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lunes, 30 de enero de 2012

Batilde de Chilles, Santa


Reina, 30 de enero
Batilde de Chilles, Santa
Batilde de Chilles, Santa

Reina de Francia

Martirologio Romano: En el monasterio de Chelle, en el territorio de París, en la Galia, santa Batilde (o Bertille), que, siendo reina, fundó un cenobio bajo la Regla de san Benito, al estilo del monasterio de Luxeuil y a la muerte de su esposo, Clodoveo II, gobernó el reino de los francos. Cuando su hijo asumió el poder, se retiró al citado monasterio, viviendo hasta el fin de sus días bajo la observancia de la Regla (680).

Esposa de Clovis II, Rey de Francia, momento y lugar de nacimiento desconocido; fallecida en enero de 680. De acuerdo con algunas crónicas vino desde Inglaterra y era una descendiente de los reyes Anglo-Sajones, pero esta es una afirmación dudosa. Es cierto que fue una esclava al servicio de la esposa de Erchinoald, alcalde del palacio de Neustria. Las inusuales cualidades mentales y sus virtudes inspiraron la confianza de su amo, quien puso a su cargo muchos de los asuntos domésticos, y, después de la muerte de su esposa, deseó desposarla. Entonces la joven chica huyó y no volvió hasta que Erchinoald se hubo casado nuevamente. Aproximadamente en esa época Clovis II la conoció en la casa del alcalde del palacio y fue impresionado por su belleza, su gracia y por los buenos informes que tenía de ella. La liberó y se casó con ella en 649. Esta repentina elevación no disminuyó las virtudes de Batilde sino que le dio nuevo lustre. Su humildad, espíritu de oración, y la generosidad de su gran corazón hacia los pobres fueron particularmente destacables.

Siete años después de su matrimonio, Clovis II murió en 656, dejando a Batilde con tres hijos, Clotario, Childerico y Tierry. Una asamblea de los principales nobles proclamó a Clotario III, de cinco años de edad, rey bajo la regencia de su madre, Batilde. Ayudada por la autoridad y el consejo de Erchinoaldo y los santos obispos, Eloi (Eligio) de Noyon, Ouen de Rouen, Leéger de Autun, y Chrodebert de París, la reina pudo llevar a cabo útiles reformas. Abolió el desgraciado comercio de esclavos Cristianos, y firmemente reprimió la simonía entre el clero. También lideró la senda de la fundación de instituciones de caridad y religiosas, tales como hospitales y monasterios. A través de su generosidad fue fundada la Abadía de Corbey para hombres y la Abadía de Chilles cerca de París para mujeres. Alrededor de esta época fueron establecidas las famosas Abadías de Jumièges,.Jouarre y Luxeuil, muy probablemente, en gran parte, a través de la generosidad de Batilde. Bertilde, la primera Abadesa de Chilles, quien es honrada como una santa, vino desde Jouarre. La reina deseaba renunciar a su posición y entrar a la vida religiosa, pero sus obligaciones la mantuvieron en la corte. Erchinoaldo murió en 659 y fue sucedido por Ebroin.

No obstante la ambición del nuevo alcalde del palacio, la reina tuvo la capacidad de mantener su autoridad y usarla para beneficio del reino. Después de que sus hijos fueron establecidos en sus respectivos territorios, Childerico IV en Austrasia y Thierry en Burgundia, volvió a su deseo de una vida recluida y se retiró a su favorita; la Abadía de Chilles cerca de París.

Al entrar en la abadía, depositó la insignia de realeza y deseó ser la más baja en el rango entre las internas. Fue su placer tomar su posición detrás de las novicias y servir al pobre y al enfermo con sus propias manos. La oración y los trabajos manuales ocuparon su tiempo, y no deseó ninguna alusión a la grandeza de su antigua posición. De esta manera pasó quince años de retiro. A comienzos del año 680 tuvo el presentimiento de la proximidad de la muerte e hizo la preparación religiosa para la misma. Antes de su propio fin, aconteció el de Radegonde, un niño al que había sostenido en la pira bautismal y había entrenado en la virtud Cristiana. Fue enterrada en la Abadía de Chilles y canonizada por el Papa Nicolás I.

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