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Orencio y Paciencia, Santos |
Esposos y Mártires
Etimológicamente significan “amaneciente”, de la lengua griega, y
“paciente”, de la lengua latina.
¿Se hace un uso abusivo del
perdón? El amor que perdona no es ciego, está impregnado
de lucidez. El perdón no preserva de esta dura prueba,
cuando algunos hacen este cálculo "yo puedo permitírmelo todo, incluso
destrozar a aquel o aquella de quien sé que de
todas maneras terminará por perdonarme".
Era a mediados del siglo III
cuando en la ciudad de Huesca florecían dos personas
queridas por todos a causa de que hacían el
bien a todo el mundo.
Orencio se casó con una dama
acaudalada. Pero no vivieron a lo grande, sino que se
entregaron a vivir con los pobres y a socorrerlos en
todas sus necesidades.
Tuvieron dos hijos (Lorenzo y Orencio) que merecieron
el respeto de todos por el grado de virtud que
le habían inculcado sus padres.
Paciencia, su mujer, murió y él
se quedó muy abatido. Mas una noche, mientras hacía oración,
tuvo una visión. Se le apareció un ángel y le
dijo: "Toma a tu hijo Orencio y vete al lugar
que te mostraré".
Cogió a su hijo y se marchó a
Tarbes, Francia. Desapareció la luz de sus ojos. Entonces se dio
cuenta de que aquel sitio era el idóneo para vivir.
Se dedicaba a las tareas del campo.
Cuentan que tenía
dos novillos blancos muy indóciles. Cansado de su travesuras, hizo
sobre ellos la señal de la cruz, y se convirtieron
en mansos.
Un día, un lobo le mató un novillo. Al
poco tiempo apareció el lobo y se unió a la
yunta con el otro. Este hecho está reproducido en la
catedral de Zaragoza y de Huesca. A su vuelta a
su ciudad, fue muy bien recibido. Al morir, lo enterraron
en la capilla de Loret, en donde estaba su mujer
sepultada.
Felicidades a quienes lleven estos nombres!
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