San Crispín de Viterbo | |
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Franciscano Capuchino | |
Nacimiento | 13 de noviembre de 1668 Viterbo |
Fallecimiento | 19 de mayo de 1750 Roma |
Venerado en | Iglesia Católica |
Beatificación | 7 de septiembre de 1806 por el Papa Pío VII |
Canonización | 20 de junio de 1982 por el Papa Juan Pablo II |
Festividad | 23 de mayo |
Su vida
Pietro Fioretti (en religión Crispín) nació el 13 de noviembre de 1668, en Viterbo, Italia. Hijo de padres obreros. Su madre, en su juventud, le inspira una gran devoción a la Virgen María. Cada vez que ella llevaba a su hijo a la iglesia, se detenían delante del altar de la Virgen y le decía « He aquí tu verdadera Madre »En su infancia, fue llevado a casa de su tío quien era zapatero. Con el poco dinero que ganaba, Cripín compraba flores para llevárselas a la Virgen.
A la edad de 25 años, veían alrededor de él a los Padres Capuchinos, tuvo el deseo de unírseles aun con su mala salud. Se integra a la Comunidad donde donde hace todas las tareas que le piden: cavar en el jardín, pedir limosna, tareas de cocinero, sanar a los enfermos, etc... en alegría y en un buen humor constantes. El hermano enfermero decía de él: « El Hermano Crispín no es un novicio, es un ángel. ».
Fue cocinero en el convento de Tolfa ; « Una cocina pobre en una cocina limpia » era su lema.
Durante 40 años, fue religioso limosnero para el convento de Orvieto; a quien pedía pan, le hablaba de Dios y de la Virgen María por la cual siempre tuvo una profunda devoción. Cabe mencionar que cuando se sometía a casos dolorosos o difíciles, respondía : « Déjenme hablar con mi Señora Madre (la mia Signora Madre), después regresa a verme... ».
Muere en Roma el 19 de mayo de 1750 dejando a sus contemporáneos el recuerdo de un santo hombre alegre, quien compartió su buen humor y testimonio de su fé sin límite ante sus hermanos, en cumplimiento de los más humildes designios.
Anécdotas de su vida (tradición)
- Su madre le había enseñado a poner toda su confianza en la Virgen María y de recurrir a Ella en toda circunstancia. Un día cuando está trepando un árbol con tres compañeros, una rama se rompe, y caen sobre las piedras. el pequeño Crispín lloró inmediatamente : « Santa Virgen María, ven en mi ayuda ! ». Sus amigos fueron gravemente heridos y Crispín se levanta sin un rasguño..
- En todos los conventos a donde le enviaban, Crispín adornaba para su uso un pequeño altar a María. Un día, había puesto dos bellas flores en él, las cuales fueron robadas por dos malandrines. Al día siguiente un religioso le da dos velas, Crispín las enciende y sale para ir a recolectar algunas verduras del jardín; el religioso que le había dado las velas las toma nuevamente y se esconde para ver como reaccionará Crispín. A su regreso, Crispín, no vio las velas y sollozando a María: « Como! Ayer las flores y hoy las velas! Oh mi Madre, Eres tan buena; pronto tomaremos a tu Hijo y Tu no dirás nada! ».
- Cuando se le reprendía por su exceso de trabajo, sonreía diciendo las palabras de San Felipe Neri: « El paraíso no se hizo para los cobardes ! ».
- Un día, una enfermedad contagiosa se extendío por el convento. Su superior le pide: « Quiere poner en riesgo su vida y sanar a sus hermanos » Crispín le respondió : « Querer ? Dejé a mi voluntad Viterbo cuando entre en los Capuchinos ». Se encargó de curar a sus hermanos y no fue alcanzado por la epidemia.
- Amaba ir a pedir limosna para la Comunidad y se llamaba a sí mismo El asno de los Capuchinos. Si, para demostrarlo, le insultaban él exclamaba: « Alabado sea Dios! Me tratan aquí como lo merezco »
A la Gloria de los Altares
- Beatificado el 7 de septiembre de 1806 por el Papa Pío VII
- Canonizado el 20 de junio de 1982 por el Papa Juan Pablo II.
Fiesta
El 23 de mayoFuentes
- P. Pie de Langogne, Le Saint joyeux ou la vie du Bienheureux Crispin de Viterbe, Éditions Charles Poussielgue - 1901
- Abbé L. Jaud, Vie des Saints pour tous les jours de l'année - Tours - Mame- 1950.
Hasta los 25 años estuvo en el taller de su tío zapatero.
El 22 de julio de 1693 vistió el hábito capuchino en .el convento de la Palanzana en Viterbo como hermano laico.
El 22 de julio de 1694 emitió la profesión de los votos.
Desde 1694 hasta el mes de abril de 1697 reside en el convento de Tolfa.
Va a Roma por unos meses en 1697.
Desde 1797 hasta abril de 1703 reside en Albano.
Desde 1703 hasta octubre de 1709 habita en el convento de Monterotondo.
Desde 1709 hasta enero de 1710 es hortelano en Orvieto.
Desde 1710 hasta la muerte (excepto algunos breves cambios) es limosnero en Orvieto.
En los últimos meses de 1715 pasa por Bassano.
Desde la mitad de mayo hasta el final de octubre de 1744 está en Roma.
El 13 de mayo de 1748 es ingresado en la enfermería de Roma.
Muere en Roma el 19 de mayo de 1750, durante el Año Santo, a las 14,30 h.
Debido a la fama de santidad, se instruyó el proceso informativo en Orvieto y Roma durante 1755-1757.
El 7 de septiembre de 1806 fue beatificado por el Papa Pío VII.
Juan Pablo II lo declara santo el 20 de junio de 1982 (el primer canonizado por este papa).
Me he alegrado al saber que abraza de corazón las máximas santísimas que nos ha dejado nuestro amoroso Señor en el santo Evangelio; ahí se encuentra el camino seguro y cierto para andar según su santísima voluntad y también la ayuda para meditar en la vida y pasión de Cristo, que es escuela segura para no errar y practicar las santas virtudes. Y procure por su parte, tanto cuanto pueda, estar alegre en el Señor.
(San Crispín de Viterbo)
Ver Video:
Liturgia franciscana:
19 de mayo,
san Crispín de Viterbo
19 de mayo
SAN CRISPÍN DE VITERBO,
RELIGIOSO, I ORDEN
OFM Cap: MO
SAN CRISPÍN DE VITERBO,
RELIGIOSO, I ORDEN
OFM Cap: MO
Nació en Viterbo el 13 de noviembre de
1668. El 22 de julio de 1693 vestía el hábito entre los Capuchinos.
Durante cuarenta años desempeñó el oficio de limosnero, en cuyo servicio
ofreció admirables ejemplos de amor a Dios, devoción ala Madrede Dios y
caridad hacia el prójimo. Murió en Roma el 19 de mayo de 1750. Lo
canonizó Juan Pablo II el 20 de junio de 1982.
Del Común de santos varones; para los religiosos.
Del Común de santos varones; para los religiosos.
Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURADe una carta de San Crispín de Viterbo a don José Smaghi, curial de San Blas
(Analecta O.F.M. Cap., 27 [1911], p. 22)
Obremos alegremente, dejando de lado la turbación
Me he alegrado al saber por la suya
amabilísima que Vuestra Excelencia abraza de corazón las máximas
santísimas que nos ha dejado nuestro amoroso Señor en el santo
Evangelio; ahí se encuentra el camino seguro y cierto para andar según
su santísima voluntad y también la ayuda para meditar en la vida y
pasión de Cristo, que es escuela segura para no errar y practicar las
santas virtudes.
Pero es necesario que Vuestra Excelencia
se anime mucho y tenga valor para desechar toda turbación y temor.
Porque esas cosas unas veces nacen de una indisposición natural, en
otras ocasiones son obra del diablo y alguna vez vienen de causas
externas. Pero de cualquier causa que provengan, Vuestra Excelencia vea
el modo de desecharlas, y recuerde aquello que dice el Espíritu Santo en
el Eclesiástico: Echa de ti la tristeza, que la tristeza perdió a muchos y no hay en ella utilidad.
Si usted piensa en su propia tristeza, no disminuye el mal que le
entristece, sino que aumenta la angustia. Por eso le exhorto a que se
apoye en nuestro amoroso Señor que dice: Sin mí no podéis hacer nada.
Y si bien nosotros somos incapaces de
hacer cosa buena, estamos sin embargo obligados a hacer cuanto podamos
por nuestra parte. Por ello, previendo Vuestra Excelencia que le turba
ir al confesonario o hacer cualquier otra cosa propia de su oficio para
gloria de Dios, no por eso debe dejar de ir, sino que ha de realizarlo
alegremente dejando de lado la turbación. Es más, procurando desechar
todo pensamiento turbador que pudiera asaltarle, decir: «Voy a hacer la
voluntad de Dios y voy por su amor»; y procure por su parte, tanto
cuanto pueda, estar alegre en el Señor y distraerse en cosas buenas y
santas cuando es asaltado por la melancolía. Yo no dejaré de
encomendarle de todo corazón al amoroso Señor y a nuestra Santísima
Madre para que le den gracia y fuerza y así pueda vencer todas estas
dificultades.
Pero esté seguro que su alma adelantará
mucho, porque el amoroso Jesús nos manda todos estos trabajos para
enriquecemos con mayor largueza con bienes celestiales. Nuestra vida,
amigo mío, como dice el Apóstol, es una continua batalla, pero es signo
de que estamos destinados por la misericordia de Dios a ser grandes
príncipes en su Reino. Le escribiré sólo alguna vez, porque estoy más
necesitado de ser instruido que de instruir. Por ello tome como maestro
amoroso a Jesús y a su Madre Santísima y conocerá su voluntad. Ruegue
por mí, pequeñuelo siervo, que le dejo en el corazón amoroso de Jesús y
de María.
RESPONSORIO
1P 4, 13; Sal 31, 11
R. Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, * Para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. (T.P. Aleluya.)
V. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. (T.P. Aleluya.)
La Oración como en Laudes.
R. Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, * Para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. (T.P. Aleluya.)
V. Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero. (T.P. Aleluya.)
La Oración como en Laudes.
Laudes
Benedictus, ant. La alegría del corazón es la vida del hombre, y el regocijo del varón, prolongación de sus días. (T.P. Aleluya.)
Oración
Oh Dios, que, por el camino de la
alegría, elevaste a la cima de la perfección evangélica a tu siervo
Crispín, concédenos, te rogamos, que por su ejemplo e intercesión
practiquemos continuamente la verdadera virtud a la que prometes la
bienaventurada paz en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Vísperas
Magníficat, ant. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. (T.P. Aleluya.)
San Crispín de Viterbo, religioso
fecha: 19 de mayo
n.: 1668 - †: 1750 - país: Italia
otras formas del nombre: Pietro Fioretti
canonización: B: Pío VII 7 sep 1806 - C: Juan Pablo II 20 jun 1982
n.: 1668 - †: 1750 - país: Italia
otras formas del nombre: Pietro Fioretti
canonización: B: Pío VII 7 sep 1806 - C: Juan Pablo II 20 jun 1982
En
Roma, san Crispín de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos
Menores Capuchinos, que mientras recorría los pueblos de las montañas
para mendigar limosna, enseñaba los rudimentos de la fe a los
campesinos.
oración:
Sonriente
san Crispín, ayúdanos a despojarnos del miedo a la alegría, destierra
en nosotros el opaco y grisáceo comportamiento y haz que entre los
cristianos estén bien vistas las carcajadas. Toda tristeza es indigna de
la Pascua eterna. Amén.
Crispín, en el bautismo llamado Pedro, nació en Viterbo de una modesta familia el 13 de noviembre de 1668, recibió de sus padres Ubaldo y Marcia Fioretti, una profunda educación cristiana. frecuentó los primeros años de la escuela y, aunque débil de constitución, se impuso pronto voluntarias penitencias y se dedicó al trabajo como aprendiz de zapatero. Deseoso de llevar una vida austera y consagrada a Dios, el 22 de julio de 1693 fue admitido en el noviciado en el convento de los Hermanos Menores Capuchinos de Palanzana, cerca de su ciudad natal. Hecha la profesión religiosa al año siguiente, fue destinado a ayudante de cocina en el convento de la Tolfa. Eligió el nombre de Crispín por el patrono de lso zapateros.
Su personalidad de asceta, su estilo de juglar del buen Dios y de nuestra Señora se manifestaron pronto, dondequiera fuese. Amante de la pobreza, dotado de un ánimo generoso y sensible a las manifestaciones de gozo, pleno de caridad y de preocupación fraterna por los pecadores, los pobres, los encarcelados, los niños abandonados, sabía ser útil y agradable en los diversos oficios: era al mismo tiempo hortelano, enfermero, cocinero y limosnero. Jovial por temperamento y por coherencia con el ideal franciscano, sabía hacer amar la virtud y consolar a los que sufrían: con edificante simplicidad entonaba canciones y construía altarcitos para honrar a nuestra Señora, su «Madre y Señora dulcísima», componía versos y recitaba poesías. A un cohermano que le reprochaba este modo de actuar como inconveniente a su estado, le respondió: «Yo soy el heraldo del gran Rey! Déjame cantar como cantaba San Francisco. Estos cantos producirán bien en el ánimo de quien escuche. Pero siempre con la ayuda de Dios y de su gran Madre».
Tenía un tacto especial para acercarse a los que sufrían, enfermos, y débiles, y a él se acercaba toda clase de personas para encomendarse a sus oraciones y pedirle consejo. Su ilimitada confianza en la Divina Providencia y su unión con Dios fueron a menudo premiadas con milagros y carismas. Lo buscaban para aconsejarse inclusive prelados, nobles y doctos, no cambiaba su actitud humilde y modesta. Después de jornadas de intenso trabajo se refugiaba siempre en la oración ante el Santísmo Sacramento o a los pies de la Virgen. Agotado por el cansancio y las penitencias pasó sus últimos años en Roma, en el convento de la Santísima Concepción, en la Vía Vittorio Véneto.
El cardenal Trèmouille, embajador del rey de Francia, gravemente enfermo, hizo llamar a sí al santo religioso, quien lo curó con sus oraciones. Mientras un día Clemente XIV escuchaba la misa en la iglesia de los Capuchinos, su camarero fue aquejado de gravísimos dolores, fenómeno que le sucedía con frecuencia y ningún médico había logrado remediarlo. Crispín lo condujo al altar de la Virgen y la curación fue instantánea.
A los 82 años de edad, el 19 de mayo de 1750 murió serenamente, tras lo cual llegó una turba de devotos deseosos de verlo y de tener alguna reliquia suya. Los milagros se multiplicaron. Fue beatificado en 1806 y canonizado por SS Juan Pablo II el 20 de junio de 1982; fue la primera canonización de este Papa.
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