos, con los que un compartirá la gloria del martirio
y el honor de los altares. Nunca deja la Hora
Santa de los Jueves Eucarísticos en la misma iglesia. Es
también de los primeros en formar dentro de la Adoración
Nocturna instalada por el Obispo en la Iglesia Catedral. Ingresa
en la Orden Tercera de San Francisco, pertenece a las
Conferencias de San Vicente de Paúl y derrama su caridad
con los pobres.
Es analfabeto, pero se sabe de memoria
las historias de la Biblia y las narra a los
niños gitanos, a los que enseña también, con un candor
y piedad entrañables, a respetar los pajaritos y cuidar las
flores... Ya lo vemos: un hombre lleno de piedad con
Dios y un apóstol entre los de su raza gitana.
Al estallar la revolución marxista en Julio de 1936, y
cuando las cárceles rebosan de presos, Ceferino se enfrenta a
unos revolucionarios en plena calle porque están maltratando a un
sacerdote: - ¡Virgen Santísima! ¡Tantos hombres armados contra un sacerdote
indefenso! Lo detienen entonces a él, le registran los bolsillos y
le encuentran el rosario. ¡A la cárcel sin más!... Uno
de los jefes revolucionarios lo quiere salvar: - ¡Deja ese
rosario y esas tonterías con tus fa-natismos, y yo te
saco de aquí! - ¡Gracias! Pero yo moriré con mi
rosario... Y el día dos de agosto, a mitad de
la noche, era sacado de la cárcel con un grupo
de veinte presos más. Entre ellos, los tres Superiores del
Seminario Claretiano, cuya iglesia frecuentaba. Ceferino lanza por el camino
el grito de ¡Viva Cristo Rey!, el mismo grito con
que pocos días más tarde atronarán las calles los jóvenes
Misioneros Claretianos. Y gritando ¡Viva Cristo Rey! cayó bajo las
balas. Hoy, está en los altares, con el santo Obispo
Monseñor Asensio y con los 51 Beatos Misioneros Claretianos. Ceferino
Jiménez, el simpático Pelé, primer gitano con santidad reconocida por
la Iglesia. El que nos dice que hasta el hombre
más marginado de la sociedad puede ser un santo de
mucha categoría... .
Beatificado el4 de mayo de 1997, en Roma,
por S.S. Juan Pablo II
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Muy oportuno este texto que salienta la perfección espiritual del Gitano Ceferino Giménez Malla, y contribuye para que se conozca mejor su excelsa vida. Sería muy importante que este texto fuese leído en todas las escuelas para que así fuera aniquilada la maldad de tanta gente respeto a la gente gitana. Ladrones y asesinos los hay de todos los colores, de todas las naciones y pueblos, de todos los credos, jamás un Pueblo entero debe ser llamado de ladrón o de mala gente.
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