Tú nos perdonas siempre, contigo todo es fácil.
A nosotros, en cambio, nos cuesta perdonar.
Decimos que olvidamos, pero nuestra cabeza guarda,
y se nos escapa el reproche en cualquier ocasión.
Ayúdanos, Señor, a perdonar a tu manera,
sin guardar recuento de ningún mal.
Regálanos tu amnesia, Señor, esa que tú tienes
y que olvida al momento cualquier cosa que te hagan.
Danos un corazón blando como el tuyo,
que perdona al instante y no guarda rencor.
Danos palabras sabias para corregir a los otros,
disculpa oportuna y caricia tierna,
la discreción y la tolerancia que necesitamos
para vivir unidos y llevarnos mejor.
Eso es vivir tu Amor.
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