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sábado, 28 de abril de 2012

En peligro de extinción


La gran contradicción de esta sociedad avanzada es que se preocupa al máximo porque no se deteriore la casa, mientras se ocupa de eliminar al posible inquilino
 
En peligro de extinción
En peligro de extinción
Cualquier observador medianamente avisado puede advertir un fenómeno sociocultural que se viene produciendo desde hace mucho tiempo en la sociedad occidental (señalo lo de occidental, para distinguirlo de otras sociedades y culturas que no cuentan con este mismo fenómeno, o no en la misma medida). Tal fenómeno consiste en la promoción e inculturación acerca de temas relacionados con el respeto y cuidado de todo cuanto afecta a la naturaleza: medio ambiente, protección de los animales, cambio climático, declaración de reservas de la biosfera, especies en peligro de extinción, preservación de las energías y riquezas naturales, etc. Ello se inscribe en el contexto de una sociedad, pretendidamente avanzada, que reconoce el espacio natural como la fuente de energía vital para el hombre. En consecuencia, se recrudecen las leyes que obligan a la observancia en el cuidado y respeto de todo ese espacio vital, y con castigos muy severos, en caso de inobservancia.

A su vez y de forma paralela, se observa este otro fenómeno, que en gran medida contradice al anterior, y de modo sustancial. Se trata de lo que afecta directamente, no ya al entorno natural, sino al propio ser humano: el respeto y protección de la vida humana, desde su gestación hasta su término. Si en el primer fenómeno se rehúye cualquier discrepancia o controversia, no ocurre lo mismo en este otro, en que la vida del hombre parece ser una “cuestión discutida y discutible”. ¿No habíamos quedado en el caso anterior en que se debe respetar a ultranza la naturaleza? ¿Y no abarca ese respeto a todos los seres vivientes? ¿Por qué entonces en nuestras sociedades avanzadas se suavizan tanto, hasta hacerlas totalmente permisivas, leyes que no solo permiten sino que reconocen como derechos eliminar vidas humanas, tanto en su ciclo de gestación como en su momento de finalización? Díganme si tiene la misma consideración legal destruir, pongamos por caso, un nido de águila o un nido humano; y como de respeto se trata, ¿cual de los dos debería tener preferencia?

La gran contradicción de esta sociedad avanzada es que se preocupa al máximo porque no se deteriore la casa, mientras se ocupa de eliminar al posible inquilino. Díganme, entonces, quien está en peligro de extinción.

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