- Lee esta historia, como si no supieras nada, no supongas nada y siéntela totalmente… al final de ella encontraras unas tareas para Ti…. El hacerlas te hará feliz.
Cuenta la historia que hace como 2.000 años una señora llamada Maria se despertó muy pensativa en un día domingo cualquiera. Esta señora tenía un esposo llamado José, quien con mucho amor ese domingo (y como normalmente sucede hoy en día), pues ella había trabajado mucho en la semana para atenderlo y el conciente de ello (también como sucede hoy en día), le preparaba y le llevaba a la cama un rico desayuno, adornado con una flor.
Cuando José entro en el cuarto, observó que María estaba muy pensativa, así que le preguntó:
- ¿Qué te pasa María?
María respondió: - Tuve un sueño muy extraño.
José le preguntó: - ¿Qué soñaste?. – y María observándolo fijamente le contó:
- Soñé que había viajado en el tiempo, era algo así como el año 2011, y estaban en una época a la que le llamaban navidad. En esa época la gente celebraba muy alegre el cumpleaños de alguien, un tal Jesús. Al parecer ese Jesús era nuestro hijo y preparaban la celebración con muchas cosas.
José le decía que en realidad era muy extraño ese sueño, pero quería que le contara mas, entonces María continuó:
- Mira José, habían unas casa muy altas, que casi tocaban el cielo. En esas casas y en todas las demás, la gente adornaba con una “velitas” que se prendían y se apagaban solas. También colocaban un árbol en su casa y lo adornaban con objetos redondos muy brillantes y también le colocaban esas velitas que prendían y apagaban solas. Hacían un pueblito muy pequeñito en una esquina de su casa y algunas personas se reunían en torno a ese pueblito que le llamaba “pesebre” a leer un librito que se llamaba novena de navidad. La tal novena parecía la historia nuestra y cantaban que venga que venga Jesús, nuestro hijo.
Un día, el último, parece que era la gran celebración pues debajo del árbol colocaron muchos regalos y en la mesa una gran cena y a la media noche se repartieron los regalos y se felicitaron diciendo “Feliz Navidad” y hasta apareció un tipo gordo vestido de rojo que decía JO JO JO…!!!
Todo eso lo hacían supuestamente para celebrar el cumpleaños de nuestro hijo…
José muy sorprendido le dice a Maria… - Maria, ¿ en realidad era para nuestro hijo?
Y María con una mirada triste le dijo a José:
- Pues José, eso es lo mas extraño, aunque era el cumpleaños de nuestro Hijo Jesús, cuando repartieron los regalos, NO HABIA NINGUNO PARA EL. Cuando se sentaron a comer en la mesa, NO HABIA UN LUGAR PARA NUESTRO HIJO. Cuando se felicitaron, NADIE FELICITÓ A JESUS y en general nadie lo recordó ni lo sintió.
- Que extraño Jose, ¿ no te parece?. Todo lo prepararon para celebrar el cumpleaños de nuestro hijo, pero el día en que cumplía años, en nada de lo que hicieron lo tuvieron en cuenta a El.
Y José muy desconcertado le respondió:
- Si Maria, muy extraño tu sueño.
Y tu, ¿encuentras algo de extraño en el sueño de Maria?, o por el contrario sentiste que no es nada extraño y que es lo que hoy sucede….
Tú lo sabes bien, este sueño tiene que cambiar y eres muy importante en esta tarea. Por eso te pido que: - Le cuentes esta historia a por lo menos 5 personas mas y le pidas a esas 5 personas pideles que hagan lo mismo.
- Compra en esta navidad un regalo y colócalo debajo de tu árbol o donde acostumbres dejar tus regalos con una tarjeta que diga: “FELIZ CUMPLEAÑOS, PARA EL NIÑO DIOS”.
- Sirve en tu mesa un lugar para quien está cumpliendo años y cántale el Feliz cumpleaños.
- Al día siguiente, toma el regalo y la comida y ve a la calle. Ten por seguro que un niño o niña no habrá tenido un regalo ni una comida y tú te lo encantarás. Dale a ese niño o niña el regalo que compraste y la comida que serviste y dile: “ESTO TE LO TRAJO EL NIÑO DIOS EN MI CASA”
- Observa los ojos de ese pequeño y después si quieres déjame un mensaje en esta página. ¿Viste en los ojos de ese pequeño los ojos del mismo Dios?.
Piénsalo hermano, tu puedes cambiar la historia de este sueño y hacer que volvamos al verdadero sentido de la navidad.
Recuerda las palabras del maestro: “De cierto os digo en cuanto a lo que hagan con estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo habéis hecho”. Mt. 25:40
Dios los bendiga hoy y siempre….
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