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Mi Cristo roto, obra que invita a la reflexión |
El melodrama Mi Cristo roto es una adaptación hecha por el mismo Mayagoitia, del famoso poema escrito hace más de cuatro décadas por el sacerdote jesuita Ramón Cue.
Esta obra da cuenta de la historia de un joven clérigo, fascinado con la imagen de Jesucristo sólo como obra artística. Cuando pretende restaurar una imagen estropeada que tuvo la fortuna de hallar en la tienda de un anticuario, recibe una dura reprimenda por el mismo Hijo de Dios, dando así inicio a una acalorada discusión, donde se reflexiona sobre lo vano que resulta fingir dolor al contemplar la imagen mutilada, mientras se olvida del verdadero sufrimiento que llevan los hombres de carne y hueso: «¿Qué es más pecado, mutilar una imagen mía de madera, o mutilar el cuerpo de un hombre donde palpito yo por la gracia del Bautismo?», así versa una de las preguntas que el actor lanza durante la función.
Con un pequeño escritorio que sostiene la figura mutilada de Cristo, además de unas cuantas diapositivas que imprimen más dramatismo a las escenas, la obra se desarrolla prácticamente libre de todo artificio, como escenografía o iluminación elaborada. Asimismo, el actor hace las veces de narrador, anticuario, sacerdote y del propio Jesucristo, a través de lo cual, Mayagoitia ofrece una actuación llena de elocuencia y emotividad.
No se trata de un simple monólogo, más bien se trata de una narración oral dividida en dos escenas que no se extienden más allá de 45 minutos, que bastan para conmover a los asistentes, pues es común ver rostros llorosos al final de las funciones.
Combinar fe con profesión
Con 33 años de vida, casado y con dos hijos, el actor Alberto Mayagoitia cuenta con 20 años de carrera artística, en los que se ha dedicado al teatro, la televisión, la locución y la oratoria. Pero fue hace dos años, tras sufrir un ataque cardíaco, que decidió replantear el rumbo de su vida: «El ataque me volvió a la vida y me llevó a preguntarme cuál era el mensaje que Dios me quiso dar. No puedo hablar de una conversión; más bien podría decir que fue un cambio de prioridades y de compromiso con Dios».
A partir de ese suceso, Mayagoitia ha buscado la forma de aportar algo diferente al público, algo que no les sirva tan sólo de diversión, sino que les deje un mensaje positivo que los motive a la reflexión: «Cuando conocí Mi Cristo roto, inmediatamente me di cuenta que este texto era lo que yo estaba buscando. Un espectáculo donde yo pudiera unir mi profesión de actor y mi fe cristiana. El Señor me estaba pidiendo que compartiera con el público, teatralmente, el mensaje que de Él emana».
Dado que no hay un público numeroso para este tipo de espectáculos, los inicios de este proyecto no fueron nada fáciles. Pero el arduo trabajo pronto dio frutos: «Lo que me ha motivado es el darme cuenta de cómo mis presentaciones han motivado a las personas a que olviden sus rencores.
He visto madres solteras que se reconcilian con sus padres, matrimonios que prácticamente ya no se hablaban, y que después de recibir el mensaje, hacen las paces con su pareja. Es un trabajo distinto en el que no solamente creces como actor, sino como persona. Además, te da valor, pues descubres que no es imposible combinar la fe con la profesión».
Mi Cristo Roto camina sobre las aguas lectura_.pdf
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