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jueves, 27 de octubre de 2011

Vivir la Misa - Beato Manuel Gonzàlez




Yo simplificaría la vida entera de un cristiano con todos sus deberes, derechos, virtudes, recursos, alegrías, aciertos y triunfos en esto solo: en que su Misa y Comunión de cada día sean el principio y el término de todas sus actividades, y más claro, que cuanto haga, diga o sienta cada día sea preparación o acción de gracias de su Misa y Comunión de la mañana.
¿Exageración? Mientras más lo parezca, más razón hay para insistir en la necesidad de instruir al pueblo cristiano en la verdad, simplicidad y belleza de esta doctrina.
Sí, hay que decir de todos los modos a los cristianos y a los piadosos, cualquiera que sea su ocupación, su rango o su ministerio: que el mejor cristiano será el que está más unido a Cristo-Misa, por dar así a Dios la mayor gloria y a Cristo- Comunión, por recibir así de El la mayor gracia, que es El mismo, fuente de toda gracia.

Vivir la Misa es:
1.- Conocerla a fondo.
2.- Estimarla en su valor.
3.- Tomar por norma de conducta lo que Jesús hace en ella.
4.- Tener como cifra de mi mayor felicidad en la tierra esta palabra: Digo Misa, si soy sacerdote; Oigo y encargo Misa, si simple fiel.
5.- Y este conocer, estimar, imitar y gozar mi Misa, tan metido en mi pensar, querer, sentir y obrar de cada día y de cada hora y en cada ocupación, que se pueda decir de mi perennemente : Está en Misa; esto es, está viviendo su Misa.

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